jueves, 28 de julio de 2016

POEMAS DE RAFAEL JOSÉ MUÑOZ

Venezuela. (1928-1981)

La vida entera se me fue en su día,
En su hora blanca, en su pefil rocío.
La vida, ese cotejo que fue mío,
Se la dejé a su flor y a su rocía.

Ella, que se empinaba de grandía,
de perfumes akaba en mi dordío;
y se vuela y se va. Y en llanto orío,
reza una llama de perunnas ías.

La vida entera se me fue en sus gaires,
mas, remontando un monte, unos desgaires
del mar que me interpuso a sunto vuelo.

pude alcanzarla, le toque su bluma,
pero ni era de flor ni era de pluma:
Era de origen natural del cielo.

Fecundándola tuve unos minutos
y era muchacha párroca de pobre
Su lengua era dorada, era salobre
como brisa de pez que hace morutos.

Estuve fecundándola, en guayutos
por donde víase algo como un sobre;
mas sentí unos perpentos, duros cobres
que tocaban en clítoris canutos.

Y encontré que un rosario parecía
aquella sombrea, luna y mediodía
de un paraje abismal, lejano y mudo.

Y estuve allá, torcido y constelado,
como un jueves o un miércoles colgado,
como perdido en un celeste yudo.
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El viento llega otra vez y se pone como un peón
en su cabestro de anchulina que apuramos
cuando tomábamos agua sin dolor.
El viento llega, me trae sonidos del mar,
batallones de cangrejos, fulgores de algas
y los espejismos de las altas soledades nocturnas.
Solapado yo lo veo junto a sus aves azules
cuando envuelve como un miche de madrugada
y hace que se esfumen los alcanfores en cruz.
Es el viento que trae sus maletas,
es él, mira so voladura,
mira cómo voltea mi camioneta Austin 1958.
Su horizonte tiene que ver con el cielo,
con las siete cabrillas, con el pájaro siete colores,
con el arco iris también, y con los siete pecados capitales.
El viento, si lo pasamos, muere Krist.
Si lo dejamos en su círculo es que nació Ogor.
Es que ya vino, ojalá que haya traído
Sus treinta y siete cocuyos.

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SU ROSTRO KENO

Su rostro tiene un sol en el muro;
Tiene un destello que viene de las piedras
Desde las costas moliedras númicas;
Su rostro de caballo que sueña,
Que acaricia el tornillo,que está detrás
Del Espejo, más allá de la Pared Oscura.

Su rostro- y lo veo-, tiene un Ojal
Debajo de la muela derecha, a 18 sulejas
Y tiene una variña en ángulo 2.
Este es su rostro: se llama Casini
Visto desde el Observatorio de Cofinague
Con un esfuerzo de mi halo mental.
Puedo decir que es así:
Signo Azul en su Escrófula Dorada.
Amarillo Oro en su etcétera de melancolía.
Cabeza de Cola Brillante
Donde se ríe de las coordenadas telescópicas


                         NA
                                FI
                                  CA
                                         NU


LA ANTITIERRA VISTA DESDE EL ESPEJIL


El cristofué me recuerda la Zona Excs, la Antitierra
Donde un aire de blutz abre sus palitos.
El cristofué me recuerda huellas de otra vida,
Vientos de Sulis, alcatraces de Sins,
Obeliscos dormidos en el lecho Rousal.

Según veo por el canto de este pájaro
Él tiene cruces en su hondor,tiene sulijas
En la milgrana de Sés Sojél Níger;
Y tiene la campana de ludo en el Cajón
Donde vientos transversales oscuros
Se pasean en flitz y en flatz.

Es decir,que en el Cielo de la Antitierra
Las cosas tienen su corazón cerca del Fuego 1
Cerca de la yerba central a 416,69
Lo que equivaldría a la siguiente fórmula:
                    _
Antitierra   _ 500.000 años más un átomo de hidrógeno
Por cada litro de espacio sublimado,
Equivalente a galaxias perdidas en Burrr,
Galaxias aparecidas en Birrr.

             1
Así: _______  __ 1/n x n-Pi 34 más s
             3



     28 x n
4                36 a3
                    a mitad del paralaje trigonométrico

18 x 25 más n %
             0

Es decir:        1    )          1    )                )             __1__           

                      4    )           8   )             20   )            1.000 
                                                                                
                                                                              1.000  también
                                                                                  1
   1   - 0
  8  -   0
Todo dentro del ……….
                                      1

pastoral



Ahora esta chicharra canta hacia dentro,

ahora busca el monte más oscuro, quiere llorar;
ahora esta chicharra se para en mis ojos
y está siempre aquí suspirando y levantando trencitas;
ahora esta chicharra quiere decirme algo
de lo que ve sobre el lomo del caballo.

