sábado, 30 de septiembre de 2023

POEMAS DE TABAN LO LIYONG


El lamento del sin hogar

No me siento cómodo aquí

¿Debo volver a la heredad abandonada?

 

No tengo hogar aquí

Estuve largo tiempo en Sudáfrica

Aguardando a que la lluvia parara.

 

He fracasado en fundar un hogar aquí

Estuve largo tiempo en Japón, esperando un cambio

Fue un mal viento el que nos lanzó sobre el mar.

 

Fracasé por completo en fijar residencia

Mis pulmones estaban llenos por la tormenta del desierto

Y el calor y frío de Omdurman,

Hermanos Musulmanes Extremistas nos marginan de la sociedad

Como si la tierra fuera siempre suya.

 

¿Dónde está pues nuestra ciudad capital?

He fracasado en asentarme

He pensado regresar a Kajokaji

Donde dulces mangos maduran dos veces por año

La Guerra de Garang se enfurece

Para que los aún no nacidos la continúen.

 

Toda nuestra juventud fue reclutada

Y enviada a perecer en los matorrales espinosos

Las bombas que llueven de arriba profanan nuestras tumbas.

 

Piedad pobre de mí, un hombre sin hogar

Proscrito de Bobi por Obote y Amin

Regresamos a nuestro hogar ancestral en el Sur de Sudán

Dejando las tumbas de padre y señor completamente cubiertas de hierba

El Jefe Olal y su maestro de ceremonias,

Yacen enterrados bajo el higo de Bobi Paidwe.

 

¿Dónde queda ahora exactamente nuestra heredad ancestral?

 

Compadezco al hombre que no tiene un hogar donde llamar:

El Nuevo Gitano o el Judío Errante.

 

¿Debo permanecer en el mismo sitio?

¿Regresar hacia dónde?

¿Hacia dónde avanzar?

 

Taban Lo Liyong, incluido en Voces del Sur. Aproximación a la poesía africana (Biblioteca Virtual Omegalfa, Internet, s. a., ed. de Equipo Fénix, trad. de Javier del Prado).

Tomado de:

https://franciscocenamor.blogspot.com/2017/08/poema-del-dia-el-lamento-del-sin-hogar.html

 

 

Banana, adiós-ley número 1 de Y2K

        Esto será proclamado desde

        La Sede Papal y el Minarete del Imán

        La Sinagoga del Judío y el Tejado del Gentil

        El Mercado del Filisteo y la Asamblea del Kaffir

        El Cuartel General de la Policía Militar y en la Guarida del Hechicero:

        La nueva adiós-ley es ésta:

Ninguna banana se llamará banana

A menos que esté vestida.

 

Previamente, algunas cosas habían pasado por bananas

Sin embargo no lo eran:

Algunas eran manchadas, amarillas, cafés, rosadas, negras;

Todas estas no podían ser bananas.

 

Por lo tanto,

Para calificar como banana

Debe estar vestida con la chaqueta especificada

La cual chaqueta debe ser hermética, expansible

Y hecha de la mejor seda Tailandesa.

 

Y la banana calificada -feliz tipa-

Debe llevar hasta el cuello su chaqueta

Y debe permanecer en el lugar toda la noche

O hasta que la fiesta se termine.

 

Previamente todas esas aparentes seudo-bananas crudas y verdes

Asistían desvestidas a las fiestas con consecuencias desastrosas:

Por ello la necesidad de esta regulación sartorial.

 

Así nenes que si ustedes cultivan bananas

Y las quieren llevar de fiesta

Asegúrense de tener un guardarropa de chaquetas

Del más refinado corte, talla propia y ajustada

Y los anfitriones deben verificar

Bien temprano antes de iniciar la fiesta

Que las chaquetas estén en posición

Y que la banana está vestida para festejar.

 

En ningún sitio una banana desvestida

Puede asistir a una fiesta:

La pena por ello es la muerte

Por el lento consumir del tronco.

 

        Dado bajo mi sello:

        Él que vive para siempre

        Akhenaton II, amado de Isis

        Rey de los Mundos Superiores e Inferiores

        Portador de las Dobles Diademas

        Bajo la Constante Protección del Oreaus

        En su Primer Año de Ascesis.

        Buena Salud y Paz para todos.

 

 

Un ejercicio para Cynthia Schor 

Un poema es como un regüeldo

Que brota de un estómago saciado.

 

De alimentos ingeridos se reúne gas

Que se encamina hasta el gaznate y

Emerge ruidosamente con color azul.

