martes, 16 de febrero de 2021

POEMAS DE RAMÓN PALOMARES

(7 de mayo de 1935, Trujillo / 4 de marzo de 2016, Mérida, Venezuela)


MÁSCARAS

 

He aquí que existimos en el límite de la mentira

que nuestra vida es impalpable

que estas personas representadas pertenecen

a un dueño de otro orden.

 

Cumplimos cabalmente en escena

ante el gran público. Así recreamos bajo los astros

y acudimos a una cita en los vientos

saliendo al paso de nuestras fiestas.

 

Nuestro corazón está prestado a otros personajes,

murmuramos un sueño y nuestros labios no son responsables,

somos bellos o nobles según las circunstancias.

Nos asalta un delirio azaroso

y caemos en los escenarios bajo una voluntad extraña.

Y no tenemos vida,

pues andamos sobre ruedas en un país desconocido

cuyas flores nos interesan de manera frívola

y cuyas mujeres nos aman en alcobas de falsedad.

 

Producimos un fuego y su corazón azul

crepita con más fuerza que el nuestro

en tanto arden los leños a la manera de sangre.

 

Nos permitimos ser extraños. Falsos.

Llevar una emoción no sincera.

Mientras andamos, desterrados de nuestro cuerpo

en un interminable paseo.

del libro El Reino (1958)

 

PAJARITO QUE VENÍS TAN CANSADO

 

Pajarito que venís tan cansado

y que te arrecostás en la piedra a beber

Decime. ¿No sos Polimnia?

Toda la tarde estuvo mirándome desde No sé dónde

Toda la tarde

Y ahora que te veo caigo en cuenta

Venís a consolarme

Vos que siempre estuviste para consolar

Te figurás ahora un pájaro

Ah pájaro esponjadito

Mansamente en la piedra y por la yerbita te acercás

— “Yo soy Polimnia”

Y con razón que una luz de resucitados ha caído aquí mismo

Polimnia riéndote

Polimnia echándome la bendición

—Corazón purísimo,

Pajarito que llegas del cielo

Figuración de un alma

Ya quisiera yo meterte aquí en el pecho

darte de comer

Meterte aquí en el pecho

Y que te quedaras allí

lo más del corazón.

del libro Adiós Escuque (1974)

Tomado de:

https://vomiteunconejito.wordpress.com/2020/01/14/poemas-de-ramon-palomares/

 


CUANDO EL VENADO Y EL TIGRE DE MAR...

 

Podrida la tierra

con esos fieros y terribles del mar.

Achicaron los hombres volviéndolos

un pasto.

¡Ya no hay camino que no pasen!

 

Llegó el día de meter los críos y las mujeres en la niebla.

Todos los hombres bajarán

Por uno y otro lado

Por las alturas y la tierra

Entre los ríos

sobre piedras y espumas

 

Como puntos de lluvia

y piedras

Como cabellos de mujer

y monte

y más que hormigas

bajarán

Anequemocane y Macuto

y Paisana

y Mamo y Paramaconi y Tiuna

y Tamanaco

y Conopoima y Terepaima y Chicuramay

y Sorocaima y Aramaipuro

-Pide a tuds dioses, invasor.

Limpia muy bien tus armas!

 

Qué día

Qué fuego

Cuando se unieron la neblina y las olas

Cuando el venado y el tigre de mar

Se hicieron a la guerra!

 

 

QUE TIEMBLEN LAS CULEBRAS ENEMIGAS

 

Ahora comenzará a temblar la tierra

a quejarse el monte

a revolverse el agua

¡Nunca vieron tanta fuerza regada!

Nadie juntó los hombres así como el Tigre del cielo

 

Y los jefes de piel verdosa y plumas

de arrendajo

-Flecheros ellos,

y corredores y saltadores-

suenan su selva

 

Unos se pintaron de alcatraz y gaviota,

porque traen sus flechas como puntos de espuma

como ojos de peces,

y vienen con estrépito

sonando caracoles y huesos

En sus gritos corre el sol de las aguas

 

¡Que tiemblen las culebras enemigas

Que tiemblen las bestias enemigas!

