Testamento
Voy a partir en avión
y el miedo a las alturas liado conmigo
me hace tomar calmantes
y tener sueños confusos
Si yo muero
quiero que mi hija no se olvide de mí
que alguien le cante, incluso con voz desafinada,
y que le ofrezcan fantasía
antes que un horario estricto
o una cama bien hecha
Denle amor y el ver
dentro de las cosas
soñar con soles azules y cielos brillantes
en vez de enseñarle a bien sumar
y a pelar papas
Preparen a mi hija
para la vida
si yo muriera en un avión
y quedara desligada de mi cuerpo
y fuera átomo libre allá en el cielo
Que se acuerde de mí
mi hija
y más tarde que le diga a su hija
que yo volé allá en el cielo
y me torné deslumbrada alegría
al ver en su casa las sumas erradas
y las papas olvidadas en el saco
e íntactas
De
Entre otras noches, trad. Lauren Mendinueta, Bogotá, Taller de Edición Rocca,
2013.
Las memorias más puras: o de lumbres
Ayer por la noche y antes de dormir,
la alegría más pura
de un cielo
en medio del sueño que se escapa, solemne
la emoción y
la alegría más pura
de un día entre niña y casi grande
y era en el pueblo,
levantarse a las seis de la mañana,
los ojos en los postigos de madera, el sonido
que hacían al abrirse, los postigos
en una habitación que no era la mía, el olor
de nombre ausente
pero era un olor
entre lo más fresco y la luz
que comenzaba era
el calor del verano,
la alegría más pura
un cielo tan del color de la sangre
que aún hoy, aún ayer antes de dormir,
las lágrimas brotan como entonces, y de repente,
el sol como un incendio largo
y el olor los
colores
Pero era estar allí, de pie, y joven,
y la muerte tan lejana,
y no había muertos ni su desfile
solo vivos, risas, el olor
la luz
era la vida, el poder de elegir,
o eso parecía:
la cama y las cascadas frescas de las sábanas
suaves como extranjeros que llegan a un país nuevo,
o los postigos
abiertos de madera
y el incendio
del cielo
Esto fue ayer por la noche,
este esplendor en lo oscuro y antes de dormir
……..
Hoy, los periódicos en esta mañana sin sol
hablan de cosas tan brutales
y tan encendidas, como pueblos sin nombre, sin luz
que amanezca su color y sus tiempos,
de muertos no por vidas vividas
sino por vidas cortadas
la violencia de ser
encima de esta tierra sobre otros muertos
apenas recordados o ni siquiera recordados
Y pienso dónde está, dónde cabe,
esa pura alegría recordada
que tomó el pasillo de mi sueño
se acostó a mi lado ayer por la noche
retomada nuevamente
hecha movimiento,
bella mercancía para cesto de paja muy bello,
como bello era el cielo de aquel día
¿Dónde cabe la alegría recordada
frente al incendio que vi ayer por la noche?
¿dónde los
colores de la alegría? su perfil tan nítido
como si fuese alimentado con átomos
en explosión
¿cómo volverse tiempo? ¿cómo fingirse tiempo?
….
Y sin embargo
los tiempos cohabitan
Y el mismo
pasillo les da espacio
y lumbre
De Oscuro,
Trad. Luis Maria Marino, Zaragoza, Olifante, 2015.
Matar es fácil
Asesiné (tan fácil) con la uña
un pequeño mosquito
que aterrizó sin permiso y sin licencia
en la hoja de papel
Era tan insustancial,
de alas imperceptibles a la vista,
que dejó, muerto en la hoja, un rastro
igual a casi nada
Pero era un rastro
con un resto de magia, un pretexto
de poema, y con
su linfa ardiendo
por un tiempo más breve
que mi vida
no dejaba de ser
un tiempo vivo
Abatido sin lanza ni puñal,
sin sustancia mortal
(digno cianuro o estricnina),
murió, víctima de una uña,
y volvió al polvo:
una efímera harina triturada
Mas ha de contener,
igual que sus parientes,
una cosa concreta,
que de aquí a unos cien años,
será la misma sustancia
la que alimenta la tibia de un poeta,
el rostro que se amó,
el pedazo de papel en el que escribo,
el más pequeño punto imperturbable
en la cola de un cometa
Tomado de:
https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Festival/Antologia/amaral.html
Lugares comunes
Entré en Londres
a un merendero cutre (no solo entre nosotros
hay merenderos cutres, entre los ingleses también
y ellos han tenido hasta más cosas, ahora
solo Escocia y un poco de Irlanda y esas
islitas, más allá)
Entré en Londres
a un merendero cutre, peor todavía que nuestros bares
de playa (esto es sólo para los que no pueden
hacerse una pequeña idea de lo que los ingleses
tienen por allá), era
muy pero muy cutre, no es que fuera mal intencionado, era
cutre
como decimos, muy lleno de remiendos y con la cocina
sucia. Bien rascuache.
