domingo, 24 de abril de 2016

POEMAS DE BO CARPELAN


 (25 de octubre de 1926 - 11 de febrero de 2011

El pájaro de fuego


Un día el pájaro de fuego entró volando en el cuarto de estar.
Muebles y paredes quedaron completamente devastados.
Por no hablar del silencio ulterior,
del humo que apenas se pudo desalojar,
que quedó pegado largo tiempo al tejido de los sueños.

Quién ha dicho…


Quién ha dicho
que el silencio testimonia
sobre el impronunciado.
La ausencia de palabras
es solo ausencia.
Habla pues
en proporción a lo que
tú no puedas decir.
Nada
puede dejarse impronunciado
a no ser por torpeza
o
sabiduría

El árbol


El árbol,
la luz
ramificada.


El manantial


A distancia, cruzando los campos
se oye, débil pero nítidamente
el manantial de primavera.
Escucho,
me acerco.
Por los bosques estivales,
perfumados de sol y frescor,
suenan los ecos del agua cantarina.
Sigo mi camino,
buscando.
Ya se vislumbra
por entre las copas de los árboles otoñales
el valle donde susurra
el escondido arroyo.
Tengo que descansar.
Como si hubiese nieve en el aire,
como si los pasos fuesen infinitos.
Escucho, estoy cerca.
La voz del manantial, más débil,
continuamente allí,
invisible.

Pequeño poema


La veleta gira al viento,
su peso es el del viento.
Ahora cesa.
El silencio deviene piedra.
Cae a través de ti de ti
a tal velocidad, que te despiertas
aterrorizado, una noche de verano.

Paseo otoñal



Un hombre camina por el bosque
un día de luz cambiante.
Se tropieza con muy poca gente,
se detiene, contempla el cielo otoñal.
Se dirige al cementerio
y no lo sigue nadie.


Nadie supo con exactitud que eran tan pobres


La pobreza se oculta.
Los niños no contestaban a las preguntas, tenían unos ojos sin vida.
Nunca estaban con los demás.
Se quedaban en una habitación pobremente amueblada que solía estar a oscuras.
Su padre no hacía nada, se le veía muy poco.
La madre era muy tímida.
Se quedaron sólo tres meses, la época más fría.


Anochecer silencioso


Nadie se acerca.
La sala está sangrando
como una flor,
una boca, silenciada;

el niño que duerme
en la madre durmiente 
se vuelve
hacia su imagen en la noche;

la nieve cae, borradas
por el viento
están las huellas torpes
que se dirigen fuera de mi infancia.

Las palabras tratan de encontrar el camino
hacia el centro del silencio,
ligeras como montañas
transmitidas por el viento.  

JUNTO A LA MESA TU FIGURA


Junto a la mesa tu figura,
sobre tu mano la sombra de la cabeza del niño, una fruta,
una mirada fija, a través de la ventana, en los movimientos de los árboles,
el movimiento reflejado en el cuchillo que corta el pan, el uso
y claridad de las cosas.

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