Tomado de:

https://lapoesiaalcanza.com.ar/poemas/375-ramon-palomares

 

 

DICIEMBRE ANDANDO POR EL CIELO

                                A Carlos

 

—"Díganle que me van a vestir de Virgen María

        Que ya tengo aquí el vestido y la banda azul que lleva"

Ai nos veiamos por las calles

        "Que si aquí no tienen al Niño Perdido"

Ella iba montada en una burrita

Yo le traia la bestia de cabestro

        "Que al Niño Jesús Perdido

        lo venimos a buscar..." seguíamos

"¡Pobre Virgen Maria!" —decía la gente

Los Reyes Magos bien rascados

caracoleando los caballos...

"¡Cuidado con esas bestias!"

Velas y faroles incendiaban las calles

los músicos reventaban sus cuerdas Y el cielo

arrebataban las pastorcitas

"Miren! Miren!" —decía la gente

—El cielo más parecía un barco...

"¡Miren!"

Entonces tú volvías la vista:

        "Después nos vemos Ya Sabes?"

De todo corazón.

 

1974

 

 

MI PADRINO TIENE UNA PESADILLA

 

                                Al Catire Hernández

 

Se despertaba dando gritos:

—Déjenlo! No se metan con él

Déjenlo!

 

Y abría tamaños ojos

hasta que se encontraba de nuevo

Entonces se tocaba el corazón

Suspiraba...

 

Ay cómo estaba cansado de ese largo viaje

hasta tantos años atrás

en los patios de café

por los potreros,

en las calles empedradas donde rechinaban los cascos de tanta bestia...

 

—La noche está pesada - decía

El tiempo está pesado - decía

La vida está pesando mucho... mucho

 

 

MI MADRE SE DESPIDE

 

                                A Régulo Villegas

 

Qué tiempo es éste que no tiene sábados

Qué tiempo es éste todo esperas

Adónde están las fiestas que dijeron

Los domingos que decían Dónde fueron!

 

Perdida en mis enfermedades

Asaltada por fieras hambres

Dios Qué fue de tu misericordia!

 

Me remedié con haces de leña

Con remojo de ropas me sustentaba

Pero este cuerpo no resistía su carga

Agachado se hundía y se apagaba

Ai fue cuando les dije a ustedes

        —"Hijos que me han costado tantas muertes

        Vayan y acójanse a otro pecho

        Dios no desampara al que cría

        Ya los veré si un día regreso"

 

Só1o Dios sabe que al volver

No tuve ya paz ni remedio

El alma vuelta unos breñales

y el corazón borrando nieblas

        Jesús Por qué un pago tan grande

        Dime por qué todo es tan negro

        Si te ofendía nuestra pobreza

        ¿Por qué nos aventaste al suelo?

 

 

 

DESPEDIDA DE LAURENCIO

 

—Apúrate

—Vamos

Y vos lejos, más lejos

—Vamos

Y mucha gente, mucha gente

Ay aparto la gente, me abrazan, lloran

¡Párate Laurel, Laurelito, Zorro, párate!

Pasé la mano por el vidrio

Vi tu nuca

                —donde te mataron—

 

Ay que tengo miedo Siete

Rucha, Mi Poe tengo miedo

—No tengás miedo Zorro No tengás Miedo

Mirá que hay flores Ves? Flores

(Y el olor de la muerte sos Vos, Laurel)

Y ahora todos llorando Todos

y tranco las mandíbulas y aprieto la boca

Todos llorando Todos

Aquí comenzás cantar

"...las aves cruzan los campos"

Ay que tengo miedo Rucha, Mi Poe

—Estoy aquí, muy cerca Zorro

Bajamos los escalones

                    "...todo es silencio y calma"

Te asechan Te asechan ¡Te asesinan!

 

Misa

no hace un año que vinimos a otra

No mires pa trás ¡No mirés!

—Siete, Siete, oigo una música

Es noche. Muy oscura

se fueron las aguas

                    "Por la cuesta del arroyo"

Va sudando el de alante / Suda

Y tocando la marcha

Nos paramos en las esquinas por las posas / Le cae a uno

agua bendita

 

Tan pálido allí ¡Tan pálido!

