HEMOS APRENDIDO
Poema sobre el temblor de tierra en Haití
Hemos aprendido a degustar de tal o cual manera
a hablar idiomas, ser cultura, ser líderes y
seguidores.
a chatear, volar, tener un espacio propio en la casa,
en la iglesia, y una serie de objetos que llamamos
personales.
Hemos aprendido a erigir edenes y campos de
concentración
vivir con los amigos y a apartarnos de los odiosos
enemigos
ser hombre y mujer, débiles y fuertes, sumisos y
soberanos
tener esclavos para los caprichos y un Führer para
rebajarnos.
Hemos aprendido a planear en el aire, escalar el
espacio
en busca de nuevos planetas como monos en los árboles
de Norte a Sur, acortar distancia entre los hemisferios
tejer cercanía entre polos y distancia entre aves del
mismo coral.
Hemos aprendido a movernos entre díadas: bien y mal
ángeles y demonios, ser y no-ser, tener para ser y ser
para tener
Hemos aprendido a ser valor con cifras al lado del yo
número
Milagro de los Templarios, milagro de nuestro sistema
bancario.
Hemos aprendido a tener una dirección propia
ser altruista y aborrecible, afable e infame, dócil e
engreído
Hemos aprendido tantas cosas que luego decimos
normales.
andamos con nuestra “cajita de normales” bajo los
hombros.
Hemos aprendido a condenar y a liberar, cansar y
descansar
tantas cosas hemos aprendido y tantas otras que nos
faltan
existir se resume en este camino de única vía de
aprender,
y en un nocivo instante cae la cajita y todo se
derrumba.
Se instaura el reino de los contrarios: Trastornos.
Insomnio.
olvidamos que fuera de nosotros hay normales
desencajadas
frágiles nuestras cajitas. ¡Y si desaprender fuese la
vía de instruirse!
Las palabras no esperarían en vano para complacer los
oídos acostumbrados.
SOLEDAD
“¡Cuiden a mi abuelita y a los pollitos!” (1)
Últimas palabras de un hombre que se fue.
¿Qué le mató? ¿Quién le mató?
¿Quién inventó la muerte
burlándose de lo sempiterno
y haciéndonos vivir a tajos?
Para que hagamos menos el amor
muchas cosas fueron inventadas:
El orgasmo se mide por fracción de segundo
el duelo y las desgracias, por añadas
¿qué océano se nutre de los riachuelos
de nuestras lágrimas?
El dengue fue inventado
para que ya nadie viva
con sus mierdas sobre las panaceas
¿Qué más le queda pues al hombre?
Por su cuenta,
ante sí
ante todos
en medio de tantos.
sin un dios que por odio
le brindara un trago de ponzoña;
sin un demonio que por amor propio
se compadeciera de él.
Cada quien debe asumir el reto
de ser solo;
no importa que la globalización nos hacine.
1)Estas palabras fueron pronunciadas
por un niño de la provincia de San Cristóbal, República Dominicana, poco antes
de su muerte por el dengue.
DESDE MI MAZMORRA
Solo en el cubículo de mi celda
como un alfiler en una caja de cartón.
Desnudo en los brazos de la noche oscura
como un ave desvestida que espera
para la celebración de niños festivos.
Sirve de poco vocear, gritar
del otro lado del muro
no hay nadie que escucha.
Demasiado ruido en el entorno
¡Que una voz humana toque a las puertas de sus oídos!
Es aún más ruido, el mismo ruido de siempre.
Entonces, encerrarse en sí mismo y esperar
Procurar el apoyo de los verdugos
para que esto pueda terminar en paz.
¡No!
¡Dígales de venir! Para ellos
como para cualquier otro de su categoría,
traidores que encarcelan el cuerpo pensando recluir los
sueños,
para ellos tengo el alma por coraza y la mente por
arma.
