martes, 26 de septiembre de 2023

POEMAS DE GERALDO BESSA VÍCTOR

 

Canción a Angola

¡Te saludo Angola!

Tierra de mis abuelos, de mis padres, mi tierra,

tierra de mi infancia,

de mi primera escuela

y de mi primer amor, primer sueño y deseo,

– ¡Te saludo, Angola, te saludo!

 

Angola de negros, blancos y mestizos,

Angola vieja, Angola nueva, Angola eterna,

con su Historia, sus leyendas, su mensaje;

Angola de verdad y hechizo,

Angola de choza y casa moderna,

de calles empedradas y paisaje virginal…

 

Angola de hermosas ciudades como Luanda,

con la isla encantada y encantadora:

Angola de espléndida y variada flora,

y preciosa fauna y rico mineral;

Angola de trabajo fuerte y serio,

y de oración a Dios que manda todo y a todos…

 

Angola de la luz de la luna encantada

que nos encanta y nos rompe,

Angola del sol abrasador, y del

ocaso doloroso

como el cuerpo cansado ya quemado

por el fuego fatal de un abrazo sensual...

 

Angola de batucadas,

de cantos y bailes salvajes,

al ritmo de chinguvo y marimba,

y de hogueras que encienden la noche

en las noches húmedas de cacimba…

 

Angola del progreso urbano y de la promoción

de las fuerzas económicas del territorio;

Angola de la Poesía cantada al viento,

cantada al Cielo y al Mar,

de gran belleza,

y del Arte que el sol pinta y la luna

enmarca y revela,

en el paisaje feliz de la naturaleza,

a mi ojo pagano, a mi alma cristiana. ...

 

Angola de ayer, de hoy, de mañana,

siempre por grandes caminos,

tierra de mis abuelos, de mis padres, de mi tierra

y de todos sus hijos... ¡

Por todos, y por todo,

te saludo, Angola, te saludo!

 

en “Cubata Abandonada”

Tomado de:

https://ombilaiongombe.wordpress.com/2018/10/25/cantico-a-angola-de-geraldo-bessa-victor/

 

 

EL NIÑO NEGRO NO SE UNIÓ A LA RONDA

 

El niño negro no se unió al círculo

de niños blancos, los niños blancos

que jugaban en un animado círculo

de canciones festivas, risas abiertas...

 

El niño negro no se unió al círculo.

 

Y el viento vino hacia los niños

, y bailó con ellos y cantó con ellos

las canciones y danzas de las suaves brisas,

las canciones y danzas de las brutales tormentas.

 

Y el chico negro no se unió al círculo.

 

Los pájaros, en bandadas, volaban piando

sobre las hermosas cabezas de los niños

y aterrizaban a su alrededor. Finalmente,

bailaron sus vuelos, cantando sus himnos...

 

Y el niño negro no entró en el círculo.

 

«Ven acá negrito, ven acá a jugar»

-- dijo uno de los chicos con su aire alegre.

Mamá, celosa, pronto hizo reparaciones;

el chico blanco no quería, no quería...

 

Y el chico negro no se unió al círculo.

 

El niño negro no se unió al círculo

de niños blancos. Desolado, absorto,

permaneció solo, inmóvil con ojos de ciego,

permaneció solo, silencioso con voz de muerto.

 

 

¡ADIÓS, HERMANO BLANCO!

 

¡ADIÓS, hermano blanco, buen viaje!

 

Ha llegado el momento de que volváis

a Europa, vuestra patria.

Cuando llegues, hablarás

de los encantos que

encierra esta África negra, tan lejana,

tan lejana, hermano blanco...

Porque quiero, en este momento

de partida, pedirte una promesa:

-- No lo olvides. el alma del negro, ¡

no lo olvides!

 

Hablarás de las tierras africanas,

del bosque y la choza,

de las montañas y las chanas;

pero no olvides el alma.

Hablarás del sol ardiente,

de las cacerías y los fuegos,

de las noches que viviste tamborileando

en la alegría más encantadora;

pero no olvides el alma.

 

Hablará del café, del algodón, del fique, de

las frutas tropicales, en fin, de toda la flora;

pero no olvides el alma.

Hablarás de los negros de tu bosque,

de la negra tentadora

de cuerpo sensual,

mostrando incluso un retrato;

pero no olvides el alma.

 

¡Adiós, mi hermano blanco! Allí en Europa,

cuando se habla de paisaje tropical,

no se olvida el alma de los negros.

 

Adiós hermano blanco, ¡buen viaje!

Tomado de:

https://amateriadotempo.blogspot.com/2011/10/dois-poemas-de-geraldo-bessa-victor.html

 

 

 

“LAS RAÍCES DE NUESTRO AMOR”

 

Te amo porque todo en ti me habla de África,

de una manera completa y cautivadora.

Negra, tan negra bella y joven,

todo tu ser me expresa nuestra tierra,

presente en nosotros.

 

En tus ojos veo, como en un caleidoscopio,

amaneceres y noches y atardeceres tropicales,

una visión que me embriaga como el opio,

con la magia de los duendes místicos,

y me deja encantado. (Me preguntaron: ¿a dónde vas?

Y no sé a dónde voy, solo sé que me estás frenando...)

 

Tu voz es, tan inquietantemente,

la música dolorosa de los chissanges tocados

en una noche oscura y tranquila,

que vibra en mis sentidos

y resuena en lo profundo de mi alma.

 

 

Cuando me besas siento que pruebo el sabor del anacardo, el mango y la guayaba al mismo tiempo

, un sabor que va desde mi boca hasta mis entrañas

y no termina nunca...

 

Tu cuerpo, hermoso sin disfraz,

con tu andar tímido, parece moverse

como si se balanceara

al ritmo de massemba y riveta.

Y siento que tu cuerpo, en alboroto lírico,

me despierta y me invita

a un redoble nuestro,

un redoble de nuestras vidas.

 

Así, estés donde estés (estés donde estés,

esté donde esté tu figura),

te descubro y te elijo entre las mujeres,

oh mi negra hermosa,

oh mi hermana de color,

y, con los brazos abiertos al abrazo total,

sin sombra. de complejo,

grito desde lo más profundo de mi alma de poeta:

– ¡Amor mío! ¡Mi amor!

Tomado de:

https://nuhtaradahab.wordpress.com/2011/04/13/poesia-de-angola/

 

 

MI CORAZÓN TAMBOR

 

Mi corazón late al ritmo y sonido

de marimbas, quingufos* y quissanges.

(El batuque nació conmigo, el ser me invade,

y lo siento en mi sangre,

desde ese momento,

en el movimiento inicial de mi libertad,

en el canto con el que saludé a la tierra, a la humanidad.)

Dentro de mi alma canta y llora

todo el grito de los muimbos africanos**.

El fuego de la hierba que arde

es la fiebre que me embarga,

cuando tu cuerpo y el mío se rompen en los cuartos de los esclavos,

donde una noche, todavía monandengues***,

hicimos bailar al amor.

 

En este mismo momento, en la lejana Europa,

en los exquisitos salones de Londres,

Roma, París, Madrid o Lisboa,

grupos de jóvenes, bailando y cantando,

disfrazados, imitan

nuestro tamborileo que resuena en todo el mundo.

Cantan y cantan

: movimiento y ruido,

voces y piernas...

 

Pero tenemos en la carne y en el alma,

desde el primer gemido,

el ritmo y el sonido de este tamborileo,

la voz del África eterna.

 

 

*quingufo—tambor.   

** muimbos — canciones.

***monande-niños.

Tomado de:

http://www.antoniomiranda.com.br/poesia_africana/angola/geraldo_bessa_victor.html

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