domingo, 7 de junio de 2020

POEMAS DE PEDRO CASARIEGO

La 'metro-movie' de PeCasCo | El Norte de Castilla
Imagen tomada de internet.

(1955 -8 de enero de 1993 , Madrid, España)

Santa tierra desterrada




Tú sigues siendo
el misterio de las apariciones que nunca aparecen
pero
dentro de mí
alguien
cambió
y no volverá a cambiar
jamás

ya no hay llanuras en mis montañas
ya no hay llanuras y yo
yo olvido un sótano de recuerdos dos sótanos llenos
y persigo sombreros alegres para dejar de olvidar
aunque ya se sabe
los sombreros huyen
y la alegría
y los gatos que no nos felicitan.

Olvido.

Olvido porque ya soy viejo o ya soy joven:
he sido tantos alborotos
que ya soy viejo
he visto a tantos morir mi muerte
que ya soy joven
he servido a tantos príncipes
he ambicionado piedra he falsificado labios y he jadeado
no he faltado a la cita y ahora
ya no hay fuego en mi fuego
o todas mis mentiras son mentirosas
y sólo el cansancio me da vida
y sólo tocas mi cansancio
y ahora
hoy nada me duele y tú no me dueles

las tiendas de ultramarinos y los cines de verano
y los guerreros indefensos
desaparecieron
ni siquiera los fabrican
fíjate qué triste

herrumbrosas y ajenas
nuestra soledad es siempre de los otros
herrumbrosas y ajenas y tan herrumbre
las soledades que en mi acontecen
sin ruidos y sin silencios

hoy nadie me duele y tú no me dueles
mujer
tan callada y pobre
como una grieta
santa tierra desterrada
yo que para escandalizarte he robado escándalos
sólo Judas pudo amarte como yo te amo
sólo Judas y sobre ti veo
al cielo que ganó el concurso de cielos
y al cielo loco que ganó el concurso de nubes
y hasta al único caballo que cabalga

santa tierra desterrada
tierra santa
mi tierra prometida
dama de la mayor distancia
te he deseado siempre
desde el primer reloj

pero
dentro de mí
alguien
cambió
así que pronto llorarán mis risas
y se arrastrarán mis vuelos
pronto
oiré un viento raptando hojas
y las noches sabrán ser días
entonces
inmediatamente

Ayúdame
soy un cristo que no tiene cruz
soy un cristo de crucigrama
ayúdame
tú la espina más remota
tú sueño que se desmaya
tú pequeña niebla de piel
tú que no mereces ser el cepillo de dientes de María Magdalena
tú puedes ayudarme
tú puedes ayudarme complicándome la vida
complícame la vida
complícamela

tú que árida siempre te alejas
dame abrazo y herida
dame abrazo y herida para tener abrazo

tu que no existes
sólo tú puedes

1980



Tu mezquita y tu río


Una prostituta
ella es la única mujer por mí invadida
o
acaso
tampoco
ella
porque por más que me recuento
no hallo vestigio
de perfume o de célula o de compra o de club
o de aquel taxi
aunque allí estábamos todos,
madre,
los bienaventurados y los aventureros
allí estábamos todos
en la edad del vagabundeo y sin piernas
sin piernas como el pobre Mori Ahio
como él mordidos por un tren hambriento

pescadores de Galilea ha llegado la hora de la repesca.

Le dije que me llamaba Azul
y gracias al cielo no era tan blanca como la peluquería Noëlle

así que busqué en ella a las hijas del Atlas
ambos sin el virus del amor

aquel día la noche había bajado veloz por su tobogán de luces
y sus estrellas eran nubes.

Madre,
eres la mujer más lista del mundo después de Madame Curie
o empatada con Madame Curie
si exageramos un poco
y yo por tí exagero un poco
y hasta mucho más que un poco
de azúcar
en mi ruso
señor camarero árabe
poblando de parálisis mi alma
mi museo de aromas
tan mísero de aromas
mi monotonía de caja de música
orgulloso de soledades
y de maldad
pero sobre todo de bondad

soy todo lo bondadoso que puede ser un buitre
que no es mucho
y todo lo viejo que sabe ser un viejo
que ya va siendo más
mi alma de reposición y filmoteca
tan fanática
a su lado los locos se convierten en loqueros.

