lunes, 27 de junio de 2022

POEMAS DE THOMAS BERNHARD


Duelo

 

Canto primero:

 

Se trata de purificar todos nuestros sentimientos,

sacados de los periódicos y de las callejas,

sacados de los conciertos

y de las vísperas,

 

se trata de purificar nuestro despertar,

se trata de todos los buenos propósitos

y en contra de todas las desesperaciones,

se trata de la yuxtaposición de dos

sinsentidos…

 

no se trata de esta ciudad ni de otras

ciudades,

no se trata de esta Tierra ni de otra

Tierra,

no se trata de mañana ni de

pasado mañana,

no se trata de todo lo que existe ni de lo que

no existe,

se trata sólo de nosotros dos…

 

Canto segundo:

 

Dónde diablos estás, si no estás

en estas espigas, en esta humillación,

si no estás cerca de mí, entonces en parte alguna

no oíste por qué dije que No,

no oíste mi oración fúnebre,

que nada tenía que ver con compasión,

sólo con nuestros difuntos padres…

 

Dónde diablos estás, para que pueda ir ahí

y adivinarte…

Pero mi muerte es más definitiva que tu muerte,

eso quiero decírtelo…

 

Canto tercero:

 

Invierno, me avergonzaba de mi lengua,

llamaba, llamaba,

sin eco era un árbol desecado

sin raíces…

preguntaba a los bosques,

me pudría con los guerreros descompuestos

hasta las sienes, ya no vivía

una vida al margen de la vida…

No mencionaba la palabra de Dios,

despertaba al batracio y a la

perdiz

al gordo faisán y a las hambrientas cornejas

con mi lamento…

 

Canto cuarto:

 

Palabras buscan palabras, emigran

de boca en boca…

… y en tus ciudades

y en tus tinieblas

y en tu palabra silenciosa…

nada…

 

llevan duelo, sostienen

las conversaciones de otras palabras

en libros abiertos sin palabras…

 

* * *

 

Canto quinto:

 

Contemplaba el mar sin ningún destino,

poseído por la idea de la inmortalidad,

por la silenciosa recaída en el desierto de la

juventud…

 

Dondequiera que llores

estaré yo…

exactamente ese día

mil años

y mil años después

y siempre

contigo

en tu llanto,

y muchos

te mueren

y muchos

que tú lloras

y siempre…

dondequiera que llores

estaré yo…

 

Escenarios de Verona:

 

Figuras susurrantes te cubrieron

de tinieblas,

rompieron cadenas, donde tú estabas,

te azotaron con azotes de pájaros…

Monumento de tedio en las colinas heladas,

los días se levantan negros

y tú en tu hambre.

 

Al final de la tumba escuché

tu voz

en la protesta de la corneja,

con viles mentiras te até

a las orillas del río…

 

¿Pues quién escribió antes que yo

que nadie vivió antes que tú

y nadie murió,

y nadie estuvo en mí,

 

quién escribió antes que yo

que la primavera era invierno

y el invierno primavera,

quién escribió antes que yo:

ésos eran nuestros nombres:

un verde negro,

un rojo mate,

 

quién escribió antes que yo

cómo entraba en las frías tumbas

el viento frío y la muerte fría?

 

tú en tu sombra,

tú en tu despertar,

tú en tu tiempo,

tú en tu gloria,

tú en tu palabra,

¡tú!

 

Sobrevivir

a las órdenes de la noche,

tú te refugias en los libros,

a mí me retiene la tierra

con sus pensamientos.

 

Tu muerte no es mi muerte

 

1

… contemplar cómo cava el topo…

 

3

antes que la rosa la espina,

antes que la luz la sombra,

antes que la vejez la muerte…

 

5

Entonces comparecí ante ti y entré en tu sufrimiento

como si fueras una basura

y pudieras soportarme…

 

8

Mi zapato prueba la tristeza de las canciones

y pocos cantan conmigo, hoy ninguno,

ya no sé por qué todos

callan…

 

9

Director de mi oración, te exprimo

los ojos incapaces,

con lengua abierta hablo a los jornaleros,

en tu nombre

refreno la discordia

con el sueño… con la copa del árbol…

 

11

La muerte bajó por fin a la vida,

mató a muchos mientras despertaban,

y se puso al trabajo, cansada, impasible.

