(11 de noviembre de 1896, Trípoli - 21 de julio de 1928, Préveza, Grecia)
Destrucción
Sobre la arena se levantan las grandes obras de los hombres,
y como un niño pequeño el tiempo las derriba con el pie.
(Reversión: Traducción libre)
Destrucción
La Humanidad edifica grandes obras sobre la arena
y como un niño el tiempo las derrumba de una patada.
Una sombra
Mientras camino, una sombra me sigue desde arriba
como una nube pesada o la pluma de un pájaro de mal agüero.
Está conmigo dondequiera que vaya, conmigo en lo que haga,
y tampoco me deja ver el sol de Dios.
(Reversión)
Una sombra
Como nube pesada o pluma de ave ominosa,
una sombra se cierne sobre mí mientras camino.
Me acompaña adonde voy en cuanto hago,
y no me permite siquiera percibir el sol de Dios.
Sábado por la noche
Sábado por la noche: abiertos en la calle como flores
los corazones simples, con indiferencia elevan canciones
para la alegría o el suave amor del dolor
mientras que para mí la semana sólo se ha completado.
(Reversión)
Noche de sábado
Noche de sábado: los corazones simples se abren
como flores en la calle, y su voz interpreta canciones
que salmodian la alegría o el suave dolor del amor,
mientras para mí sólo concluyó la semana.
Trabajo asalariado
Trabajo asalariado, pilas de papel, pequeñas preocupaciones,
y penas miserables, me esperan hoy como siempre.
Al salir por la mañana, sólo vi en mi puerta una maraña
de rosas, y al regresar a casa corté una guirnalda.
(Reversión 1)
Sueldo laboral
Hoy como siempre me esperan el trabajo mal pagado,
las montañas de papel, las pequeñas preocupaciones
y las penas miserables. Por la mañana distinguí
algunos retoños del rosal en la puerta, y al volver
a casa me hice una corona de espinas con ellos.
(Reversión 2)
Salario
Hoy como siempre aguardan por mí el trabajo,
el montón de papeles, la pequeña inquietud
y el pesar asqueroso. Por la mañana
vislumbré una maraña de espinas en la puerta,
y me hice una corona de flores por la noche.
Árbol
Con indiferencia en la frente apacible
la cobardía saludará a los amaneceres.
El árbol se mantendrá de pie mirando
a la tormenta o el cielo azul.
La vida, te diré, es el féretro donde
la pena y la alegría del hombre terminan.
(Reversión)
Árbol
Con la frente suave e indiferente,
la cobardía recibirá el alba.
El árbol contemplará de pie
la tormenta o el cielo azul.
Te diré que la vida es el ataúd
donde pena y alegría finalizan.
Tomado de:
https://circulodepoesia.com/2012/07/kostas-karyotakis-segun-cesar-abraham-navarrete/
PRIMAVERA
Así veo yo los jardines.
En el jardín esta noche me habla una nueva melancolía.
Sumerge un almendro su florida sonrisa
en las turbias aguas del fangal. Y el recuerdo de la juventud
sacude con gran tristeza la enferma acacia…
Despertó un frío soplo dentro del derruido invernadero,
donde las rosas son cadáveres y cada tiesto un ataúd.
El ciprés, interminable como un tormento, hacia los astros
levanta su negrura, sediento de aire.
Y se marchan, en cortejo fúnebre dirías, los pimientos
de la arboleda arrastrando sus verdes cabellos.
Las dos palmeras levantaron en su desesperanza
las manos. Y es nuestro jardín, jardín de melancolía.
ESTROFAS
Veinte años jugando
con libros, no a las cartas;
veinte años jugando
he perdido mi vida.
Pobre ahora, me tiendo
a escuchar la fácil sabiduría
que un viejo plátano me susurra.
Tomado de:
https://www.revistakopek.com/poesia/karyotakis-ese-maldito-poeta-griego/
Al bajar la escalera
Al bajar la escalera, ¿qué diremos
a las sombras que nos saldrán al encuentro,
estrictos conocedores, amigos vagos,
con una sonrisa en los labios inexistentes?
Al menos aquí arriba estamos solos,
nuestro día pasa, otro nace,
y en los ojos conservamos todavía
algo que las cosas colorea.
Pero allá abajo ¿qué diremos, a dónde iremos?
Nos miraremos por fuerza el uno al otro
con los brazos extendidos hasta el codo,
inmóviles como los rostros de los iconos.
Si un día alguien se asoma a nuestra tumba,
creerá que una vez estuvimos vivos.