Minutos con ella
entonces pronunciar las palabras mágicas
palabras como
baobab
arrayán
y otra vez baobab
pero no las pronuncié
sobre su carne para perros
carne para perros Lassíe
soy el perro que en la luna escarba una hoguera de signos
y
sólo
la
muerte
me hace
la vida
imposible.

Madre
madre yo solo qué hielo soy
yo que desconozco el argot del amor
para tí quemo las penas que me frecuentan
ven aquí donde te midan mis penas
mezquinas como aritméticas

madre,
tu imperdible
el imperdible de tu tiempo
tu tiempo imperdible

siempre
he aquí tu permanecer
sobre nuestra permanencia
he aquí
tu mezquita
y tu río

30 de marzo 1979
Tomado de:

Biografía


                                                                                    1985

                             si
                                 alguna
                                               vez
                                                      muero
                   quiero azaleas encima de mí
                                quiero una ausencia de cruces
                                            azaleas encima de mí


                              si
                                  alguna
                                                vez
                                                        vivo
                    quiero azaleas para mis brazos
                                 quiero agua para las flores
                                              estrellas encima de mí


¡Ella es!


                                                                16 de enero de 1987

¡Detrás de un cristal hay tres!
¡Es la tercera!
¿Ella es?
¡Roja como un diccionario
y mucho más suave que el papel!
¡Ojos en cuclillas y grises!
¡Ella es!
¡Muchos días tiene el 16 de enero
en el sueño de Manuela!
Y el hielo...
ahora juegan al ajedrez
el hielo y su noche
¡Trabajadora su cuna,
perezosos los pasos de Manuela!
Dinos qué exclama tu silencio,
dinos cómo será tu voz.
El universo hambriento...
¿cuándo le darás una cucharada de tu risa?
¡Que espere el universo!
¡Paciencia, luna! jManuela duerme!

Esta soledad


                             para Juan (regalo)
                                                   c. 1980

esta soledad es hija de una altura equivocada
yo tengo el vicio del cielo
soy el único propietario
del aire huesudo y de los pájaros fáciles

los huesos azules del cielo
forman un espacio largo y delgado
y se quiebran en tormenta
y bajan en agua
para acabar en lápida sin nombre

el rojo de mis manos es un misterio
porque brota de ríos blancos que se inclinan como lápidas

a través de la tela metálica
cabizbaja la mala hierba roba el principio del otoño

en otoño los ladrones de cielo
llevan silencio en el pico y tumba en las alas

me agarro a la tela metálica
y no tengo dinero

las mujeres redondas siempre tienen dinero
pero cuando miran hacia lo alto para celebrar una cama nueva
alguien impide el cielo con una navaja de aire

me agarro a la tela metálica
y no tengo mujer redonda

yo tengo el vicio del cielo porque tengo miedo
Porque soy cobarde

mujer entera no puedo darte nada plancha mi tormenta
LA CENA ES A LAS 6.
YO SOY EL CAMARERO.


Falsearé la leyenda


                                                           1976

Quiero pintar de blanco la hierba de la pradera
y el compacto césped que recubre los jardines;
todos pensarán que venció la fuerza del desierto
y yo seré durante años el Dueño de la vida,
dejando que me acaricie la tibieza del sueño alado
y tiñendo al atardecer lo que brotó del rocío;
mi pincel será la cascada cuyo estruendo nunca percibo
y mi pintura las aguas que en ella se enroscan furiosas,
y los que por los aires naveguen
verán surgir la nieve del pecho abierto del Verano,
variarán de canción los motores aceitosos
y enarcarán las cejas los pilotos sin mirada.

Danzaré entre las hojas chamuscadas por el frío
y los demás conmigo,
pero ellos caerán extenuados
y sus músculos heridos servirán para tensar mi nuevo arco
y clavar en sus corazones suplicantes mensajes de amor
que sin duda secará el aliento de la lluvia;
y arrebataré a los niños la dejadez que me apasiona,
se marchitará colgada de las moreras,
como los plásticos sucios en el invierno espinoso.

Beberé el líquido que corre con el Nilo,
despojaré de su piel al fornido rinoceronte,
falsearé la leyenda y ésta me pertenecerá,
poseeré los campos de maíz y los quejidos sin motivo,
dividiré el tesoro del pirata para llevármelo entero,
y, llegado el momento,
cuando las ilusiones ahoguen el desengaño,
nada quedará sin ser devuelto
y mi alma os alegrará con una sonrisa.

