jueves, 30 de junio de 2016

POEMAS DE KEPA MURUA


(Zarauz, Guipúzcoa, 1962)

AHORA QUE DICEN


Ahora que todo el mundo dice que el futuro está afuera,

yo os digo lo contrario: volved, volved,
cambiemos el país de arriba abajo.
Ahora que todo el mundo piensa
que las oportunidades están en otros países
y en otros lados, yo os digo algo diferente:
no os vayáis, quedaos,
cambiemos el país de arriba abajo.
Cambiemos si es necesario las leyes.
Cambiemos la manera de hacer política.
Cambiemos entre todos para superar
–pero esta vez para siempre–
la ambición mal disimulada,
la corrupción y la demagogia
que se confunde con el interés de unos pocos,
por lo general, los mismos de siempre.
Ahora que todo el mundo piensa
que hay trabajo en otros lugares
alejados del nuestro, no os vayáis:
quedaos para trabajar por un mundo mejor
por unas ciudades mejores, por unas casas
con las ventanas limpias y transparentes
y unas puertas abiertas a un futuro 
más cercano y comprensible.
No os vayáis, volved si os fuisteis
para que entre todos cambiemos el país
y con todo –con poco o con mucho–
aportemos nuestro granito para que cambie el mundo.
Da igual que tengas ochenta, sesenta, cincuenta,
que sean cuarenta, treinta o veinte años,
quédate con nosotros, no te vayas,
vuelve si te fuiste, regresa si te has ido,
que no es necesario marcharse para alejarse del problema
con la intención de buscarse una salida
–por muy aventurera que sea–.
Quédate a cambiar el mundo desde tu casa, tu barrio,
desde tu esquina, tu iglesia o tu trabajo:
a cambiar lo que hace tiempo debía haber sido cambiado
y se nos olvidó hacer
hasta que todo se derrumbó bajo nuestros pies
y nos enfrentó a un espejo
con lo peor de todos nosotros.
Ven, vuelve, quédate, regresa si te fuiste,
cambia, finalmente, junto a nosotros,
que necesitamos de tu cambio
para cambiar esa imagen del espejo
que ha de devolver la dignidad a todos.

(poema inédito)


HACIA LA NADA


Si alguna vez te sorprende el dolor

y te ataca por la espalda,
tirándote al suelo
y llevándote lejos, más lejos
de lo que te llevó la muerte
de las cosas bellas, no te rindas.
Levántate de nuevo y anda.
Anda con los ojos y camina
con las manos, sólo así verás
lo maravilloso que es respirar
con lo poco que tienes alrededor.

Si alguna vez te sorprende el amor

y te muerde el labio con palabras
de ensueño, arrastrándote con su lengua
a paisajes jamás imaginados
y pisados por el hombre, no te fíes.
Mira atrás y mira delante
y camina con los ojos cerrados
entre los escombros del engaño,
sabrás así que el destino te ha colocado
en un abismo que es fruto de esa pasión
que aún desconoces.

Si alguna vez te sorprende la vida

con un golpe certero que te da de frente
dejándote herido para siempre,
no pienses que eres el único.
Otros fueron calcinados en su propia suerte.
Pero no te aflijas ni te quedes quieto.
Arráncate el pecho, mira dónde duele
y por qué ha sido. Mira dónde vive la tristeza
que descubre el cielo, muy dentro.
Sólo así te salvarás de la nada.
Esta vez has sido tú el elegido.

(del libro 'No es nada')


EL PESO


Os diré que mis manos nada nuevo han cogido.

Pero al menos encontré un libro blanco
donde puedo juntar mis palabras por la noche.

Mis ojos el mar no vieron, pero navegué.

Mi cuerpo jamás venció, pero fui vencido
donde nadie se atreve a reconocerlo.

Tras pedir perdón amé como un loco.

Tras hacerlo como se reconocen los errores
donde no corre el paso del tiempo.

Mi cuerpo que vio cómo marcaban a otros.

Mis ojos que sintieron un mar helado
donde no había mapas para saberlo.

Siempre soñé con un viaje lejano

en el que encontrara la felicidad perdida.
Pero encontré otros ojos con otras lágrimas.

Otros secretos inconfesables

que no merece la pena reconocer
cuando la vida marca a todos con su incierto peso.

(del libro 'Poesía sola, Pura premonición')


EL FRIGORÍFICO VACÍO


Un día de primeros de año,

con el frigorífico vacío, es la alegría
una ciudad triste que se aleja y bosteza.

Sus últimas monedas, que por esas fechas

buscan trabajo en una ciudad
que no duerme ni te acepta.

La noche de un año maldito

para olvidar sus blancos ojos
en una ciudad de falsas promesas.

Junto al fuego, ateridos de vergüenza,

los amaneceres grises en un banco frío
de enero y la ciudad que aún no despierta.

Con el árbol de las luces apagadas

y la sien de los enfermos en un lugar
cualquiera, que de todos nos aleja.

Entre cartones y bidones de fuego

en el sueño de un rincón perdido.
Esta ciudad que respirar no nos deja.



ATORRETRATO CON SUEÑO


La pobreza de sentirnos humillados,

sobrios de vida, ebrios por el deseo,
tocados con una vestimenta raída.
La miseria de escuchar nuestras voces
recordando viejos tiempos. Saboreando
momentos intensos y felices caminando entre rastrojos.

De ser adúlteros deslizándose

en extrañas camas. Un beso con la lengua
de una devoción compartida, pero triste.
El precipicio de la furia, el abismo
de nuestro pulso cuando despertamos
con el sexo humillado entre las piernas.

