lunes, 26 de diciembre de 2016

POEMAS DE MARIA MERCÈ MARÇAL


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POEMAS DE MARIA MERCÈ MARÇAL

Vencidas, no. Desposeidas

Vencidas, no. Desposeídas
de la raíz, o bien cerradas
sin camino, clavadas cuerpo adentro.
De la mirada viva que recuerda,
en un secuestro de sal arrancadas
rígida camisa de fuerza,
dolor fósil o
sometidas a ley de extranjería
sin interrupción.
Morir, quizá tan sólo
perder forma y contornos
deshacerse, ser
succionada hacia adentro
del útero vivo,
matriz de dios
madre: desnacer.

Te quiero porque sí
Te quiero porque sí. Porque el cuerpo me lo pide.
Porque vienes de la ola sin orden ni concierto.
Porque la maleza del bosque te enrama la cabaña
sin cerrojos ni barrotes, en verde desvarío.
Porque quiero. Porque me sorbe la raíz de la locura.
Porque es el amor, segado, que ha granado mi cama.
Porque albergo, aferrado, el jadeo del madero
que provoca el salitre y encrespa la bahía.
Porque soy extremadamente frágil para erigir barreras
a la marea viva que va y me niega a tientas.
Porque soy demasiado fuerte para doblegarme a un destino
que han firmado, sin mí, las hebras del estrago.
Porque el agua más profunda no quiere ni paz ni tregua
y proclama bien alto que soy de estirpe romera.

Sal abierta
Nunca ningún amante osó llegar
a los lugares que tú me acaricias.
De dentro a fuera, amor, siento las olas
y me hago arenal y duna y peñasco.

Recuerdo de mañana, arena, manos,
del riesgo, ardiendo espejo de la sombra
del ayer que a ti te hizo huésped mío,
yo vivo en ti, en tus acometidas.

Vives en mí, en el común cercado
-agua atenta a las voces de la tierra
que con sal borra el rastro de la guerra-

¿Oyes cómo el levante tienta, alma en ayuno,
muelles remotos donde el orgullo me cesa?
Creciendo en ti, el mar y yo ya somos uno.


¿Dónde encontrarnos...
¿Dónde encontrarnos, lejos de este espacio marcado, bajo el sello real del gavilán, en que para vivir, desde el principio, nos hemos traicionado? Rehacer el viejo pacto de sangre roto saber dónde estás tú, dónde estoy yo, Quién lo sabe... nosotras...
Y otro nombre, os lo ruego, dadme para el amor.

La impostora
Quién me dicta las palabras cuando te hablo?
Quién me incrusta gestos y muecas?
Quién hace y habla por mi? Es la impostora.
Me habitaba sin que lo supiera
hasta que tu viniste. Entonces surgió
no se de que desván, igual que una sombra,
y me posee como un amante tirano
y me mueve como una marioneta de feria.
Y a menudo, en el espejo, la veo a Ella
rescatada de no sé que cenizas.
No le hagas caso cuando te Ella te habla,
aunque me usurpe voz y rostro.
Y si te impide la salida por la puerta
con su cuerpo amoroso y brutal
tienes que matarla sin pena alguna.
Hazlo por mi también y en mi nombre:
Vive tan dentro de mi que no sabría
detenerme en el dintel del suicidio.


PUNK IS NOT DEAD
 
 
Palabras para Àngela
 
Hija oscura del fuego
inextinguible. Amor
violento del desierto:
coraje de palmera.
Ángel no, sino ángela
rebelde, sin un cielo
que perder o ganar.
Sólo, rígido azul,
la pregunta, en abismo.
Tienes agudo el filo
como astros que un alud
de unas sombras de presa, 
a sangre, desarmaba, 
y con cresta sangrante,
brutalmente, en el alba
han rearmado los gallos.
Chillan los espolones
arrancados, el miedo,
la venganza del día
que el cuchillo ha cegado.
La pena calza orgullo
de bota militar
y el mal busca las altas
torres en que colgar
la alegría-jirón
de bandera robada
al enemigo. Amor
violento de un desierto
sin espejismos. Negro
despertar de una mar
temeraria. ¿Comprendes?
Porque te vi los ojos
entrando con el paso
descalzo de tus verdes
por el bosque expoliado
sin herir el minúsculo
sueño de aquella hierba.
Porque te vi los ojos,
el horror viene a mí
como un pájaro agónico
que reclama un tributo
debido, con impúdico,
vil chantaje de amor.
Y no sé, oscura hija
de la mar y del fuego,
qué arma o qué reclamo
puede echar a este viejo
desleal del futuro.
Ni encima de qué puente
de barcas astilladas
el fuego de una ola
nos unirá en la lucha.
 

