viernes, 12 de febrero de 2021

POEMAS DE MAX JARA

(21 de agosto de 1886, Yerbas Buenas / 6 de julio de 1965, Santiago de Chile, Chile)



Desmayo I

 

Allá, cuando las lomas reverdecen,

donde hay almas que viven de esperanzas

y arreboles de fuego que florecen

en las inacabables lontananzas;

allí donde mi madre me ha llorado

con melodioso corazón de fuente,

por más que digan que los sueños mienten,

quisiera ser feliz y lo he soñado.

Son voces fraternales que me llaman,

una boca de niña que me besa,

dos negros ojos de tranquila llama,

y lejanos recuerdos de tristeza;

y el eco de murmullos lisonjeros

de los días henchidos de belleza,

y en cambio de los años que murieron

un puñado de nieve en la cabeza.

 

Desmayo II

 

Y, sin embargo, hay algo que me empuja

hacia los horizontes de los tristes,

hay alguien que mis carnes arrebuja

con el mismo jirón que su ser viste.

Ir sin ellos, el sueño de mi vida;

y al ver que no lo alcanzo y que me pierdo,

mientras en ese sueño rasgo y muerdo,

me duele el corazón como una herida.

 

Desmayo III

 

He visto al victimario de mis ansias.

Aullaba en su boca la ignorancia.

Envenenadas puntas que taladran,

las voces ancestrales cómo ladran.

Quizás si lo que llevo aquí en la frente,

que yo creo una selva, es una grieta,

y seré como el triste del poeta

que se murió de sed junto a la fuente.

 

Estrella

 

Yo sé de una estrella que luce remota.

Su rayo en mi noche desmayado flota.

Su rayo que finge la expresión tranquila

de una soñadora virginal pupila.

Su rayo que anima temblor de sollozo,

su rayo que es prenda de amor doloroso.

 

Los vientos que traen rumor de follaje

de lejanos bosques con denso ramaje,

los vientos que llevan en un grito amargo

condensado el tedio del camino largo,

también se han llevado, con rumbo a la noche,

musical y tibio, este primer broche

de mi amor al astro que, desde muy lejos,

me envía recuerdos en vez de reflejos.

 

El lago la ha visto cruzar pensativa.

La ve, tembloroso, velar desde arriba.

El lago la mima. Sedoso la arrulla

cual si fuese el sueño de las ansias suyas.

Tal vez el reflejo con que el astro vibra

hiriendo las aguas con mágica fibra,

hace que la espuma que en la margen deje,

como mujer virgen de amores se queje.

 

Vientos cuya lengua, viril y sonora,

dejan una estela de cantos de aurora

vientos de esperanza beso y primavera,

alegran en vano mi lóbrega espera.

Bien sé que la estrella se abisma en la noche

como flor efímera que cierra su broche.

Y yo la lamento morir en la altura

con grave tristeza, con vana amargura.

 

Deseara darle la llama sincera

de todos los sueños de mi vida entera,

le ofrendara todos los trémulos bríos

de todas las chispas de los sueños míos;

que si ella me mira, que si ella me besa

qué importa que sólo me quede tristeza.

https://www.poemas-del-alma.com/max-jara.htm

 

OJITOS DE PENA

Ojitos de pena

carita de luna,

lloraba la niña

sin causa ninguna.

 

La madre cantaba,

meciendo la cuna:

“No llore sin pena,

carita de luna”.

 

Ojitos de pena,

carita de luna,

la niña lloraba

amor sin fortuna

 

“¡Qué llanto de niña,

sin causa ninguna¡”,

pensaba la madre,

como ante la cuna:

“¡Qué sabe de pena,

carita de luna!”

 

Ojitos de pena,

carita de luna,

ya es madre la niña

que amó sin fortuna;

y al hijo consuela

meciendo la cuna:

 

“No llore, mi niño,

sin causa ninguna;

¿no ve que me apena,

carita de luna?”

 

Ojitos de pena,

carita de luna,

abuela es la niña

que lloró en la cuna.

 

Muriéndose, llora

su muerte importuna.

“¿Por qué llora, abuela,

sin causa ninguna?”

