La matemática del espejo
Sería falso evitar la inexplicable astilla
el aguijón venenoso que provoca la palabra fuera de cita
el derrame involuntario y purificador demasiado tiempo
retenido
por la matemática del espejo
y la vergüenza que siempre empaña ese instante apenas de
transparencia
La aventura intacta
Y prescindir de la Pregunta
como prescinde la Música de la luz que la responde,
del color
que la responde,
de la carne y del Azar,
del Universo y de la memoria
que la responden
al poseerla.
Éxtasis de ángeles caídos
Acudo
a tu templo de carne como quien va a misa dispuesto a
oficiar
la ceremonia de la Consagración. Y me acerco
a tu altar de transubstanciaciones, divino alimento humano
donde bebo tu sangre, cual vampiro,
donde como tu cuerpo, cuál gusano,
practicando, en un éxtasis de ángeles caídos,
la comunión con el pecado
original.
La belleza
«Este mundo nunca se
pensó para alguien tan bello como tú.»
De la canción “Vincent”
de Don McLean
Enemigo de la guerra
y su reverso, la medalla,
no propuse otra batalla
que librar al corazón
de ponerse cuerpo a tierra
bajo el paso de una historia
que iba a alzar hasta la gloria
el poder de la razón…
Y ahora que ya no hay trincheras
el combate es la escalera
y el que trepe a lo más alto
pondrá a salvo su cabeza
aunque se hunda en el asfalto,
la Belleza…
Míralos como reptiles,
al acecho de la presa,
negociando en cada mesa
maquillajes de ocasión,
siguen todos los raíles
que conduzcan a la cumbre,
locos por que nos deslumbre
su parásita ambición.
Antes iban de profetas
y ahora el éxito es su meta, mercaderes, traficantes,
mas que náusea dan tristeza,
no rozaron ni un instante
la Belleza…
Y me hablaron de futuros fraternales, solidarios,
donde todo lo falsario
acabaría en el pilón.
Y ahora que se cae el muro
ya no somos tan iguales,
tanto vendes, tanto vales,
¡viva la revolución! Reivindico el espejismo
de intentar ser uno mismo,
ese viaje hacia la nada
que consiste en la certeza
de encontrar en tu mirada
la Belleza…
Tomado de:
https://circulodepoesia.com/2016/05/la-poesia-de-luis-eduardo-aute/
Mojándolo todo
Tendida, como alas abiertas, vuelo...
me incitas, me invitas a viajar por lácteas vías
agujeros levemente desvelados que juega sudores enjugando,
carne, el estigma más desnuda, todo...universos de licor.
Llamas los labios que con tus dedos delicadamente delatas,
dilatas para mí, obscena la cueva del milagro
por donde mana el líquido rayo de la vida,
incandescente fuente, lechosa lava, salpicaduras de agua
profunda
que inunda mojándolo todo... volando por universos de
licor.
Mi boca besando tus labios incendiados
se dispone a beber en tu cáliz de polen y licor y,
entre zumos y zumbidos de olas y alas,
libidinosamente libar el néctar de la flor de tus mareas...
lamiendo la miel salada que te fluye y quema mi lengua que
vibra,
lasciva, entre savia y saliva mojándolo todo... volando por
universos de licor.
Mis alas de cera batiendo, combatiendo tu fuego
en oleadas de ardientes esfumas y plumas e Icaro volando
tan alto,
tan alto... que a punto de entrar en el jardín del Edén,
fundido su vuelo por tu derramado sol, cae, como el ángel
exterminado,
al mar de los naufragios, mojándolo todo... volando por
universos de licor.
Besos como balas
A riesgo de que digan que estoy loco
por no buscar el oro en lo que toco,
no pienso rebelarme contra mi enajenación.
Cansado de vivir sin salvavidas,
sé bien que no es la mano del Rey Midas
la que vendrá a salvar mi naufragado corazón.
Y no me romperán los huesos ni quemarán mis alas,
les basta y sobra con dar besos, besos como balas...
Me advierten "mira, no juegues con fuego,
respeta al menos las reglas del juego
o hazte a la idea de tener a mano un extintor".
Declaro que me bato en retirada,
no sé jugar con las cartas marcadas,
será que nunca tuve vocación de ganador.
Y no me romperán los huesos ni quemarán mis alas...
Me recomiendan que no escupa al cielo
si mi propósito es pisar el suelo
y no cruzar una tormenta en vuelo sin motor.
Aunque me expulsen de sus paraísos
no pienso doblegarme a sus avisos y menos
a quien viene a darme aviso es un traidor.
Y no me romperán los huesos ni quemarán mis alas...
