domingo, 15 de septiembre de 2024

POEMAS DE ALFREDO PÉREZ ALENCART


PESSOA, FERNANDO 

 

Se aparece a las cero horas, mientras leo sus salmos perpetuos.

No vendo esta flor que resiste los siglos;

no compro otra flor mientras esta transfigure mis cicatrices.

Árbol ardiendo, todavía.

Libélula impaciente, desde el 35,

sea Álvaro

o Bernardo, sea Ricardo o Alberto,

sea Alexander o Antonio al vaivén del repliegue en sí mismo,

absorto en otras existencias que apresan su insaciedad

y le marcan como hierros lejos de su cuerpo.

Su huella está en la cumbre, hecha brasa.

Leo los pliegues de su alma,

¡y cómo me persigue tal pozo de tormentos!

Lo suyo es un Libro de Primicias

que increíble me acostumbra a respirar de otra manera.

Otro poeta, su sombra,

(posiblemente yo), susurra:

Nunca he sido yo, pero quizás mentí para decir la verdad.

Mañana, cuando despierte, bajaré a la playa

para cumplir uno de sus mandatos:

“Al sol siéntate. Y abdica

para ser rey de ti mismo”.

 

 

SI LO HICIMOS

 

Si lo hicimos con el pulso abierto, sin reposo, fue

porque se impuso la vuelta al principio, a la tierra mortal

sabedor de lo que no es sueño ni patraña, y sí calor supletorio

librando brasas de heredad, primicias distribuyendo

sus encantos, sus danzas alrededor de la vara. Oh pulpa viva

núcleo del hondo vuelo, verbena de lo súbito

saladamente húmedo que inflama

gajo a gajo.

No es presagio de rígidos estambres. Si

lo hicimos fue para acabar con la última soledad.  Oíd

el roce de epidermis, las cataratas, las sinfonías jubilosas

del numen carnal semiclandestino. Todo vuelve a su sitio

en la hora hermosa, cuando un aroma de orquídeas

pasa por el aire de arriba, venteando el embiste, el canto

dulcificado de nuestro largo pensamiento, de nuestro

repetir palabras sagradas sobre flores acostadas.

Fue por la vida. Si lo hicimos fue por la entrega sin réquiem,

sin máscaras en ningún instante, expuestos

de luz a luz a las lenguas de la noche, ignorando a la suerte,

ajenos a las endechas, a las gárgolas, a los perros

perdidos, a sus fétidas deyecciones que nada tienen

que ofrecernos. No hay sino un descender al fondo, un calibrar

inenarrable fuera de la colección de los días

satisfechos, sin perdurables culpas, sin anécdotas.

No en horas de eclipse. No naciendo de tumultos.  Si

lo hicimos fue porque estábamos en territorio de pájaros

con la piel desnuda, postergando absurdas

ganancias, las caricias encendiendo su fragua, el vuelco

de las estrellas, la construcción de los sonidos que

nos separan de las nubes. Ah, Dios fue testigo del goce

mojando nuestras bocas al crepúsculo, al amanecer

detenido un instante mientras bailaban las estaciones.

Ved la señal en nuestros cuerpos. Si lo hicimos

fue para quitarnos las oxidadas corazas, la apoteosis de la

hipocresía. Vorágine tras vorágine lo hicimos como dádiva

estival, sin reprobarnos nada, beodos ahincados

en el deseo incancelable, repatriando las manos, los

cabellos.

Ni arsenal de adioses ni cuerdas inquisidoras

sobre lo que hicimos.

 

 

MIENTRAS TANTO

 

Mientras los inquisidores comprueban

que el hombre existe

y llena su zurrón de pérdidas y ganancias,

él sigue residiendo donde los relojes avanzan

con su derecho a no dar la última hora.

Quieren taparle la voz con las manos de la intriga,

mientras alzan sus copas color envidia

o perpetran postergaciones y panfletos;

pero el hombre sigue con su único menester:

sumar a sus crónicas las primicias

de indesmayables vuelos.

Así camina entre el aliento de las gentes,

apartando celos y malentendidos,

ofreciendo amor con las pestañas de sus ojos,

palabra a palabra dispuestas a perdonar

trampas de la ciudad pequeña.