Tomado de:
I
Sangra la Tierra y nadie llora
La degüellan como un ovejuno en el matadero
Mezclada con el sudor de los verdugos
Y el rojinegro del hombre
Cuela y cuela… la sangre
Manchando a almas y corazones.
Del Norte al Sur
Del Este al Oeste
Se expanden víctimas y verdugos
Pronto seremos jodidos todos.
Crece el hombre
Y se reduce su humanidad
La tierra se queda huérfana
Abandonada a su suerte
Como un niño haitiano en las calles de Santo Domingo.
II
Ya no tenemos una iglesia que, beata,
Nos pueda ilusionar con el más allá.
El Estado está en mal estado.
El Mercado, ciego y desalmado,
Aun sin ser garante de nadie ni de nada,
Nuestro único guía y fuente de inspiración.
Los apellidos están desautorizados
Cada quien enfrenta con su nombre
Los retos de salir del marasmo
Y permanecer a flote.
El hombre se reduce a su pésima condición:
SOLO.
III
Late el corazón
Se hinchan los pulmones
La gente come y bebe dándose placeres
Y la esperanza cada vez más se aleja
Como el sol en el atardecer.
Ya nadie tiene visiones.
Vivimos en un mundo de gente sin apellido.
Un mundo circular
Donde izquierda, derecha
Frontal o trasera
Todos se turnan según la posición.
Y los del centro apretaron los dientes
Mordieron su pulgar los mayores
Pero ya el campanero tocó
Listo o no, el entierro va
Cada quien con su cadáver a cuestas
Y la tierra, lastimada y en lágrimas
Se abre para recibir lo que entregó con tanto gusto
¡Adiós a la vida!
¡Adiós hombre!
IV
¿Quién escuchó mi opinión respecto a nuestra venida
aquí?
¿Quién me preguntó si crecer en hombre quise o no?
Quién está, está por imposición.
El medio es “schola prima”.
Para crecer como ellos,
Ser lo que son, aunque en algo me han permitido
distinguirme,
Me pusieron en un medio lleno de extraños seres
Que después me enseñaron que eran hombres;
Bien que más tarde, pude cerciorarme de que,
Esta denominación corresponde a una expresión
potencial.
Y cuando empezaron a dejarme expresar mi voluntad
Comenzando yo con morder los senos de mi madre
A llorar para que me atendiera sólo a mi
Dejando todo lo demás, incluso a lo que me fuera útil,
Y todas las demás expresiones posteriores de esta
índole,
Tan sólo expresaba una voluntad terciaria
La cual de hecho no era mía
Estando contemplada ya en la de otros que actúe yo así
Al perder las dos expresiones de voluntad anteriores
Perdí también el sentido de la expresión de la voluntad
propia
Sabiendo que “nadie puede estar libre dentro de un
círculo cerrado”.
V
Somos la Tierra donde nacimos.
Alta, con cumbres y bajadas,
Ríos, riachuelos y arboladas.
La calvicie de nuestros montes,
Nuestro vacío humano.
A cada arbolito caído,
Una parte del corazón se destruye;
Cada río que se seque,
Una vena cortada (en nuestro cuerpo)
Un hombre cae
Y la Tierra se va pedacito por pedacito.
Haitianos,
Haitianas,
Nos hemos vaciado de nosotros mismos,
De lo que el hombre fue,
El séptimo Hombre.
Pero vamos a volver a sembrar árboles,
Nuestros corazones se reverdearán.
Volveremos a hacer el amor con nuestras mujeres.
Tendremos hombres y mujeres llenos de lo que nuestra
Tierra es;
Volveremos a ser presencias que presencian...
Nosotros, somos de la Tierra donde nacimos.
Somos la Tierra que nos preñó y nos dio a luz.
Nuestra piel se trenza de su polvo,
Sus montes,
El rincón inexplorado de nuestro corazón de haitiano.
Tomado de:
https://circulocreativorepublica.blogspot.com/2007/12/gahston-saint-fleur-poemas.html

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