 

Impedirlo no hace más que adentrarlo.

 

Un poema es como rabia

Por la injusticia que nubla tu vista.

 

Del hombre y la mujer vienen los ingredientes

La infusión se espesa con dolores previos

La explosión llega con un bang o un fizz.

 

Adentrada, la navaja naufraga internamente

 

Un poema es un chiste:

Bien contado, la gente ríe.

Repetido, se convierte en ensayo.

 

Un poema es un poema es un poema.

 

 

LAS TRAVESURAS DE RWACHKARO

Rwachkaro emergía de su guarida

Sintiendo necesidad de vida gregaria

Extrañando el olor humano de los tipos bestias.

 

Como el milpiés que adelante tantea su camino

¡Los pasos de Rwachkaro estaban impedidos

¡Por un golpe en los nudillos!

 

¿Es este el camino del mundo

Que nadie te deja mover

¿A menos que ellos mismos te muevan?

 

¿Es este el camino de la condición humana

¿En que te mueves a pesar de la fuerte oposición?

Desafías a los rufianes

Y pierdes todo

¿O ganas todo?

 

¿Somos épicos charlatanes

Practicando juegos heroicos

¿En la Amazonía rústica?

 

¿Fue valioso el desafío?

¿Fue valiosa la resistencia?

¿Existe necesidad alguna de tomar una pausa?

 

¡No! Sería mal interpretada.

 

Es recio escalar una colina

Por el lado del mar.

Los gigantes debieran buscar

Climas congeniales habitados por tipos leones.

Superando la resistencia,

Buscando retos mayores,

Desafiando la gravitación terrestre.

 

 

LAS MALDICIONES DE LA VIUDA ACHOL

 

Soy una pobre mujer sureña

Que no ha tenido paz desde 1955.

Los británicos, egipcios y árabes sudaneses

Han arruinado mi vida y mi visión estos cuatro años.

Cuando Iraq amenaza a Israel

Llueven bombas sobre Bagdad

Y se crea la tormenta del desierto.

Cuando Milosevich hace a sus propios musulmanes

Lo que los árabes nos hacen a nosotros

La completa Serbia estalla en fragmentos.

Le pedí a Clinton, Carter, Thatcher

Cuidar también mi senda luego que la Casa Blanca

Haya dejado la oveja bajo el tierno cuidado

Del astuto zorro del desierto

Pero no soy amenaza para los intereses de Europa;

No soy el niño elegido del Dios de Israel.

Ahora que el marxismo ha muerto

No podemos extorsionar a occidente para que nos haga algo bueno.

La única arma que me queda para emplear

Son las maldiciones abundantes de la pobre mujer afligida.

Aquí vamos, entonces, maldiciendo a occidente por todos sus pecados:

 

Mueran sus hombres y mujeres de cáncer

Ustedes que no pueden morir de minas quiebra-patas y bombas;

Que los carros agoten sus almacenes

Ustedes que viven apaciblemente en cuartos con aire acondicionado;

Que el amor por el lucro arruine su juventud

Ustedes que amasan riquezas obtenidas sin miramientos;

Que la obesidad y el síndrome de la pitanza excesiva mate a su gente

Ustedes que no han conocido el hambre en estos 54 años;

Que sus hijos e hijas busquen dolores personales

Ustedes que se mofan de los torsos consumidos de mis niños;

Que sus hijos se conviertan en asesinos de familia

Ustedes que no dudan en erradicar la injusticia en todas partes;

Que la confusión descienda sobre sus casas

Ustedes que toman la hospitalidad del paisano

Por falta de sofisticación;

Que los Dioses Indios, Dioses Aborígenes, Dioses Esquimales, Dioses Pigmeos

Se combinen todos para hacer llover calamidades sobre su pueblo

Hasta que regreses inclinado y des prueba de humildad,

Ustedes que caminan arrogantes como dioses,

Que Kurdos, Bereberes, Tamiles, Inuitas, Chipanes

Convoquen a sus dioses y diosas a estar junto a ellos

Para asegurar que los maltratos que trajeron a nuestras tierras

Están rectificados todos

¿A nuestra satisfacción?

Y hasta que todos se hayan vuelto humanos,

Todos humanos, y cuiden de mis niños espigados

Entonces descargaré esta maldición.

Yo, la viuda Achol, he hablado,

Elevando mis manos hacia Ngundeng.

Amén.

Tomado de:

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/62_63/liyong.html

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