viernes, 21 de noviembre de 2025

POEMAS DE JAVIER SOLOGUREN - DESDE PERÚ -

 

El ciego mar

 

no veo

me trasplanto

la boca de una flor

es un volcán hembra

horario y minutero

desfilan tierra adentro

pero yo me hallo en el mar

 

no veo

bebo

un cielo de revés

un torbellino blanco

estalla entre mis huesos

 

no veo

sino brazos transparentes

el color apenas mima su crepúsculo

 

no veo

sino el mar

yo soy el mar

 

De "Poemas" 1988

 

 

El paso de los años

 

                                                        para mi hija Viveka

 

porque cogí la mariposa

no en el jardín

sino en el sueño

porque en mi almohada

oí cantar al río

al crepúsculo orar

porque el cielo breve

de la flor

me llevó lejos

porque el niño aún

(que fui que a veces soy)

despierta y ve

la mariposa

volar en el jardín

que ya no sueño.

 

 

Elegía

 

Amor que apenas hace un rato eras fruto

de resplandeciente interior en los ojos

de irreprochable dulzura, que sólo eras

una gota de agua resbalando entre los senos

apaciblemente diminutos de una joven;

ahora, al otro lado de las falsas paredes

pintadas con húmedos y empañados carmines,

entre la tarde nostálgica y la noche,

oh amor, has de ser guía certero del asesino

que ardientemente trabaja con un hilo de nieve

en torno de lo que ama.

 

De "Detenimientos" 1947

 

 

Epitalamio

 

Cuando nos cubran las altas yerbas

y ellos

los trémulos los dichosos

lleguen hasta nosotros

se calzarán de pronto

se medirán a ciegas

romperán las líneas del paisaje

 

y habrá deslumbramientos en el aire

giros lentos y cálidos

sobre entrecortados besos

 

nos crecerán de pronto los recuerdos

se abrirán paso por la tierra

se arrastrarán en la yerba

se anudarán a sus cuerpos

 

memorias palpitantes

 

tal vez ellos

los dichosos   los trémulos

se imaginen entonces

peinados por

desmesurados

imprevistos resplandores

luces altas

desde la carretera

 

De "Bajo los ojos del amor" 1950

 

 

Estancias 19

 

¡Qué sabor en el pan,

qué fáciles los pasos,

qué llevadero todo

sabiéndote a mi lado,

Amistad, cuánto gozo

en tu apretón de manos!

 

 

Estancias 22

 

Cuerpo a cuerpo,

Hombre y Mujer,

se irán quemando

en el fuego blanco

del amor.

Mano a mano

levantarán el árbol

de la vida,

y su aire y sus pájaros.

Hombre y Mujer,

descubrirán que el mundo

es compañía

y un mismo sol

calentará sus huesos,

y un mismo anhelo

los mantendrá despiertos.

 

 

Eventail

 

El clima de tus ojos es de otoño

    y en su follaje hay huellas

          de heridas uvas.

                   Así

            de rojo otoño

         y desvelada niebla

está hecho el vino donde tú me llegas.

 

 

Fuego absorto

 

Noche que fuiste día, pecho por donde entrara

como una mano de cristal, como un navío blanco

el sol que canta de claridad y canta a oscuras.

En ti está el día, noche, por tu cuerpo ha bajado

en una ardorosa marea de labios dispersos,

en un peso espacioso que a tus pies descansa.

El día eres, noche, resplandeciendo a tus plantas

sin el uso del trajín y los afanes, cerrado como un cofre

donde el sueño y los astros, hogueras intangibles,

tocan entre la sombra, entre sus hojas respiran

algo del aire y del rostro del día ya lejano.

 

De "Vida continua" 1989

 

 

Gravitación del retrato

 

¿Acaso no he tocado tus palmas y tus yemas,

no he fluido a través de ti, y en torno de tus talones?

¿Cómo entré? ¿No era yo acaso tú y Tú?

                                                                                                            Ezra Pound

 

Entre el agua y la sombra, a orillas

de una sedosa mirada nocturna

y en la mitad ardiente del abrazo

la lámpara nos une como una caricia,

como una flor espejeante a un hombro perfecto.

 

(No sé si he respirado los rayos de su luz

y si al mirarte una impalpable lágrima aproximo,

una abrigada pluma, una burbuja irisada,

un titubeante círculo de amor y de sueños).

 

Ajena al paso de mi voz, al incesante

fuego que va contra el olvido, retirada

a música inmóvil había de escucharte,

 

Detenido en silencio todo cuanto tocas,

rostro, vaso de fugaz derredor, madura espalda.