La rareza de sabernos huérfanos

en los claros de la noche, entre la luz
y la escoria de nuestros desencajados rostros.
Envejecidos por el viaje osado del tacto
y la nostalgia. Empequeñecidos como todo placer,
que inhumano, aparece y desaparece, en un instante.

Como la vida misma que en gestos prohibidos

se descubre a solas y sin palabras
uniendo su desnudez al irreconocible aliento.
El alma combada hacia la tierra.
Los dientes largos. Y el recuerdo desnudo
de un abrazo imperecedero sobre el frío suelo.



EDIFICIOS ANÓNIMOS


Derribaréis una casa con gente dentro.

Abriréis las ventanas del amanecer
con vuestros gritos. Amenazaréis
al atardecer con que caiga la noche.
Nos señalaréis con el dedo.
Con vuestras órdenes, locos de atar
y de rabia, nos llevaréis como a enfermos
a un lugar en las afueras de cualquier parte.
Diréis que somos pobres e insignificantes
porque olemos como huelen los escombros
que cubren edificios de otro tiempo.
Acabaréis con todo. Con todo lo imposible.
Las ruinas nos sepultarán vivos
y los perros, afónicos de rescate,
ladrarán al vacío. Con todo.
Sólo entonces hablará el hombre. 
Anónimo y sin atributos.



HA PASADO TANTO TIEMPO


Escribir de aquello que fue

como la eternidad que creímos
reconocer en el amor.

Sentir un te quiero y pensar

que es para siempre,
aun sabiendo que no lo es.

Engañarnos si en el ardor de las sábanas

vemos huir a la piel del frío
que nuestro sueño desnudo viste.

El amanecer con los ojos abiertos

y ese respirar que siente y dice:
estoy dormida, estoy contigo.

Y saber que las horas dibujan el paso

del cuerpo, como una traición o un beso
como solemos hacerlo a menudo.

Recordar con palabras fugaces

aquello que en la incertidumbre del abrazo
guardó la ilusión del tiempo.

Y cubrirnos con la mirada si mi mano

toca tu mano. Y esa sombra sigilosa
mansamente nos descubre, unidos.




Amor dormía el habla



Perdido la costumbre de amar
te dire En que en convertiremos.
La ternura como dormido,
Ropa y pecado entre los trapos
los Brazos apoyados En Las sienes.
Disminuidos pulmones.
Suprimido Ojos de Donde el habla.
Los rumores que carecen de aire
de golpe-y el silencio
que nos Llevara su infancia
y en el Huir obligará de Nosotros
Palabras como ellos.



discurso de amor dormido



Perdido la costumbre de amor
Te diré lo que voy a llegar a ser.
La ternura como la persona que duerme,
sin ropa y entre los suelos
brazos descansando sobre sus sienes.
Disminución de pulmón.
Ojos muertos donde el habla.
Los rumores con disnea
y de repente, el silencio
nos llevará a la infancia
y nos obligan a huir en el mismo
como palabras.


EXISTIENDO



¿Por qué esperar humillada, Háblame
Aquella de la arruga de la palabra Aquella
aguardabas que durante meses.
Porque sabes de la fuente y nada del Fuego
moneda de diez centavos de su hipocresía que Encierra El Deseo.
Desnudo como usted, Háblame del amor
Si Es allí, esa belleza que hundida
y arrogante. Cuantas veces Traicionada,
Cuantas dictada con La De Unos Ojos de mentiras
Ello preparado para. Amor, moneda de diez centavos
Por Qué Los Abrazos hijo y nerviosos Iguales
Como el infinito. Háblame de Aquel beso
Hondo, Pero que no sabe nada.
Háblame de la memoria Descubre
Tus Palabras, olvidándolas interior.
Una Vez Más desnuda como estás y,
Brazos Háblame de la verdad en la UNOS
Llenos de desprecio, tiempos y Cuantas
Crecio La Esperanza en tu huida
Hacia Delante. Háblame del aliento,
nos quema. Dime hijo si verdad
Las Palabras que Superviviente
Recuerdo y col Por que te sientes
tan tan despreciable y vieja.



hay



Debido a que esperas humillados, dime
Arrugas de que esa palabra
guardavas que durante meses.
Debido a que se conoce el origen y ningún fuego
dime de hipocresía por concluido el deseo.
Desnuda como estás, Dime amor
si la hay, que su belleza caído
y arrogante. ¿Cuántas veces traicionado,
cuántos rendido con la mentira de los ojos
preparado para esto. El amor, dime
debido a que los abrazos son iguales y nervioso
como el infinito. Háblame de ese beso
fondo, pero que no sabe nada.
Háblame de memoria que se encuentra
sus palabras, olvidando el interior.
Una vez más, desnuda como estás,
dime la verdad en cada brazo
llena de desprecio, y con qué frecuencia
aumento de la esperanza en su escape
más allá. Dime la respiración
que nos quema. Dime si son verdades
las palabras que sobreviven
la memoria, y porque se siente
tan despreciable y tan viejo.


Autorretrato como el tuyo



Mi nombre es como todos, me llamo
como mi padre, Y Como mi abuelo ALGÚN Otro
la familia. Mi Vida Es Como La De Otros.
Igualdad mezquina y llevadera.

Mi rostro está condenado a ver el Vacío.
Pobre de mi si pienso en mi segundo apellido,
Nosotros mismos pobres son como en Ellos,
Nosotros todos los pobres que están en nadie.

Mi rostro es Como un río seco En Una Botella
esperma. Nada es como lo quiero.
Si mal otras cosas, estas cartas te persiguen
es mi grito de inocencia.

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