miércoles, 21 de diciembre de 2022

POEMAS DE AGUSTÍN GARCÍA CALVO


«Un poema»

Tú, cuya mano me ha bañado

de un fuego transparente las espaldas,

cuyos ojos en claros naufragios hundieron

algunos principios elementales de mi alma,

tú eres mi patria.

 

Tú, que no tienes apellido,

que no sé si eres pájaro o si alcándara,

que de todos tus brazos las letras de plomo

cayéndose han ido, como si fueran nueces vanas,

tú eres mis padres

y mi patria.

 

Tú, que ni tú te acuerdas dónde

tendiste a orear las nubes blancas,

que de tantos amores que tienes confundes

el nombre de todos los días de cada semana,

tú eres mi Dios

y mis padres

y mi patria.

 

Tú, que tan dulcemente besas

que el cielo bocabajo se volcaba,

y que no se sabía de quién ya la lengua,

de quién la saliva, de puro sabrosa y templada,

tú eres mis leyes

y mi Dios

y mis padres

y mi patria.

 

Tú, que apacientas calaveras

por las praderas de la verde África

y a los rojos leones les echas de pasto

las rosas de leche de luna de Nuruquimagua,

tú eres mi ejército

y mis leyes

y mi Dios

y mis padres

y mi patria.

 

Eres mi ejército y mis leyes

y mi Dios y mis padres y mi patria,

y el ejército y Dios y las leyes y todas

las patrias y padres se creen que tú no eres nada:

que no eres nada.

 

 

«¿Quién pintó la luna…?»

¿Quién pintó la luna

sobre los techos de pizarra?

¿Quién sembró los trigos

debajo del agua?

 

Tan tonto estás, almita mía,

tan tonto y tan.

 

Dormíase mi niña

y todos me la acariciaban,

padres solteros,

doncellas preñadas

 

Tan tonto estás, almita mía,

tan tonto y tan.

 

Donde no hay guerra parece

como si no pasara nada:

los gusanos tejen;

también las arañas.

 

Tan tonto estás, almita mía,

tan tonto y tan.

 

Si alguno llora es porque

sabe que hay lágrimas;

y cuando uno se ríe es

porque le da la gana

 

Tan tonto estás, almita mía,

tan tonto y tan,

mi alma.

 

 

Rabia ajena

 

 

Nada fuera de mí,

 

a excepción del enojo,

 

tiene un principio y un fin

 

determinado,

 

a excepción de la rabia,

 

que no es mía, ya lo digo, así desde el inicio,

 

como lo dicen en mi ciudad,

 

tan felices de la mañana

 

hasta la noche, mucho más felices, mucho más,

 

que no es mía, repito, porque aun más adentro

 

me nacen las ganas de morir,

 

y después de la rabia, mucho después, o no tan después,

 

sobresalta pensar que volverá de nuevo

 

la rabia o el enojo,

 

desde afuera, por supuesto,

 

fuera de mí, fuera de todos, vuelta a empezar,

 

vuelta y más vuelta, fuera, vuelta a empezar,

 

y así acaba todo.

 

 

 

 

Dos veces breve

 

 

REALIDAD TEÓRICA

 

Poesía y ciencia

 

son la misma

 

matemática del sinsentido.

Tomado de:

https://www.nodo50.org/anarcol/index.php/articulos/39-seleccion-de-poemas-de-garcia-calvo

 

 

Sereno estoy

 

 

Sereno estoy como la mar

serena.

Acude, amiga, a sollozar

tu pena.

 

No sepa ni diga

mi amiga carnal

que tiene el corazón

de sal.

 

Sereno estoy como la noche

serena:

¡Qué tiempo, amiga, qué derroche

de arena!

 

No espere ni quiera

mi amor la fortuna

de que en su pozo caiga

la luna.

 

Sereno estoy si tú lo estás

(serena).

Si yo soy bueno, tú eres más

que buena.

 

No esperes ni quieras,

amor; y llorar,

así como la noche

y el mar.

 

 

Tú, cuya mano

 

 

Tú, cuya mano me ha bañado

de un fuego transparente las espaldas,

cuyos ojos en claros naufragios hundieron

algunos principios elementales de mi alma,

tú eres mi patria.

 

Tú, que no tienes apellido,

que no sé si eres pájaro o si alcándara,

que de todos tus brazos las letras de plomo

cayéndose han ido, como si fueran nueces vanas,

tú eres mis padres

y mi patria.

 

Tú, que ni tú te acuerdas dónde

tendiste a orear las nubes blancas,

que de tantos amores que tienes confundes

el nombre de todos los días de cada semana,

tú eres mi Dios

y mis padres

y mi patria.

 

Tú, que tan dulcemente besas

que el cielo bocabajo se volcaba,

y que no se sabía de quién ya la lengua,

de quién la saliva, de puro sabrosa y templada,

tú eres mis leyes

y mi Dios

y mis padres

y mi patria.

 

Tú, que apacientas calaveras

por las praderas de la verde África

y a los rojos leones les echas de pasto

las rosas de leche de luna de Nuruquimagua,

tú eres mi ejército

y mis leyes

y mi Dios

y mis padres

y mi patria.

 

Eres mi ejército y mis leyes

y mi Dios y mis padres y mi patria,

y el ejército y Dios y las leyes y todas

las patrias y padres se creen que tú no eres nada:

que no eres nada.

Tomado de:

http://museoliterario.blogspot.com/2017/09/tres-poemas-de-agustin-garcia-calvo.html

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