domingo, 8 de septiembre de 2024

POEMAS DE JAIME LONDOÑO

 


Ángel de la guarda

 

Si no sufres de hambre

si no pasas horas enteras

midiendo el vacío a tu alrededor

si no te importan los fracasos

los caminos minados

si las distancias no te afectan

si no tienes frío

si lo mismo te da

un callejón o un apartamento

si no sientes dolor

 

Si tus heridas son de aire

qué te importa la vida

no te cortan los servicios

no te embarras en los charcos

ni te espichan en el bus

ni te enamoras

ni te embriagas

ni sabes soñar despierta

 

Ángel de la guarda

sé por qué sólo buscas compañía

 

 

Muerte I

 

En algún lugar del ataúd la muerte escribe versos

ve por las ranuras la procesión de los gladiolos

toma café

se mira al espejo

en los agujeros de la madera

descifra constelaciones y galaxias

toma brandy

hace bolas de humo

cuenta sílabas y espía por el ojo de la cerradura

la labor ingeniosa de la hormiga

 

En algún lugar del ataúd la muerte siente frío

está sola

camina en círculos

se calienta los brazos

acaricia las cortinas púrpuras

y siente que la nostalgia camina tras su sombra

en algún lugar del ataúd la muerte llora

está pensando en cambiar de oficio

 

Alquimistas ambulantes

 

 

Muerte II

 

Por nuestras venas no corre sangre

sino óxido

ríos de tiempo erosionan las rocas

de nuestras vidas

 

Por nuestras venas

corren cosas viejas

una noche de miedo

un paseo por el bosque

los juegos que se quedaron atrás

 

Por nuestras venas corre niebla

espacios abiertos llegan a los ojos

cuando estamos tristes

para que lloremos

Por nuestras venas corren voces

sonidos que estallan cuando llegan a la boca

para que cantemos cuando estemos contentos

o gimamos

cuando estemos lejanos

 

Por nuestras venas corren enanos con destornilladores

nos aflojan la piel

los ojos

los recuerdos

 

Cuando terminan

quedamos desparramados en una caja

 

Por nuestras venas

corre la muerte

 

 

Guerra I

 

Para variar estamos en guerra

Contra los zancudos porque nos hurtan los sueños

Contra las polillas

porque juegan con la luz descrestando nuestro asombro

Contra las cucarachas

porque a hurtadillas reciclan las sobras de nuestra noche

Contra los mosquitos

porque nos roban la pereza

y elevan por el aire la metáfora de nuestra sangre

Contra las pulgas

porque envidiamos sus volantines de fiesta

y sus gambetas en las cuevas tibias de las colchas

Contra los piojos

porque piensan por nosotros

y conocen los lugares secretos de nuestras calvas

 

Para variar estamos en guerra,

a veces nos matamos

para combatir la rutina

 

 

Poesía

 

La poesía es un oráculo:

ten cuidado al leerla en voz alta,

ten cuidado al interiorizarla,

no le des ese pan a la memoria,

y sobre todo,

cuida lo que dices

cuando te lances a esgrimir versos,

que la poesía es un oráculo terrible,

así como da la vida,

da la muerte.

Tomado de:

https://www.omni-bus.com/n19/poesia.html

 

 

SEPULTURERO

 

Decoro a los muertos

que lívidos y vestidos de lila

me echan en cara

los horribles ornamentos,

los afeites y el griffin que les huele a podrido.

Nunca les pregunto si quieren tinto

o un ponqué con sabor a lágrimas,

los maquillo y les abro la ventana a la muerte,

a la perezosa tarde que los aguarda

entre bajeles de rancios aromas

solo para que la gusanera se frote las manos.

 

 

NO

 

No se monta al bus por la puerta de atrás,

a No le compran nada,

desciende infeliz,

regresa a la avenida

limpiando todos los sí que avanzan meneando la cabeza.

En los semáforos No pide

y mientras pasan los autos

No sueña con manos blandas

que descienden desde otras nubes

para tomarlo en brazos y mecerlo.

