Andrómeda
La Andrómeda del Tiempo, impar en la belleza y el
agravio,
sobre este rudo peñasco ahora escruta largamente hacia
uno
y otro brazo de la costa,
su flor, su porción de vida, condenada a ser alimento
del dragón.
Muchos golpes y venenos la tentaron y acecharon una
vez;
pero desde Occidente oye ahora el rugir de una bestia
más salvaje que las demás, más desenfrenada
en sus daños, más inicua y más obscena.
¿Es que su Perseo se demora y la libra a sus
vehemencias?
Pero él, hollando por un tiempo el aire suave como una
almohada,
suspende sobre ella que se diría abandonada, sus
pensamientos,
mientras, desgarrada hasta la angustia, su paciencia
crece, luego consigue desarmarla, y nadie lo sospecha
con los arneses y hierros de la Gorgona, correas y
dientes.
De "Obra
poética IV"
La sombra
De algún modo soy tu cuerpo,
Me designo en él, me quema
En la mentira útil como un remo,
En la desgracia y la amorosa lucha
Abriendo los huecos de su máscara.
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.
De algún modo soy tu cuerpo,
Cuando la rica, inexplicable sangre,
Transcurre en medio de representaciones.
Y lo seré hasta que cenizas
Acaricien tu prestada, última parcela.
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.
De algún modo soy tu cuerpo,
La opresión que difunde me sostiene,
Y no en otro descienden las palabras,
Urde la disculpa el vejado sermón
Por nuestras pasadas facciones.
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.
De algún modo soy tu cuerpo
Y si en atención a su dañina mengua
Me cuido bien de mirarlo como esencia,
¿Con qué prodigio, incisivo milagro,
Percibiré tu pasión cuando lo excluya?
Pero no me lo permitas,
No me dejes ser sólo tu cuerpo.
De "Obra
poética IV"
Pascal
Casi ninguna verdad,
el vacío
para sentirte seguro
contra la historia,
apóstata
por aconsejar la inconstancia,
la fatiga extrema,
la tempestad,
aunque los hombres no las amen,
por juzgarnos míseros
y tener tan alta idea de ti
que no quieres
compartir nuestras debilidades,
por ser tú mismo endeble
y admirar las moscas,
extrañas potencias
que ganan todas las batallas,
perturban el alma,
y devoran el resto,
por sustraerte al destino común
asomándote al abismo,
tu abismo, a tu izquierda,
y orar con un largo grito de terror,
por cerrarte a la caridad
mientras velas, implacable,
y exiges
que en esa Agonía
que durará hasta el fin del mundo
nadie se duerma,
por haberte ofrecido a Dios
tras anunciar que en todas partes
la naturaleza señala a un Dios perdido.
Casi ninguna verdad,
el vacío
y el morir solos
debajo de un poco de tierra.
Tuviste razón,
qué necios son estos discursos.
Puertas adentro
Como Blake con el tigre,
en tu gato no atiendes
a uñas, lengua áspera,
poblados pelos largos,
estrías blancas,
c lo que provocas desde confusa
f hermandad, la pretensión
de que en su vigor está el tuyo,
y de acercarle
elusivos discursos, soliloquios
para un no favorable
ni adverso ánimo,
sin cooperar, sin airadamente
estirarse indicando que apenas
cerraste postigos, cortinas,
él ya captó,
tu agitar antipatías, infatuaciones,
prontuarios de la menuda hojarasca
que en la sagacidad animal
pudiera disolverse,
apremio
por alguien que se mantiene
atado a su especie,
alcanzar
el par donde apoyarte, tu correspondiente;
como Blake y el tigre,
Poe y el cuervo,
Basho y la rana,
recluyéndote a pedir
el benigno, consolador ajuste
de tu aliento, fatigoso golpe, desazón,
y la prescindencia del libre, que no juzga.
Tomado de:
http://amediavoz.com/girri.htm
EL ENGAÑADO
Cuando el encelado amante,
tras la seducción, los ruegos
y promesas dulcemente patéticas,
afronta por primera vez la victoria,
cree buscar el absoluto
y no advierte cómo se despoja de la gracia
en la irreemplazable, grave cópula.
Ni siquiera la duración del momento
es cosa que recuerde bien,
porque su memoria sólo guarda con cuidado
lo que él es y acepta en el impulso.
Primero, un ansioso, falso apremio
desafiando al tiempo mortal,
a la pesadilla vergonzosa del futuro;
después de la inacción triste y absorta,
algo como un resentimiento
hacia los afortunados que esquivaron el engaño,
un darse cuenta que el salir de sí mismo
para verse vivir en otro rostro
no es comunión, es desunión,
es abandonar en mezcla insípida
lo distinto que persiste en cada cual.
Y al terminar la pugna,
devorada ya la imitación que busca,
vuelve a estar en el sitio de partida,
y solo.
(de "El tiempo
que destruye", 1950)
EN LA LETRA, AMBIGUA SELVA
1
El ritmo de lo escrito
es el ritmo del que escribe,
y el texto, el poema,
en parte mecanismo verbal,
en parte sistema de correspondencias,
es con el mundo una sola entidad.
2
La forma equivale
a convicción interna,
y la letra la emplea con vistas
a proveer al mundo de significados,
y aun para el Significado,
y aun para subyugarlo
con el prejuicio de que la palabra
traduce y vierte lo ideado.
