lunes, 16 de septiembre de 2024

POEMAS DE ROSAURA MESTIZO MAYORGA


AUDITORIO

 

El saxofonista, da la espalda a la vitrina

 

como si nada le importara

 

quien habita tras de ella

 

.

 

Abre el estuche del instrumento

 

deja a la vista de todo transeúnte

 

 su estómago de hambre, mientras sopla

 

cuenta las monedas.

 

Nadie como el saxofonista

 

 tiene público a su espalda,

 

gente ilustre detenida

 

que aplaude con sus hojas el concierto.

 

 Pasajeros pasan frente a él

 

con el afán de cada día

 

nada ven, nada escuchan del artista.

 

El saxofonista ignora que la tarde

 

estuvo aliada a inmortales

 

que a su espalda lo escucharon.

 

(No lo contó la Caoba- 2021) (Inédito)

 

 

Más allá de la ventana

 

Cuando escribo, con el vaho tibio de la lluvia

 

diluyo la mirada, profunda hacia el vacío

 

al confín a donde llegan a dormir los días

 

al mismo, al que parten recicladas mis angustias.

 

.

 

El tiempo se evapora.

Aquí sigo

con mi alma en la palma de la mano

 

esperando gotitas líquidas de agua

 

que la humedezcan.

 

(Para no seguir callando- cuadernos de poesía- 2017)

 

.

Amor en Pandemia

 

“El amor se hace más grande y noble en la calamidad”

 

Gabriel García Márquez

 

¿Cuánto del amor

 

nos resta al final?

 

.

 

Invítame a tus labios

 

Déjame penetrar

 

en tus puntos suspensivos…

 

.

 

No quedarán mis huellas

 

sobre tu piel vencida

 

no tus besos

 

que saben a distancia

 

no el aire

 

que nos envolvía en uno.

 

.

 

 No alcanzan nuestros oídos

 

alegoría alguna

 

que venga desde el alma.

 

Solo magnificencia

 

de ésta desnudez que nos arrasa

 

y nos conduce al fuego de los siglos

 

como tránsito

 

de tiempos epidémicos

 

azote del miedo hacia el sepulcro.

 

.

 

Sin embargo, nos sabemos

 

en un viaje marinero entre espuma.

 

Eso basta, amor mío

 

para estar en la estela de la vida

 

y si hemos de sobrevivir

 

como dos plumas,

 

legaremos nuestra historia.

 

(No lo contó la Caoba- 2021)

 

.

Canción del pescador triste

 

A los pescadores de Ituango

 

Donde levitan las estrellas

 

la luna se está bañando

 

el sol extiende

 

las últimas alas cobrizas.

 

.

 

La noche

 

comienza a sentir

 

el levitar de los dioses,

 

atarraya y pescador

 

vienen cantándole al día.

 

Su malla está tejida

 

con hilos de la esperanza,

 

.

 

 Palea el pescador

 

con total fuerza sus brazos

 

que se abren entre oro y tierra

 

y pasa la calma horadando

 

el amanece de la playa.

 

.

 

¡Acaso… los peces duermen!

 

¿Acaso se mudó la corriente?

 

¡acaso la han exiliado!

 

.

 

El cielo conspira en tormentas

 

no sabe de levitar

 

la atarraya surca la arena.

 

Tristes los dos trascienden

 

esparcen la voz del silencio.

 

.

 

Eróticos se han fundido

 

pescador y atarraya

 

entre el polvo de una danza

 

sobre la arena caliente.

 

.

 

Donde levitan las estrellas

 

la luna se ha bañando

 

el sol recoge el rocío

 

entre sus alas cobrizas.

 

.

 

Donde levitan las estrellas

 

continúan en espera

 

 pescador y atarraya.

Tomado de:

https://occidentexxi.com/rosaura-mestizo-mayorga/

 

 

Íntimas

Íntima

una sábana desprovista de sentencias

Una almohada

Custodia de confesiones

Una sábana el camino de un milagro

Una almohada

El acto forastero del oasis

Una sábana puede ser la ciudad asolada

Una almohada

El vértice de una tarde entorpecida.

Las dos callan y entre burbujas de agua,

restregan el olvido.

 

 

Tragicomedia

El día despierta despeinado

como una mujer con labios de sed en invierno

como una mujer trenzada al pasado,

suspendiendo mil quehaceres

en el vientre de un armario heredado.

 

El día también va despertando,

como la niña que juega a callar

una lluvia de piedras.

 

El día comienza sin rumbo

Mas

Ella y él, cautelosos sonríen

de nada

frente al espejo.

Tomado de:

https://www.poesiabogota.org/rosaura-mestizo-mayorga/

 

 

Meridiano 74 oeste

 

En ciertas noches de abulia asumo la ventana

tomo por mar el cemento de mi calle donde juegan

las sombras al teatro,

mientras la noche va entrando en parsimonia

al dominio de la hondura del océano.

Palea el remo, o la pértiga de las embarcaciones

iza una bandera como insignia, en su calma de mujer.

Así es la noche

al ponerme en el encuentro de mí, misma

bien, sea que a ella aún no la encuentre, y no sé qué es.