 

Llorando las propias,

¿Quién vio las ajenas?

Mas todas son penas,

carita de luna.

Tomado de:

http://cienpoemaschilenosclaves.blogspot.com/2009/02/ojitos-de-pena-max-jara-1886-1965.html

 

Gemía la tórtola

 

Gemía la tórtola,

silbaba el zorzal;

entre por el monte

llorando mi mal.

 

Cantó primavera

en el manantial;

“Del viento en el agua

no queda señal”.

 

Más yo contestaba

al frío cristal:

“El amor es rosa

“del bien y del mal.

 

“Malhaya el amor,

“malhaya el rosal

“sin rosa y amor

“no dejan señal.

 

“Sujeta va el alma

“a sino fatal,

“qué más le da el beso

“que llaman leal

“si nunca le hizo

“sentir bien ni mal?

“Que vale la miel

“si no hubiera sal?

Tomado de:

https://www.lirapopular.cl/dos-poemas-de-max-jara/

 

POEMA VOZ EN EL DESIERTO

 

Musa de juventud, que a la eterna distancia

del olvido dilatas tu perenne armonía,

el último vestigio de una ideal fragancia

hoy sube del jardín de mi melancolía.

 

Verdor de las praderas cuajadas de rocíos,

tu recuerdo minora la fatiga doliente

con que los corazones de ilusiones vacíos

se pierden en la noche pacífica y doliente.

 

Hoy que, mudas las voces de todas las virtudes,

me devora el supremo dolor del egoísmo,

purísima visión de muertas juventudes,

cómo pensar que un día naciste de mí mismo.

 

Cuando, tras horas crueles de fiebre y desaliño,

un minuto de paz me concede la suerte,

la visión melancólica de mis ojos de niño

me agobia con la enorme tristeza de la muerte.

 

POEMA HABLA LA NIEVE

 

Mi vida cristalina

es azahar y mortaja.

Yo soy la inaccesible peregrina

que muere cuando baja.

Soy un silencio grave,

soy ala en agonía.

No hay quién la hiel de mi pureza lave.

Soy la melancolía.

 

Soy la única, la sola,

condenada a posar sobre la cumbre

cuya serenidad augusta viola,

con sutil pesadumbre,

mi beso que su flanco desmorona

y su línea pervierte,

mi beso que corona

con sudario de muerte.

 

De la línea dormida

de pasiones que fueron,

en la ondulante y secular caída

del mago ventisquero,

resbala con isócrona armonía,

en la trémula gota,

el ansia de los días

que del silencio de mi forma brota.

 

Tiembla y vacila su virtud serena,

suspensa ante el horror del precipicio,

cual una casta pena

en la noche del vicio.

Música de mujer hay en la fuente

y va cantante hacia el dolor futuro,

envuelto por la bruma del poniente,

insaciable y oscuro.

 

LA GUITARRA

 

La guitarra tiene el alma de una niña de ojos claros.

En su caja guarda un nido tembloroso de gorjeos.

A jardín por primavera su cordaje yo comparo:

la tonada es una fuga de nostálgicos deseos

que susurran los ensueños de la niña de ojos claros.

 

Es un alma que ve rojo, sufre celos la guitarra,

cada cuerda, carne viva, se retuerce enronquecida

al contacto de la mano que se crispa como garra;

van temblores de beodo y estertores de suicida

en la queja desgarrante de la trágica guitarra.

 

La guitarra guarda un alma de mujer desengañada:

esas cuerdas son las canas de su testa fatigada;

hoy tan sólo queda el eco de su risa de coqueta,

y las notas son hermanas de la nieve esparramada

en la barba temblorosa de un romántico poeta.

La guitarra tiene un alma de mujer desengañada.

 

La guitarra sin cordaje es cual una sepultura,

en su puente se callaron los acordes de tristura

como mueren los sollozos en agónica garganta,

y su caja destrozada es retrato de la oscura

existencia en cuya sombra ningún trino se levanta

y no deja ni su nombre en la angosta sepultura.

Tomado de:

https://diarioinca.com/poemas-de-max-jara

 

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