A veces No duerme bien,

le alcanzan las sobras para comprar el vestigio de los sueños.

No visita la playa, reconoce el sabor marino

en la brisa menuda que le baja del ojo

y le llena la boca de oleajes amargos.

Con los dos palmos de vida que le quedan

No sube a la luna

como si fuera la muerte.

 

 

BALAS

 

Las balas de los policías no matan,

son elementos mágicos que zumban por el aire

y se dispersan entre el gentío

sólo para darle compás

a los que marchan.

Pero no matan.

Son inofensivas,

los soldados las toman al desayuno

para combatir las órdenes de latón.

Las balas salen felices de las armas,

aplauden desde el aire las consignas,

pero no matan.

Los orificios en los cadáveres

son ecos del hambre y la tristeza.

 

 

MUERTE 

 

En algún lugar del ataúd la muerte escribe versos

ve por las ranuras la procesión de los gladiolos,

toma café,

se mira al espejo;

en los agujeros de la madera

descifra constelaciones y galaxias.

Toma brandy,

hace volutas de humo,

cuenta sílabas y espía por el ojo de la cerradura

la labor ingeniosa de la hormiga.

En algún lugar del ataúd la muerte siente frío,

está sola,

camina en círculos,

se calienta los brazos,

acaricia las cortinas púrpuras

y siente que la nostalgia camina tras su sombra.

En algún lugar del ataúd la muerte llora,

está pensando en cambiar de oficio. 

 


ADIVINA

 

Ahora que tienes en tus manos

la nobleza del viento

y la aguja del sol,

zurce con tus versos

la historia final de tus días.

 

Que nada te quede a la deriva,

aúna risa, mar y aroma,

pues todo cabe en el poema que te habita.

Reúne las cosas y dale música a tus días

con tus versos florecidos.

 

Acábese o no el mundo,

la fuerza que mana,

la fuerza que genera y da vida,

hacen de ti un ave encantada,

un ave de emocionados ritmos.

 

Toma el vuelo

que yace a tu lado cuando ríes

y no mires atrás al emprender el viaje

hacia tu centro,

que tu poema te llena de astros.

 

 

EL SUICIDIO DE PAPUS

 

El del 17

 

calma sus angustias con trazos de vino

 

y pan mojado de niebla,

 

el espejo le equivoca el gesto.

 

La del 16

 

dibuja en sus senos la punta del deseo

 

que se torna calor entre las venas.

 

No se volvió a saber nada

 

de los que vivían en el 15,

 

algunos dicen que en las noches cálidas

 

un tufo secretea aromas rancios bajo el vano de la puerta.

 

En el 14 dos niñas se hacen masajes,

 

siembran flores en sus cuevas

 

con besos que hunden los dedos.

 

Los del 13 se han traicionado,

 

no advierten que paso frente a sus gritos.

 

En el 12 la comida se enfría,

 

la madre reprende a su hijo

 

por odiar el presidio que llaman colegio.

 

En el 11 un viejo agoniza,

 

las burbujas de oxígeno le quitan gotas de sueño,

 

lo dejan de lija en el cuarto vacío.

 

Buena fiesta en el 10,

 

el carnaval de los cuerpos

 

brilla con las ondas del baile.

 

El 9 se arrienda,

 

en los rincones las polillas sueñan con telas,

 

un fantasma vela una roseta vacía.

 

Del 8 salen vapores,

 

manjares se cocinan en las ollas,

 

tiritan de alegría los encantos del horno.

 

Los muebles del 7 hablan de los moradores

 

y de sus extraños rituales que tienen durante las horas de sueño,

 

presiento fábulas de aire en el canto de sus balas.

 

La señora del 6 habla con sus matas;

 

oyen la misma música,

 

beben de idéntico vaso,

 

comparten la pensión.

 

En el 5 una perra sueña,

 

echada al lado de la silla presiente pasos imaginarios,

 

al olfatear la caída ladra sobresaltada.

