A Dives
¿Quién soy yo para condenarte, oh Dives,
yo que estoy tan amargado
por la pobreza
como lo estás tú por la inútil riqueza?
Versión de Javier
Calvo
Abanico para su Majestad la Emperatriz
Oh, abanico de seda blanca,
pálido
como la escarcha en un tallo de hierba,
a ti también te dejan de lado.
Versión de Javier
Calvo
Cantar XLV
Con usura
Con usura no tiene el hombre casa de buena piedra
Con bien cortados bloques y dispuestos
de modo que el diseño lo cobije,
con usura no hay paraíso pintado para el hombre en los
muros de su iglesia
harpes et lutz (arpas y laúdes)
o lugar donde la virgen reciba el mensaje
y su halo se proyecte por la grieta,
con usura
no se ve el hombre Gonzaga,
ni a su gente ni a sus concubinas
no se pinta un cuadro para que perdure ni para tenerlo
en casa
sino para venderlo y pronto
con usura,
pecado contra la naturaleza,
es tu pan para siempre harapiento,
seco como papel, sin trigo de montaña,
sin la fuerte harina.
Con usura se hincha la línea
con usura nada está en su sitio (no hay límites
precisos)
y nadie encuentra un lugar para su casa.
El picapedrero es apartado de la piedra
el tejedor es apartado del telar
con usura
no llega lana al mercado
no vale nada la oveja con usura.
Usura es un parásito
mella la aguja en manos de la doncella
y paraliza el talento del que hila. Pietro Lombardo
no vino por usura
Duccio no vino por usura
ni Pier della Francesca; no por usura Zuan Bellini
ni se pintó "La Calunnia”
No vino por usura Angélico; no vino Ambrogio Praedis,
no hubo iglesia de piedra con la firma: Adamo me fecit.
No por usura St. Trophime
no por usura St. Hilaire.
Usura oxida el cincel
Oxida la obra y al artesano
Corroe el hilo en el telar
Nadie hubiese aprendido a poner oro en su diseño;
Y el azur tiene una llaga con usura;
se queda sin bordar la tela.
No encuentra el esmeralda un Memling
Usura mata al niño en el útero
No deja que el joven corteje
Ha llevado la sequedad hasta la cama, y yace
entre la joven novia y su marido
Contra naturam
Ellos trajeron putas a Eleusis
Sientan cadáveres a su banquete
por mandato de usura.
Versión de Javier
Calvo
Cantar CXX
He intentado escribir el Paraíso.
Que no os mováis.
Dejad hablar al viento
ese es el Paraíso.
Que los dioses olviden
lo que he realizado.
A aquellos a quienes amo,
perdonen
lo que he realizado.
Versión de Javier
Calvo
Causa
Reúno estas palabras para cuatro personas,
alguien más puede cazarlas al vuelo,
oh mundo, lo siento por ti,
no conoces a esas cuatro personas.
Versión de Javier
Calvo
El desván
Ven, apiadémonos de los que tienen más fortuna que
nosotros.
Ven, amiga, y recuerda
que los ricos
tienen mayordomos en vez de amigos,
y nosotros tenemos amigos en vez de mayordomos.
Ven, apiadémonos de los casados y de los solteros.
La aurora entra con sus pies diminutos
como una
dorada Pavlova,
y yo estoy cerca de mi deseo.
Nada hay en la vida que sea mejor
que esta hora de limpia frescura,
la hora de
despertarnos juntos.
Versión de Javier
Calvo
El encuentro
Mientras ellos hablaban todo el tiempo de la nueva moral
ella me exploraba con sus ojos.
y cuando me levanté para marcharme
sus dedos fueron como el tejido
de una servilleta japonesa de papel.
Versión de Javier
Calvo
El jardín
En robe de parade
Samain
Como un ovillo de hebras de seda estampado contra una
pared
ella bordea la tapia de un sendero en los jardines de
Kensington
y se va muriendo poco a poco
de una especie de anemia emocional.
Y por allí se pasea una chusma
de hijos de la miseria, inmundos, vigorosos,
inextinguibles.
