lunes, 25 de abril de 2016

Selección de Poemas de Fernando Salazar Torres


Fernando Salazar Torres (Ciudad de México, 1983). Licenciado en Filosofía por la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa (UAM-I). Maestría en Humanidades por la misma casa de estudios. Ha publicado ensayo y poesía en distintas gacetas y revistas impresas y electrónicas. Co-fundador del grupo literario Literagen. Fue subdirector de la revista literaria el golem. Ha publicado el poemario Sueños de cadáver. Coordina el taller literario CARPE DIEM. Actualmente se dedica a la Docencia.

VISIONES DE OTRO REINO

Presencia para olvidar

(fragmento)

Ahora eres eclipse. Eres mi ceguera: Esta inesperada catarata trastorna mi visión y se olvida y regresa y se olvida. Soy el ciego nublado por tu figura disipada en mi suspiro. El cosmos es un mapa impreciso, me concede los caminos de resignación, y mis decisiones cambian el orden en las líneas astrológicas de mis manos. Ya es momento de romper el sortilegio.
El recorrido de mi descensión se efectuó sin demora, nunca me arrepiento, siempre otorgado a las fantasías de elegir. Atravesé el espejismo, división de lo mortal e inmortal. Llevo la carga apretada entre mis costillas. Seré mareo que renace por el beso de agua. Un círculo de fuego me invita a buscarte.

Día uno. mi caída

(fragmento)

Arriba y abajo dos seres se encuentran y desencuentran
A derecha e izquierda el alba cae
Olvido que soy efímero
Apunto mis recuerdos en las hojas temporales
Me confieso a la estrella Altazor
contenida en el horizonte
Reconoce mi suerte     su claridad es mi guía

(…)

Nacida de las opacidades de mis anhelos
tu histeria inventó en mí todas las mañanas
Creaste los espacios donde puedo decir tu nombre
Habitamos el mundo
Lo inventamos en cada desencuentro
y lo destruimos en todo encuentro
Iré al infierno para recuperarte

(…)

Anhelo tus manos para cubrir la gruta de mi pecho
Rebusco tus huellas para significar mi canto

Voy de luto bajando con agua santificada
Voy de negro implorando los rosarios

(…)

Medito mi descensión por la escalera en espiral

Mi Lucero siempre me acompaña
Alto azor ave del sur de aire eternal
es vapor que no quema     agua consagrada
rojo sopor     misterio amoroso
morada de los nacidos     fuente de resurrección
cúpula de ángeles     crepúsculo redentor

Tomo el número de Dios
Rompo las cabezas rabiosas del Cerbero
para salvarla del polvo y su mal
para regresar por el río del olvido
para fijar mi mirada a la entrada de la tierra
para anillar los días que nos restan
y redimir los astros abatidos

Al final
             tu mirar será el símbolo
             donde descanse mi gloria o mi fracaso

Meditar
(ingresando al Abismo)

(fragmento)

Tu pensamiento nos siente
nos mira  nos mueve
Contemplas figuras para germinar cosas
circularidades     zonas geométricas

El hálito entra en la materia
y termina en la hora de la muerte

Idea inmortal habita la mortandad
El Universo es una suma de Tus Imaginaciones

Dios es necesario

Día dos y los encuentros
en el infierno

(fragmento)

A lo lejos en el peñasco un ser espectral
color ocre y aliento a luna
me aguarda con los brazos enraizados
Su pecho está cubierto de rostros vivos
que balbucean lenguas muertas
las sentencias de todo maldito
Sus concavidades brillan pus
Sobre sus alargadas uñas
se alimentan millares de gusanos

Altazor    multiplica tu canto séptimo
Eres mi amanecer    el amuleto
Tu acento diáfano me salva de la peste
Eres mi protector

(…)

En el vértice de la duna Violencia
unos seres traslúcidos me esperan
La orden de los seductores Grigori
y al frente Tamiel un ángel caído
me toma la mano con sus anémicos dedos
me mira con su rostro sin ojos
me piensa con su pensamiento encriptado
Pasamos en una balsa por el río Aqueronte

(…)

¡Se aproxima la desesperanza
                                   o yo me estoy quedando ciego!