 

Era bonita la del 4,

 

ahora su departamento lo invaden los niños,

 

puedo ver cómo estrellan su algarabía

 

contra las paredes que se achican.

 

Alguien suma en sus bolsillos,

 

es el vendedor de seguros del 3,

 

acumula deudas entre las pólizas.

 

La pareja de ancianos del 2

 

mira sin asombro la televisión que los hastía.

 

En el 1 el portero anota en un cuaderno las horas tediosas,

 

doblegado por las venias bosteza,

 

hoy será amarillista.

 

 

ÁNIMO A DOS MANOS

 

No saltes

 

Sugieren las voces de paso

 

al recordar que allá no se diferencian las horas,

 

días y noches son paños

 

mudos y teñidos de barro

 

Salta

 

Arengan los días de tus días ya muertos.

 

Tu nombre olvido y todo tu exaltado yo

 

al llegar barrerá

 

la gente atormentada del andén

 

No saltes

 

Murmullo tras murmullo hemos visto en el humus

 

el lento deambular del gusano

 

que se aproxima a degustar las yemas de tus ojos

 

Salta

 

Somos las heridas y sabemos cuán inútil

 

se yergue la esperanza;

 

en mortaja, ya sabes lo que eres

 

No saltes

 

Esos presagios que te hablan

 

se escaparon de la vida

 

flácida,

 

solo van de ventana en ventana

 

pidiendo limosna a los paupérrimos

 

que añoran el día plañidero

 

Salta

 

Tu viaje son escombros,

 

cenizas de polvo hechas ceniza,

 

ideas funámbulas que trataron de volar

 

con rocas en el cuello

 

y un mar de soles apagados en el bolso

 

No saltes

 

Hay pájaros que traen con el pico la estación

 

y el filo del sol en la memoria,

 

hablan en voz baja y sin embargo ruedan

 

contigo en la barca que te lleva

 

Salta

 

El olvido es otra orilla que retorna

 

con los cánticos encendidos

 

de las voces apagadas.

 

Nada. Nada arde en otro mundo

 

salvo la sombra que aquí dejas vigilante

 

No saltes

 

Hay segundos que se pueblan

 

con el batir de albatros

 

que ríen y entierran la tormenta,

 

hay espejos que se abren

 

como árboles que cantan

 

Salta

 

Sentirás el brillo de la hierba

 

bajo el río centinela

 

que se lleva tus desgracias,

 

olerás en la raíz del origen

 

el aroma del pétalo de miel

 

Salta No saltes Salta No Saltes Salta No saltes Salta No saltes Salta No

 

Dicen las voces en un lento diluir de tiempo entre las sobras.

 

Inútiles, vanas, voyeristas, ignoran que siempre hago caso

 

Omiso.

Tomado de:

https://eugeniasancheznieto.blogspot.com/2018/06/jaime-londono-espantapajaros.html

 

 

Ahorcado

 

Que bello el ahorcado,

Da vueltas, lame el viento su lengua,

Con su silencio de péndulo

Marca un grito de ayer.

El ahorcado mira a tierra,

Viaja en su sueño la muerte

Y con su mirada volátil

Rechaza su origen,

La naturaleza de la tarde,

La bulla de los niños

Y el estrépito del sol en las cabezas.

El ahorcado duerme de espaldas al aire,

Es un fruto maduro, estalactita henchida de dolor;

Sus ojos blancos sueñan con la noche

Y con el polvo que levantan las sirenas y los gritos.

Que bello el ahorcado

Nos enseña que la vida se atora en la garganta.

 

 

Cuando era puta

 

Cuando era puta

fisgoneaba bajo las enaguas de la noche

El cielo picoteado por las estrellas

Disfrazaba mi tristeza con un brandy amargo

En el rojo encendido de mis labios

Para que los hombres no habitaran mi boca

Que es un canto sagrado.

