sábado, 1 de noviembre de 2025

POEMAS DE EZRA POUND -DESDE USA- REPASAMOS SU OBRA

A Dives

 

¿Quién soy yo para condenarte, oh Dives,

yo que estoy tan amargado

por la pobreza

como lo estás tú por la inútil riqueza?

 

Versión de Javier Calvo

 

 

Abanico para su Majestad la Emperatriz

 

Oh, abanico de seda blanca,

          pálido como la escarcha en un tallo de hierba,

a ti también te dejan de lado.

 

Versión de Javier Calvo

 

 

Cantar XLV

 

                                                                                  Con usura

 

Con usura no tiene el hombre casa de buena piedra

Con bien cortados bloques y dispuestos

de modo que el diseño lo cobije,

con usura no hay paraíso pintado para el hombre en los muros de su iglesia

harpes et lutz (arpas y laúdes)

o lugar donde la virgen reciba el mensaje

y su halo se proyecte por la grieta,

con usura

no se ve el hombre Gonzaga,

ni a su gente ni a sus concubinas

no se pinta un cuadro para que perdure ni para tenerlo en casa

sino para venderlo y pronto

con usura,

pecado contra la naturaleza,

es tu pan para siempre harapiento,

seco como papel, sin trigo de montaña,

sin la fuerte harina.

Con usura se hincha la línea

con usura nada está en su sitio (no hay límites precisos)

y nadie encuentra un lugar para su casa.

El picapedrero es apartado de la piedra

el tejedor es apartado del telar

con usura

no llega lana al mercado

no vale nada la oveja con usura.

Usura es un parásito

mella la aguja en manos de la doncella

y paraliza el talento del que hila. Pietro Lombardo

no vino por usura

Duccio no vino por usura

ni Pier della Francesca; no por usura Zuan Bellini

ni se pintó "La Calunnia”

No vino por usura Angélico; no vino Ambrogio Praedis,

no hubo iglesia de piedra con la firma: Adamo me fecit.

No por usura St. Trophime

no por usura St. Hilaire.

Usura oxida el cincel

Oxida la obra y al artesano

Corroe el hilo en el telar

Nadie hubiese aprendido a poner oro en su diseño;

Y el azur tiene una llaga con usura;

se queda sin bordar la tela.

No encuentra el esmeralda un Memling

Usura mata al niño en el útero

No deja que el joven corteje

Ha llevado la sequedad hasta la cama, y yace

entre la joven novia y su marido

Contra naturam

Ellos trajeron putas a Eleusis

Sientan cadáveres a su banquete

por mandato de usura.

 

Versión de Javier Calvo

 

 

 

Cantar CXX

 

He intentado escribir el Paraíso.

Que no os mováis.

Dejad hablar al viento

ese es el Paraíso.

 

Que los dioses olviden

lo que he realizado.

A aquellos a quienes amo,

perdonen

lo que he realizado.

 

Versión de Javier Calvo

 

 

Causa

 

Reúno estas palabras para cuatro personas,

alguien más puede cazarlas al vuelo,

oh mundo, lo siento por ti,

no conoces a esas cuatro personas.

 

Versión de Javier Calvo

 

 

El desván

 

Ven, apiadémonos de los que tienen más fortuna que nosotros.

Ven, amiga, y recuerda

     que los ricos tienen mayordomos en vez de amigos,

y nosotros tenemos amigos en vez de mayordomos.

Ven, apiadémonos de los casados y de los solteros.

 

La aurora entra con sus pies diminutos

     como una dorada Pavlova,

y yo estoy cerca de mi deseo.

Nada hay en la vida que sea mejor

que esta hora de limpia frescura,

     la hora de despertarnos juntos.

 

Versión de Javier Calvo

 

 

El encuentro

 

Mientras ellos hablaban todo el tiempo de la nueva moral

ella me exploraba con sus ojos.

y cuando me levanté para marcharme

sus dedos fueron como el tejido

de una servilleta japonesa de papel.

 

Versión de Javier Calvo

 

 

El jardín

 

                                                    En robe de parade

                                                                                                                 Samain

 

Como un ovillo de hebras de seda estampado contra una pared

ella bordea la tapia de un sendero en los jardines de Kensington

y se va muriendo poco a poco

                         de una especie de anemia emocional.