Cogerá o dejará una rosa,
rosa que pertenecerá a la arena.
Y si nos ponemos de puntillas
divisaremos las villas de Posillipo
y el green del Paraíso, donde juegan
al cricket tus fieles, oh Señor.
Tomado de:
https://elcultural.com/cinco-poemas-griegos
A un antiguo compañero
"Amigo, mi corazón ahora como si envejeciese.
Terminó mi vida de Atenas,
que por igual pasó dulcemente y con la diversión,
y con la amargura, alguna vez, del hambre.
No iré ya al lugar que mi patria
dio al festejo de mi juventud,
sino como pasajero, con mi esperanza,
con el sueño que borré, viajero.
Peregrino, iré hacia tu casa
y me dirán que no saben qué fue de ti.
Junto a otro veré tu Afrodita
y otros la casa de la Paz tendrán.
Iré hacia la taberna, para pedir de nuevo
el vino de Samos que bebíamos.
Faltarás, su vino será diferente;
sin embargo yo beberé y me emborracharé.
Subiré cantando y tambaleándome
al Zappio donde comenzábamos a andar.
Alrededor será hermosamente amplio el horizonte
y será mi canción como un llanto. "
Préveza
" Muerte son los pájaros que chocan
contra los negros muros y los techos,
muerte las mujeres que hacen el amor
como si pelaran cebollas.
Muerte las sucias, insignificantes calles
con sus ilustres y pomposos nombres,
los olivos, el mar en torno, y aún
el sol, muerte entre los muertos.
Muerte el inspector que verifica,
en la balanza, una porción incompleta,
muerte los nardos en el balcón
y el maestro con el diario.
Base, Guarnición, Regimiento de Préveza.
El domingo escucharemos la banda.
Abrí una cuenta en el Banco,
primer depósito: treinta dracmas.
Caminando lentamente hasta el muelle,
“¿existo?”, digo, y luego: “¡no existo!”.
Llega el barco. Izaron la bandera.
Quizás viene el señor Prefecto.
Si al menos, entre estos hombres,
uno muriera de aburrimiento…
Silenciosos, apesadumbrados, con modos graves,
todos nos divertiríamos en su entierro. "
Tomado de:
https://www.epdlp.com/escritor.php?id=8314
Una historia
Para Charilaos Sakellariadis
Con dieciséis años sonreían,
allá, en una tarde de primavera.
Después sus labios se tornaron mudos
y envejecieron en sus corazones.
Empezaron, entonces, como amigos,
como dos hojas secas en el suelo.
Después se separaron
una tarde de otoño.
Ahora, cada uno, con la boca pálida
se agacha y besa sus grilletes.
Después habrán de caer
y pasar a la tierra.
Domingo
El sol a lo más alto ascenderá
hoy que es domingo.
Sopla el aire y mueve
un almiar en aquella colina.
Pondrán lo de las fiestas, y todos
tendrán un corazón ligero:
mira a los niños en la calle,
fíjate en las flores en el huerto.
Ahora campanas que tocan,
son Dios en verdad.
Más allá, las nubes se desvanecen
y crece el cielo.
Deja al mundo en su dicha
y ven, mi alma, para que te cante,
como una cancioncita alegre,
una canción de la muerte.
Repugnancia
Detesto vuestra suerte, gentes
privilegiadas, muñecas japonesas idóneas.
Elegantes, miembros rosos, líneas
plásticas, ropas de seda, trasparentes.
Toda vuestra vida está en unos ojos angelicales.
En vuestros labios solo palabras de pasión.
Este es el sueño que tenéis: un marido inocentón
y dormir en unas camas leales.
Danza de semi-vírgenes, de dos en dos
con el cuerpo inflexible, triunfales,
solemnes, y un poco teatrales
acudís al dancing y al odeón ambas a dos.
Allí os quedáis posando infinitamente.
Antes románticas como las lunas,
mañana vais a parecer madonas algunas
oyendo a la «Valenzia» escabrosamente.
Imitáis al monstruo durante un período
con las cuatro piernas pegadas avés.
Vais corriendo a leer después
«la guía para las madres» a vuestro modo.
Oh, si pudiera alguien florecer así un día,
rosa grande de una alabadora,
o si pudierais vosotras sondar ahora
con una horquilla vuestra cabeza vacía!
Miembros indomables, ropas trasparentes,
bocas asquerosas de hipocresía,
insospechables, seres nulos de apatía
y a causa de todo eso, privilegiadas gentes…
Tomado de:
https://trianarts.com/recordandoa-a-kostas-karyotakis
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