Querencia
Qué duro quererte así, contigo pero sin ti,
amando tu cuerpo pero tú a años luz de mi.
No quiera saber por qué, para qué arriesgarme
a que me respondas: "no lo sé"...
Prefiero sospecharte en otros brazos
y partirme en mil pedazos a seguir muerto de pié.
Cómo romper con tu indiferencia,
cómo vencer esta mala querencia por ti, carencia de ti...
querencia por ti...
Te miro pero no estás, ni veo un puñal detrás,
dispuesto a asestarme el golpe de un "nunca
jamás"...
Tu tibio dejarte hacer no es más que una forma lenta de
desaparecer...
una manera de emprender la huida a través de este suicida
simulacro de placer.
Cómo romper...
Si te adivinara un "no", seria que algo pasó,
cualquier tontería, incluso un crimen, qué se yo...
Y así sería capaz de poner fin a la guerra infinita de esta
paz..
Qué duro ver el rostro de la muerte cada vez que intento
verte más allá de tu antifaz.
Cómo romper...
Alevosía
Más que amor, lo que siento por ti
es el mal del animal, no la terquedad del jabalí, ni la
furia del chacal...
Es el alma que se encela con instinto criminal, es amar,
hasta que duela,
como un golpe de puñal... ay, amor, ay, dolor...
yo te quiero con alevosía...
Necesito confundir tu piel con el frío del metal,
o tal vez con el destello cruel de un fragmento de
cristal...
Quiero que tus sentimientos sean puro mineral,
polvo de cometa al viento del espacio sideral... ay, amor,
ay, dolor...
yo te quiero con alevosía.
Nada envidio a la voracidad de tu amante más letal,
ella espera tu fatalidad, yo pretendo lo inmortal,
el espíritu que habita tu belleza más carnal,
esa luz que resucita el pecado original... ay, amor, ay,
dolor.
Al alba
Si te dijera, amor mío,
que temo a la madrugada,
no se que estrellas son estas
que hieren como amenazas
ni se que sangra la luna
al filo de su guadaña.
Presiento que tras la noche
vendrá la noche más larga,
quiero que no me abandones,
amor mío, al alba,
al alba, al alba.
Los hijos que no tuvimos
se esconden en las cloacas,
comen las últimas flores,
parece que adivinaran
que el día que se avecina
viene con hambre atrasada.
Presiento que tras la noche
vendrá la noche más larga,
quiero que no me abandones,
amor mío, al alba,
al alba, al alba.
Miles de buitres callados
van extendiendo sus alas,
no te destroza, amor mío,
esta silenciosa danza,
maldito baile de muertos,
pólvora de la mañana.
Presiento que tras la noche
vendrá la noche más larga,
quiero que no me abandones,
amor mío, al alba,
al alba, al alba.
Tomado de:
http://www.rincondelpoeta.com.ar/indexaute.htm
El dolor cumplido
Y al fin
el más inhóspito de los habitantes
te morará como un feto maduro
y se consumará
el lógico parto último
sin la más mínima mutilación umbilical
después
el ritual de abrocharte
a modo de cicatriz o medalla al valor
y con la serenidad fatua del dolor cumplido dejarás de convivirte
Cuarteto elemental
Uno
En su ley de ecuaciones,
no consuela que soliciten
la combustión determinados grados
de temperatura
ni que dieciséis sea el peso atómico del oxígeno
ni que la lluvia sea la relación entre dos gases
ni que sean, salvo el mercurio
que sangra planetas de metal, sólidos todos los minerales si
el quinto elemento se halla, por decreto,
fuera de la ley.
El verbo se hizo carne
Disuelto en tus entrañas
de líquidos secretos,
desentrañaba el nudo
de Dios y su Misterio.
De la canción El universo
El Verbo se hizo
carne tuya
y
carne
mía
y conjugó entre nosotros.
Volver al agua
Y después
de los fuegos ahogados
por las matemáticas del
espejo, las liturgias del
desorden
y otros templos
de mundos, demonios y
carne, cuando ya el
crepúsculo
es oro que baña los restos
heroicos de naufragios por venir
y la noche de hielo se presiente
próxima, me apresura la inaplazable
sed
de volver al agua,
al origen mismo donde se
fraguara el hierro de la vida,
con la irreductible intención de revivir
desde las húmedas pavesas de lo
vivido, tiernos incendios de olas
en tus
sueños, y en
los míos,
feroces océanos de luz
entre humos de espumas
olvidadas, con el soplo apenas
de mi latido mas ávido a ti.
Pero antes,
tendré que quemar con
lágrimas todas las fotografías.
Tomado de:
https://www.revistaaltazor.cl/luis-eduardo-aute-2/