Claro que todos mis prejuicios
de mujer se me vinieron encima, porque en el merendero
sólo había hombres que comían tocino y huevos y jitomate
(si estuviera en Portugal, serían sándwiches de queso),
pero pensé: Estoy en Londres, estoy
solita, a mí qué me importan los hombres, los ingleses
ni se meten tanto con una como los nuestros,
y así…
Y, bueno, entré al merendero cutre, con árboles
de plástico en los rincones.
Sólo después de entrar vi a una mujer
sentada leyendo alguna cosa. Y me sentí
más fuerte, no sé por qué, pero me sentí más fuerte.
Era una tribu de veintitrés hombres y ella solita y
luego yo
Y pues pedí un café, que no estaba nada mal
para un merendero cutre como ése y el hombre
que me sirvió me dijo: There you are, love.
Se me antojó contestar: I’m not your bloody love o
Go to hell o algo así, pero después
pensé: Ya lo traen tan entrañado
en sus culturas, y su intención no era mala, y además
me voy en un ratito, tengo un vuelo
a mí qué me importa
Y pagué el café, que no estaba nada mal,
y estuve un rato así mirando en torno mío
viendo a toda esa tribu que comía huevos y jamón
y después vi la hora y pensé que el taxi
ya iba a llegar y yo tenía que marcharme.
Y cuando me iba a levantar, la mujer sonrió
como quien dice: That’s it
Y miró así en torno suyo el jamón
y los huevos, a todos los hombres que comían
y yo me sentí más fuerte, no sé por qué,
pero me sentí más fuerte
y pensé que al fin no importa si Londres o nosotros,
que en todas partes
las mismas cosas son
Versión de Paula Abramo.
Tomado de:
https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/no-importa-si-londres-o-nosotros/
What's in a name
Pregunto: ¿qué hay en un nombre?
¿De qué espesura está hecho si se atiende,
en qué guerras se ampara,
paralelas?
¿Linajes, suelos serviles,
razas domadas por algunas sílabas,
pilares de la historia sobre leyes
que en fuego y llamarada se forjaron?
Extirpado el nombre, quedará el amor,
quedaremos tú y yo, aun en la muerte
aun sólo en el mito
Y aun el mito (¡escucha!),
nuestra fugaz historia
que unos leerán como materia inerte,
quedará para el siempre del humano
Y otros
habrán de recogerlo siempre,
cuando su siglo carezca de él
Y entonces, amor mío, mi mayor fuerza,
seremos para ellos cual la rosa
O no, cual su perfume:
ingobernado libre
De What's in a name
Una botánica de paz: visitación
Tengo una flor
de la que no sé el nombre
En el balcón,
en común acuerdo
con otros aromas:
la flor del beso, un rosal,
una mata de hierba luisa
Pero esos son prodigios
de la mañana siguiente;
es que esta flor
generó hojas de verde
asombro,
minúsculas y leves
No la amenazan bomba
s ni románticos vientos,
ni misiles, o tornados,
ni ella sabe, aunque esté cerca,
de la sal inversa
que el mar trae
Y el cielo azul de Otoño
fingiendo Verano
es para ella una bendición,
con la poca agua
que le dio
Debe ser esto
una especie de paz:
un secreto botánico
de la luz
(de Entre dos ríos y otras noches)
Tomado de:
INTERTEXTUALIDADES
Microscópica, casi,
una migaja entre las hojas de un libro
que ando leyendo.
Me prestaron el libro,
pero no la migaja.
