Wole Soyinka - Akinwande Oluwole Soyinka - (Nigeria, 1934) | |
Seudónimo de Akinwande Oluwole Soyinka, dramaturgo, poeta, novelista y conferenciante nigeriano, galardonado con el Premio Nobel de Literatura. Nació en Abeokuta y estudió en la Universidad nigeriana de Ibadan y en la Universidad de Leeds, en el Reino Unido. Tras regresar a Nigeria fundó el grupo de teatro Masks, en 1960, y produjo sus propias obras además de otras de dramaturgos africanos. Durante la Guerra Civil nigeriana fue detenido por el gobierno y encarcelado en régimen de aislamiento de 1967 a 1969. En 1986 se convirtió en el primer escritor africano y el primer escritor negro galardonado con el Premio Nobel de Literatura. Su obra, escrita fundamentalmente en inglés, se inspira en los mitos y en las tradiciones tribales, si bien emplea formas occidentales. También utiliza los recursos del flashback, el simbolismo y una complicada estructura de la trama para enriquecer su estilo dramático. Entre sus obras más conocidas figuran La danza del bosque (1960), que celebra la independencia de Nigeria; El hombre muerto (1965), escrito durante los años que pasó en prisión; y La muerte y el caballero del rey (1975). Otras obras dignas de mención son las novelas Los intérpretes (1965) y Ogun Abibiman (1976), la autobiografía Aké (1982), y varias colecciones de poesía. © M.E. |
Muerte a la aurora
Viajero, debes partir
A la aurora, enjuga tus pies sobre
La humedad de nariz perruna de la tierra
A la aurora, enjuga tus pies sobre
La humedad de nariz perruna de la tierra
Deja que la aurora sosiegue tus lámparas. Y mira
Languidecer el ataque de las espinas ante la luz
Pies algodonosos para disolver en el azadón
Las lombrices tempranas
Languidecer el ataque de las espinas ante la luz
Pies algodonosos para disolver en el azadón
Las lombrices tempranas
Ahora las sombras se extienden con debilidad
Ni muerte de la aurora ni triste postración
Esta suave charamusca, suaves engendros que desisten
Rápidos goces y recelos para un
Día desnudo. Barcos cargados se
Someten a la asamblea sin rostro de la niebla
Para despertar los mercados silenciosos -Veloces, mudas
Procesiones por grises desvíos... Sobre este
Cobertor, hubo
Súbito invierno a la muerte
Del solitario trompetero de la aurora. Cascadas
De blancos pedazos de pluma... pero ello decidió
Un rito banal. Conciliación salvajemente
Exitosa, primero
El pie derecho para el júbilo, el izquierdo para el pavor
Y la madre suplicaba, Hijo
Jamás camines
Cuando el camino aguarda, hambriento.
Viajero, debes proseguir
Al alba.
Te prometo prodigios de la santa hora
Presagios como el aleteo del gallo blanco
Perverso empalamiento -Como quien desafiara
Las iracundas alas del progreso del hombre...
Ni muerte de la aurora ni triste postración
Esta suave charamusca, suaves engendros que desisten
Rápidos goces y recelos para un
Día desnudo. Barcos cargados se
Someten a la asamblea sin rostro de la niebla
Para despertar los mercados silenciosos -Veloces, mudas
Procesiones por grises desvíos... Sobre este
Cobertor, hubo
Súbito invierno a la muerte
Del solitario trompetero de la aurora. Cascadas
De blancos pedazos de pluma... pero ello decidió
Un rito banal. Conciliación salvajemente
Exitosa, primero
El pie derecho para el júbilo, el izquierdo para el pavor
Y la madre suplicaba, Hijo
Jamás camines
Cuando el camino aguarda, hambriento.
Viajero, debes proseguir
Al alba.
Te prometo prodigios de la santa hora
Presagios como el aleteo del gallo blanco
Perverso empalamiento -Como quien desafiara
Las iracundas alas del progreso del hombre...
