Fernando
Salazar Torres (Ciudad de México, 1983).
Licenciado en Filosofía por la Universidad
Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa (UAM-I).
Maestría en Humanidades por la misma casa de estudios. Ha publicado ensayo y
poesía en distintas gacetas y revistas impresas y electrónicas. Co-fundador del
grupo literario Literagen. Fue
subdirector de la revista literaria el
golem. Ha publicado el
poemario Sueños de cadáver. Coordina el taller literario CARPE DIEM.
Actualmente se dedica a la Docencia.
VISIONES DE OTRO REINO
Presencia para olvidar
(fragmento)
Ahora eres eclipse.
Eres mi ceguera: Esta inesperada catarata trastorna mi visión y se olvida y
regresa y se olvida. Soy el ciego nublado por tu figura disipada en mi suspiro.
El cosmos es un mapa impreciso, me concede los caminos de resignación, y mis
decisiones cambian el orden en las líneas astrológicas de mis manos. Ya es
momento de romper el sortilegio.
El recorrido de mi descensión se efectuó sin demora, nunca me
arrepiento, siempre otorgado a las fantasías de elegir. Atravesé el espejismo,
división de lo mortal e inmortal. Llevo la carga apretada entre mis costillas.
Seré mareo que renace por el beso de agua. Un círculo de fuego me invita a
buscarte.
Día uno. mi caída
(fragmento)
Arriba y abajo dos seres se encuentran y
desencuentran
A derecha e izquierda el alba cae
Olvido que soy efímero
Apunto mis recuerdos en las hojas temporales
Me confieso a la estrella Altazor
contenida en el horizonte
Reconoce mi suerte su claridad es mi guía
(…)
Nacida de las
opacidades de mis anhelos
tu histeria inventó
en mí todas las mañanas
Creaste los
espacios donde puedo decir tu nombre
Habitamos el mundo
Lo inventamos en
cada desencuentro
y lo destruimos en
todo encuentro
Iré al infierno
para recuperarte
(…)
Anhelo
tus manos para cubrir la gruta de mi pecho
Rebusco
tus huellas para significar mi canto
Voy de
luto bajando con agua santificada
Voy de
negro implorando los rosarios
(…)
Medito mi descensión por la escalera en
espiral
Mi Lucero siempre me acompaña
Alto azor ave del sur de aire eternal
es vapor que no quema agua consagrada
rojo sopor
misterio amoroso
morada de los nacidos fuente de resurrección
cúpula de ángeles crepúsculo redentor
Tomo el número de Dios
Rompo las cabezas rabiosas del Cerbero
para salvarla del polvo y su mal
para regresar por el río del olvido
para fijar mi mirada a la entrada de la tierra
para anillar los días que nos restan
y redimir los astros abatidos
Al final
tu mirar será el símbolo
donde descanse mi gloria o mi fracaso
Meditar
(ingresando al Abismo)
(fragmento)
Tu pensamiento nos siente
nos mira
nos mueve
Contemplas figuras para germinar cosas
circularidades zonas geométricas
El hálito entra en la materia
y termina en la hora de la muerte
Idea inmortal habita la mortandad
El Universo es una suma de Tus Imaginaciones
Dios es necesario
Día dos y los encuentros
en el infierno
(fragmento)
A lo lejos en el peñasco un ser espectral
color ocre y aliento a luna
me aguarda con los brazos enraizados
Su pecho está cubierto de rostros vivos
que balbucean lenguas muertas
las sentencias de todo maldito
Sus concavidades brillan pus
Sobre sus alargadas uñas
se alimentan millares de gusanos
Altazor
multiplica tu canto séptimo
Eres mi amanecer el amuleto
Tu acento diáfano me salva de la peste
Eres mi protector
(…)
En el vértice de la duna Violencia
unos seres traslúcidos me esperan
La orden de los seductores Grigori
y al frente Tamiel un ángel caído
me toma la mano con sus anémicos dedos
me mira con su rostro sin ojos
me piensa con su pensamiento encriptado
Pasamos en una balsa por el río Aqueronte
(…)
¡Se
aproxima la desesperanza
o
yo me estoy quedando ciego!