Ellos heredarán la tierra.
Ella es el final de la estirpe.
Su aburrimiento es exquisito y excesivo.
Le gustaría que alguien fuese a hablarle,
y casi tiene miedo de que yo
cometa esa
indiscreción.
Versión de Javier
Calvo
En una estación del metro
La aparición de estos rostros en la multitud;
Pétalos en una rama oscura y húmeda.
Versión de Marcelo
Covian
Encargo
Id, canciones mías, al solitario y al insatisfecho,
id también al desquiciado, al esclavo de las
convenciones,
llevadles mi desprecio hacia sus opresores.
Id como una ola gigante de agua fría,
llevad mi desprecio por los opresores.
Hablad contra la opresión inconsciente,
hablad contra la tiranía de los que no tienen
imaginación,
hablad contra las ataduras,
id a la burguesa que se está muriendo de tedio,
id a las mujeres de los barrios residenciales,
id a las repugnantemente casadas,
id a aquellas cuyo fracaso está oculto,
id a las emparejadas sin fortuna,
id a la esposa comprada,
id a la mujer comprometida.
Id a los que tienen una lujuria exquisita,
id a aquellos cuyos deseos exquisitos son frustrados,
id como una plaga contra el aburrimiento del mundo;
id con vuestro filo contra esto,
reforzad los sutiles cordones,
traed confianza a las algas y tentáculos del alma.
Id de manera amistosa,
id con palabras sinceras.
Ansiad el hallazgo de males nuevos y de un nuevo bien,
oponeos a todas las formas de opresión.
Id a quienes la mediana edad ha engordado,
a los que han perdido el interés.
Id a los adolescentes a quienes les asfixia la
familia...
¡Oh, qué asqueroso resulta
ver tres generaciones reunidas bajo un mismo techo!
Es como un árbol viejo con retoños
y con algunas ramas podridas y cayéndose.
Salid y desafiad la opinión,
Id contra este cautiverio vegetal de la sangre.
Id contra todas las clases de manos muertas.
Versión de Javier
Calvo
Erat Hora
"Gracias, venga lo que viniere" y volviéndose,
como un rayo de sol sobre flores colgantes
ensombrece cuando el viento las alza a un lado.
Me dejó. No, venga lo que viniere
Hubo una hora iluminada por el sol, y los más altos
dioses
no pueden jactarse de nada mejor
que de haber contemplado a su paso esa hora.
Francesca
Saliste de la noche
Con flores en las manos.
Vas a salir ahora del tumulto del mundo,
De la babel de lenguas que te nombra.
Yo que te vi rodeada de hechos primordiales,
Monté en cólera cuando te mencionaron
En oscuros callejones.
¡Cómo me gustaría que una ola fresca cubriera mi mente
Que el mundo se trocara en hoja seca,
O en un vilano al viento,
Para que yo pudiera encontrarte de nuevo
Sola!
Imagen de D' Orleans
Esos jóvenes que cabalgan por la calle
en la rutilante estación que empieza
clavan las espuelas sin razón alguna,
haciendo saltar a sus corceles.
Y al paso que van,
las pezuñas herradas de sus caballos
hacen saltar chispas de los adoquines de la calle
en la rutilante estación que empieza.
Versión de Javier
Calvo
La mujer del mercader del río: una carta
Cuando yo todavía llevaba el pelo cortado sobre la
frente
jugaba en el portal delantero, recogiendo flores.
Tú viniste con zancos de madera jugando a los caballos,
caminaste junto a mi asiento, jugando con ciruelas
azules
y seguimos viviendo en el pueblo de Chokan:
dos niños, sin aversión ni sospecha.
Con catorce años me casé con vos, mi señor.
Nunca me reía porque era tímida.
Bajaba la cabeza y miraba a la pared.
Aunque me llamaran mil veces, nunca volvía la cabeza.
Con quince años dejé de fruncir el ceño,
deseaba que mi polvo se mezclara con el tuyo
para siempre y para siempre y para siempre.
¿Para qué seguir vigilando?