Más, ¡semejante espectro! Hermano
Mudo en el sobresaltado abrazo de
Tu invención -Esta mueca de burla
Esta contorsión cerrada - ¿Soy yo?
Mudo en el sobresaltado abrazo de
Tu invención -Esta mueca de burla
Esta contorsión cerrada - ¿Soy yo?
Viaje
Aunque llegué al final del viaje,
Jamás sentí que hubiera llegado.
Tomé la carretera
Que sube despacio la cuesta de las preguntas, y que me lleva
Incluso a descender a la tierra que conduce a casa. Yo sé
Que mi carne está limpiamente mordisqueada, perdida
Para el perturbado pez entre las vainas susurrantes-
Yo los dejé atrás en mi ruta
Jamás sentí que hubiera llegado.
Tomé la carretera
Que sube despacio la cuesta de las preguntas, y que me lleva
Incluso a descender a la tierra que conduce a casa. Yo sé
Que mi carne está limpiamente mordisqueada, perdida
Para el perturbado pez entre las vainas susurrantes-
Yo los dejé atrás en mi ruta
Y así también con el pan y el vino
Necesito la repartición de derrota y carestía
Yo los dejé atrás en mi ruta
Jamás sentí que hubiera llegado
Aunque amor y bienvenida me atrapan en casa
Los usurpadores pasan mi copa en cada
Banquete como en una última cena
Necesito la repartición de derrota y carestía
Yo los dejé atrás en mi ruta
Jamás sentí que hubiera llegado
Aunque amor y bienvenida me atrapan en casa
Los usurpadores pasan mi copa en cada
Banquete como en una última cena
Traducciones de Rafael Patiño
Ujamaa
(para Julius Nyerere)
El sudor es levadura para la tierra
no su tributo. La tierra henchida
no desea homenaje por sus labores.
El sudor es levadura para la tierra
no un homenaje para un dios en su fortaleza.
Tu manos de tierra negra desencadenan
la esperanza de mensajeros de la muerte, de
caninomanoides endogámicos que resultan
más macabros que La Parca, insaciables
predadores de la humanidad, su carne.
El sudor es levadura, pan, Ujamaa
pan de la tierra, por la tierra
para la tierra. La tierra es la gente.
TELEPHONE CONVERSATION
The price seemed reasonable, location
Indifferent. The landlady swore she lived
Off premises. Nothing remained
But self-confession. “Madam,” I warned,
“I hate a wasted journey–I am African.”
Silence. Silenced transmission of
Pressurized good-breeding. Voice, when it came,
Lipstick coated, long gold-rolled
Cigarette-holder pipped. Caught I was foully.
“HOW DARK?” . . . I had not misheard . . . “ARE YOU LIGHT
OR VERY DARK?” Button B, Button A.* Stench
Of rancid breath of public hide-and-speak.
Red booth. Red pillar box. Red double-tiered
Omnibus squelching tar. It was real! Shamed
By ill-mannered silence, surrender
Pushed dumbfounded to beg simplification.
Considerate she was, varying the emphasis–
“ARE YOU DARK? OR VERY LIGHT?” Revelation came.
“You mean–like plain or milk chocolate?”
Her assent was clinical, crushing in its light
Impersonality. Rapidly, wave-length adjusted,
I chose. “West African sepia”–and as afterthought,
“Down in my passport.” Silence for spectroscopic
Flight of fancy, till truthfulness clanged her accent
Hard on the mouthpiece. “WHAT’S THAT?” conceding
“DON’T KNOW WHAT THAT IS.” “Like brunette.”
“THAT’S DARK, ISN’T IT?” “Not altogether.
Facially, I am brunette, but, madam, you should see
The rest of me. Palm of my hand, soles of my feet
Are a peroxide blond. Friction, caused–
Foolishly, madam–by sitting down, has turned
My bottom raven black–One moment, madam!”–sensing
Her receiver rearing on the thunderclap
About my ears–”Madam,” I pleaded, “wouldn’t you rather
See for yourself?”