 

Octubre

 

En el montón de escombros nada significa

el lamento de la madre,

nada la intercesión del padre borracho

nada el parte de bajas del teniente

la rebelión de los cardenales nada,

nada el reproche del futuro,

el llanto de pueblos enteros nada,

nada el aire muerto,

el fin de los océanos…

 

Desenterré la mandíbula enterrada,

las humillaciones,

llevo mi debilidad

 

ante mi boca degenerada,

ante mi cráneo reseco

a mi miseria de la mañana…

 

En la noche

compensas los incendios del mundo

con mi imbecilidad fraterna…

 

Coral:

Qué quiere el día de mí

y me hace preguntas, cientos de miles de preguntas

y me presenta nombres

y revuelve mi estupidez con su

llanto…

 

Qué quiere el día de mí

y me clava en árboles gruesos,

se limpian su sangre en mi rabillo del ojo,

y la sangre no me deja ver la tierra, nada…

 

Qué quiere el día de mí,

me clava estaquillas en la carne y me hace

cantar

 

Traducción de Gabriel Ferrater

Tomado de:

https://www.zendalibros.com/5-poemas-thomas-bernhard/

 

 

1.

 

Tras el sombrío bosque

quemo este fuego de mi alma

donde flamean la respiración de las ciudades

y los mirlos del miedo.

Con mis manos desnudas abato estas llamas

que ascienden por el aire hasta mi cerebro

y tiemblan en mi nombre.

Como nube pasa mi corazón

sobre los techos,

cerca de los ríos

hasta que yo, una lluvia tardía,

regrese en el otoño profundo.



2.

 

Dios escucha también mi plegaria

por la mañana en el trigal

donde el viento

reúne a los niños del mediodía

y donde los difuntos

descansan de sus cerebros

al pie del muro.

 

Dios me escucha

en las tinieblas de la lluvia

y en los caminos

de amargas hierbas y relucientes piedras

sobre las calaveras de la noche

que de pavor se estrellan

en mis sueños.

 

Dios me escucha

en cada recodo del mundo.

 

3.

 

El bruñido hierro de la luna

te matará y la rígida garra

de un pájaro gigantesco

al que en invierno

le has confiado tu tristeza.

 

El bosque enrollará sus huesos

en desasosiego

y te derribará

el viento

que sopla desde

el escondite blanco

de los corzos enfermos.

 

El sol enterrará

su herida tras los tallos moribundos

y en tus labios fuego

llamas para las flores sonrientes

de la muerte.

Tomado de:

https://riespe.blogspot.com/2012/04/7-poemas-thomas-bernhard.html

 

 

2. El fracaso

 

¿Qué haré

cuando ningún granero mendigue ya mi existencia,

cuando arda el heno en aldeas mojadas

sin coronar mi vida?

 

¿Qué haré

cuando el bosque sólo crezca en mi imaginación

cuando los arroyos no sean más que venas vacías,

lavadas?

 

¿Qué haré

cuando no lleguen ya mensajes de la hierba?

¿Qué haré

 

cuando me hayan olvidado todos, todos?

 

[Qué haré]

 

 

3. Contra Austria

 

Pero ¿Qué encontré en mi capital?

La muerte con sus fauces de ceniza, aniquiladora, sed

y hambre

que repugnaba a mi propia hambre, porque era

un hambre de carne y pan, de rostros y lavabos,

un hambre que balbucea la vergüenza de esa ciudad,

un hambre de miseria,

que relucía de ventana en ventana, produciendo

primavera y fama podrida

bajo las escaleras del cielo.

Yo estaba cautivo y cansado de podredumbre,

lejos de los bosques y lejos de la búsqueda de muerte

de años desintegrados.

Las piedras grises y desmoronadas de esa estructura se

lamentaban salvajemente,

pero yo mismo era risa, risa del infierno,

que me hacía olvidar la trampa humana en que había

caído,

una hora negruzca del mundo

en el viento de noviembre de mi existencia…

[Fragmento de En mi capital]

 

 

4. El padre ausente

 

Sin verte, oigo

lo que dices, siempre estoy

en tus casas,

en la oscuridad de tu casa

reconozco en mi padre

al inventor de mi muerte,

al causante de mis penas,

al inductor,

al padre de mis crímenes…

[Fragmento de Conmigo y con mi país]

 

 

5. La muerte

 

Grazna el cuervo

Me ha capturado.

He de recorrer el país sin pausa

en su graznido.

Grazna el cuervo.

Me ha capturado.

Ayer, posado en el campo, se helaba

y mi corazón se helaba con él.

Mi corazón se vuelve cada vez más negro

porque está cubierto

por las alas negras

 

[Cautivo]

 

 

Tomado de:

https://patriciadamiano.blogspot.com/2012/03/thomas-bernhard-otros-poemas.html#ixzz7XPpyfMYT

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