DIARIO DE UNA CARAVANA PERDIDA
Sólo la brújula,
manteniendo viva la esperanza,
tartamudeaba, repitiendo sus paralizadas
direcciones; con
algo en alguna parte más allá
a lo cual
responder.
Y por otro
largo día
seguimos adelante a través de arena desértica.
Luego al borde de
riscos de piedra
cubiertos de jeroglíficos.
Línea tras línea,
incoherentes, leyeron-
arrugas
sobre alguna frente demente.
Una era antigua
luchaba allí en
tonos desesperados-
Ya sin nada más que
decir-
Y sólo el
viento gime.
Arena en nuestros
ojos. Entre dedos sudorosos, y
tierra entre
los dientes, arena.
Sacrificamos al
camello que conocía el camino...
tuvimos hoy
nuestra última comida.
Tomado de:
http://inutilesmisterios.blogspot.com/2016/12/dos-poemas-del-gran-hungaro-gyula-illyes.html
Una Frase Sobre La Tiranía
Donde haya tiranía,
está la tiranía
no sólo en calabozos
ni en bocas de fusiles,
no sólo en cuartos de tortura,
no sólo en las nocturnas
consignas de los guardias,
está la tiranía
no en los pliegos de cargos
ardiendo oscuros como el humo,
la confesión, ni el morse
del preso sobre el muro,
no sólo en la sentencia
fría del juez: ¡culpable!
está la tiranía,
y no sólo en las órdenes
de ¡Preparen! y ¡Fuego!
ni en los redobles,
ni en el modo en que arrastran
el cadáver al foso,
no sólo en las noticias
susurradas con miedo
a través de una puerta
furtiva y entreabierta,
en el dedo en los labios
indicando callarse,
está la tiranía,
y no sólo en el rígido
trazo como de rejas,
ni en el aullar luchando
mudo contra las rejas,
ni en la cascada
de lágrimas calladas
acreciendo el silencio,
ni en la pupila abierta,
está la tiranía,
y no sólo en los ¡Viva!,
ni en el ¡Bravo! y los cantos
que en pie todos corean;
donde haya tiranía
está la tiranía
no sólo en los aplausos,
las palmas incesantes,
las trompetas, la ópera,
la piedra en las estatuas,
el color del retrato
chillón y mentiroso,
no sólo en cada marco,
ya en el pincel estaba;
ni en el vibrar del auto
de noche y en silencio,
que se detiene
bajo la arcada;
donde hay tiranía, siempre
está presente
en todas partes, como
tu dios nunca estuviese;
está la tiranía
en el jardín de infantes,
el consejo del padre,
la sonrisa materna;
en el modo del niño
responder al extraño;
no sólo en el alambre
de púas, ni en las frases
gastadas que en los libros
duelen más que las púas;
está en el beso
de despedida,
al decir de la esposa
cuándo vuelves, querido;
en los que-tal triviales
que en la calle te llueven,
y ese apretón de manos
que de súbito aflojan;
al helarse la cara
de tu amor de repente,
pues en las citas
de amor está presente;
no sólo en los careos,
la confesión, las dulces
palabras embriagadas,
como mosca en el vino,
ni en tu sueño estás solo,
está la tiranía
en el tálamo, y antes
aún, en el deseo,
pues para ti lo bello
es lo que ya ella tuvo,
y con ella yacías,
mientras creías que amabas,
en el plato y el vaso,
la nariz y la boca,
en el frío y la sombra,
en tu cuarto y afuera,
como hedor de carroña
al abrir la ventana,
como cuando un escape
de gas llena la casa,
si estás hablando solo
es ella quien pregunta,
ni cuando fantaseas
te libras de ella,
se hace tierra de nadie
la vía láctea, los focos
la iluminan, minada,
los luceros: mirillas,
la celeste bóveda un campo
de castigo, pues en el doble
afiebrado de las campanas
está hablando la tiranía,
en el cura a quien te confiesas,
en sus predicaciones,
potro, templo y parlamento,
son otros escenarios suyos;
al abrir y cerrar los párpados,
siempre te mira;
como dolencia está contigo,
como el recuerdo,
y la rueda del tren, ¿la escuchas?
preso estás, preso, repite,
por las montañas y las costas
sigues oliéndola,
relampaguea y es ella
la que truena y deslumbra,
y al corazón lo paraliza,
inesperada;
está en la calma,
en los grilletes del hastío,
en la lluvia precipitándose
en barrotes hasta los cielos;
en la nevada que te encierra
como blanca pared de celda;
es ella quien te mira
por ojos de tu perro;
y estando en toda meta
ocupa tu futuro,
está en tu mente,
y en cada gesto tuyo;
como el agua a su cauce,
la sigues y la creas;
¿miras fuera del círculo?