Indifferent. The landlady swore she lived
Off premises. Nothing remained
But self-confession. “Madam,” I warned,
“I hate a wasted journey–I am African.”
Silence. Silenced transmission of
Pressurized good-breeding. Voice, when it came,
Lipstick coated, long gold-rolled
Cigarette-holder pipped. Caught I was foully.
“HOW DARK?” . . . I had not misheard . . . “ARE YOU LIGHT
OR VERY DARK?” Button B, Button A.* Stench
Of rancid breath of public hide-and-speak.
Red booth. Red pillar box. Red double-tiered
Omnibus squelching tar. It was real! Shamed
By ill-mannered silence, surrender
Pushed dumbfounded to beg simplification.
Considerate she was, varying the emphasis–
“ARE YOU DARK? OR VERY LIGHT?” Revelation came.
“You mean–like plain or milk chocolate?”
Her assent was clinical, crushing in its light
Impersonality. Rapidly, wave-length adjusted,
I chose. “West African sepia”–and as afterthought,
“Down in my passport.” Silence for spectroscopic
Flight of fancy, till truthfulness clanged her accent
Hard on the mouthpiece. “WHAT’S THAT?” conceding
“DON’T KNOW WHAT THAT IS.” “Like brunette.”
“THAT’S DARK, ISN’T IT?” “Not altogether.
Facially, I am brunette, but, madam, you should see
The rest of me. Palm of my hand, soles of my feet
Are a peroxide blond. Friction, caused–
Foolishly, madam–by sitting down, has turned
My bottom raven black–One moment, madam!”–sensing
Her receiver rearing on the thunderclap
About my ears–”Madam,” I pleaded, “wouldn’t you rather
See for yourself?”
1962
CONVERSACIÓN TELEFÓNICA
El precio parecía razonable, el lugar
indiferente. La casera juró vivir
sin prejuicios. Nada quedaba salvo
la auto-confesión. “Madame”, advertí,
“Detesto perder un viaje- Soy Africano”
silencio. Transmisión silenciada de
fingida buena educación. Voz que llega
como larga boquilla dorada y tubular, impregnada de lápiz labial
Fui sorprendido por su vileza.
“Qué tan oscuro?”… no había escuchado mal… ”
¿Es usted claro o muy oscuro?
Hedor a rancio vaho de refugio público para telefonear.
Cabina roja, buzón rojo, rojo autobús doble
aplastando el alquitrán. ¡Era real! Avergonzada
por el silencio enfermizo, llevé al límite su
turbación para suplicar explicación
ella, considerada, cambió el tono
“¿Es usted oscuro? ¿o muy claro?” advino la revelación
“Quiere usted decir, cómo chocolate puro, o con leche? ”
Su asentimiento fue clínico, rayando en la frialdad de la luz
Rápidamente, una vez ajustada la longitud de onda,
escogí Sepia Oeste- Africano- tras reflexionar dije:
“lo certifica mi pasaporte” Silencio para un espectroscópico
vuelo de ilusión, hasta que el acento de su sinceridad retumbó
con fuerza en la bocina. ¿Cómo así? dijo condescendiente
“No sé lo qué es”. “No del todo”
Facialmente, soy moreno, pero madame, debería ver usted
el resto de mí. Las palmas de mis manos, las plantas de mis pies
son de un rubio oxigenado. la fricción lo ha causado-
torpemente madame – por sentarme, mi trasero se ha tornado
Negro Cuervo- ¡Un momento madame! sintiendo
su auricular elevarse al sonido del trueno
en cuanto a mis orejas- “madame”, sugerí,
¿no preferiría verlas usted misma?
indiferente. La casera juró vivir
sin prejuicios. Nada quedaba salvo
la auto-confesión. “Madame”, advertí,
“Detesto perder un viaje- Soy Africano”
silencio. Transmisión silenciada de
fingida buena educación. Voz que llega
como larga boquilla dorada y tubular, impregnada de lápiz labial
Fui sorprendido por su vileza.