                         ¡Muerto!

En la Iglesia agarré unas palmitas que te pusieron

les dije

—Hola Zorro, hola Laurel

y me dijiste

—Quiúbo Siete, Quiúbo Mi Poe?

La casa de abajo toda reventada

Iba llorando

Y los almendrones: "Ay que este era el gallo de Laurencio / Cuídenle

                         ese animal Ay que eso era adoración con él"

Cambiaron los cargadores

                         "sigue corriendo el agua, Suspiro..."

                         (esa era su canción, su canción)

Y ya pasamos la quebrada

—Me pusieron un flux que era tuyo oís Rucha?

A tu medida

Dijo el Cementerio

—Ya me traen al Laurel en sangre

le tocaba el primero

Voltiamos a mirar

Arriba Arriba

donde nacimos / donde nos levantamos

a puro sufrir

                         "Todo en silencio y calma

                         y alrededor"

Alrededor de la urna que ya está ensogada

porque ya te van a bajar

—El fluz que nos cambiamos Rucha, Vítes?

Ya están discutiendo cómo bajarte

—Mi Poe, Sietecito ¡No me dejés!

Y los enterradores

                         "eso estaba que era pura agua, ya está limpia"

Pero ya comenzaron Ya comenzaron a taparte

te ponen cemento y

                         ya no veo la urna

—Adiós Zorro

                         (Tomá esta piedrita)

Y comoibaquedarme con los demás No yo me Fui abajo

bien abajo

                         solo.

Elevaban un volantín

un volantín

por el matadero y lejos

                         "Las aves cruzan los campos"

miré el cielo

Voltié

                                   Ya no eres más que Flores

                                                                    Flores

—Adiós Rucha. Adiós Mi Poe, Sietecito

                                                                     Adiós

—Sí Zorro, Sí Laurel

                     Adiós

Se fue yendo la gente, yendo

y unos pajaritos, unos pajaritos por el monte

 

 

VIEJO LOBO

 

                                A Micha y Armando Romero

 

Al decimocuarto domingo del año

—Amanece! —dijeron

Y yo salí a la luz

Cuántas flores Rosas que duraron un golpe

pues desde muy temprano mi alma sola

repasó versos, frondas y amor

en las hebras amargas. Y asi crecí

entre hermanas suaves y tías católicas

y por la edad de adolescencia

zarpé lleno de sueños.

 

Después pasaron lentos años

se alejó el aire de los viajes y el viento

me amarró a esta casucha

¡Qué plantas desgreñadas Y siestas

Y noches que escribían en un oscuro diario!

Un corazón ocupado de amores turbios, alma en vilo

sin ley

En cuanto a los demás:

Perros sin fiereza acesando sobre mugres migajas

—un dinero, un poder

una vida de más preponderancia

No es que yo fuera puro si no

que al poco de correr

vi entre ellos mi alma hirviendo y mascullando

Y ya no me quedaba más que

una huerteceja: tres matas de maíz y estos tapiales

Ai vinieron ustedes.

Y para qué vivir si no

para recuerdos o para andar de arriba abajo

que decían de mí

Ay Dios Lástima de hombre!

Y yo del fondo de mi vida hacía brotar un verso

unn verso Sí un verso como una flor

reseca y arrugada

Y entredormido musitaba mi sueño:

Irme, Irme muy lejos

Quieres escucharme otra vez?

"Adiós Adiós la Flor de este jardín...

          Adiós su señoría El Obispo

          Adiós Adiós al General...

Frases de mi saludo a compás

Y subo con mi bastón de vero

pueblo arriba donde mis hermanas lloran por mi suerte.

Desde lejos me odiaban y desde lejos

yo también odiaba

Yo era un resabio

y era un asiento de bebida que tenía que dejarse

Adiós las viejas fiestas, los poemas

el gusto por los discursos de orden

Otros llegaban más mezquinos, más prácticos: Un habla

empalagosa y vulgar.

¡Cuarenta años entonces! Todo

qué rápido y amargo.

 

De PUERTA DE GOLPE

 

 

EL HIJO PRÓDIGO

 

Démen lo poquito que sea

—Pues bueno hijo, está bien,

La madre llorándole y rogándole Cómo se resignaba?