Salto
de la balsa floto en el agua pervertida Yo soy un naufragio de mal dolor Soy el nombre en la boca de los olvidados
porque los nombres deshabitan cuerpos
Este paisaje acuático ahorca mi fidelidad detiene mi esperanza Habito otro sitio imposible para los vivos
Incorpóreo navego anclas en la nave del rojo río y en sus cauces arbitrarias
encuentro la flor marchita Es la rosa
inflorada que crece y decrece en estas ruinas
Torbellinos me aplastan me azotan me abren la piel con aerolitos y un
rayo de lumbre me sacude Para no
ahogarme miro hacia lo alto Mis brazadas
son el movimiento que intenta alcanzar la salvación Llego a la orilla Persigo mi camino fuera de esta profusa
rivera
Día tres. El fracaso
(fragmento)
Entro solitario a otra hoguera
Tamiel va conmigo gestando maldiciones
Las alas de mi guardián merodean los ríos de
sangre
Altazor espera la lucha para protegerme
su Infinitud acecha el Mal para bendecirme
Arroja una blancura y Satán me libera
La centella devasta el ser de Tamiel
Altazor lo combate Dos Eternidades se atacan
Sus espadas chocan se cruzan arruinando la fe
Mi guía es humillado en el costado
lloran sus brazos el tormento
su valor implora mayor poder para someter
Yo camino mi Pasión mientras ellos se agreden
Frente a mí está ella puliendo sus garras
sobre los huesos de las lamentaciones
como un pájaro grita en medio de la cerrazón
Es una grulla sedienta que pita danzando
Es una mitología que caza precipicios
Es una ave emparejada con el horror
Día cuatro
o la negación del retorno
(fragmento)
Tamiel entra en mi pensamiento
el acto de la oración es imposible
Otra vez frente a ella Me desconoce
Habla consigo misma siendo dos
Mira la ceniza en el fango y se pregunta
¿Cuántas
soy de tantos sonámbulos?
La efigie creada de sí
se desdobla y las imágenes se rompen
La Autista mira su silueta rota
multiplicada en hartas bolas incandecentes
Sale corriendo perseguida por sí misma
Mi condena es repetir este encuentro
(…)
Has
extraviado el canto de este mito
Esta tragedia
cambia la tradición y no soy yo el mentor sino el extraviado quien mira la
historia y las acciones Me pliego detrás
de una roca donde un silencio evoca mi pasado y una bestia merodea mis
debilidades Me percibo con las jaulas inundadas
de horas que quieren ser días de días que quieren ser pájaros de pájaros que
quieren aprender a viajar Si este temporal me pide una canción no será la de
Orfeo sino la mía
(…)
Eres
más silenciosa que la balada del campanario
mecida
entre las torres de la Catedral
Acuosa
mujer reflejo de mis vicios
Flor
mordaz savia de cáncer
Pozo
sin agua piedra más piedra que el
polvo
(…)
Azor
¿dónde estás?
Oriente de colores santos
¿por qué me expuse a este mito?
(…)
El pasado arde en mi sombra que crece…
…crece
un furor de locos
Todas
las sendas lastiman También el futuro
Cómo nombrarla si está
ahogada
Cómo reconocerla si está
oscura
Cómo llamarte si los espantos no llevan nombre
Día cinco. La expulsión
del infierno
(fragmento)
Sé del aspecto de los espíritus
porque yo fui alimento de su dolor
Me quemé con el alma viva en la boca
y los brazos abiertos a la ruina de Aqueronte
(…)
Decidí
venir a buscarte en los linderos y el tiempo no se habrá consumado cuando yo
esté de vuelta cuando el desenlace venga otra vez y camine en los hipogeos y
esté en esta región donde nos despedimos con los labios abiertos al total fuego
y los huesos huérfanos de amor Me destierran
Soy el extranjero
(…)
Soy arrojado de este valle
de anatemas
y el ensamble de las
sombras me despide
Los suplicios castigan mi
pensamiento
La estrella se niega a
darme sus designios
Las ideas se resisten a
ser reflejas en mi lengua
Mis desquiciadas manos
sostienen un rosario
Padre perdona mi viaje y permite mi retorno
¿Me niegas o soy yo que al
volver infernal te reclamo?
Dios también es su propia ausencia
Me
llama Camino en Su voz
que sigue la ruta ascendente
Día seis. La meditación
de un regreso metafísico
(fragmento)
Un caracol desciende por el arco iris
y yo asciendo por la ladera de los mares
Su eco profiere al cielo en mi presencia
Me rescata del naufragio
y todavía dañado de vacío
mis manos aún buscando la raíz
y mi frente delante de los círculos rotos
me encuentro con el despertar de mi conciencia
Mi mente corona un renacimiento
La espiral me vuelve a concebir
Nazco como otro soy yo mismo
(…)
El caracol es la marcha infinita
Oriente hacia la fecundidad de los océanos
(…)
Me limpia el polvo con su lengua de sal
y me estruja a su savia bendita
Mi mar interior da un oleaje
Mi percepción redonda y aperlada
segrega el sonido de un Hallelujah
Un elefante escucha el sonido litúrgico
El paquidermo duerme
con la última luz del paraíso en su mirada
y al fondo de ese albor mi guardián se
recupera
Altazor
me creí perdido y no sabía dónde estabas
(…)
Supongo
nadar
para
no caer en la misma agua
Un camello atraviesa la arena
Los vientos caen que lloran
Dejan las huellas escondidas
y el bienaventurado caracol me bautiza
El
caminar del elefante es el descanso de Dios
Mi
peregrinación es la fuerza del nuevo hombre
Día siete.