Te fuiste cuando yo tenía dieciséis años,
te fuiste a la lejana Ku-to-yen, junto al río de los
remolinos,
y has estado fuera cinco meses.
Los monos hacen un ruido muy triste por ahí arriba.
Cuando te fuiste arrastrabas los pies.
En el portal ahora ha crecido el musgo, musgos
distintos,
¡demasiado profundos para limpiarlos!
Las hojas caen pronto este otoño, por culpa del viento.
Las mariposas emparejadas ya amarillean en el agosto
sobre la hierba del jardín del oeste;
me duelen. Me hago vieja.
Si has de venir por los vados del río Kiang,
por favor, házmelo saber de antemano
y yo saldré a recibirte,
iré hasta
Cho-fu-sa.
Por Rihaku
Versión de Javier
Calvo
La tumba de Akr Caar
"Yo soy tu alma, Nikoptis. He velado
Estos cinco milenios y tus ojos muertos
No se movieron ni nunca han respondido a mi deseo,
Y tus miembros ligeros, que atravesé en llamas,
No han ardido conmigo ni con azafranada cosa alguna.
Mira, la hierba leve se levantó para hacer tu almohada
Y te besó con una miríada de lenguas vegetales;
Mas tú no me besaste.
De tanto leerlo gasté el oro de la pared
Y fatigué mi pensamiento en los signos.
Y no hay nada nuevo en este sitio.
He sido amable. Mira, he dejado los cántaros sellados
Por si despertabas y murmurabas por tu vino.
Y he mantenido suaves las túnicas sobre tu cuerpo.
¡Oh despreocupado! ¡Cómo podría olvidar!
-Hasta el río hace tanto tiempo,
¿El río? Eras menos que joven
Y tres almas vinieron sobre Ti
Y yo vine.
Y volé sobre ti, las hice huir;
He sido íntima contigo, te he conocido.
¿Acaso no he tocado tus palmas y las puntas de tus
dedos?
¿Acaso no me he deslizado a través tuyo hasta los
talones?
¿Cómo entré? ¿Acaso no soy yo tú y Tú?
Y ningún sol viene a socorrerme en este lugar
Y estoy desgarrada contra la oscuridad tenebrosa;
Y ninguna luz me golpea y no dices
Palabra, día tras día.
¡Oh! podría salir, a pesar de las marcas
Y toda su hábil labor sobre la puerta,
Salir a través de los campos de verde cristal...
Mas hay quietud aquí.
No me voy.""
Versión de Marcelo
Covian
La zambullida
Querría bañarme en extrañeza:
estas comodidades amontonadas encima de mí,
me asfixian!
¡Me quemo, ardo en deseos de algo nuevo,
amigos nuevos, caras nuevas y lugares!
Oh, estar lejos de todo esto,
esto que es todo lo que quise...salvo lo nuevo.
¡Y tú, amor, la que mucho, la que más he deseado!
¿Acaso no me repugnan todas las paredes,
las calles, las piedras,
todo el barro, la bruma, toda la niebla,
todas las clases de tráfico?
A ti, yo te querría
fluyendo encima de mí como el agua,
¡oh, pero fuera de aquí!
Hierba y praderas y colinas y sol
¡oh, suficiente sol!
¡Lejos y a solas, en medio de gente extraña!
Versión de Javier
Calvo
Meditatio
Cuando considero cuidadosamente los curiosos hábitos de
los perros
Estoy obligado a concluir
Que el hombre es un animal superior.
Cuando considero los curiosos hábitos del hombre,
Le confieso, mi amigo, que me sorprendo.
Versión de Marcelo
Covian
Tomado de:
http://amediavoz.com/pound.htm
Mujeres ante un aparador
Las chucherías de ámbar y turquesa falsas
las atraen.
“Casi parecen auténticas”: ¡Estas llamativas baratijas!
Sociedad
La buena posición de la familia se tambaleaba,
y por esta causa la pequeña Aurelia,
que había reído durante dieciocho veranos,
ahora soporta el repugnante contacto de Phidippus.
El retrato*
Los ojos de esta dama muerta me hablan,
porque en ellos estuvo el amor, y no fue posible
ahogarlo.