En el misterio más esencial,
ella surgió con recato
en medio de dos párrafos solemnes.
Me perturbó el pensamiento,
quebró el hilo (ya tenue) de la lectura.
Seductora, intrigante.
Me hizo pensar en niveles para leer:
el tema del libro
y la migaja-tema del lector.
(era pan la materia consumida en medio
de dos párrafos y los ojos
consumidos: pasar la página, dos líneas leídas
la intriga del tiempo cuando era
y se levantó a preparar el pan
volviendo a otras líneas)
Me quedé con la migaja,
desconocida ofrenda del lector,
mas por juego o consumo
le dejé una migaja mía,
no marca de agua, mas de pan también:
un tema posterior para descifrar luego,
en posterior lectura
ajena
De Entre otras noches. Traducción: Lauren Mendinuetta,
2013
SÓLO UN POCO DE GOYA: CARTA A MI HIJA
Te acuerdas que decías la vida es una fila?
Eras pequeña y el cabello más claro,
pero iguales los ojos. En la metáfora dada
por la infancia, preguntabas del espanto
de la muerte y del nacer, y a quién se seguía,
y por qué se seguía, o de la total ausencia
de razón en esa cadena en sueño de ovillo.
Hoy, en esta noche caliente que estalla
en junio, tu cabello claro más oscuro,
quería contarte que la vida también es eso:
una fila en el espacio, una fila en el tiempo,
y que tu tiempo al mío seguirá.
En un estilo que me agrada, ese de un hombre
que un día habló de Goya en una carta a sus
hijos, quería decirte que la vida es también
esto: un arma a veces cargada
(como decía una mujer sola, grande
como un jardín). Darte dulce de leche, dejarte
testamentos, hablarte de tazones - es siempre
mirarte amor. Pero es también enseñarte a la
vida, atrincherarnos en fila discontinua
de mentiras, en cariño de verso.
Y yo quería hablarte de los nexos de la vida,
de quién la habita más allá del aire.
Y que el respeto entero e infinito
no precisa venir después del amor.
Ni antes. Que las filas son sólo útiles
como formas de mirar, maneras de ordenar
nuestro espanto, pero que son posibles puntos
paralelos, espejos y no ventanas.
Y que todo está bien y es bueno: fila
u ovillo, dos cabezas en un mismo cuerpo,
o un dragón sin fuego, o unicornio
amenazando con llamas muy vivas.
Como el cabello claro que tenías en ese tiempo
se volvió castaño, pero aún claro,
y la metáfora hecha por la infancia
se reveló tan cierta en el poema. Se revela
tan útil para hablar de la vida, esa que,
sin tazones, intactos o partidos, sigue
siendo buena, aunque en disonancia de ovillo.
No sé qué te dirán en un futuro más cercano,
si quién así habita los espacios de las vidas
tiene ojos do gigante o cuernos asombrosos.
Porque te amo, deseaba un antídoto
igual a un elixir que te hiciese grande
do repente, volando, como hada, sobre la fila.
Pero al amarte, no puedo hacerte eso,
y en esta noche cálida rasgando junio,
quiero hablarte de la fila y del ovillo
y de todas las formas diversas de amar,
pero hechas de pequeños sonidos de espanto,
si lo justo y lo humano se abrazan allí.
La vida, hija mía, puede ser hecha
de metáfora otra: una lengua de fuego;
una camisa blanca color de pesadilla.
Pero también ese bulbo quo me has dado,
y que ha florecido ahora, pasado un año.
Porque hubo tierra, algún agua leve,
y un balcón liberándole los pasos.
