POEMAS DE ANTÓNIO GEDEÃO

Piedra filosofal

No saben que el sueño

es una constante de vida

tan concreta y definida

como otra cosa,

como esta piedra gris

en la que me siento y descanso,

como este suave arroyo

en tirones serenos,

como estos pinos altos

que se agitan en verde y oro. ,

como estas aves que gritan

bebiendo de azul.

 

No saben que el sueño

es el vino, es la espuma, la levadura, un

insecto ácido y sediento,

con un hocico puntiagudo,

que atraviesa todo

en un movimiento perpetuo.

 

No saben que el sueño

es lienzo, es color, es pincel,

base, eje, capitel,

arco de ojiva, vidrieras,

aguja de la catedral,

contrapunto, sinfonía,

máscara griega, magia,

que es una réplica alquimista,

mapa lejano del mundo,

rosa de los vientos, infante,

carabela del siglo XVI,

que es el Cabo de Buena Esperanza,

oro, canela, marfil,

espadachín,

aro, paso de baile,

Colombina y Arlequín,

pasarela voladora,

pararrayos, locomotora,

bote de proa festivo,

alto horno, generador,

división de átomos, radar,

ultrasonido, televisión,

aterrizaje de cohetes

en la superficie lunar.

 

Ellos no saben ni sueñan

ese sueño gobierna la vida.

Que cada vez que un hombre sueña,

el mundo salta y avanza

como una pelota de colores

en las manos de un niño.

 

António Gedeão, en 'Movimento Perpétuo'

 

Poema del futuro

Escribo conscientemente y

medito conscientemente sobre mi destino.

 

A medida que transcurren los años, los años se

deslizan como el agua, hasta que un día

un posible lector toma un libro

y lee,

lee descuidadamente,

por casualidad, sin saber por qué.

Lee y sonríe.

Sonreí ante la construcción del verso que choca

en su oído diferente;

Sonrío ante los términos que usaba el poeta

donde los hongos de la época dejaban un olor a humedad;

y sonríe, casi se ríe, en el sentido íntimo,

del viejo latido de

ese cuerpo inmóvil, exhumado

de la zanja del poema.

 

En la historia natural de los sentimientos

todo ha cambiado.

El amor tiene otras líneas

el dolor otros bordes,

la esperanza otros disfraces,

la ira otros agotamientos.

Estirado en la página, expuesto y descubierto, un

curioso ejemplo de un mundo anticuado,

es todo lo que queda,

es todo lo que queda

de un ser que, entre otros seres,

vagaba por la Tierra.

 

António Gedeão, en 'Poemas Póstumos'

 

Día de Navidad

Hoy es un día para estar bien.

Es un día para pasar una mano por las caras de los niños,

hablar y escuchar con un tono desviado,

abrazar a todos y ofrecer recuerdos.

Es un día para pensar en los demás, los pobres, en los que sufren,

para darles coraje para continuar aceptando su miseria,

para perdonar a nuestros enemigos, incluso aquellos que no lo merecen,

para meditar en nuestra existencia, tan efímera y tan seria. .

 

Toca tanta hermandad universal.

Simplemente abra la radio y luego un coro de ángeles,

como si fueran ángeles,

en un tono dulce,

de violas y banjos,

canta seriamente un himno al Creador.

Y los reclamos quejumbrosos apenas se extinguen,

La voz del

locutor anuncia el mejor de los detergentes.

 

De nuevo, el melope inunda la Tierra y el Cielo

y las voces crecen en un patético fervor.

(Su Excelencia, ¿ha verificado la hora exacta en que nació el Niño Jesús?)

¡No sea estúpido! Compre un reloj de pulsera antimagnético de inmediato.)

Es difícil caminar por las preciosas calles.

Todos se codean, se multiplican en gestos espléndidos,

Todos participan en las alegrías de los demás como si fueran propios

y se despiden con guantes a los buenos amigos que fallecen.

 

En las tiendas, en el lujo de escaparates y vitrinas,

con sutiles refinamientos de buen gusto y dinámica ingeniosa,

 

Las hermosas cosas inútiles de plástico, metal, vidrio y cerámica brillan bajo el intenso flujo de miles de quilates .

 

Los ojos se apresuran, en un ajetreo licuado,

a la voluptuosa llamada de destellos y colores.

Es como si todo nos concierne directamente,

como si el Cielo nos estuviera mirando y cubriendo con bendiciones y favores.

 

El oratorio de Bach encarna la atmósfera de la calle.

Uno adivina un traje diáfano para desenvolverse en el aire.

Y la gente, incluso sin querer, ingresa al establecimiento

y compra - ¡alabado sea el Señor! - que nunca pensé comprar.

 

Pero la mayor felicidad es la de las personas pequeñas.

Esa noche santa

su conmoción es tan, tan,

que ni siquiera duerme tranquilamente.

Cada niño abre un pequeño ojo

en la noche incierta

para ver si el amanecer ya está despierto.