Qué animal tan oriundo, como se ata a mi cuello,

cómo camina por mis codos, levantando cintas negras,
y duele real efectivamente,
y se sacia de luto mi corazón y me come las lágrimas.
Ella surge del paisaje como una niña,
ella que dice ser una monjita que se murió.

Aún no tiene centro, porque desciende de la hojarasca,

pero aquí mismo anda, en la constelación de mis sombras,
suspensa en destino de eterno sillón.
Esta chicharra déjame paz de montaña,
se ve que proviene de la piedra situada al otro lado del sol.



Estampas Llaneras


Ven Somosata, mi amor, ven acá,
trae las pasamayeras del venado,
date cuenta que suscribimos los palotes
con música del joven Cullerts, con oréganos ahítos;
date cuenta, el reloj termina el paso
y cantan en su cuna los arrendajos, va a llover.

Mi esposa Somosata tiene un lunar en el mercadante,
un lunar que pisa mayor;
es de agua igual al vestíbulo, de arena con ganchos;
como rasgando sus puntos y comas, sus admiraciones;
ha oído de la gramática los surcos enfermos;
tiene trocotos y lechugas de la madrugada el portugués.

Somosata, no digas nada a las gallinas y a los patos:
Guido Untomi, mi amigo el italiano, el jardinero
del 5 y 6, tiene una granja en San Diego.
Padre Beylan con Elio, el hijo mayor, recuerdos de Mirla,
allá, en la esquina del Dr. Díaz, a ron por media hora.

No importan los tubos de la Avenida Bolívar, si va llover,
su taza de anís y los muertos que vemos en el mercado;
y las legumbres rezando 1 de la tarde, orejas de cochino,
sorda brisa matinal, olorosa a ganados.

Hacia allá marcha la caravana morosa de Lazo Martí.

(Rubens, te llama Maruja de perfil,
ella quiere ir a la caza del caballo ojeroso con cabos negros.
Si escuchas caer el aguacero en casa de zinc,
me acurrucas el morrocoy junto a las morocotas y lo peinas:
no vaya a ser que llueva de verdad y se me pierda
en siglos y semanas, y en tortuga y domingos.)



LOS PAISAJES DE LEAFAR

Leafar se fue por el sendero, vio el pollino
volteando una laja, vio los juncos
parecidos a mueryos, vio en trigal.
Vio que los leones conversaban con las rocas
en un lenguaje jurcio, y se vio a sí mismo
desde aquellas lomas, arriando el ganado,
oliendo las guayabas detrás de las piedras.
Virgen era, —dijo,—y si paso el río
virgen soy.
Detrás de los ceibos están los fantasmas
Arrugando estos dédalos, con Stefanía,
Están las cóitoras y los manzanos y las queseras.
Volteo hacia Loma Colorada, vio que capaban toros.
Invocó el recuerdo de Agustín y se fue hacia la carpa:
Allí, entre las sombras, un hombre blanco
se escurrió tras el espejo, dejó un 3
gamado con luces fantásticas, dejó un 7
y una ladrillo sobre una topia y una morocota azul.
Bajó hasta las mayas, allí estaba Agustín
con Baltazar, curando las gusaneras a los toros.
Miró hacia las extrañas hondonadas
y sintió que una soga larga se arrastraba entre los peñascales.
Invocó al Anima del Taguarpire
y le puso 13 velinas y se fue a reposar entre los burros.
Era que estaba en la sabana sola
donde se despluman los gallos sexuales
en medio de la laguna donde no hay nadie.
Era la muerte de Agustín, su Padre.
que venía desde la soledad
a traerle una camaza de jobos y un olor a praderas.
No obstante; algo había en el perfil de su nariz,
una cosa ajena, una piedra de extraño.
 Abril 14, 1965.


Después de haber llorado, solitario,
bajo esta cruz amada de paloma;
después de haber subido hasta la loma
para mirar mejor el vecindario.

Después de un día ritual, sin incensario,
sin querubes, sin templo y sin redoma:
me fui a comer la pulpa de una poma
más arriba del lánguido calvario.

Y estuve allí, con viento y toro ardiente,
con aromas y flores, y el relente
de la triste pradera vespertina.


Y fundiendo la tarde con mis penas,
me puse a dialogar con las arena
remotas de aquel mar que fue colina.

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