3
Lenguaje y estilo
penosamente edifican jerarquías,
y al lograrlo
el mundo queda en suspenso, extático,
aunque luego el producto se descompone,
su linaje se vulgariza,
suena escarnecido y degradado
como fofa, mustia potencia,
y las líneas mejores, las ejemplares
y musicales tiradas, apenas si sobreviven
como detrás de un vidrio, burla y tedio,
¡oh pobre Olimpio!
4
¿Campos donde el que más despoja
es el que avanza?
¿Trampa y recompensa
para los que perseveran
enfermizamente atentos a apoderarse
de la utilidad atreviéndose
a lo banal absoluto de escribir
"Cierren esa puerta", o "Quisiera
dormir"?
Cuanto trace la escritura
será interpretado, obtendrá respuesta,
como a los piadosos se les permite
orar según les plazca, convencidos
de que Dios escucha y lee
hasta las pisadas de una hormiga.
(de "En la
letra, ambigua selva", 1972)
QUIEN HABLA NO ESTÁ MUERTO
Un curioso se interesa por la frase,
Literalmente
Vertida del alemán, un verso.
La aparta,
la despliega
Sobre la mesa, bien manifiesta, intuyendo
Al margen de su obviedad el ánimo
De sustentar lo que se quiera
En cualquier circunstancia, aseverar
Monólogos o diálogos,
Desmentirlos;
Fácil de ser memorizada
Como tersa y metálica variante
Del bíblico “Tienen la boca más no hablan”.
No le dura casi. De improviso
Es como golpeado, despertado,
La vecindad de otra lectura
Previniéndole que no existen
Verdades objetivas,
Y que si así no fuera
¿cómo, legitimarlas, a través de qué?;
y su inicial devoción, sumisión
A la frase, se tambalea,
Vacila hasta desleírse,
Escudriñándola de nuevo, extrañado,
Como un inquisidor, ensombrecido,
Recriminándole no haberle hecho entender
Que su corteza, irrefutable en lo exterior,
Tiene tan descorazonadores límites
(No,
“Quien habla no está muerto”,
Sino,
“Quien habla probablemente no está muerto”;
y desazonado, indispuesto
Consigo mismo, a sí mismo
Puesto bajo la acusación
De quimérico, crédulo,
De culpable ligereza
En entregarse a deducir
Que lo evidente es verdadero.
(de "Quien
habla no está muerto", 1975)
Tomado de:
https://el-placard.blogspot.com/2011/02/poemas-de-alberto-girri.html
ANTE UN ESPEJO
Ya que aprendes los gestos de la emoción
y su vaguedad en medio de otros dones,
ya que recuerdas y en los que recuerdas
eres préstamo vil, sólo bruma y polvo,
ya que conspiras y saludas y te nutres,
y hace tiempo aceptaste lo que pronto,
pronto serás aunque tal mudanza no desees,
ya que prosperas en tu validez de hombre,
considerate asimismo vacante y condenado,
hasta que doblando la rodilla encuentres
la encerrada, maliciosa tórtola del corazón.
Al ceñir su cabeza estarás libre y apresado
advirtiendo milagros en cada una de tus partes,
y entonces, más que en la razón
preferirás vivir con un temblor,
o una cinta dormida en la muñeca.
GATO GRIS MUERTO
Brujos enseñaron que los gatos
pueden alojar almas humanas.
Figura empapada del asfalto o vuelto hacia las nubes,
eres el muerto más perfecto que yo he visto.
Pero cómo descubrir que la vigilia que te llega,
ya indiferente a cualquier invocación,
tu realidad verdadera de hijo del demonio,
de locatario esbelto de almas,
que estableció para tu antepasado africano
la voluntad miedosa de los clanes familiares
y confirmó la impar justicia de la magia.
Pronto vendrán hasta tu cuerpo abandonado
ladrones de velas,
y robarán las tibias, su recatada médula.
Porque es sabido que cuando tales huesos despierten
despertarán las almas en ellas internadas,
y en un pueblo lejano y caníbal,
hombres que trabajan y tienen amores, instantáneamente
se convierten en
estatuas.
Brujos enseñaron que los gatos
pueden alojar almas humanas,
y arañar, si quieren, el corazón del huésped.
MENDIGOS
La imaginación se equivoca,
nos representa pasivos,
incorpóreos
como espectros de animales
acurrucados en establos,
y en rigor
lo que hacemos es adiestrarnos,
poner en juego tácticas
y pruebas para intimidar
con el principio de la bondad,
con las parábolas de la bondad,
con ese espurio lirismo del afligido,
y cuando harapientos, desdeñosos
de la insolación y de los inviernos
incitamos al amor,
a la obra de la limosna
como toque de amor,
por dentro juramos
que las cabezas gachas,
el pie vacilante,
la mano abierta,
son el ordinario disfraz
del golpe de vista del ratero,
del hacha del Verdugo entre los dientes.
SUICIDA
Alguien
que se dolió muchísimo
de haber conocido
la excitación de la impaciencia
consigo mismo,
que se arrojó una piedra
desalentado
por la sombra del cuerpo
y su dependencia,
que en la enfermedad incurable
y la derrota
pasó por alto, ignorándolo,
el acoso del destino
y esa nuestra manera
de librar los días
a lo decorativo
y el parloteo
del amante al amado,
del amigo
que se pega al amigo;
alguien
que librado de padecimientos
cae
y es sacado de la casa
entre parabienes,
y tú, silencio,
y las venas
ni frías ni calientes,
y su mano derecha
goteando.
Tomado de:

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