Ídolos
Entonces, cuando yacíamos
abrazados frente a la ventana
abierta al desmonte de olivos (do
semillas desnudas dentro de un fruto que el verano
ha abierto violento, y que se llena
de aire) no teníamos recuerdos. Éramos
el recuerdo que tenemos ahora. Éramos
esta imagen. Ídolos de nosotros
para la fe sumisa de después.
Traducción de José Agustín Goytisolo
Kensington
La luz de estío nórdico es inmensa
-y aquellas tardes que no mueren nunca.
Tal la paz de después. Cuando ellas dicen
casi el viejo secreto que buscamos siempre
por sendas nuevas.
Y ella habla, y me cuenta
las imágenes que con ella recorren su camino:
su camino, tan lento, por donde la conduzco
hasta la cima.
«Siempre creo que me transformo.
Nunca sabrás las cosas que me haces creer,
cuerpo mío. Una vez yo fui Kensington,
esa extensión de calles tortuosas,
llenas de luz sin sol. Y hace un momento
te digo que me he vuelto una flor amarilla.»
Imágenes florales me son fáciles.
Du bist wie eine Blume, y en la mano
tengo aún el recuerdo de una flor carnívora,
la cosa que se abre hasta una flor
de húmeda carne, la corola abierta
vasta increíblemente, para que yo, insecto,
me entregue. Digo:
«Te conviertes en flor,
y hacia aquí todo el cuerpo te sube».
Me equivoqué. Luz pura. Todos los dibujos
que sé calcar, no sirven. Y corrige:
«No, no cuenta esa flor. Era del todo
amarilla. Te me he vuelto una flor amarilla».
Traducción de José Agustín Goytisolo
Engaño
«Di, ¿por qué me hiciste
confiar en mí?»
¿Te he podido engañar,
corazón tan perplejo?
«Me has querido sobornar,
cauto, sin orgullo.»
Sin espera, con orgullo,
te me entregaste.
«¡Y era para hacerme daño
cuando viniera hoy!»
Oh, ¿cómo te me has creído
que me serías fiel?
Traducción de José María Valverde
Tomado de:
https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-gabriel-ferrater/
Habitación de Otoño
La persiana, no del todo cerrada, como
un retenido espanto de caer hasta el suelo,
no nos aísla del aire. Mira, se abren
treinta y siete horizontes rectos, finos,
mas los olvida el corazón. Y sin nostalgia
va muriendo la luz, que era color
de miel, y ahora es color de aroma de manzana.
Qué lento el mundo, qué lento el mundo, qué lenta
la pena por las horas que se van
aprisa. Dime ¿te acordarás
de esta habitación?
«La quiero mucho.
Aquellas voces de obreros... ¿Qué son?»
Albañiles:
falta una casa en esta cuadra.
«Cantan,
y hoy no les oigo. Gritan, ríen,
y hace raro que hoy callen».
Qué lentas
las hojas rojas de las voces, qué inciertas
cuando a cubrirnos vienen. Soñolientas,
las hojas de mis besos van cubriendo
los escondites de tu cuerpo, y mientras tú ya
olvidas
las hojas altas del estío, los días
abiertos y sin besos, en el fondo
recuerda el cuerpo: aún
mitad es de sol tu piel, mitad de luna.
Traducido por José Agustín Goytisolo
Canción del atreverse a poder
Atrévete a poder ser fuerte, y no te detengas:
atrévete a poder ser viejo, que si tienes hijos
un testamento les atará bien corto.
Atrévete a poder que no te guste mucho
ir testado por un mundo que se separa.
Si te sobran hijos, arréglales una guerra.
Atrévete a poder dar trabajo a “charnegos”.
Con tu sueldo, comprarán vino bastante agrio
para que en tres años les pudra los dientes.
No te dé miedo: tú toma el opio de los ricos
(opio, te llega de Escocia y de Roma).
Tú, muchacho nuevo, confía en años futuros.
Bastante tiempo tendrás de hacerte amigos
virgilios
que te leguen eneidas que salvar.
Atrévete a poder hacerte persona augusta
cuando tengas tiempo. Y hoy, Octavio, chico,
atrévete a poder degollar a Cicerón.
Barbado Alfonso, emperador de España,
primo de un Santo, y Sabio tú mismo,
fíjate bien, que vendrán otros más sabios
a historiarte, y dirán que eres mal rey:
les has perdido una sucia batalla
que ellos se han atrevido a poderse hacer suya.
Fíjate bien, general, que una patria
se atreve a poner mucha esperanza en ti.
No te atrevas, no, a poder perder batallas.
Pero tampoco hace falta ganarlas todas.
Si tienes napalm con que sembrar campos del Norte,
atrévete a poder perder guerras del Sur.
Traducido por Pere Gimferrer, J.A. Goytisolo y
José M. Valverde
El mutilado
Ya sé que no le quieres.
No lo digas a nadie
Los tres, si tú me ayudas,
guardamos el secreto.
Nadie más ha de ver
lo que tú y yo hemos visto.
Se esconderá de todas
las personas y cosas
que antes eran amigas.
Vendrán días de invierno,
muy lejos de las mesas
donde os servían antes
ostras y vino blanco.
En los días lluviosos
no mirará el asfalto
donde os habíais visto
cuando ibais a pie
porque no había taxis.
No abrirá más los libros
que le hablaron de ti:
ignorará qué dicen
cuando no hablan de ti.
Y sobre todo, puedes
estar segura, nunca
sabremos dónde está.
(fragmento.
Versión de Pere Gimferrer)
Tomado de:
http://epicavamurta.blogspot.com/2015/09/gabriel-ferrater-poemas-en-espanol.html
Amanecer
La noche se va, otra noche, y el ala
de un inmenso aeroplano se ha colocado
entre el ancho azul y la ventana, y me pregunto
si es el más tenue verde o plateado, frío
como la insistente finura del cuchillo raspando
la imposición. de vida excesiva
fuera del útero, o de la luz misma, cuando la mano
del niño se
abre: se está cansando de cerrar el puño para
agravar a sus hermanos, pretendiendo que tiene
algún
tesoro. Él regala a su presa, y sé
que no es nada que no estuviera en mí ayer
y desconsolado, y siento frío al mirarme.
otro día, hueso seco de una fruta, sin pulpa,
fuera de la noche.
Título del original: Punta de Dia , de Les dones i
els dies . Copyright © 1968 por Gabriel Ferrater
Los aristócratas
¡Oh Borges, Lowell, oh
patricios americanos ! Tienes tu
historia tan cerca y el disgusto está vivo
contigo.
La historia también está cerca de mí. Y me da
náuseas.
No
sabría escribir los poemas detallados
que escribes. Quizás mi asco
(que se ha vuelto viejo porque nadie cuenta su
historia),
como los tobillos de una gitana,
me permitirá ser piel y estar vivo bajo la tierra,
pero soy más bien gris, y solo hablando
de generalizaciones, como un plebeyo
que nunca escuchó, fresco y lento,
los recuerdos de las mujeres en la
casa abarrotada , ahora vacía: un pozo de miedo.
Título del original: Els Aristocrates , de Les
dones i els dies . Copyright © 1968 por Gabriel Ferrater
Tomado de:
http://www.beilharz.com/ferrater-e.html
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