Y en ese cuerpo el deseo, que no pudo ser borrado
con besos.
Los ojos de esta dama muerta me hablan.
* Venus reclinada, por Jacopo Del Sellaio.
Coito
Los dorados falos de los azafranes
se confían al aire de la primavera.
Aquí yace la nada de los dioses muertos,
pero una procesión de festival,
una procesión, Oh Giulio Romano,
adecuada para habitar en tu espíritu.
Diana, tus noches están sobre nosotros.
El rocío está sobre la hoja.
La noche a nuestro alrededor es incansable.
Antigua sabiduría, más bien cósmica
So-Shu soñó
y habiendo soñado que era un ave, una abeja, y una
mariposa,
dudaba de por qué debería intentar sentirse como
cualquiera
otra cosa,
de ahí su contento
Tomado de:
https://materialdelectura.unam.mx/poesia-moderna/16-poesia-moderna-cat/30-008-ezra-pound?showall=1
EL ORDEN SOCIAL
Este funcionario de gobierno
Cuya esposa le lleva no pocos años,
Tiene unos modos tan acariciadores
Cuando les da la mano a las muchachas.
LA TINA
Como una tina de baño de porcelana
Cuando el agua caliente se le acaba o entibia,
Así el lento enfriamiento de nuestro amor caballeresco
Oh mi muy alabada y no-enteramente-satisfactoria señora.
GATO CASERO
“Me agrada estar entre mujeres bellas.
¿Por qué mentir sobre estas cosas?
Lo digo una vez más:
me agrada platicar con mujeres bellas
Aunque no hablemos más que tontadas.
El ronroneo de las antenas invisibles
Es a la vez estimulante y delicioso”.
ALBA
Fresca como los pálidos pétalos húmedos del lirio del
valle
Duerme a mi lado en la alborada
(José Coronel
Urtecho y Ernesto Cardenal)
TRENOS
Se acabaron para nosotros los leves suspiros.
Se acabó el ser turbados por los vientos del atardecer.
¡Ved a la hermosa muerta!
No me consumiré ya más.
Se acabó para nosotros el batir de alas
que en el aire zumbaban encima de nosotros.
¡Ved a la hermosa muerta!
Se acabó el deseo que me azotaba,
se acabaron los estremecimientos
al unir nuestras manos.
¡Ved a la hermosa muerta!
Se acabó el vino de los labios,
Se acabaron para nosotros los encuentros
(¡ved a la hermosa muerta)
Tintagel.
MONUMENTUM ÆRE, ETC
Decís que me tomo demasiado en serio,
que me pavoneo lleno de presunción.
Dentro de pocos años nadie recordará lo buffo,
nadie recordará lo trivial que hay en mí,
los detalles cómicos estarán ausentes.
En cuanto a vosotros, os pudriréis en la tierra
y dudo mucho que vuestro estiércol sea lo bastante rico
para mantener la hierba
sobre vuestra tumba.
GENTILDONNA
Pasó y no nos dejó ni un temblor en las venas, la que
ahora,
moviéndose entre los árboles, y envuelta
por el aire que hendía,
aventando la hierba por donde caminaba, aún perdura:
hojas grises de olivo bajo un cielo lluvioso.
LOS TEMPERAMENTOS
Nueve adulterios, 12 aventuras, 64 fornicaciones y algo
parecido a una violación
pesan noche tras noche en el alma de nuestro delicado
amigo Florialis;
y, sin embargo, el hombre es de una conducta tan
tranquila y reservada
que se le cree sin sangre y sin sexo.
Bastídites, por el contrario, que solo habla y escribe
de la copulación,
acaba de ser padre de mellizos,
pero logró esta hazaña a un alto precio:
ha tenido que ser cuatro veces cornudo.
TS’A1 CHI’H
Los pétalos caen en la fuente,
los pétalos de rosas color naranja,
y su ocre se adhiere a la piedra.
(Jesús Munárriz y
Jenaro Talens)
Tomado de:
https://circulodepoesia.com/2018/08/poemas-del-primer-ezra-pound/

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