Las ventanas de su corazón están abiertas.

Es cuestión de preferencias, de no huir del asombro,

de saber que el tiempo es dulce y mezquino:

así va sintiendo cómo la ciudad pequeña

va amarrándose al tallo envolvente de su espíritu.

Mientras se empeñan en dejarlo de lado,

queriendo evaporarlo con amargos

incendios viscerales, él destila buen humor,

ofrece de comer a los pájaros

y termina por creer que tantas zancadillas

sólo fueron sueño.

Tomado de:

https://circulodepoesia.com/2021/09/poesia-contemporanea-en-espanol-alfredo-perez-alencart/

 

 

SOL DE VERANO 

 

A Jacqueline

 

 

 

Yo desaprovecho el sol, pero mi amada

 

disfruta y eso basta para que me apreste a zigzaguear

 

otro verano incandescente.

 

Oh temperatura que inflamas para desprender inviernos,

 

¡regálame al menos una brisa junto al río,

 

un tierno aliento que reanime mi cuerpo acalorado!

 

En el estío todo mi yo se colapsa hasta en las sombras,

 

mi intimidad da pasos inciertos, gatea, huye del sol,

 

pero es el tiempo feliz de mi amada

 

y eso basta para que cuente las horas que faltan

 

hasta la noche de un otro idilio, punto feliz

 

para el festejo que Dios ordena sin postergar deseos

 

ni al interior de nuestros sueños.

 

Cae el verano sobre esta meseta, ofrece

 

hermosas señales que entusiasman a las gentes, fiestas

 

vis a vis, celebraciones que recomienzan

 

por todo un horizonte que poco duerme en este tiempo.

 

Oh nubes que fluyen a intervalos, ¡edificadme

 

al menos un techo donde guarecerme

 

de los invictos relumbres de este sol que mucho

 

se señorea sobre la piel de mi amada y eso basta!

 

Con la noche de San Juan principian días abiertos

 

a nieblas tempranas y a un sol amante

 

de acariciarlo todo: se descuelga para dar

 

más que tibieza de súbito en la cara y a la densidad

 

del aire que nos deja sin camisa.

 

Se cortan los trigos y tras ello florece

 

la convivencia, el júbilo, el agasajo…

 

¡El sol me derrumba, pero disfruta mi amada,

 

y eso basta!

Tomado de:

https://revistaanestesia.com/poemas-de-alfredo-perez-alencart/

 

 

LOS ÉXODOS, LOS EXILIOS

(Fragmentos)

 

I.

 

………………………¡Cuidado!, ¡no te confundas!

………………………Tener una casa no significa tener una patria.

 

Una casa, y luego nada,

o la ruda necesidad de partir pegado a tu sombra,

trocado en ruinas todo cuanto tenías,

errante por suelos sin color, por campos resecos

redoblándote la agonía.

 

Tormenta y más tormenta en el otro existir

al que eres lanzado, cerca

de ningún lado de lo tuyo, roto el cordón umbilical

por un inesperado amanecer:

exhausto,

desfalleciente cuando tus pies pasan puentes

y luego no hay reclinatorios

donde sollozar a cuentagotas o soltar vagidos de niño

u hombre enternecido.

 

No preguntes qué es la patria, porque sagradas

son la respuestas y pocos saben lo suficiente

de ése tembloroso suelo que muchos tamborilean

de fiesta en fiesta.

 

………………………Tocarán a tu puerta, y será la señal

………………………y no habrá ocasión para elegir.

 

Una casa, y luego nada, aunque invoques dos veces

con labios limpios

y alces tu lámpara con mansedumbre.

 

………………………Irás a patria ajena

………………………y callarás,

………………………y aprenderás

………………………como huérfano sin heredad.

 

.

 

V.

 

¡Oriéntese la brújula

……………y destápese su arcón de imágenes!

…………… ¿Dónde quedará el lugar para otra existencia?

 

……………Vidas y siglos han pasado.

Internamientos y expulsiones vendrán.

Pero alguien visita a gente suya que vive en otra patria

y comprende hasta la última lágrima.