al espejo te espera,
te acecha, inútil escaparse,
eres guardián y preso,
en el olor de tu tabaco
y en el paño de tu vestido
penetra, hasta en tu médula,
quieres pensar, tu mente
no tiene otras ideas
sino las suyas,
al mirar ves apenas
la ilusión que te muestra,
y te cerca el incendio
del bosque, por el fósforo
que al lanzar a la tierra
no apagaste pisándolo,
y así te guarda prisionero
en casa, campo y fábrica;
no sabes ya qué es vida,
ni pan ni carne,
qué es amor ni deseo,
ni un abrirse los brazos,
así forja esposas el siervo
y él mismo se las asegura,
cuando comes ella se nutre,
para ella engendras tu hijo,
donde hay tiranía, son todos
un eslabón de su cadena;
su hedor emana de tu cuerpo,
tú mismo eres tiranía;
como topos al sol desnudo,
damos tumbos en las tinieblas,
apretándonos en un cuarto
tal como en el desierto;
pues donde está la tiranía
todas las cosas son inútiles,
incluso las canciones,
o cualquier obra;
pues estaba desde el comienzo
junto a tu tumba, es ella
quien dice lo que fuiste,
tus cenizas son sus esclavas.
(1950)
Traducción de RODRIGO ESCOBAR HOLGUÍN Y VERA SZÉKÁCS
Tomado de:
http://circulolateral.com/revista/articulos/073gillyes.html
COMPUTADORA PORTÁTIL
GENTE NUEVA EN LA COSTA
Una mujer elegante en traje de baño - Su
buena figura es su elegancia.
¡Qué apropiado! ¡Qué "elegante"!
Y qué dice cuando mira a su hijito y le
grita:
"¡Te vas, Fercsi! ¡Cuidado que llueve!".
ARS POÉTICA
Trabajo Trabajo. Lo bello, lo bueno, lo útil,
en cuanto está listo, cobra vida.
Todo buen trabajo es un luchador por la libertad.
¡Sé fiel a ti mismo, crea cosas que la
muerte no tocará!
VENIENDO DE LA ESTACIÓN
Las doncellas se apoyan en la línea dorada
y derraman el polvo delante de mí, detrás de mí,
mientras me alejo cabalgando alegremente;
mi esposa está sentada en el maletero.
MEMORIA
Amigas mías, oh bellas viejas,
cerré los ojos bajo tus besos.
¡No envejeces hoy, nunca!
No te recuerdo con mis ojos.
BIENVENIDOS LOS MALDITOS
Hubo felicidad. Si esto. Podemos estar asombrados.
Y podemos tocarlo.
Volvimos a ser mortales.
Podemos intercambiar nuestras percepciones,
los principios de hoy,
de esto y aquello, hasta de: "¡nos vamos a
morir!"
es decir, lo que depara el futuro.
El corazón todavía caníbal
, he aquí, sale de su manso -
guarida salvaje.
Así podemos conocernos un poco, mientras algún material
residual
de la planta milenaria del Jardín del Edén sigue trabajando
silenciosamente en los secretos inocentes de nuestros cuerpos.
Mientras que las hormonas
crean un pequeño deseo divino de
comiendo nuestros cuerpos juntos, despeguemos hacia el
cielo por otro momento.
AUTOCRÍTICA
de Batsányi
Que
le quitaron el tintero, la pluma y el papel: sin sentido,
indefenso,
en esta doble prisión de reclusión,
solo ahora sintió el hierro de las cadenas de sus piernas,
¡su torre celular en el invierno de Kufstein!
Luego, que ni siquiera consiguió un libro:
leyó su propio pasado como una novela,
cada vez más sombríamente; ¡como su revisor!
¡Qué cuarto! ¡Un cumplido! ¡Confusión de estilo!
¡Gran charla, poca acción! Acusación, lucha:
"¡Maldición húngara!"
Suerte que no
está terminado -
¡Y como no tenía una punta de lápiz pequeña,
volvió a escribir su carácter con los dientes,
chirriando,
directo a los huesos!
NUESTROS DERECHOS
Como se agotan nuestros viejos tiempos,
se multiplican nuestros derechos ancestrales:
extorsiona ahora
lo que darás a los muertos:
¡tarde después! La furia del Rey Lear susurra: no dejes ni
una miga, ni una gota de lo bueno, luego irá a parar a la
carroña del perro.
Una es la esclavitud: ¡no ser feliz!
Soy un exiliado y una estrella en ascenso.
De rodillas mientras haya tiempo;
mientras que el favor es compartido por los destronados.
Mientras tengas tiempo para arreglarlo,
ahora mismo, ¡que lo estás tirando!
¡Todo aquí! ¡Moriré y vosotros
, privilegiados, viviréis!
Tomado de:
https://mek.oszk.hu/04300/04340/04340.htm#31
No hay comentarios.:
Publicar un comentario