Cuando era puta era casta al enamorarme

Y volaba de esquina a esquina

Hurtando la sonrisa de los emboladores

Que brillaban mis piernas

De los que apresaban mis sueños

Y los molían a golpes

Y no era falso ir a misa.

Cuando era puta fui libre.

 

 

Olores

 

Si te persigue el olor a fétido

Será que tu madre te busca a gatas

Para enredarte sus pañales

Y confundirte con sus angustias;

Si te persigue el olor a amarillo,

No creas que el sol se derrite

Atónito y triste ante tu mirada,

Viene tu padre batiendo un pañuelo

Con el que se limpió tus miados.

Si te persigue el aroma ocre,

No creas que se ha revenido la tumba donde agonizas,

Es tu cansancio que ya empieza a perseguirte.

No dejes que te persiga el aroma de la naftalina

Que te protege y te confirma,

Chupa alcohol y deja que el olor a tufo

Te bautice, te nombre y te enlagune.

Pónle cuidado a los olores,

Si tu culo huele a rosas

Te persigue la muerte.

 

 

Tuerto

 

Al tuerto no le tienen confianza,

No le echa ojo al carro

Y deja derramar la leche mientras cocina una sonrisa,

Sólo ve de medio lado.

Dudan de él y lo tildan de falso,

Mientras llora por un ojo, por el otro

Sueña con la oscuridad y con los pétalos que duermen,

Durante el baile de la noche

Cierra el ojo bueno y abre el tuerto

Para vigilar el sigilo de las sombras.

Las mujeres lo aman, creen que tiene el ojo tuerto

Para alagarlas cuando pasan.

Algunos piensan que es tuerto de mentiras,

Que se ha maquillado un ojo para jugar al espía,

Al cómplice de los rateros, pues no les echa ojo.

Pero si la noche tiene un sólo ojo

Por qué el tuerto habría de tener dos.

 

 

Perro

 

Si tenemos perro debemos levantarnos temprano

Para que nos pasee el perro.

El hombre es el mejor amigo del perro,

No importa si tenemos hambre,

Primero es la comida del perro,

El baño del perro,

El sueño del perro y las cosas del perro.

Creemos que el perro nos hace felices

Nos bate la cola

Nos llena de microbios la cara cuando nos lame

Ensucia el jardín, el tapete y la cama.

Nosotros aprendemos del perro

Nos gusta que nos saquen a pasear

Que nos acaricien

Que nos dejen dormir todo el día y que nos sean fieles.

Nosotros también gruñimos cuando estamos furiosos

Sacamos la lengua cuando estamos cansados

Movemos la cola de la sonrisa cuando estamos contentos.

Aprendemos del perro que debemos cuidar las cosas

Y que todo el mundo debe servirnos

Si no tiene espejo compre un perro.

 

 

Espejo

 

Adán al revés es nada (Unamuno)

Unamuno no sé

Eva al revés es ave

Samaritana al revés Ana tira más

Noé al revés Eón

abad al revés daba

asir al revés risa

mar al revés es ram

memoria del agua

amor al revés Roma

Rama al revés amar

hales al revés selah

orar al revés es raro

otro orto

Ares al revés será

Éter reté

Ario oirá

salir rilas

TV VT

Seres invertidos Seres

río al revés oír

des sed

nos son

se es

solos al revés solos

Seres invertidos Seres.

Quién dijo que en este mundo

no nos rondan los espejos brujos.

 

 

Manos arriba

 

Todos los días levantamos la mano

para responderle presente a la rutina;

pedimos la palabra para soñar,

en los atracos nos levantan las manos

durante las requisas los soldados nos izan las manos,

el cura nos excomulga con las manos levantadas,

para echarnos desodorante levantamos las manos,

con las manos en alto pedimos perdón,

los insultos vienen en las manos levantadas,

en el ataúd nos dejan bajar las manos

porque no cabemos.

 

 

Un hombre mirando al sudoeste

 

La imaginación es un fantasma,

nos enseña con metáforas sencillas

el placer del vuelo y la fiesta del olvido.

