lunes, 24 de junio de 2019

POEMAS DE EUGENIO DE ANDRADE


Resultado de imagen para EUGENIO DE ANDRADE

El amor


Estoy amándote como el frío
corta los labios.

Arrancando la raíz
a lo más diminuto de tus ríos.

Inundándote de dagas
de saliva esperma lumbre.

Estoy rodeado de agujas
tu boca más vulnerable.

Marcando en tus costados
el itinerario de la espuma.

Así es el amor: mortal y navegable.

Versión de Alberto Ruy Sánchez

En un lugar al sur...


Es un lugar al sur, un lugar donde
la cal
amotinada desafia el mirar.
Donde viviste. Donde a veces en sueños
vives aún. El nombre empapado de agua
te escurre de la boca.
Por caminos de cabras descendías
a la playa, el mar batía

en aquellas piedras, en estas sílabas.
Los ojos se perdían ahogados
en el fulgor
del último o del primer día.

Era la perfección.

Versión de Aníbal Núñez

La lluvia cae en el polvo igual que el poema...


La lluvia cae en el polvo igual que en el poema
de Li Po. En el sur
los días tienen ojos grandes
y redondos; en el sur el trigo ondula,

sus crines danzan en el viento,
son la bandera
descamisada de mi embarcación;

en el sur la tierra huele a lino blanco,
a pan en la mesa,
el fulvo ardor de luz invade el agua,
cayendo sobre el polvo, leve, encendida.

Igual que en el poema

Versión de Aníbal Núñez

La pulsación de las sílabas


Él amaba la pulsación de las sílabas,
algunos acentos. cuarta, octava, décima.
Buscaba en ella lo que no sabía,
lo que nunca supo, o sospechara:
un sentido, la señal de la gracia, el frágil
hilo que condujese a la vida,
tan acá del deseo de vivirla.
Cuánta melancolía, cuánta incertidumbre
fue siempre la suya en lo que hacía,
allá donde el cuerpo se hace alma
o el alma se hace cuerpo- ¿cómo saberlo?
El tiempo casi nada le enseñó,
pero proseguía, insatisfecho
o inseguro, que ni eso sabía.
Entre impulsos, crispaciones, reticencias,
perseguía el ritmo de la música más suya
con el mismo empeño que lo que fuera antes
pura delicia, caricia breve. Sólo la mano
no había cambiado-siempre tan leve.



Las cigüeñas


Las cigüeñas.
Me traen el atrio,
dos casas, o tres, si fueran blancas,
la torre donde se posaban
lentas. tenía yo entonces
la edad de las moras,
el sol sobre la boca sofocaba.
¿te acuerdas? , o el peso de otra boca.
de otra razón. No sé.
Corría a pedradas
a los perros de los que tenías miedo.
y huía de ti para acariciar
en secreto
el caballito bayo que enamoraba entonces.

Versión de Aníbal Núñez

Reclinas la cara en la melancolía...


Reclinas la cara en la melancolía y ni siquiera
oyes el ruiseñor. ¿O es la totovía?
Soportas mal el aire, dividido
entre la fidelidad que debes
a la tierra de tu madre y al casi blanco
azul donde el ave se pierde.
La música, digámoslo así,
fue siempre tu herida, mas también
sobre las dunas fue la exaltación
No oigas el ruiseñor. O la totovía.
Dentro de ti es
donde toda la música es ave.

Versión de Aníbal Núñez

Un amigo es a veces el desierto...


Un amigo es a veces el desierto,
otras el agua.
Despréndete del ínfimo rumor
de agosto; no siempre
un cuerpo es el lugar de la furtiva
luz desnuda, de cargados
limoneros de pájaros
y el verano en el pelo;
en el follaje oscuro del sueño
es donde brilla
la piel mojada,
la floración difícil de la lengua.
Lo cierto es la palabra.

Versión de Aníbal Núñez

http://amediavoz.com/andrade.htm

PRIMAVERA EN OXFORD



La floración:

el cuerpo magnífico

del viento nos trae el aroma

de la floración de las lilas

en las calles más íntimas de Oxford,

coronando

de alegría a los muchachos

que huyen en bicicleta bajo la lluvia

menuda y clara,

como si la luz corriese con ellos

hacia un encuentro nupcial

conmigo o con la vida.





LLUVIA DE MARZO



La lluvia detrás de los cristales,

la lluvia de marzo,

encendida hasta los labios, danza.

Pero la maravilla

no es que la primavera llegue así

como si nada,

la maravilla son los versos

de Williams

sobre la rastrera y amarilla

flor de mostaza.

CANCIÓN DEL PASEO ALEGRE



En el invierno el viento está como dios

en todas partes: en la cabellera verde de los cometas,

en el largo y turbulento sueño de los niños,

en los ciegos fundamentos de la alegría.

Ten piedad, le digo,

sé bueno con los desamparados,

sonríe a quien vuelve tarde a casa –la boca

amarga del fermento de la tristeza.

Al igual que dios, el viento

baila indiferente sobre la arena.



FRUTOS



Higos, fresas, manzanas,

melones, melocotones, cerezas,

peras, sandías, naranjas,

oh música de mis sentidos,

pura delicia de la lengua;

déjame ahora hablar

de la fruta que me fascina,

por el sabor, por el color,

por el aroma de sus sílabas:

mandarina, mandarina.


LAS NUBES



A veces bailan en las colinas

o en los ojos de las tórtolas:

van hacia al sur, buscan

la luz fresca de las islas,

los pies diminutos de la lluvia,

el estallido del mar,

el olor juvenil de la leña

todavía verde y con resina,

el alma de las placitas,

los gorriones, el susurro del alba.


LA SÍLABA



Toda la mañana anduve en busca de una sílaba.

Poca cosa, ya sé: una vocal,

una consonante, casi nada.

Pero sólo yo sé

la falta que me hace.

Por eso la busqué tan obstinadamente.

Sólo ella podía protegerme

del frío de enero, del ardor

del verano. Una sílaba.

Una única sílaba.

La salvación.


LAS MANZANAS



Del alma sólo sé lo que sabe el cuerpo:

donde la esperanza y la gracia

aspiran al ardor

del fuego está la morada del hombre.

Ve cómo arden las manzanas

en la frágil luz del invierno.

Así debería ser una

casa: brillar en el crepúsculo

sin usura ni vileza

con la compañía de las manzanas.

Así: limpia, madura.



CANCIÓN



Viene de la música de Verlaine

la lluvia

y nadie,

ni el sol,

tiene pies tan hermosos.

En la boca

el verano, en la colina

el barco.

El aire,

en cada calle el aire,

conmigo baila.
https://www.google.com/search?rlz=1C1CHBD_enCO852CO852&biw=1920&bih=937&ei=5GURXY3wMrHX5gK30pUI&q=eugenio+de+andrade+poemas+en+espa%C3%B1ol&oq=Eug%C3%A9nio+de+Andrade+po&gs_l=psy-ab.1.3.0j0i203l2j0i22i30l7.2284.3218..6637...0.0..0.150.434.0j3......0....1..gws-wiz.dCxiB445Qkc#

No hay comentarios.:

Publicar un comentario