DIVISA
Al azar agradezco tres dones: haber nacido mujer,
de clase baja y nación oprimida.
Y el turbio azul de ser tres veces rebelde.
(De Cau de llunes, Cubil de lunas)
 ———————————–

No estrangules a la niña que vive, rebelde, en mí
que me incita al candor, a encender la mirada,
a estrenar bosques donde los lobos anochecen
y a creer en el poder de las palabras:
insecto extraño que incluso clavado
en su minúsculo estertor
impenitente enarbola
el reto de su vuelo
(De Desglaç, Deshielo)
lengua abolida
-
Como el asesino que vuelve al lugar del crimen
habiendo perdido memoria y olvido
y en el umbral encuentra que creía muerto
y se hace esclavo sin saber por qué
y se vuelve perro, y le vela el casal
contra la muerte, contra este ladrón ausente
que puede robarle el precio de su rescate,
así volvía yo al lugar del amor.

Bajo este viento se avivan
rescoldos de antiguas jerez mal enterradas ...
extraño cal.lidoscopi
donde lo viejo se vuelve nieve intacta
- Oferta a ti, para que dejes huellas
y en Soller la pureza demasiado estéril -
y donde lo nuevo pierde ley de extranjería ...!
En ti amo todo mi pasado
fraguado en un solo nombre ritual:
los arrabales oscuros del deseo, el mal,
Mar soleada y la cuna.
Cada recodo de tu cuerpo me alimenta
otros paisajes que el olvido no fue:
el fuego enciende de nuevo cada campana
y se cierra la añoranza, al reencontrarse vivos,
hechos carne en ti, y tú les das sentido.
No borraría ninguna curva, culpa,
rastro de cuchillo, ni la sombra del estrago,
ni el desierto ni la sangre sembrada a raíz de una,
muerta, ni los verdes oasis diezmados, ni ningún espejismo,
ni el grito fosforescente de los huesos que los chacales
han asado y abandonan cansados ​​...:
Tomo el camino que me ha llevado a ti.
-
Para los vencidos el amor es un pan amargo,
arrebatado a contraley de los pliegues
de un país devastado, sembrado de sal
por el enemigo sin rostro.
Y la sangre, alimento para el incendio
que borre serramostres de cosecha,
queme rastrojos, calcine ley y culpa.


Subiré la tristeza arriba desván
con la muñeca sin ojos y el paraguas roto,
el cartapacio vencido, la tarlatana vieja.
Y bajaré las grados con traje de alegría
que deberán tejido arañas sin cordura.
Habrá amor migajas en el fondo de los bolsillos.

Dos dientes han dejado
un rastro de granada
en mi pecho, cuando todavía
tú no tienes por clavarlas
en lo que se te derrite.


DIVISA 
Al azar agradezco tres dones: haber nacido mujer,
de clase baja y nación oprimida.
Y el turbio azur de ser tres veces rebelde.






LA SOMBRA DE LA OTRA FIESTA
Buenos días, amor que triunfas de la sombra
y obras fuego nuevo en el giro de la campana.
Que t'arbres con el esfuerzo de raíz y copa
y, dado a dado, desmontes el paisaje
del derribo, y te haces mina de bosques
y de la migaja sacas otra fiesta.

IGUAL QUE EL ASESINO VUELVE AL LUGAR DEL CRIMEN

Igual que el asesino vuelve al lugar del crimen
tras perder la memoria y el olvido
y en el umbral encuentra al que creía muerto
y se vuelve su esclavo sin saber el porqué
y se convierte en perro, y vigila la casa
en contra de la muerte, contra el ladrón ausente
que quizá le robara el precio del rescate,
así yo regresaba al lugar del amor.

(Traducción de Clara Curell)


(IV)

Turbiamente te amo. Todo el poso
se removió. La copa como un mar
encrespado me arroja, a contrasangre,
restos de otros naufragios, maderos, altivez
de olvidados suicidios, alquitrán
enquistado en la ola, muerte y algas.
Yo no puedo romperla. Ni, sedienta,
vaciar de un trago todos sus embates
sin salpicar ni herirte, sin arrastrarte
conmigo a la escollera.



NO SÉ QUERERTE…

No sé quererte sin el fardo
de sombra que mi espalda ha deformado
-como los desperdicios más obscenos
a contraluz del canto que ahora nace.

No sé quererte sin el peso,
peso muerto que lastra barca y sombra
-como el ala baldía del delirio
a contra-ley del angustioso sueño.

No sé quererte sin la muerte:
zarpa el amor, demente como un rey
que, envenenado, busca su remedio
en alta mar y en plena noche.

A contra-luz, a contra-ley
no sé quererte sin la muerte.

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