domingo, 1 de octubre de 2023

POEMAS DE MANUEL ZAPATA OLIVELLA


CANTO A CHANGÓ, ORICHA FECUNDO

 

¡Changó!

 

Voz forjadora del trueno.

 

¡Oye, oye nuestra voz!

 

Siéntate, descansa tu descomunal falo

 

tu gran útero,

 

la vida tenga conciencia de la muerte.

 

¡Oye, oye nuestro canto!

 

Oye la palabra del Muntu

 

sin el truenoluz de tus relámpagos.

 

¡Dame tu palabra saliva

 

dadora de la luz y de la muerte

 

sombra del cuerpo

 

chispa de la vida!

 

¡Oye, oye nuestra voz!

 

¡El tambor ahogado en la sangre

 

habla a los primeros padres!

 

 

 

¡Changó poderoso!

 

¡Aliento del fuego!

 

¡Luz del relámpago!

 

¡Dame tu trueno!

 

¡Oricha fecundo,

 

madre del pensamiento

 

la danza

 

el canto

 

la música

 

préstame tu ritmo,

 

palabra batiente,

 

acomoda aquí tu voz tambor

 

tu ritmo, tu lengua!

 

 

 

Changó, tu pueblo está unido en un solo grito.

 

El cervatillo amarrado desde anoche te llama

 

por tu nombre.

 

No temblará mi daga cuando corte su garganta.

 

No lloramos, ni tememos.

 

¡Gran Manga!

 

Solo esperamos que nos mantengas unidos

 

como los dedos de tu mano.

 

 

 

Caiga tu maldición sobre nuestras espaldas

 

renazca en cada herida nueva llama,

 

pero revélanos, Changó, tu rostro mañana

 

hacia donde corre el desconocido río del exilio.

 

 

 

ORUNLA, VIGILA TUS TABLAS

 

¡Orunla, primer dueño de las Tablas de Ifá

 

adivinador de los destinos,

 

te invoco, para que vigiles los partos de nuestras

 

mujeres!

 

 

 

Que cada hijo tenga un nombre

 

que su nombre sea una sombra

 

que su sombra sea una hermana

 

por los caminos inciertos.

 

 

 

¡Pero sobre todo, Orunla

 

pídele a Changó

 

herrero de la risa y el dolor,

 

no nos arrebate la alegría

 

la risa chispa que salta

 

al golpe de su martillo sobre el yunque!

 

 

 

¡Donde quiera el Muntu se renueve!

 

¡Donde dirija los pasos se anude!

 

Se multiplique en sus mujeres y no muera en el mar de las sangres.

 

(Tomados de Changó el Gran Putas. Como homenaje al maestro)

Tomado de:

https://panoramacultural.com.co/literatura/7439/dos-poemas-para-cantar-a-los-orichas-de-manuel-zapata-olivella

 

 

100

¡Por voluntad de los Ancestros

esta noche te consagro!

Abre los brazos

quédate inmóvil en el ritmo

que la vertical de tu cuerpo

sobre tus brazos abiertos

sea la cruz de Elegba

vida y sombra de nuestro pueblo

en el país desconocido.

La cruz, símbolo que te nombra

será tu palabra, tu lanza y tu sombra.

Levanta la tenaza del herrero

forjada en las fraguas de Ogún

y crúzala sobre tu lanza cazadora

 

 

101

la ponderosa lanza de agudo rostro

regalo de Ochosí.

Serán tus armas y escudos

sobre cadenas y amos vencedoras.

Hijo de Jalunga el Grebo

dos serpientes mordiéndose las colas

identificarán tu presencia

en la tiránica tierra del exilio.

Por voluntad de Elegba

serás su símbolo y mensajero

capitán de las revueltas tribus

su combatiente compañero.

Toma tu lanza

a tus hermanos hará fuerte.

Cierra la boca,

los oídos oigan tu pensamiento.

Escucha la palabra de Elegba

en el ritmo invisible de las cosas

solo oyéndolo conocerás el aliento

latente de la vida

que se agita

 

 

102

que se esconde

en el polvo, los mares y el aire.

Tu lengua oiga los sabores

en las aguas diluidas

en los poros y en el grano

en los jugos de las flores

y en la sal de las piedras.

Que tu piel parche de tambor

sea sensible a la lluvia percutora

al minúsculo respiro de la gota

y a la palabra trueno de la nube.

La telaraña de tu oído

capture el vuelo de la luciérnaga

y el sueño de los huevos en su nido.

Solo viendo los invisibles sonidos

descubrirás los mensajes escondidos.

Tu corazón

 

 

103

permanente llamarada

alegrará la rebelde sonrisa del ahorcado

y la lágrima de la madre

que deje embarazada.

En el grito de su hijo

estarás en su sombra

cubriéndole la huella.

¡Eía Nagó hijo de Jalunga

biznieto de Sassandra!

Caminante sin reposo

los Orichas te dejan mirar

la cristalina fuente del futuro

el porvenir que corre hacia tu encuentro

desde el más remoto confín hasta tus ojos.

Habitante en otros cuerpos

sembrarás el sol en sus noches

sabiduría en las palabras

fuego en la ceniza

vida en la muerte

risa en el dolor

 

104

risa en el dolor

belleza en la fealdad

y constancia en el rencor.

Por un camino cerrado

abrirás siete puertas.

Libre, al hijo que te maten

le nacerán siete cabezas.

Herrero de la vida

bala de la muerte

vencerás la angustia.

Mágico cuerpo de serpiente

cada anillo de tu cola cascabel viviente.

Protegido de [Tachado: Elegba. Escrito a mano: Changó]

caminante sin retorno

presente memoria

pasada experiencia

vivo recuerdo de los sabios

verbo creador

la vida sale

al golpe de tus labios.

Tomado de:

https://revistas.unicartagena.edu.co/index.php/visitasalpatio/article/download/2611/2188

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