Bien sea ella quien me busque, sin saber quién soy.

 

Acudo en ese viaje mar adentro

busco el meridiano de mi noche

y me interno en el zumbido que devora el oído

de algún mágico lugar, algunas empinadas y escarpes

algún ritmo de marimba, de tambora

como el llamado de una guasa al otro lado

mientras viene atravesado el meridiano por los trópicos

y me devuelve a la realidad, en este – Pacífico- mar,

 

Después, bajo la cortina, bajo el telón alucinado

de la noche arrulladora

y del mar, solo queda nuevamente el pavimento

una copa furiosa y vacía, lamiendo su intersticio

y la humedad de ésta mujer que llevo.

 

Del libro Para no seguir callando / cuadernos de poesía (2017).

 

 

Displicencia

 

Sucede que pierdo el apetito

si el insecto zumba alrededor del plato

cuando los vapores áureos de la exquisita noche

sobre el pavimento y la hierba dibujan

                                               un graffiti

de estrellas enlutadas

desfilando frente a un féretro sin nombre.

 

Vuelvo entonces, a la anterior arista

a mi plato.

 

Venero el paso-vuelo ingenuo del insecto,

admiro su bella música que me acompaña.

 

Del libro Lecturas Urgentes de Poesía. Antología internacional (Santiago de Cali, 2015).

 

 

Dialéctica

 

Sin premisas…

 

El mundo pasa

por el ojo de una aguja

 

Sin réplicas…

 

La cabeza del alfiler

cierra su paso.

 

Del libro Semiótica del Silencio (2006).

Tomado de:

https://altervoxmedia.com/2022/02/25/antologia-rosaura-mestizo-mayorga/

 

 

ACUARELA

 

En sólida tarea

agua se derrama

al moretón, la acuarela drena,

El pintor paciente

se sumerge en el cartón

limpia lo impuro

de un soplo recrea el universo.

 

 

EN EL LENGUAJE DE LOS PERROS

 

El perro observa el letargo, el denso sueño de su amo

el semblante habitual y el mismo atuendo de los días

No hay flauta o violín, ni grito del tráfico o golpe al cemento

que le arranque el sudario y la oración

en las horas de su trance.

 

Solo el paso atolondrado del papel y los desechos

acompañan su ayuno prolongado.

 

A largo rato, despierta entre sus muertos y bebe

de nuevo bebe,

la misma pócima que lo libera en el espíritu de nadie

 

Ahí sigue el perro, lamiendo sus heridas

Lame con tal gusto, con tal fuerza

que convierte en bocado el lametazo.

 

Más tarde,

cuando el hombre regresa de su vértigo

lame también este, el hambre de los dos

y el perro, amoroso lo saluda.

 

Un hombre pasa, una mujer pasa, un niño pasa

llevan su mascota vestida y perfumada.

 

Solo ella…

 

Los saluda.

 

 

SUMIDA LA MANO AL PAÑAL INFANTE

 

despierta el mundo con su llanto

abreva el alimento del seno

suma el hipo a su conciencia,

ahí dentro

donde enhebran los nervios

y queda reclamando el vientre.

 

 

EMANCIPACIÓN FRUGAL

 

Un tomate maduro

sobre la tabla del sacrificio

antes del dolor por la punzada

rasga el vestido, expulsa las semillas

extendido, desangrado

descubre la libertad,

antes de ir al guiso.

 

 

ACRÓBATAS

 

Son las sombras reposadas en las verjas

en los campos de Hefesto, perennes y lapidarias.

 

Un bosque en la pradera,

siembra un bosque de sombras

El bosque prendido en fuego,

siembra el mismo sus sombras

 

Sombra, devuelve al aire

el crujido del bosque que ya no es,

devuélvele palabras huérfanas,

arranca la voz al silencio y desahoga su mudez

del escombro en que se esconde,

algún perro guardián

muévete en acrobacia y defiende tu honor

 

Devuélvele sombra al aire, el quejido de la lluvia

antes que caiga el telón y regreses al inframundo.

 

 

OFICIOS MENORES

 

Desde el ascensor panorámico

se ve la rutina del centro comercial:

los mismos cinturones que vigilan

los mismos driles consumidos

en un aviso “¡peligro!, alta tensión”

Los mismos traperos acicalando las baldosas

Los mismos uniformes

brillando lo brillante

alguien alimenta las plantas.

los mismos tapabocas

moviéndose entre basura y reciclaje.

 

Siempre a la misma hora.

 

Desde el panorámico ascensor

se observan

mujeres y hombres alistando el comercio

no son los mismos de ayer, ante-ayer

ni demás ayer-es

y se van, y se van, y se van

como si fueran des- rostrados e invisibles

se van.

 

 

OFICIO DEL SILENCIO

 

Que hace el silencio en la noche,

que no se ve barrer

Qué hace el silencio en la noche,

que no prende la hoguera

Qué hace el silencio en la noche,

en las bragas de la muerte

las sirenas lo acusan en las calles,

de no hacer.

 

¿Qué hace el silencio en la noche?