Descanso después del
bautismo
Los días transcurridos son girasoles los girasoles son bailarinas de
fuego las bailarinas son fisuras las fisuras son cenizas las cenizas buscan su origen
el origen busca su lugar el lugar busca su tumba la tumba busca su muerta la
muerta desea el acorde final el acorde final desea su partitura la partitura
desea su violín el violín desea su música la música pasa siempre en fuga la
fuga pasa siempre al infinito el infinito pasa siempre en película de tres
minutos tres minutos pasan siempre en siete años los años divagan cada
eternidad la eternidad divaga cada mundo el mundo divaga cada vacío el vacío
divaga cada mujer la mujer llega a su llanto el llanto llega a su pañuelo el
pañuelo llega a una oración la oración llega al domingo el domingo saluda al
campanario el campanario saluda a la montaña la montaña saluda a su adiós el
adiós saluda a la bienvenida la bienvenida es un horizonte el horizonte es un
destino el destino es una mirada la mirada es el futuro el futuro espera a su
pasajero el pasajero espera a su cadáver el cadáver espera a sus flores las
flores esperan ser auroras…
Día
ocho, las huellas
Cambia el pasado en
un presente que está siendo
y mis horas son el
rostro irremediable
de un hombre nacido
para cicatrizar
Al ser otro me doy
a la actualidad
Al dejar de ser el
que fui he muerto
Si ya no soy ahora
soy y he sido
El hogar está más
cerca ya lo sé
La vida es una
dimensión fractal
Detenido frente a
unas huellas abandonadas
descubro que no
hace mucho estuvo aquí
Dejó las señales a
merced de mi deseo
su incienso limpia
mis marcas del reino perdido
Hay una mujer
nacida de la espuma venusina
hay un resplandor
que me impresiona y anega
como en el primer
día
Es la otra quien no
había visto
soy quien habla
conmigo y contigo
Tu voz es una
niebla de serenidades
lluvia que recupera
las plazas
donde vuelvo a
pisar firmemente
Das aliento a las
cosas perdidas
y anticipas el
futuro
Nos miramos El mutismo nos comunica
Nos encontramos en
el rumor del follaje
Escribimos encima
de las hojas
Volvemos al
comienzo del día
Hablamos hasta
crear palabras nuevas
Hablar contigo es
plantar un árbol
Día
nueve. Déja vù
Amanece Regresar a ti después de años
es pulsar el césped
pleno de moléculas acuáticas
mínima explosión de
rubores amorosos
Las acuarelas del
Pintor forman los colores
Volvemos a ser
delineados ahora Dios nos rehace
Sus manos nos
conciben en un pabellón de pinturas
y te veo acercarte
a esos cuadros para vivir sus fantasías
Estamos en las
galerías de las Artes
frente a las obras
de Pollock y Man Ray
Te escucho como
quien mira crecer la lluvia
Hablas de los
escenarios posibles de las vidas
paralelas
Acordamos llegar a
la Romería de Coyoacán
a beber café que se
consuma en las noches
a frecuentar los
detalles de los crepúsculos
a musicar la brisa
del déjà vu que nos persigue
Eres la naturaleza
del Haiku
Se
sonroja la nube
la luz
consuela
vaivenes
en los pétalos
Te contemplo en la
imagen que precede al arco iris
y me invitas a
recorrer el mundo en un caballo blanco
Alcanzamos todas
las tardes en un solo instante
Todos los tiempos
nos ocurren ahora
Estar contigo siempre es hoy
Ya habíamos
comenzado este paseo
Día diez. La consagración
Te veo llegar y borras la medida del tiempo
tus manos apagan la tarde muy temprano
para estar solos solitarios uno con el otro
Residen en mí partículas de luz
esencias fotográficas creadas por ti
En los párpados quedan suspendidas
las soñolencias que invaden cuerpos
ella duerme su sed
ella despierta a la morada
ella recuerda esta mañana ya vista
Los cuerpos se hablan los soles alivian
Mis labios originan tu pefume
y el rapto de tus yemas posee un bálsamo
que me dormita en la exactitud de tus ojos
Eres el pacífico en el vuelo de mi pensamiento
(…)
Somos dos promesas abrazadas
dos ofrendas cubriendo el Santuario
cuando se consagra el amor cósmico
cuando acariciamos la sangre para salvarnos
Eres el pacífico en el vuelo de mi pensamiento
No hay comentarios.:
Publicar un comentario