 

Y por allí se pasea una chusma

de hijos de la miseria, inmundos, vigorosos, inextinguibles.

Ellos heredarán la tierra.

 

Ella es el final de la estirpe.

Su aburrimiento es exquisito y excesivo.

Le gustaría que alguien fuese a hablarle,

y casi tiene miedo de que yo

                           cometa esa indiscreción.

 

Versión de Javier Calvo

 

 

 

En una estación del metro

 

La aparición de estos rostros en la multitud;

Pétalos en una rama oscura y húmeda.

 

Versión de Marcelo Covian

 

 

Encargo

 

Id, canciones mías, al solitario y al insatisfecho,

id también al desquiciado, al esclavo de las convenciones,

llevadles mi desprecio hacia sus opresores.

Id como una ola gigante de agua fría,

llevad mi desprecio por los opresores.

 

Hablad contra la opresión inconsciente,

hablad contra la tiranía de los que no tienen imaginación,

hablad contra las ataduras,

id a la burguesa que se está muriendo de tedio,

id a las mujeres de los barrios residenciales,

id a las repugnantemente casadas,

id a aquellas cuyo fracaso está oculto,

id a las emparejadas sin fortuna,

id a la esposa comprada,

id a la mujer comprometida.

 

Id a los que tienen una lujuria exquisita,

id a aquellos cuyos deseos exquisitos son frustrados,

id como una plaga contra el aburrimiento del mundo;

id con vuestro filo contra esto,

reforzad los sutiles cordones,

traed confianza a las algas y tentáculos del alma.

 

Id de manera amistosa,

id con palabras sinceras.

Ansiad el hallazgo de males nuevos y de un nuevo bien,

oponeos a todas las formas de opresión.

Id a quienes la mediana edad ha engordado,

a los que han perdido el interés.

 

Id a los adolescentes a quienes les asfixia la familia...

¡Oh, qué asqueroso resulta

ver tres generaciones reunidas bajo un mismo techo!

Es como un árbol viejo con retoños

y con algunas ramas podridas y cayéndose.

 

Salid y desafiad la opinión,

Id contra este cautiverio vegetal de la sangre.

Id contra todas las clases de manos muertas.

 

Versión de Javier Calvo

 

 

Erat Hora

 

"Gracias, venga lo que viniere" y volviéndose,

como un rayo de sol sobre flores colgantes

ensombrece cuando el viento las alza a un lado.

Me dejó. No, venga lo que viniere

Hubo una hora iluminada por el sol, y los más altos dioses

no pueden jactarse de nada mejor

que de haber contemplado a su paso esa hora.

 

 

Francesca

 

Saliste de la noche

Con flores en las manos.

Vas a salir ahora del tumulto del mundo,

De la babel de lenguas que te nombra.

 

Yo que te vi rodeada de hechos primordiales,

Monté en cólera cuando te mencionaron

En oscuros callejones.

¡Cómo me gustaría que una ola fresca cubriera mi mente

Que el mundo se trocara en hoja seca,

O en un vilano al viento,

Para que yo pudiera encontrarte de nuevo

Sola!

 

 

Imagen de D' Orleans

 

Esos jóvenes que cabalgan por la calle

en la rutilante estación que empieza

clavan las espuelas sin razón alguna,

haciendo saltar a sus corceles.

 

Y al paso que van,

las pezuñas herradas de sus caballos

hacen saltar chispas de los adoquines de la calle

en la rutilante estación que empieza.

 

Versión de Javier Calvo

 

 

 

La mujer del mercader del río: una carta

 

Cuando yo todavía llevaba el pelo cortado sobre la frente

jugaba en el portal delantero, recogiendo flores.

Tú viniste con zancos de madera jugando a los caballos,

caminaste junto a mi asiento, jugando con ciruelas azules

y seguimos viviendo en el pueblo de Chokan:

dos niños, sin aversión ni sospecha.

 

Con catorce años me casé con vos, mi señor.

Nunca me reía porque era tímida.

Bajaba la cabeza y miraba a la pared.

Aunque me llamaran mil veces, nunca volvía la cabeza.

 

Con quince años dejé de fruncir el ceño,

deseaba que mi polvo se mezclara con el tuyo

para siempre y para siempre y para siempre.

¿Para qué seguir vigilando?