Traducción inédita: Diana Bellessi
NEWTON O EL EXILIO
Ampliando el compás
él organiza el mundo,
parece repetir,
correcto y lento,
lo que la razón pretende revelar
Y así exilia para siempre
el sueño
Pero en esa corrección
premeditada,
no hay sosiego, ni siquiera amor:
sólo tiempo aprisionado
la soledad, paz cambiada por paz
- igual al lento aletear
sin alas
Ajeno le es el fulgor
de la creación coincidente a la caída
ajeno le es también el error
más terrible:
la gloria de sentir en las manos un hilo de tierra,
sosteniendo un hilo de luz
La luz de un sol perfecto y frío,
calcula.
los puntos del compás
midiendo y limitando,
y acierta, exacto,
el mundo
Dejará descendientes,
será maestro
de los que han de venir
en hordas por los tiempos,
con el compás en las manos,
codiciando yardas a yarda las fronteras
junto a la periferia de la mirada
Pero no verá dragones,
ni faunos, ni sirenas,
ni tendrá unicornios a su lado,
ni sabrá bordar tapicerías
sepia que estallen en pupila y mares,
ni nunca tejerá el dolor y la alegría
Y nunca se darán sus profecías,
ni leerá bandada de estorninos
en una danza inter estelar
Frío y ausente,
enmarcado en frío,
será de él el compás
y la soledad
Sólo pulsará en el tiempo
el corazón
de aquel que lo creó
De Ana Luisa Amaral, Antología Poética. Traducción: Nidia
Hernandez, 2012
LA GÉNESIS DEL AMOR
Tal vez un intervalo cósmico
poblando sin querer la vida:
tal vez quásar que la inundó de luz,
la transformó en materia tan densa
que la escindió
la retuvo suspendida
en el espacio –
Eran formas cadentes
como estas:
Imágenes como bóvedas del cielo,
asombrosas igual al asombro en el que nacerían
las primeras preguntas sobre los dioses.
el cero, el universo,
la solidez de la tierra redonda y luminosa,
esperando Admastores que la domestiquen,
o fuegos fatuos incendiando miradas,
o marineros ciegos, ávidos de luz,
de la línea que, acompasada
divide cielo y
mar
Quásar es poco, porque la palabra roza
lo que la piel descubrió. Y tampoco la piel
alcanza:
pequeño meteoro en implosión
Estatua luminosa, tal vez,
esperando la paz (aunque haya ausencia
de creencia o de fe) y, profano el diseño
de esos extraños animales,
semi monjes, malditos
deslumbrados,
y una visión tal vez
en la penumbra serena de algún
claustro
Tal vez así tendría algún
sentido
la génesis del amor
De Ana Luisa Amaral, Antología Poética. Traducción: Nidia
Hernandez, 2012
RELATIVIDADES
Albert Einstein tenía el cabello hirsuto
y blanco con la edad,
y nariz husmeadora junto al tiempo.
Y así dejó el verso
más perfecto:
velocidad al cuadrado
en ecuación de luz
Agitando por el espacio
la energía mil igual a la masa
(las veces que lo puse
en otros versos)
Mas era de mirada larga,
los párpados tan tristes
de tanto ver más allá de nosotros:
melodías de sueño y teoría,
filamentos hirsutos junto al sol,
hongos, acordes
Y en la corriente cuántica de las cosas,
entender que lo más ancho
es lo que no se ve:
cuadrado inconsciente
generando,
encendido y blanco,
una eme ce ofensiva:
por moderno y feroz
auto de fe
De Entre otras noches. Traducción: Lauren Mendinuetta,
2013
KAMASUTRAS
Tira toda la ropa
al suelo.
Deprisa. Sin momento seductor
ninguno
Las prendas en pedazos,
desmayadas,
tumbadas por el suelo.
Desde lo más pesado a lo infinitamente
más leve
Y deja la luz
prendida. Sin seducción
ninguna. Una luz por lo menos
de 60 watios.
O sino cruda,
de supermercado.
Escoge armario,
lugar escuadrado
donde los cuerpos
no puedan descansar.
Sin ningún tipo
de preliminar,
asáltame
vestida:
que yo tenga toda la
ropa. Desde lo más pesado
a lo infinitamente más
leve.
Luces todas prendidas
Deprisa
y de repente
Pasemos a la cocina
Y allá, en una poética de manos,
en suprema gimnasia del mirar,
comamos lentamente,
como saber hindú,
los restos del asado sobrante
de la cena
A la luz
fosforescente
y seductora, en lo más
preliminar,
lanza contra el fogón,
por encima del hombro,
la copa de cristal
(de las de pie alto!)
Que el suelo,
al serle agudo como asfalto,
le enseñe el kamasutra
en última edición!
Traducción inédita: Diana Bellessi
Tomado de:
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