No es por nada —decía— El hombre es viento

Ai se estuvieron regateando Pero

Ya todo estaba listo: la maleta el caballo

Diéronle la busaca!

Y los consejos!

Pero él pura impaciencia

Ai mismito se les perdió de vista

—Que así es la vida— se dijeron los viejos

¡Mírennos al muchacho!

Y por su parte él dijo a andar y andar

Ya por montañas, por laderas por llanadas

ciudades y pueblos Aquello era un pasar

La riqueza, el placer, Eso llevaba

Gastaba con apetito En prudencia era un pichonzuelo

¿Dónde estará la vida? Preguntaba

¡Si será en esas torres!

Las ventanas de las casas eran bien altas

Los comerciantes se le apartaban

Pasó el mar pero estaban las perlas agotadas

Allí si vio querubines rostros Mujeres celestiales

Pero igual iba agriándose y secándose

Si No Necesidad Qué era?

—Ya no quiero andar mas —dijo— Aquí me quedo

Eso eran pegujales. Se echaba el pico y salian chispas

Ai mismo arrió la brújula — Me vuelvo

La vida se me yela

Vino al regreso

Y eso eran gente y gente

—Mire Qué pasó Cuéntenos

Ai mismo apareció una colina

Una colina bien arrasada

Y el arrase era de una casa

bestias quemadas Las puertas Los techos

eran tizones yertos

—Dios Qué es esto!

Y dónde están los viejos

Y las muchachas Los peones Qué se hicieron?

Era puro silencio

Volvió la espalda y echó a andar

Se veía al hombre yendo y yendo

El camino iba por un desierto

Salió el sol y volvió y se hizo tarde

Abrió la luna

y se vio un puerto

Eso era una trampa Un hueso Un amargo hueso

Los barcos aposentados lloraban

Llegó una enorme tempestad

La tempestad bramaba y bramaba

Los Barcos Qué alaridos

Entonces lo llamaron

—Venga —le dijeron— Esta es su casa

La casa era una gran noche. Oscuridad era esa casa

Le decían —Vea donde estan sus viejos— Vea

Y ai mismo quedó ciego

Oiga Oiga dónde están

Y en los oídos le ardió el yelo

Se puso el ciego negro

y él quejarse y quejarse

Y el mar era blanco y era imposible y negro el cielo

Ai salió él y detrás iba persiguiéndolo

—No —decía— Yo no soy —Déjenme

Pero al momento lo alcanzaron

Y entró la noche y batió el mar

Cosido a puñaladas sobre la arena aquel hombre

boqueaba

y arriba se veía el cielo hueco

—Ay cómo has pagado hijo—

decían los que escuchaban y miraban

Y se pusieron todos a llorar.

 

 

LA CAÍDA

 

                                A Don Santiago

 

Estaban ellos sumamente contentos entre tanta flor

que todo les parecía perlas:

La luna, las iglesias, eso era como ponerles vino en las bocas

Bebían y se sentían estrellas

olían y eran aires

Y cuando andaban los yerbazales los cubrían

Y si iban por el agua se volvían sus pies peces

Y si querían volar ai mismo iban arriba

Nadie les decía "NO!"

De casas tenían

unos rosales.

 

Y ella le hablaba a él preciso

Y él a ella era un solo y puro agrado

Y vaya para aquí y andemos para aquel punto

y en eso se recorrían por todo

La tierra igual y el cielo igual y siempre aquel deleite

Si acaso que en la oscuridad los asombraba un ángel

o que de lejos tocaban músicas.

Y de comidas

eso era un hábito de tomar manaes y vinos de las hojas

y las bandejas les volaban y las mesas se tendían solas

Pero como se sabe había también una gran mata

una gran mata negra de terciopelo negro

Lejos

Y la colina donde estaba era de sangre

moviéndose y moviéndose

y los pájaros estaban allí secos

viendo y pendientes

Y más acasito había un manzano

y el manzano estaba siempre llamando

y llamaba y llamaba

y de las mismas hojas y de las ramas

era puro llamar

—Vengan —decían

Vengan

Y se sentía como un regusto, una provocación

Vengan y cómanse esta florecita

Un gajito nomás

Y por la tierra era un recio aroma de comida

Ai mismo apareció la serpiente que era magia de la noche y

magia del dia

que por sus lomos aleteaban gallos

y por los ojos refusiles

y adentro de ella se oían bailes y mucho canto

La cabeza se le mecía como una flor

y de sus oídos se cuajaba un perfume

mareando

y todo corazón volaba.