Comprende que el basto alboroto es pirotecnia

y que este puente de oro se puede caer, y que cuando

por aquí se palidezca, allí mirarán de costado.

 

Por eso la intención profunda y las manos en cuenco.

Por eso el mensaje resplandeciente.

 

…………… ¡Dóblense los arpones!

…………… ¡Acondiciónense propiedades deshabitadas!

…………… ¡Acábense disputas tribales!

 

Migrar no hacia el eclipse

sino donde las abejas alzan novedosos panales:

una distancia

y otra, y otra más hasta llegar en medio del pueblo

o la ciudad, lagrimeando de verdad

porque así es el juego de la vida, salir caminando

bajo soles de magnesio,

bracear hasta que llegue el crepúsculo,

desarraigarse por el pan creyéndose

golondrina.

 

……………Se recuerda cuando se aterriza.

……………Se recuerda cuando se cruzan las aduanas.

……………Se recuerda.

……………Se…

 

…………… ¡No fajarse con los exhaustos!

 

.

 

VI.

 

Enflaqueció la bonanza. ¿Te quedas o regresas?

…………… ¿Qué noticias tienes de tu aldea?

…………… ¿Qué contrapunto darás a esta flama indecisa?

 

En tu mirada silba el fuego y lo atractivo de otro mapa,

de otro rumbo apenas mensurable.

En tu mirada se engullen puertos y aeropuertos.

En tu mirada prosigue su marcha el diario ensamble

a la tierra que te has ganado.

En tu mirada coinciden dudas a degüello.

 

……………La ciudad almacena mil cuchillos

pero también benevolencias removiendo corazones,

damas y caballeros que por ti caen de rodillas…

 

……………Se abrevan lontananzas borrascosas.

……………Se atisban guardias encubiertos.

……………Se redoblan los himnos irrenunciables.

……………Se desvelan las lanzas invertidas.

 

……………Esperas otra ocasión,

a que se transfigure la mañana si vislumbras cercana

la gracia, corpulenta para hacerte hermano

luego del bautizo, poniendo la cabeza dentro del río,

empuñando una paloma ahíta de realidad.

 

A su tiempo, hoy tienes confianza

……………en la pura combustión

……………del espíritu, en la carne que no aguarda el instante

……………de tu partida. Migrante: tú no serás víctima

……………de rayos o espasmos que tallan epitafios;

……………a ti no alcanzarán cámaras boreales

……………donde podrías desaparecer…

 

…………… ¡Bórrense las letras de leyes impías!

 

.

 

VII.

 

……………Caminos. Desvelos.

 

……………Oh vida del extranjero que se acuesta solo. Marcha

de una patria que no es suya a otra tierra ajena.

Visceral mueca de la memoria, migraciones gritándole

sus miedos, orándole con la mano en el pecho;

oh desgraciado a quien tampoco ahora mismo nadie espera.

 

¡Enseña

tus riquezas acumuladas: esa tristeza de ser pobre;

ese gesto de prestar tu candil las noches sin luna;

esos brazos que leñan árboles para el frío de enero;

esos labios que no mienten!…

 

……………Te vas. La situación lo exige.

……………De nuevo intentas localizar tu Tierra prometida.

 

Quieres únicamente lo que puede ser tuyo,

pero eso está al otro lado y llueve

y la ventisca se esfuerza en frenar tu avance

y los truenos revientan sobre tu sombra,

y los rayos delatan tus pasos furtivos de necesidad extrema.

 

……………Sólo conozco tu soledad, extranjero.

 

……………Tu soledad y tu migrancia

viajando hasta mi corazón, asidos al sentido

de las cosas,

ovillándose en la noche, temblando

en el invierno que no se aquieta

ni un instante.

 

Extranjero, tú no eres historia sino reproche,

a pesar de tu debilidad…

 

…………… ¡Viéndote se engañan los autóctonos,

……………creyéndose dueños de una casa

……………que pronto bien puede ya no ser suya!

 

.

 

XII.

 

Dicen los errantes:

 

“¿Qué nativos nos hospedarán viéndonos en andrajos

y sabiéndonos carne de exilio?