 

Te fuiste cuando yo tenía dieciséis años,

te fuiste a la lejana Ku-to-yen, junto al río de los remolinos,

y has estado fuera cinco meses.

Los monos hacen un ruido muy triste por ahí arriba.

Cuando te fuiste arrastrabas los pies.

En el portal ahora ha crecido el musgo, musgos

     distintos,

¡demasiado profundos para limpiarlos!

Las hojas caen pronto este otoño, por culpa del viento.

Las mariposas emparejadas ya amarillean en el agosto

sobre la hierba del jardín del oeste;

me duelen. Me hago vieja.

Si has de venir por los vados del río Kiang,

por favor, házmelo saber de antemano

y yo saldré a recibirte,

                                 iré hasta Cho-fu-sa.

                                                                          Por Rihaku

 

Versión de Javier Calvo

 

 

La tumba de Akr Caar

 

"Yo soy tu alma, Nikoptis. He velado

Estos cinco milenios y tus ojos muertos

No se movieron ni nunca han respondido a mi deseo,

Y tus miembros ligeros, que atravesé en llamas,

No han ardido conmigo ni con azafranada cosa alguna.

 

Mira, la hierba leve se levantó para hacer tu almohada

Y te besó con una miríada de lenguas vegetales;

Mas tú no me besaste.

De tanto leerlo gasté el oro de la pared

Y fatigué mi pensamiento en los signos.

Y no hay nada nuevo en este sitio.

 

He sido amable. Mira, he dejado los cántaros sellados

Por si despertabas y murmurabas por tu vino.

Y he mantenido suaves las túnicas sobre tu cuerpo.

 

¡Oh despreocupado! ¡Cómo podría olvidar!

-Hasta el río hace tanto tiempo,

¿El río? Eras menos que joven

Y tres almas vinieron sobre Ti

Y yo vine.

Y volé sobre ti, las hice huir;

He sido íntima contigo, te he conocido.

¿Acaso no he tocado tus palmas y las puntas de tus dedos?

¿Acaso no me he deslizado a través tuyo hasta los talones?

¿Cómo entré? ¿Acaso no soy yo tú y Tú?

 

Y ningún sol viene a socorrerme en este lugar

Y estoy desgarrada contra la oscuridad tenebrosa;

Y ninguna luz me golpea y no dices

Palabra, día tras día.

¡Oh! podría salir, a pesar de las marcas

Y toda su hábil labor sobre la puerta,

Salir a través de los campos de verde cristal...

 

Mas hay quietud aquí.

No me voy.""

 

Versión de Marcelo Covian

 

 

La zambullida

 

Querría bañarme en extrañeza:

estas comodidades amontonadas encima de mí,

me asfixian!

¡Me quemo, ardo en deseos de algo nuevo,

amigos nuevos, caras nuevas y lugares!

Oh, estar lejos de todo esto,

esto que es todo lo que quise...salvo lo nuevo.

¡Y tú, amor, la que mucho, la que más he deseado!

¿Acaso no me repugnan todas las paredes,

las calles, las piedras,

todo el barro, la bruma, toda la niebla,

todas las clases de tráfico?

A ti, yo te querría

fluyendo encima de mí como el agua,

¡oh, pero fuera de aquí!

Hierba y praderas y colinas y sol

¡oh, suficiente sol!

¡Lejos y a solas, en medio de gente extraña!

 

Versión de Javier Calvo

 

 

Meditatio

 

 

Cuando considero cuidadosamente los curiosos hábitos de los perros

Estoy obligado a concluir

Que el hombre es un animal superior.

Cuando considero los curiosos hábitos del hombre,

Le confieso, mi amigo, que me sorprendo.

 

Versión de Marcelo Covian

Tomado de:

http://amediavoz.com/pound.htm

 

 

Mujeres ante un aparador

 

 

Las chucherías de ámbar y turquesa falsas

las atraen.

“Casi parecen auténticas”: ¡Estas llamativas baratijas!

 

 

Sociedad

 

La buena posición de la familia se tambaleaba,

y por esta causa la pequeña Aurelia,

que había reído durante dieciocho veranos,

ahora soporta el repugnante contacto de Phidippus.

 

 

El retrato*

 

 

 

Los ojos de esta dama muerta me hablan,

porque en ellos estuvo el amor, y no fue posible ahogarlo.