Knock-out


                                                                                      1979

ella afirma que pertenece a la Iglesia Evangélica.
yo la creo.
me dice que debo unirme a su Iglesia.
toco su ronca boca y oigo su voz suave.
ahora intenta adivinar mi profesión:
¿eres marinero?
¿estás loco?
¿vendes cítaras?
yo no respondo.
vivo tan lejos de sus preguntas,
dentro de un corazón alquilado.
todas las mujeres son vuelos,
¿es ella un vuelo chárter
en un avión que se avería?
silbo mientras pienso la respuesta.
aquí no hay ventanas,
pero sé que llueve,
una lluvia triste como gallo sin cresta.
siempre agua,
jamás maná.


me dice que silbo descaradamente mal.
estamos en la cama casi desnudos

(yo aún llevo mi camiseta o mi coraza.
y una medalla tapa un círculo
de su piel).
algo hay entre mis dientes.
no sé qué es,
quizá un último billete.
quizá una declaración de amor disfrazada de billete de mil.
ella está evangelizándome,
me dice que debo unirme a su Iglesia.
busco calma en su extraña fe.
ella tiene tantas almas como un noble ruso,
no dejaré que me salve hoy.


mis garras acarician,
cuando me vaya de aquí
recobraré la felicidad de mis garras desgarrando la vida.
ella me mira,
yo numero sus lunares como antes numeré sus penas.
le digo que soy militar retirado con jugosa pensión,
finquita y Jaguar,
y ella me dice:
cierra la boca,
cielo,
yo soy una ciudad de chicas.

quiero amarla, quiero quererla.


pienso en otra mujer,
me destruía sentada en un bidé.
ya no pienso,
ya no.
cojo un cigarrillo,
y mi mechero abre su ojo de llama.
ella ve cómo fumo nuestra pobre pipa de la paz.


a las diez y cinco nos damos cuenta de que el Juego sobrevive.
  jugamos.
   la empujo
    y cae sobre la cama blanca como ermita.
      knock-out.


La vida dudada


                                                                               c. 1983

La vida dudada
                               la vida es tan corta
que un solo minuto
                        podría ocultarla.
                      Gimen de infinito
                  las catedrales
                       suben sus sombras
                                todo lo tapan
                      todas las vidas
                                                    también la espalda
del ángel sabio
                               también la nuca
         del escarabajo alto.
 Todo lo enlutan
                                  las vidas dudadas.
                Y la boca
          de la catedral tatuada
   grita de vidrio
y ensombrece el invierno.
                             Bendita condena
                                                        si nos alarga
                  porque el hombre enfermo
                                           ama la roca
                                   que lo endurece
                                                            ama el silencio
              que lo supera
                   también los dientes
                                                  y su ternura.
                              Campanas llaman
                   al campanario
                           y muy lejos
                                           remolino de carne
                 todo precio es poco
                           para lo que no acorta la vida.
                                    Alas débiles la vida
                                               se tambalea y nubla
                            la vida dudada
                                     un solo minuto.
                  La vida
                            tiembla en el campo de la esfinge
                       una llama de alegría
               contra un incendio vivo.
                                   La vida parte
                           hacia cielos enterrados
                                    cuidado con la vida
                            con la mujer que planta
                                 cipreses
                                              y tormentas huérfanas.
La vida hiere
                  la vida lanza
                         piedras de pájaro sin nido
                   contra las catedrales altas
                                    y saltan los cristales
                           se convierten en ceniza
                                             que nos abriga.
                         Para vivir lanzamos
                                   estas piedras peligrosas
                                            y sencillas
                        para vivir curamos
                                               los tatuajes y los campos.

Vivir
          bendito castigo
                        si nos lleva
                                      hacia el amor
                                    en almohadas
                                                      de roca y sangre.
Nada remedia
                             la ingratitud del olmo
                  la vida hiere
          nada riega
                       los abedules secos.
Corazones sin traje
               para vivir
    y el desierto resuena
         con nuestras pisadas.
       Mil pies tiene el camino
                         y nosotros quietos
               se yergue el camino
                                   y nosotros quietos
                                            para no morir.
                 La vida dudada
                          la misma vida otra vez.
Tomado de:



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