Dice del espacio nocturno

En el entrecejo del poeta noctámbulo

con su terca búsqueda

recorre caminos épicos

y por los agujeros negros

busca las palabras

las extrae

si es necesario

a la misma boca muda de la luna

Tomado de:

https://www.laraizinvertida.com/detalle-2909-93-rosaura-mestizo-mayorga-

 

 

ESFINGE 

 

Ahí está. Quieta; silenciosa

en momentos de masacre, en revueltas

en carnavales.

 

¡Qué, de ella! en las décadas que nacía

cuando solo recibía toques y silbido de cinceles

y el escultor, aquello que hacía, era acariciar la obra.

 

¡Qué del barniz!

que a diario en su rostro de historias de héroe o bandido

le ungen las palomas.

 

 

UNA VEZ: LA MAR

 

Me dijeron que ella, se agitaba

algo peligrosa perdiéndose la gente

algo alongada, traviesa, juguetona

de voz aguda; que ni ella misma

conocía las fronteras a donde pernoctar.

 

A preguntas infantiles, respondía

como si este azul marino, nos fuera indomable

Yo temía. ¡Cómo no…!

mi lugar estaba en una jungla de cemento

y no veía

la plenitud del blanco-ceruleano sobre él

moviéndose en una manta roja incandescente,

cayendo

            cayendo,

también caía mi oscilante fantasía a su tráfico

como algo extasiada-mente mágico

 

Allá, gaviotas de cristal, vi fácilmente en vitrinas

niños obligados, temprano a callar

gritos y murmullos de risas y de juegos

debían ahogarse en almohadas, no en la mar.

 

Temí por caracolas que venían aturdidas a la playa

constante desafío entre viento y olas por llegar

yo, me reconstruía en alegrías

me sumía por primera vez al santuario de oleadas

 

¡Ay mar! ¡Ay!, hermosa epopeya de piratas y de héroes

balada de instrumentos

que me arrolla, me acaricia tibiamente

como un vasto cuerpo homogéneo de las dos

en un incendio de agua y de impulsos.

 

Me llevas a espacios donde estratos no existen

donde puedo ser mía, al mismo tiempo

criatura de la propia infinidad de tu espuma.

¡Ay mar!

 

 

APOLOGÍA A LA DISCORDIA

 

Ya quisiera ser indiferente

Ya fantasma en un campo fantasmagórico

Presumiendo venerable arquitrabe

Y dentro, muy adentro del cimiento

Atizando, bezo a la traición.

 

La palabra sobre el hierro.

La horca al final.

 

 

PUHELIN I HELSENKI

 

La discreta cabina telefónica

aún se levanta en el letargo de la nieve

como una niña restregándose los ojos

frente a la ventana.

En esa urbe, disputa de suecos y de rusos,

guarda los secretos de un objeto que existió.

Por él se encajonaba la grieta de las lágrimas,

en el invierno adherido a las bufandas

se dijeron congelados los versos tristes

de Bo Carpelan,

El testimonio de los presentimientos

en los pasos de mujeres y de viejos.

con la espera del timbre angustioso,

algún mensaje corría por la sangre

y su voz entrecortada...

avisaba: -ha muerto en la guerra-

mientras las cúpulas de San Nicolás

siguen de pie,

extendidas como un legendario zar.

 

 

ANIVERSARIO

 

 

El des encuentro es un manglar de corazones rotos

el re encuentro es el tiempo sellando cicatrices

el des encuentro es apabullar a otros

el re encuentro son los labios sellando un parque solitario

el des encuentro congela ciertas palabras a una hora no propia

cuando alguien se ha cubierto la boca en una fotografía

el re encuentro el solfeo de una canción nos cala

el des encuentro es un libro de historias deshojadas

el re encuentro la verdad contada fielmente.

 

Todo cuanto viene, es simple

es la vida cotidiana de amaneceres, atardeceres

con ocasos y con albas

y en medio de ellos, lluvias y truenos

saldado los des encuentros

el y ella con sus manos rugosas celebran el aniversario.

 

 

AMNESIA

 

La memoria duerme

ama al silencio

que todo agita dentro

no hay esclusa

no hay barrera

para atrapar

alguna bocanada

de sus voces

La memoria despierta

no recuerda nada.

Como un flash

pasó la vida.

 

 

MÚSICA

 

 

Sedosa, abrasiva

Como cincel, volátil a la roca

alguien agita alegría,

angustia o despecho.

En espiral, súbita al firmamento

Es ella

Es ella

Es ella

Nada más que la noche recostada

atenta a la perpleja luz

escucha en silencio

su armonía.

 

Las notas como flechas

Se esparcen entre ramas, aliadas con el viento

en espasmos de milagro.

Más, un resplandor del claroscuro

se vierte a la espuma nublosa.

 

Es la melodía girando desde aquí a las alturas

Arrítmica primero, rítmicos los soplos esfumados

desde los pulmones de los instrumentos.

 

Sedosa y abrasiva

la música acaricia, toda incertidumbre.

Tomado de:

https://eugeniasancheznieto.blogspot.com/2019/05/rosaura-mestizo-mayorga-esfinge.html

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