 

……………Vivíamos lejos de estos hombres, tratábamos de huir

de sus tentaciones, de sus pisadas apresuradas…

 

……………… Nos sentábamos en grandes mesas…

 

…………… ¡Ay, vamos por antiquísimas tierras, en diáspora rodando genuflexiones, pero el horizonte sigue desierto,

sin puertas que nos restituyan al centro de la humanidad!

 

Memoria de abandonos somos, memoria de reencuentros

somos: ahora estamos en confines sospechosos

donde los perros ladran a la gran lechuza

y a los jóvenes lamedores de cenizas.

 

……………Henos aquí,

en algún sitio del mundo,

sintiendo que ya perdimos nuestra propia tierra,

pero no las instrucciones, pero no al mendigo que viene atrás,

incansable en su oficio de lavar nuestros pies.

 

……………Así se dilatan los siglos,

aunque nos denieguen la petición de asilo.

Así saltan los huesos de las urnas y la carne húmeda del bautismo:

convalecemos por desangres, por cadenas oxidadas,

por naufragios en plena llanura.

 

……………Crece la extorsión.

……………Crece el despojo de quienes ya poco teníamos.

……………Crece la incredulidad a manos llenas.

……………Crece otra frontera que no derrite nuestras esperanzas”.

Tomado de:

https://www.carruajedepajaros.com.mx/siete-poemas-de-los-exodos-los-exilios-de-alfredo-perez-alencart/

 

 

HUMILLACIÓN DE LA POBREZA

 

(Nino de tres años vendiendo chicles)

 

 

 

No decir tu nombre. Decir tus ojos reflejando fríos

 

decir tus manos extendidas; decir que perdiste niñez

 

porque un remolino de pobreza te estrelló por calles

 

donde escuchas palabras bruscas y palabras huecas.

 

No decir tu país o tu ciudad. Decir tu futuro en vilo,

 

dependiendo de valentías o vergüenzas devoradoras;

 

decir que subsistes en medio de los días quemados

 

y que no desfalleces aunque todavía eres vulnerable.

 

No decir el color de tu piel. Decir que las hambres

 

te gritan desde que naciste; decir que tu foto no sale

 

en las páginas sociales; decir que el día te hizo cauto

 

y que la noche y sus rapaces están ahí para devorarte.

 

No decir discursos políticos o teológicos. Decir que

 

nadie remienda tus zapatos; decir que tu desamparo

 

se debe al orbe asqueroso de la codicia; decir llanto,

 

injusticia procaz, rabia ciega; decir pan mío para ti.

 

 

LAS MONEDAS 

 

Se han puesto

 

a contar las monedas

 

que cobraron tras

 

el desahucio.

 

Así es la servidumbre,

 

sin pudores, pura erosión

 

de aquella algarabía

 

de unos pocos

 

saqueando a muchos.

 

Llegaron los mercaderes

 

y el ladrón presta

 

al prestamista, y el pordiosero

 

increpa al pobre

 

de nueva credencial

 

tras el eclipse.

 

Las monedas.

 

Se van. Vuelven. Defecan

 

su óxido sobre los peces

 

y los panes. Incitan

 

al simplísimo

 

crimen del hambre.

 

Ni dos peras

 

ni dos manzanas te dan

 

sin ellas.

 

 

SER O NO SER

 

 

No digas

 

que estás con las víctimas,

 

si eres del clan

 

de los verdugos.

 

No se inflen de pueblo

 

tus pulmones,

 

si no asumes

 

sus asuntos.

 

No hables

 

del pan para el mañana,

 

si los demás

 

no tomaron desayuno.

 

 

RESISTENCIA

 

 

Día tras día

 

te persiguen los feroces

 

con sus gritos

 

y condenaciones.

 

No toleran

 

el perfil invicto

 

de tus bolsillos vacíos,

 

el temple

 

de tu mucha exigencia

 

y el no mentir

 

jamás.

 

¡Están perdidos

 

en su mal gobierno,

 

ansiosos por usar

 

sus hachas!

 

Hoy mismo tu voz

 

tuerce sus hablas

 

que no tocan verdad.

 

La tuya es la historia

 

de los que resisten.

 

 

CAMPO DE REFUGIADOS

 

 

Y estos niños ¿qué combates perdieron sin haberlos provocado?