Ese cuerpo echaba días y noches

y se envolvía en raros plácemes

Y al hombre le dijo

—Que usted no sabe

Que usted de verdad no ha tocado ni olido

Que esto no es manaes ni vino ni comida sosa

Y aquel era un darle y darle a entender

—Que usted no sabe

... Que esto es más que elixires

 

Pero él era de un material duro y seco

él era de una piedra muy recia

y aunque su corazón le diera vueltas

y aunque su hígado se le revolviera

No caía y No caía

Y en cambio ella era húmeda

porque estaba hecha de tela, un suave género

y el dicho le debió entrar más bien por los pechos

pues estaban hechos de flores

y los pétalos de flores no resistieron

y la culebra le rodeó los pechos, le dobló

y le curvó como si estuviera en el patio, echada

entre las matas

y esa savia se suavizaba más y más

y los condujo entre una claridad muy alta

y allí los esperaban otros ojos

y otras gargantas

y aquello era un solo canto

agua y trompetas y montañas...

Y les vino otro oír, y aún ellos hacían por zafarse

pero sólo amagaban

Y sintieron un soplo

un soplo áspero

Y en medio del valle encima de una sangre

aquel árbol tan negro

y la sangre moviéndose

y aquellos pájaros pendientes, vuelta y vuelta,

Y subía el árbol y les cerraba el día y lo mismo

les cerraba la noche.

 

Y vieron unas hojas en el viento

y a lo lejos unas flores resecas

y se miraron

y se estremecieron.

 

 

EL JUGADOR

 

Yo soy como aquel hombre que estaba sentado en una mesa de

                                              juego

Y al promediar la tarde ya estaba bien basado

Y dio y dio hasta que estuvo rodeado de montones de plata

Y ya en la tardecita era puro de oro

Y le llegaban mujeres y le ponian los brazos al cuello

y él se reía

Y estaba lleno de joyas, lleno de prendas

y los ojos y las orejas eran de fina joyería

y los bigotes y la barba eran de verdad piedras! Y muy

Muy preciosas!

Y a las nueve ya estaba en su apogeo

Y la mesa y los jugadores y los que estaban en lo alrededor

brillaban

Y aquello eran nomás soles Y un gran sol que era él

Y esa casa era un solo resplandecer y resplandecer

Y mientras más entraba la noche

más y más claro se hacía

Y el tiempo iba y venia y así

hasta que todo era una gran montaña

Y el hombre estaba en el centro y en lo más alto del monte

Y se veía como una enorme piedra roja y en lo alrededor

todos eran de oro y todos de monedas

riéndose con aquellos dientes que chispeaban

y hablando con sus lenguas de porcelana y rubíes.

 

Entonces eran como las doce Y el reloj

dijo a dar las doce

Y al ratico nomás quedaba la casa

Y al ratico

nomás quedaba la sala con la gente brillando y brillando

Y ya no quedaba sino la mesa y los montoncitos de oro

Y el hombre miraba a todos lados

Y abría la boca y miraba

Y desaparecieron las mujeres Y vio los montoncitos de

ceniza

Y se quedó desnudo

Y se puso a llorar

Ai se dio cuenta Que todo se le había vuelto noche

Y resplandores Nada!

Todo de luto y hosco

Y esos ojos de él vieron una luz

y volvieron en sí

Y volvieron a mirarse como era él

Y tendio la mano sobre los montoncitos de ceniza

sonriendo

Ya me voy —dijo

Me voy como me vine —dijo

"Adiós"

Y se fue por lo oscuro.

De VIEJO DIABLO

Tomado de:

http://www.tinta-china.net/r_palomares_8.htm

 

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