Sus bocetos señalan el lugar

donde contemplo la fortuna

de hallarme lejos de las sombras.

Todos pueden subir a sus nimbos

como si estuvieran nublados por el opio,

nadie les solivianta el peso

de los días aciagos.

Nos dan choques eléctricos

los exorcistas y los siquiatras,

nadie debe espantar la realidad

que nos atormenta y evapora.

Gracias a los parajes de la imaginación

huimos del tedio

y alcanzamos el horizonte del deseo.

Si no fuera por su fantasma

todas las religiones

carecerían de fundamento.

 

 

Caruso

 

Siempre que me canto

me sorprendo con la cascada de ruidos

que se van por el sifón.

Me canto en la ducha para limpiar mi voz

del cascajo que dejan los fantasmas

de mis días infelices.

Entonando entono

sones de sobras,

racimos de instantes,

melodías compuestas de risa.

Tras las muchachas

ensayo tocatas,

y si tomo la batuta

una que otra cae en mi canto.

Me canto de todo,

y cuando me hallo en medio de la calle

los espíritus impulsan la lluvia,

siempre hay que afinar bajo la ducha.

https://www.omni-bus.com/n19/poesia.html

 

 

Gallinas

 

I

 

El huevo es el centro del universo,

casi todos gustan que les den huevo,

lo costoso vale un huevo,

la cautela enseña a ir como pisando huevos;

hay vidas que tienen huevo,

los proyectos precisan huevos,

quien no logra su meta es una hueva.

 

II

 

La vida nos ampolla,

y cuando rompemos el cascarón

nos pica la desdicha;

las meseras culecas nos ayudan a clavar el pico,

sus picos nos sacan de la pollería de la rutina;

hay quienes no siguen la gallina gorda de la norma,

son los picados gallos de pelea o los pregoneros de la luna.

 

III

 

Somos buenos herederos de las gallinas:

de nada armamos una empolladura,

organizamos cócteles y nos gusta el arte

-una galería es una gallera en silencio-

la mayoría busca pollitas que píen

y sepan empollar la polla.

Algunos cloquean a solas,

buscan las respuestas en el granero del universo.

 

IV

 

Somos tan gallinas

que el gavilán de la muerte

nos saca corriendo del gallinero.

 

 

Ponido

 

La palabra ponido no tiene puesto,

va por el poniente con los ojos largos

y un llanto seco en su poro desierto,

como un perro que ladra perro

se inventa caballos y galopes

que devoran vientos en la sed del vuelo.

Aunque tiene más ritmo que puesto,

todos los correctores de estilo le cierran las puertas

como a cualquiera que no entra porque no entra,

será que yacen sobre su gramática exacta

como los muertos que están muertos

dentro de su geografía ortográfica.

Pero qué bello sonaría han ponido un país extraño

en mi memoria para que lo recorra con los sueños,

o han ponido mi historia en duermevela

bajo el ángel de una lámpara apagada,

o te han ponido a ti que no me sueñas

como guía de mis pasos pensativos.

Quizá un día lea en un libro

aquí han ponido las gallinas de mis sesos.

 

 

Paisaje de cartón

 

Los insectos odian el campo

semántico.

La lluvia es árida,

los árboles sudan tinta

por andar tan tiesos

sobre cimas gramaticales.

Nada útil,

nada fértil

para una tarde de Cante Jondo

entre las ramas.

El río que lo recorre

siempre lleva las mismas letras

muertas sobre el renglón.

Al llegar la tarde

solo el gramático y el gorgojo

campean esos parajes.

Como profe escuelero

el ácaro ortográfico

los recibe con los brazos abiertos.

Flores muertas sobre flores muertas,

tizne y hollín en grupos,

nada sirve para el vuelo;

tristeza con tristeza la comarca

que junta los caminos

por donde se pasea la ausencia.

 

 

Embellecedor

 

Cuando bebo te sueño entre meandros y corales

Ataviada de asombrosos hábitos y de melodías

Que se contorsionan en tu aire gris de humo.