Temprano

en la mañana salta de la cama,

corre a la cocina en pijama.

 

Ah !!!!!!!

 

En la suave suavidad

de la luz de la mañana,

la sorpresa

del Niño Jesús te espera .

 

Jesús,

dulce Jesús,

el mismo que nació en el pesebre,

vino a poner una ametralladora

en el zapato de Pedrinho

.

 

¡Qué alegría

reinaba en esa casa todos los días santos!

Pedrinho, estratégicamente escondido detrás de las puertas,

disparó todo con explosiones devastadoras.

y obligó a las criadas

a caer al suelo como si estuvieran muertos:

ok-ok-ok-ok-ok-ok-ok-ok-ok.

¡Ya está!

Y los hizo levantarse para matarlos de nuevo.

E incluso mamá y el padre serio

fingieron

caer

acribillados a balazos.

 

Día Universal de la Confraternización,

Día del Amor, Paz, Felicidad,

Sueños y Felicidad .

Es el dia de navidad.

Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad.

Gloria a Dios en las alturas.

 

António Gedeão, en 'Antología poética'

Tomado de:

http://www.citador.pt/poemas/a/antonio-gedeao

 

Amor sin tregua

 

Es necesario amar,

cualquier cosa o alguien;

lo que importa es que te guste,

no importa quién.

 

No importa de quién

ni de qué;

lo que importa es amar

incluso lo que no ves.

 

Podría ser una mujer,

una piedra, una flor,

cualquier cosa,

lo que sea.

 

Puede que ni siquiera sea algo

para realizar,

algo que solo se piensa,

cuando se necesita soñar.

 

Amar por la claridad,

sin obligación de cumplir;

Una oportunidad

para mirar y sonreír.

 

Poema de la flor prohibida

 

Detrás de cada flor

hay un hombre con bombín y ceño fruncido.

 

Podría estar al frente o al costado,

pero no, se coloca

exactamente detrás de la flor.

Tampoco está oculto u oculto,

es digno de especulación

detrás de la flor.

 

Abro las fosas nasales para respirar

el aroma de la flor,

no de repente

(por supuesto) sino lentamente,

poco a poco,

con los ojos en la parte superior.

 

El me ama. Defiéndeme con tu cariño,

protégeme con tu amor.

Él sabe que la flor puede tener espinas,

o las tiene,

o alguna vez las tuvo,

o puede tener,

y estás triste si me ves sufrir.

 

Transmito un pensamiento a la flor

sin mover la cabeza y sin mirarla

De repente,

como un perro cínico que sonríe

y traga sin masticar.

 

Máquina mundial

 

El universo está hecho esencialmente de nada.

Intervalos, distancias, agujeros, porosidad etérea.

Espacio vacío, en fin.

El resto es el asunto.

Por lo tanto, este escalofrío,

este llamado y tenerlo, levantarlo y enfrentarlo,

este vacío de nada abierto en el vacío,

debe ser un intervalo.

Tomado de:

https://www.pensador.com/poemas_de_antonio_gedeao/

 

GOTA DE AGUA

Cuando lloro,

no lloro.

Llora lo que ha

sufrido en los hombres todo el tiempo.

Las lágrimas son mías

pero el llanto no es mío.

 

POEMA DE HOMBRE RANA

Estoy feliz de haber nacido

en la época de los sapos

que bajan al mar perdidos

por las mañanas dulces.

Se sumergen, imponderables,

entre las aguas tranquilas,

mientras pequeños

peces de hermosos colores cantan en hileras .

Van y vienen, meandro,

en bares de ballet.

Sus lentos gestos peinan

cerraduras que nadie ve.

 

Con aletas

y pulmones astillados , los

hombres se frotan contra el suelo

bajo un cielo de agua quieta.

 

Bajo el haz luminoso

corren de un lado a otro,

cabalgando a lomos de un pez

como a lomos de un potro.

 

¿Dónde están las sirenas de espuma?

¿Tritones que rezuman baba?

¿Qué pasa con los monstruos de color óxido que

truenan en la niebla?

 

Yo soy un hombre. El hombre.

Voy al mar y subo al cielo.

No hay miedos que me dominen

, todo es mío, todo mío.

 

MUESTRA SIN VALOR

Sé que mi desesperación no le interesa a nadie.

Cada uno tiene su propio, personal e intransferible:

se entretiene

y se considera intangible.

 

Sé que la humanidad es más gente que yo,

sé que el mundo es más grande que el vecindario donde vivo,

que la respiración de uno, incluso si es mía,

no pesa en un total que tiende al infinito.

 

Sé que las dimensiones despiadadas de la vida

ignoran a todo hombre, lo disuelven y, sin embargo,

en esta insignificancia, libre e indigno, el

universo soy yo, con nebulosas y todo.

Tomado de:

https://www.escritas.org/pt/antonio-gedeao