Salto de la balsa  floto en el agua pervertida  Yo soy un naufragio de mal dolor  Soy el nombre en la boca de los olvidados porque los nombres deshabitan cuerpos  Este paisaje acuático ahorca mi fidelidad  detiene mi esperanza  Habito otro sitio imposible para los vivos Incorpóreo navego anclas en la nave del rojo río y en sus cauces arbitrarias encuentro la flor marchita  Es la rosa inflorada que crece y decrece en estas ruinas  Torbellinos me aplastan me azotan me abren la piel con aerolitos y un rayo de lumbre me sacude  Para no ahogarme miro hacia lo alto  Mis brazadas son el movimiento que intenta alcanzar la salvación  Llego a la orilla  Persigo mi camino fuera de esta profusa rivera

Día tres. El fracaso

(fragmento)

Entro solitario a otra hoguera
Tamiel va conmigo gestando maldiciones

Las alas de mi guardián merodean los ríos de sangre
Altazor espera la lucha para protegerme
su Infinitud acecha el Mal para bendecirme
Arroja una blancura y Satán me libera
La centella devasta el ser de Tamiel
Altazor lo combate  Dos Eternidades se atacan
Sus espadas chocan     se cruzan arruinando la fe
Mi guía es humillado en el costado
lloran sus brazos el tormento
su valor implora mayor poder para someter
Yo camino mi Pasión mientras ellos se agreden

Frente a mí está ella puliendo sus garras
sobre los huesos de las lamentaciones
como un pájaro grita en medio de la cerrazón
Es una grulla sedienta que pita danzando
Es una mitología que caza precipicios
Es una ave emparejada con el horror

Día cuatro
o la negación del retorno

(fragmento)

Tamiel entra en mi pensamiento
el acto de la oración es imposible

Otra vez frente a ella  Me desconoce
Habla consigo misma siendo dos
Mira la ceniza en el fango y se pregunta
¿Cuántas soy de tantos sonámbulos?
La efigie creada de sí
se desdobla y las imágenes se rompen
La Autista mira su silueta rota
multiplicada en hartas bolas incandecentes
Sale corriendo perseguida por sí misma
Mi condena es repetir este encuentro

(…)
Has extraviado el canto de este mito

Esta tragedia cambia la tradición y no soy yo el mentor sino el extraviado quien mira la historia y las acciones  Me pliego detrás de una roca donde un silencio evoca mi pasado y una bestia merodea mis debilidades  Me percibo con las jaulas inundadas de horas que quieren ser días de días que quieren ser pájaros de pájaros que quieren aprender a viajar Si este temporal me pide una canción no será la de Orfeo sino la mía
(…)
Eres más silenciosa que la balada del campanario
mecida entre las torres de la Catedral

Acuosa mujer    reflejo de mis vicios
Flor mordaz      savia de cáncer
Pozo sin agua    piedra más piedra que el polvo

(…)

Azor     ¿dónde estás?
Oriente de colores santos
¿por qué me expuse a este mito?

(…)

El pasado arde en mi sombra que crece…
…crece un furor de locos

Todas las sendas lastiman   También el futuro

                    Cómo nombrarla si está ahogada
                   Cómo reconocerla si está oscura
                                             Cómo llamarte si los espantos no llevan nombre

Día cinco. La expulsión del infierno

(fragmento)

Sé del aspecto de los espíritus
porque yo fui alimento de su dolor
Me quemé con el alma viva en la boca
y los brazos abiertos a la ruina de Aqueronte

(…)

Decidí venir a buscarte en los linderos y el tiempo no se habrá consumado cuando yo esté de vuelta cuando el desenlace venga otra vez y camine en los hipogeos y esté en esta región donde nos despedimos con los labios abiertos al total fuego y los huesos huérfanos de amor Me destierran  Soy el extranjero

(…)

Soy arrojado de este valle de anatemas
y el ensamble de las sombras me despide
Los suplicios castigan mi pensamiento
La estrella se niega a darme sus designios
Las ideas se resisten a ser reflejas en mi lengua

Mis desquiciadas manos sostienen un rosario
Padre     perdona mi viaje y permite mi retorno
¿Me niegas o soy yo que al volver infernal te reclamo?

Dios también es su propia ausencia

Me llama     Camino en Su voz
            que sigue la ruta ascendente

Día seis. La meditación
de un regreso metafísico
(fragmento)

Un caracol desciende por el arco iris
y yo asciendo por la ladera de los mares
Su eco profiere al cielo en mi presencia
Me rescata del naufragio
y todavía dañado de vacío
mis manos aún buscando la raíz
y mi frente delante de los círculos rotos
me encuentro con el despertar de mi conciencia

Mi mente corona un renacimiento
La espiral me vuelve a concebir
Nazco como otro  soy yo mismo

(…)

El caracol es la marcha infinita
Oriente hacia la fecundidad de los océanos
(…)
Me limpia el polvo con su lengua de sal
y me estruja a su savia bendita

Mi mar interior da un oleaje
Mi percepción redonda y aperlada
segrega el sonido de un Hallelujah

Un elefante escucha el sonido litúrgico
El paquidermo duerme
con la última luz del paraíso en su mirada
y al fondo de ese albor mi guardián se recupera
Altazor    me creí perdido y no sabía dónde estabas