Cuando bebo no asisto al funeral de tu muerte,

Camino por la cuerda floja

De mi copa a la copa de tus labios

Y a mi risa la agitan las olas.

Cuando bebo,

Sueño que luces como una mermelada en el desayuno

Y me gusta habitarte, deambularte,

Olfatear tu rosa negra

Y navegar tu mar rosado que no tiene algas.

Si no bebiera se burlarían de mí en los bares,

Eres tan linda cuando bebo.

 

 

Buena suerte

 

Deseaba cambiar mi suerte,

Salí a buscar un trébol de cuatro hojas,

Lo hallé tímido y mudo

Sobre las manos del rocío.

Me observó temblando.

No lo toqué,

Buena suerte tuvo el trébol,

Me fui a casa a ver el cactus.

 

 

Deseo

 

De la palabra aljibe

extraje todas las monedas que sobornaron deseos

para comprarme el espeso viento

que ahora enrollo bajo los árboles

en largas hojas de silencio.

Recostado contra la añoranza

prendo el torbellino

con la lumbre de la tarde.

De cuando en cuando

echo volutas de nada

donde embarco los ojos

hacia la luz que se deslíe.

Solo pido que no haya manzanas

que me lleven a una teoría.

 

 

Lianas de humo

 

Mi abuela me llevaba a las misas de gallo

vestido como gallina de alquitrán,

en los zapatos brillantes veía el tiempo del ruego

y la cara atormentada de los santos.

Por el peso de las súplicas

los pabilos se caían de cansancio

y le prendían fuego a los atriles de hierro,

monaguillos corrían en sus trajes rojos

con matacandelas para conjurar la llamarada.

Mientras yo veía a mi abuela jubilarse de rodillas,

la legión de hippies subía como ángeles

en volutas de marihuana hasta el campanario

y más allá;

las letanías colgaban en racimos

y el cura se santiguaba al ver a todos esos cristos

desfilar por el atrio.

De tanto acompañar a mi abuela a la iglesia

de Lourdes en Chapinero,

aún conservo en el aliento el gusto

por la hierba santa.

Tomado de:

https://www.laotrarevista.com/2024/05/poemas-jaime-londono/

 

 

BALAS

 

 

A todos los que matan en las marchas pacíficas

 

 

 

Las balas de los policías no matan,

son elementos mágicos que zumban en el aire

y se dispersan entre el gentío

sólo para darle compás

a la cadencia de los que marchan.

 

Pero no matan.

 

Son inofensivas,

los soldados las toman al desayuno

para combatir las órdenes de latón.

 

Las balas salen felices de las armas,

aplauden desde el aire las consignas,

pero no matan.

 

Los orificios en los muertos

son ecos del hambre y la tristeza.

 

 

POESÍA

 

Arde porque es de agua

y se frita entre las hojas y las ramas.

Anda a tumbos por las voces

y pasa de grito en hasta los confines

hasta los más confusos lugares.

Y arde como el cielo que chispea

mientras danza en los labios el refugio de la muerte.

Se caldea, se crepita,

su canto labra en lava las letras de fuego,

las palabras en las que se mece el universo.

Arde porque es de viento

y sabe a nube a paso a piso

a las cosas leves que se llevan los cometas

a los bichos que cantan la canción del verano

mientras el calor se duerme sobre la tierra que

pasean las hojas.

Arde en frutos de libros encendidos

y nombra, y te nombra

mientras el poeta duerme en su regazo.

 

 

FORJA

 

Golpea duro el metal con el martillo

regrésalo al fuego

dóblalo para que reflexione

extiéndelo con el mazo

hasta que cante el yunque vigoroso.

Dale vuelta a la piedra de amolar

que la velocidad la saque chispas al acero.

Prueba el filo con tu lengua

así cada verso

podrá despescuezar la carne

para que brille el poema

o trasmigre la vida.

Tomado de:

http://antoniomiranda.com.br/Iberoamerica/colombia/jaime_londono.html

 

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