 

De "Detenimientos" 1947

 

 

Haiku

 

1.

La tinta en el papel.

El pensamiento

deja su noche.

 

 

2.

¿Qué canta el agua?

El agua canta el agua

canta el agua canta.

 

 

3.

Cascada de agua seca,

papel de cielo

iluminado

(Buganvilla)

 

 

4.

Bailan, ascienden,

ascienden, bailan.

Viejo jardín de fiesta.

(Fucsia)

 

 

5.

¡Cómo se obstina

la vida en la canción

de la cigarra!

 

 

6.

Con las penas

mido

la extensión de mi cuarto.

 

 

7.

Nada dejé en la página

salvo la sombra

de mi inclinada cabeza.

 

 

8.

No veo el florecer

del naranjo, oigo

subir su canto.

 

 

9.

En el silencio

del estanque arde

la lámpara votiva.

(Nenúfar)

 

 

10.

Blanca,

sencillamente blanca,

abierta al blanco espacio.

(Jazmín)

 

 

11.

Cerrado cielo.

En una callejuela

se rasca un perro.

 

 

12.

Un día más

y una jornada menos

llevándonos al cero.

 

De "Tres hojas de herbolario"

 

 

La belleza, las nubes...

 

La belleza, las nubes.

¡Las nubes!

¿Hay alguien que se detenga a verlas

desordenándose en sus fiestas

lentamente?

¿Contemplarlas?

(No faltará quién diga ¡está en las nubes!

¡Ese hombre no se halla en sus cabales!)

Las flores, la belleza.

Si contemplamos una flor como quien contempla un rostro

humano

o escucha el alma en su pasión desnuda del canto límpido

del ave

(Igualmente será visto con sorna)

Las nubes, las flores, las aves: rostros de la belleza,

¿dónde arden sus huellas?

Sus rastros se perdieron en las aguas

como desmantelados barcos.

Por qué pues distraemos con tales baratijas!

Pero la belleza, las flores, las aves, sobre nuestras cabezas,

las nubes en su callada música.

(pero ¿las nubes, la belleza?)

 

                                  (pero ¿las nubes, la belleza?)

 

De "Un trino en la ventana vacía" 1991

 

 

La visita del mar

 

Soy un cuerpo que huye, sombra que madura

con un murmullo de hojas en tu mirada

igual al mediodía cruel y esplendoroso;

mar, ala perdida, párpados de nieve,

casto sonámbulo entre materias corrompidas,

ola sedosa en que tristemente espejeo.

 

Toda palabra es mía cuando estoy a la orilla

de tus ojos, mar, todo silencio es mío.

 

Extraño huésped que me dejas turbado,

instante en que habito sólo lentamente,

dichoso, melancólico, desierto, penetrante.

 

No estoy en mí, no soy mío, viento, son mis ojos,

mar, ahora que te miran, ahora que tu rostro

me alza largamente despierto en el vacío,

blanco corcel yo mismo, inmaterial, desnudo.

 

Pasos furtivos, mar, hacia ti me conducen

cuando la noche es que en ti una hoja de palma

y mi cuerpo no es sino blandísima nieve,

llorosa sombra, triunfante peso de oro.

 

En la altitud de la noche abro una ventana.

En mis ojos el sueño es un juguete de hielo,

una flecha preciosa que no alcanzará a herirme.

 

(Oído visible de la estrella, registradme).

 

Mar, desde tu pecho abre sus venas la zozobra,

canta el fuego fugaz de solitarias perlas;

mudo rayo terrestre que quema hasta el cabello.

 

El aire de la noche, tus dedos ciegos, celestes;

tu profunda seda, mar, ardiendo quietamente.

 

(La hermosa luz ya viene en unos pies danzando).

 

Playa pura, final, mar, donde no somos

sino un fantasma entre las flores de la aurora.

 

De "Vida continua" 1989

 

 

Memento

 

Los que caímos más de siete veces

y aun en cada paso,

y, sin embargo, no somos los caídos;

sentimos un extraño dolor por los caídos;

nosotros, tú y yo, los que caemos,

con profunda unción de hijo a padre

encendemos de vida a los caídos:

la vida enajenada en las batallas,

en la turbia agonía de los tiempos;

esa vida que anida en el recuerdo

de los que son, de los que fueron, los caídos.