Y en ese cuerpo el deseo, que no pudo ser borrado

    con besos.

Los ojos de esta dama muerta me hablan.

* Venus reclinada, por Jacopo Del Sellaio.

 

 

Coito

 

 

Los dorados falos de los azafranes

                        se confían al aire de la primavera.

Aquí yace la nada de los dioses muertos,

pero una procesión de festival,

una procesión, Oh Giulio Romano,

adecuada para habitar en tu espíritu.

Diana, tus noches están sobre nosotros.

 

El rocío está sobre la hoja.

La noche a nuestro alrededor es incansable.

 

 

 

Antigua sabiduría, más bien cósmica

 

 

 

So-Shu soñó

y habiendo soñado que era un ave, una abeja, y una

    mariposa,

dudaba de por qué debería intentar sentirse como cualquiera

    otra cosa,

 

de ahí su contento

Tomado de:

https://materialdelectura.unam.mx/poesia-moderna/16-poesia-moderna-cat/30-008-ezra-pound?showall=1

 

 

EL ORDEN SOCIAL

 

Este funcionario de gobierno

Cuya esposa le lleva no pocos años,

Tiene unos modos tan acariciadores

Cuando les da la mano a las muchachas.

 

 

LA TINA

 

Como una tina de baño de porcelana

Cuando el agua caliente se le acaba o entibia,

Así el lento enfriamiento de nuestro amor caballeresco

Oh mi muy alabada y no-enteramente-satisfactoria señora.

 

 

GATO CASERO

“Me agrada estar entre mujeres bellas.

¿Por qué mentir sobre estas cosas?

Lo digo una vez más:

me agrada platicar con mujeres bellas

Aunque no hablemos más que tontadas.

 

El ronroneo de las antenas invisibles

Es a la vez estimulante y delicioso”.

 

 

ALBA

 

Fresca como los pálidos pétalos húmedos del lirio del valle

Duerme a mi lado en la alborada

 

(José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal)

 

 

TRENOS

 

 

 

Se acabaron para nosotros los leves suspiros.

Se acabó el ser turbados por los vientos del atardecer.

 

¡Ved a la hermosa muerta!

 

No me consumiré ya más.

Se acabó para nosotros el batir de alas

que en el aire zumbaban encima de nosotros.

 

¡Ved a la hermosa muerta!

 

Se acabó el deseo que me azotaba,

se acabaron los estremecimientos

al unir nuestras manos.

 

¡Ved a la hermosa muerta!

 

Se acabó el vino de los labios,

Se acabaron para nosotros los encuentros

(¡ved a la hermosa muerta)

 

Tintagel.

 

 

MONUMENTUM ÆRE, ETC

 

 

 

Decís que me tomo demasiado en serio,

que me pavoneo lleno de presunción.

 

Dentro de pocos años nadie recordará lo buffo,

nadie recordará lo trivial que hay en mí,

los detalles cómicos estarán ausentes.

En cuanto a vosotros, os pudriréis en la tierra

y dudo mucho que vuestro estiércol sea lo bastante rico

 

para mantener la hierba

sobre vuestra tumba.

 

 

GENTILDONNA

 

 

 

Pasó y no nos dejó ni un temblor en las venas, la que ahora,

moviéndose entre los árboles, y envuelta

por el aire que hendía,

aventando la hierba por donde caminaba, aún perdura:

 

hojas grises de olivo bajo un cielo lluvioso.

 

 

LOS TEMPERAMENTOS

 

 

 

Nueve adulterios, 12 aventuras, 64 fornicaciones y algo parecido a una violación

pesan noche tras noche en el alma de nuestro delicado amigo Florialis;

y, sin embargo, el hombre es de una conducta tan tranquila y reservada

que se le cree sin sangre y sin sexo.

Bastídites, por el contrario, que solo habla y escribe de la copulación,

acaba de ser padre de mellizos,

pero logró esta hazaña a un alto precio:

ha tenido que ser cuatro veces cornudo.

 

 

TS’A1 CHI’H

 

Los pétalos caen en la fuente,

los pétalos de rosas color naranja,

y su ocre se adhiere a la piedra.

 

(Jesús Munárriz y Jenaro Talens)

Tomado de:

https://circulodepoesia.com/2018/08/poemas-del-primer-ezra-pound/

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