 

Mujeres que solo esperan para enterrar a sus criaturas.

 

Pues yo miraba ancianos entre el polvo o el barro de esos laberintos,

 

hombres enfermos que ya ni cuentan lo que han vivido.

 

Otra vez la gente agolpándose en el centro de mi corazón,

 

otra vez la humanidad sin entonar su mea culpa.

 

 

CARTEL 

 

En la calle un hombre muestra

 

su cartel: “Sin trabajo

 

y sin recursos”.

 

En cuclillas, cierra los ojos

 

y muerde sus labios,

 

sin pausas.

 

Acudo hasta su último peldaño,

 

porque hace mucho

 

que está agotado

 

Vale tratar de ayudar:

 

es preferible.

 

 

MIRADA QUE RUEGA

 

Un ojo despierta

 

y el otro quiere dormir,

 

magnetizados

 

por las mortales peripecias

 

que tan pronto pudren

 

la vida.

 

Anclada en su necesidad,

 

tal mirada ruega

 

sobre el polvo del

 

camino.

 

Y pone a prueba tu fe,

 

invitándote

 

a pasar hasta el fondo

 

de su pena.

 

Unos ojos de niña

 

saben que no es

 

casualidad

 

tanta pobreza.

 

(Al pintor José Carralero, amigo)

 

 

HONESTIDAD

 

Una tela de araña

 

flotando,

 

cumpliendo la misión

 

de ocultar el horizonte.

 

Algunas manos sucias

 

y el desinterés

 

de la mayoría.

 

Y tú,

 

buscando eliminar

 

el asco,

 

las pústulas

 

que imponen su gusto.

 

Ser honesto

 

es la debilidad

 

que te hace fuerte.

 

 

PREFIERO ESCRIBIR DE LO QUE RASPE MI CORAZÓN 

 

Yo nunca había escrito nada

 

del trabajo enjaulante

 

que clava sus agujas

 

en la espalda de los que cada sábado

 

tienen el cuerpo aleteando

 

sus ayes.

 

¿Es que nada debería decir

 

del trabajo que hipa subterfugios

 

para hacer trata de blancos o negros?

 

¿Es que debo callar como la mayoría

 

que cree bonito su feo silencio?

 

¿Es que el vivir mansamente,

 

con la boca desdentada,

 

nos hace caer en la indiferencia?

 

Tanto se ha acomodado la gente

 

que todo son remilgos a la hora

 

de anotar lo que avergüenza

 

o sobresalta.

 

¡Ay con la embriaguez de la bonanza

 

y con las rimas de salón

 

políticamente correctas!

 

Prefiero escribir de lo que raspe

 

mi corazón.

 

 

LOS HUESOS DE ALREDEDOR

 

Estos huesos de la fosa descubierta

 

iban por el camino recto

 

de la vida.

 

Desde hoy cambiarán de postura: sólo de lugar,

 

nunca de destino, nunca como esos

 

cuya baba era de cal y de estólida locura

 

fusilante.

 

Hoy Pepe Mateos ha encontrado los huesos

 

de su padre (1936-2007): hoy lo he visto sudar

 

bajo un cielo de granizo.

 

Lo he visto en un pueblo de Castilla, escarbando

 

la tierra con sus uñas y con el ADN de su sangre.

 

Lo he visto exhumando 14 cadáveres hasta

 

ordenar sus huesos más queridos.

 

Hoy he visto llorar a Pepe Mateos,

 

llorar con ojos de huérfano, como niño todavía

 

con sus lagrimales resecos

 

soportando veintitrés mil días de duelo.

 

Lo he visto en Pelabravo

 

limpiando los huesos del padre para inhumarlos

 

como corresponde, para que la muerte

 

no siga amasando más tristezas.

 

Lo he visto conversando con Luis Calvo

 

mientras peinaba sus canas y guardaba las gafas,

 

porque desde hoy puede ver

 

cómo se alarga la sombra de su padre,

 

ya libremente

 

por la fría meseta castellana.

Tomado de:

https://www.nagarimagazine.com/ojala-que-nunca-te-suceda-y-otros-poemas-civicos-alfredo-perez-alencart

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