“Qué tan oscuro?”… no había escuchado mal… ”
¿Es usted claro o muy oscuro?
Hedor a rancio vaho de refugio público para telefonear.
Cabina roja, buzón rojo, rojo autobús doble
aplastando el alquitrán. ¡Era real! Avergonzada
por el silencio enfermizo, llevé al límite su
turbación para suplicar explicación
ella, considerada, cambió el tono
“¿Es usted oscuro? ¿o muy claro?” advino la revelación
“Quiere usted decir, cómo chocolate puro, o con leche? ”
Su asentimiento fue clínico, rayando en la frialdad de la luz
Rápidamente, una vez ajustada la longitud de onda,
escogí Sepia Oeste- Africano- tras reflexionar dije:
“lo certifica mi pasaporte” Silencio para un espectroscópico
vuelo de ilusión, hasta que el acento de su sinceridad retumbó
con fuerza en la bocina. ¿Cómo así? dijo condescendiente
“No sé lo qué es”. “No del todo”
Facialmente, soy moreno, pero madame, debería ver usted
el resto de mí. Las palmas de mis manos, las plantas de mis pies
son de un rubio oxigenado. la fricción lo ha causado-
torpemente madame – por sentarme, mi trasero se ha tornado
Negro Cuervo- ¡Un momento madame! sintiendo
su auricular elevarse al sonido del trueno
en cuanto a mis orejas- “madame”, sugerí,
¿no preferiría verlas usted misma?
Traducción de Carlos Ciro y Raúl Jaime
CIVIL Y SOLDADO
Mi espectro se levantó de entre la lluvia de plomo,
Y declaró “soy un civil” logrando tan sólo
Acrecentar tu miedo. ¡Mas cómo habría
De levantarme yo, un ser de esta tierra, en aquella hora
De muerte impasible! entonces pensé:
tu batalla no es de este mundo.
Y declaró “soy un civil” logrando tan sólo
Acrecentar tu miedo. ¡Mas cómo habría
De levantarme yo, un ser de esta tierra, en aquella hora
De muerte impasible! entonces pensé:
tu batalla no es de este mundo.
Inmóvil permaneciste
Por ambas eternidades, y yo aprendí, sin duda, la lección
En tus prácticas de combate sigiloso.
No dejes que un indeciso neutral vaya en la retaguardia,
Pues tras de ti se abrasará la tierra. Mi dilema civil,
Que aparece de nuevo atrincherando la tierra,
Bajo el ritual de plomo de tus más ávidos amigos,
Te abismó aún más en la confusión y cuando
Me prestaste el arma para protegerme y la
Muerte me guiñó el ojo, tu promesa
Y todo tú se esclarecieron ante mí.
En el curso de mi vida
Por ambas eternidades, y yo aprendí, sin duda, la lección
En tus prácticas de combate sigiloso.
No dejes que un indeciso neutral vaya en la retaguardia,
Pues tras de ti se abrasará la tierra. Mi dilema civil,
Que aparece de nuevo atrincherando la tierra,
Bajo el ritual de plomo de tus más ávidos amigos,
Te abismó aún más en la confusión y cuando
Me prestaste el arma para protegerme y la
Muerte me guiñó el ojo, tu promesa
Y todo tú se esclarecieron ante mí.
En el curso de mi vida
Espero encontrarme algún día
De nuevo con tu espectro en la trinchera,
Anunciando, soy un soldado. Entonces no habrá titubeo
Y te habré de disparar certero y justo
Con la carne y el pan y la vasija de vino.
Un racimo de pechos en cada brazo y aquella
Solitaria pregunta, ¿sabes amigo, incluso ahora,
El por qué de todo esto?