 

De "Bajo los ojos del amor" 1950

 

 

Noción de la mañana

 

Voy de tu mano entre los limpios juncos,

entre nubes ligeras, entre espacios

de tierna sombra. Voy en tus ojos.

 

Voy de tu mano como quien respira

la pausa cálida del viento,

como quien pisa en el aire blandos frutos,

como quien bebe su risueño aroma.

 

(No he de perder el trino y la corriente

que te moja de libres claridades,

ni tu cabello suelto como el río

que apresura sus labios en la sombra).

 

De "Bajo los ojos del amor" 1950

 

 

Nuevo día

 

del alba son los pálidos corceles

y el tumulto lejano de los sueños

con trémulas saetas el arquero

los encumbrados aires frescos hiende

 

mi morosa cabeza que sostienes

en un remanso de tu brazo abierto

a las nociones de la luz oriento

traspasando la orilla del durmiente

 

un nuevo día sí un exaltado

fulgurar de la efímera existencia

un hoy que en ser ayer tárdase apenas

 

a su presente incógnito ingresamos

una vez más del embeleso presas

semblantes de la luz mueven a engaño

 

 

Reloj de sombra

 

(Entre la tarde nostálgica y la noche)

 

Con una larga garra de tristeza busco

la pálida altura de una planta femenina;

tal como un viento quejumbroso busco

la intempestiva desnudez, sombra y efigie,

grito distante del pájaro que emigra,

pena con que hiere una imagen a su espejo.

 

Errante luz blanca bajo el vacío del cielo,

pequeño reloj que sólo fuera una lágrima,

hora en que todo ser es una pálida violeta,

estatua de pronto, arrastrada por la música

en un ramo de tinieblas y nevadas agujas.

 

Hora en que busco algo que no es tuyo ni mío

con una mirada puesta en lo que huye.

 

De "Vida continua" 1989

Tomado de:

http://amediavoz.com/sologuren.htm

 

 

ESTANCIAS 9

 

Árbol, altar de ramas.

de pájaros, de hojas,

de sombra rumorosa;

en tu ofrenda callada,

en tu sereno anhelo,

hay soledad poblada

de luz de tierra y cielo.

 

 

ESTANCIAS 16

 

Mueves tus largos miembros

Hacia el mar que te aguarda,

musitando palabras

al mar de tu desvelo;

pero tus labios siempre

buscándole la boca,

Río, pero tú siempre

con tu canción de sombra.

 

 

POESÍA

 

Poesía, no me niegues tus dones

por más tiempo. Tengo el oído atento,

los ojos despiertos, abierto el corazón.

 

Poesía, ¿a qué eres igual,

cuál tu gemelo, cuál tu secreto?

Si es en soledad donde tus voces se oyen,

en ella te he aguardado solo con mi deseo.

Si el sueño es, otra cosa no he hecho

que vagar entre los signos de la noche,

llama en que me enajeno.

 

No. No te pareces al amor

¿No está para siempre en mí su garra?

Diría aún a la pena o al olvido

si no fueran el pan de cada día.

Pero qué cerca estás de mi sangre

y sólo creo en el dolor (¿de?) haberte visto.

Tomado de:

https://educared.fundaciontelefonica.com.pe/sites/literatura-peruana/sologuren2.htm

 

 

TOSTADA

La inquieta fronda rubia de tu pelo

             hace de mí un raptor;

             hace de mí un gorrión

la derramada taza de tu pelo.

 

La colina irisada de tu pecho

              hace de mí un pintor;

              hace de mí un alción

la levantada ola de tu pecho.

 

Rebaño tibio bajo el sol de tu cuerpo

               hace de mí un pastor;

               hace de mí un halcón

el apretado blanco de tu cuerpo.

Tomado de:

https://educared.fundaciontelefonica.com.pe/sites/literatura-peruana/sologuren2.htm

 

 

 

Poética de una vida

un cuerpo que es apenas nuestro donde

oscuramente triunfa el infortunio

una llama de sangre pronto exhausta

luego de su apartado canto y entre

el carnal terciopelo de las sombras

sueltas como una desflorada rosa

 

un cuerpo para quién o para qué

blanca semilla que el azar devuelve

con sigilosos signos y maneras

en postrer incremento de la tierra

 

un polvo tuyo y mío apenas nuestro

donde alza su vuelo el infortunio

(la vuelta)

Tomado de:

https://www.vallejoandcompany.com/2018/09/27/javier-sologuren-impresiones-para-un-dia-roto/

No hay comentarios.:

Publicar un comentario