(…)
                        Supongo nadar
                        para no caer en la misma agua

Un camello atraviesa la arena
Los vientos caen que lloran
Dejan las huellas escondidas
y el bienaventurado caracol me bautiza

            El caminar del elefante es el descanso de Dios
            Mi peregrinación es la fuerza del nuevo hombre

Día siete.
Descanso después del bautismo

Los días transcurridos son girasoles los girasoles son bailarinas de fuego las bailarinas son fisuras las fisuras son cenizas las cenizas buscan su origen el origen busca su lugar el lugar busca su tumba la tumba busca su muerta la muerta desea el acorde final el acorde final desea su partitura la partitura desea su violín el violín desea su música la música pasa siempre en fuga la fuga pasa siempre al infinito el infinito pasa siempre en película de tres minutos tres minutos pasan siempre en siete años los años divagan cada eternidad la eternidad divaga cada mundo el mundo divaga cada vacío el vacío divaga cada mujer la mujer llega a su llanto el llanto llega a su pañuelo el pañuelo llega a una oración la oración llega al domingo el domingo saluda al campanario el campanario saluda a la montaña la montaña saluda a su adiós el adiós saluda a la bienvenida la bienvenida es un horizonte el horizonte es un destino el destino es una mirada la mirada es el futuro el futuro espera a su pasajero el pasajero espera a su cadáver el cadáver espera a sus flores las flores esperan ser auroras…

Día ocho, las huellas

Cambia el pasado en un presente que está siendo
y mis horas son el rostro irremediable
de un hombre nacido para cicatrizar

Al ser otro me doy a la actualidad
Al dejar de ser el que fui he muerto
Si ya no soy ahora soy y he sido

El hogar está más cerca   ya lo sé
La vida es una dimensión fractal

Detenido frente a unas huellas abandonadas
descubro que no hace mucho estuvo aquí
Dejó las señales a merced de mi deseo
su incienso limpia mis marcas del reino perdido

Hay una mujer nacida de la espuma venusina
hay un resplandor que me impresiona y anega
como en el primer día
Es la otra quien no había visto
soy quien habla conmigo y contigo

Tu voz es una niebla de serenidades
lluvia que recupera las plazas
donde vuelvo a pisar firmemente
Das aliento a las cosas perdidas
y anticipas el futuro

Nos miramos  El mutismo nos comunica
Nos encontramos en el rumor del follaje
Escribimos encima de las hojas
Volvemos al comienzo del día
Hablamos hasta crear palabras nuevas
Hablar contigo es plantar un árbol

Día nueve. Déja vù

Amanece     Regresar a ti después de años
es pulsar el césped pleno de moléculas acuáticas
mínima explosión de rubores amorosos

Las acuarelas del Pintor forman los colores
Volvemos a ser delineados   ahora Dios nos rehace
Sus manos nos conciben en un pabellón de pinturas
y te veo acercarte a esos cuadros para vivir sus fantasías

Estamos en las galerías de las Artes
frente a las obras de Pollock y Man Ray
Te escucho como quien mira crecer la lluvia
Hablas de los escenarios posibles  de las vidas paralelas
Acordamos llegar a la Romería de Coyoacán
a beber café que se consuma en las noches
a frecuentar los detalles de los crepúsculos
a musicar la brisa del déjà vu que nos persigue

Eres la naturaleza del Haiku

Se sonroja la nube
la luz consuela
vaivenes en los pétalos

Te contemplo en la imagen que precede al arco iris
y me invitas a recorrer el mundo en un caballo blanco
Alcanzamos todas las tardes en un solo instante
Todos los tiempos nos ocurren ahora
Estar contigo siempre es hoy

Ya habíamos comenzado este paseo

Día diez. La consagración

Te veo llegar y borras la medida del tiempo
tus manos apagan la tarde muy temprano
para estar solos solitarios uno con el otro
Residen en mí partículas de luz
esencias fotográficas creadas por ti

En los párpados quedan suspendidas
las soñolencias que invaden cuerpos
ella duerme su sed
ella despierta a la morada
ella recuerda esta mañana ya vista

Los cuerpos se hablan     los soles alivian
Mis labios originan tu pefume
y el rapto de tus yemas posee un bálsamo
que me dormita en la exactitud de tus ojos

Eres el pacífico en el vuelo de mi pensamiento

(…)

Somos dos promesas abrazadas
dos ofrendas cubriendo el Santuario
cuando se consagra el amor cósmico
cuando acariciamos la sangre para salvarnos

Eres el pacífico en el vuelo de mi pensamiento


No hay comentarios.:

Publicar un comentario