De nuevo con tu espectro en la trinchera,
Anunciando, soy un soldado. Entonces no habrá titubeo
Y te habré de disparar certero y justo
Con la carne y el pan y la vasija de vino.
Un racimo de pechos en cada brazo y aquella
Solitaria pregunta, ¿sabes amigo, incluso ahora,
El por qué de todo esto?
Traducción de Raúl Jaime y Carlos Ciro
FONDO Y FRISOS
Mil variantes distintas
le dieron a la Muerte, de súbita
a paulatina. Vírgenes sangrantes
en orgías de leprosos
las calles, adoquinadas con muertos innúmeros
Jacques d’Odan
ángel sabio por no precipitarse
donde no osan pisar los héroes
susurra: ¡Alto!
Esta carnicería es un descontrol (y un descabello)
Se aclara
los dedos limpios en una palangana
de sangre, y con humildad se añade
estrellas y galones
a las hombreras, el contrapeso del general
Soy un hombre
de palabra. A quien concedo
el salvoconducto prometido
le garantizo
un recorrido seguro por la calle de sentido único
Los músicos callejeros
entonan mi canción: soy
el instrumento elegido por Dios
¿Qué oigo?
¿Me tocan unos dedos gordos e impíos?
¿Botas? ¿Culatas?
Tan sólo un pequeño reproche
y vive, este reptil de barro
¡Atended a las sirenas!
¡Echaos al mar cuando me acerque!
Humano
mi código de conducta, credo
de buenas intenciones, compañero de armas
al estilo de Cromwell
algún día le enseñaremos a leer a la soldadesca
¡Fuera las manos!
Esto es un asunto interno
espera mi escudilla de mendigo
pues cuando esté saciado
yo seré llamas, tú darás auxilio puro y eterno
Una playa
oculta el guijarro. Forma
aun con lejía (o cal)
mojones
de huesos para esconder el esqueleto del odio
fútil escudo
previo a los sacrificios rituales
madre e hijo, infructuosas
plegarias
una vieja escena, que entren los actores
Semana setenta y cinco:
bienvenidos los observadores. Las visitas
guiadas con mal gusto, ¡atención!
Tenemos limpias las manos.
Dos veces ha llovido y honda es la tierra.
PLANES FUTUROS
Se convoca la reunión
del odio: Falsificadores, farsantes
Falseadores Internacionales.
El presidente, un caballo negro,
un jamelgo de circo hecho esprínter con anteojeras
Mach 3
lo calificamos: uno por el Cuchillo
dos por Maquiavelo, tres…
Velocidad que rompe
la barrera de la verdad con decreto de arrestos en picado
Proyectos en perspectiva:
Mao Tse Tung confabulado
con Chiang Kai. Nkrumah
firma un pacto
secreto en Verwoerd, que Hastings Banda jura.
Comprobado: Arafat
en flagrante con
Golda Meir. Castro borracho
con Richard Nixon
parva de anticonceptivos bajo la litera papal…
… y más por venir
APRÈS LA GUERRE
No ocultes las cicatrices
en la rápida destilería de la sangre
he olido
efluvios de narcóticos conocidos,
no ocultes las cicatrices
El tubérculo de nuestra carne común
pisoteado hasta lo hondo de la tierra combate
la muerte, recién cinchado arremete contra el sol
mas temiendo que resulte ser una concha hueca
o que los pies de las vidas recién nacidas
se hundan en el vacío de la falsedad
no hinches la piel ajada de la tierra
para glasear las grietas del tambor
No te cubras de costras
ni hagas del dolor el lamento
de un farsante con mala lengua
su rostro una máscara de velos pintada
el aliento reseco por su propia bilis
un corazón de retazos y una sonrisa de calavera
para burlar los rigores del
exorcismo.
Grietas en la pintura. Legad
los solos latidos del duramen
a los seguidores del velatorio
recién nacidos.
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