sábado, 27 de agosto de 2022

POEMAS DE PIERRE JEAN JOUVE


Dar sin recibir

 

Dar sin recibir es la desgracia de los poetas. Sus verdaderas lágrimas se pierden. Lo sagrado que alguna vez han tocado se escapa al más allá sin que ningún testigo de la operación haya sido capaz de seguirlo. Como Prostitución del corazón puesta al desnudo la poesía se ofrece a todos sin pretender otra cosa que entregarse, pues no busca el placer, sólo la fuerza. Por ello en este mundo decadente, errante, absurdo, la poesía es buscada, poseída, finalmente despreciada. Desearíamos reformar tan abyecta condición: mas no es asunto de la razón, pues si el hombre conociese en poesía, jamás podría perseguir una presa, mantener un desorden de cosas, una rapiña profunda y una humillación, todo eso que él recubre y que llama la vida; necesitará parecerse un poco a los ángeles.

 

(Pierre Jean Jouve. Prosas. Traducción de Norberto León Insuasty Plaza)

 

Nada

 

Es preciso aún cruzar un llanto de mis manos

A tu vacío seno rosa el pecho violeta

Rosa tronchada a muerte y violeta gastada

Foliólo, abolida, jarrón sin porvenir,

 

Amar que Tú no seas: en el rayo sentido

Nadie, y en tu rechazo se despliega un camino

Recto a Tu corazón que ama todo y recoge

Todo en nuestro deseo de matar los amores.

 

Si anulo el corazón destrozará su cárcel

De hambre. Pero es aún un teatro verbal

Lo que rompe tu beso oh Sangre. Y sangre muerta.

 

 

LÁGRIMA.

 

Lo que el ojo derrama es una perla de sombra

caldeada con el fuego que se apaga en la serena

Eternidad: sobre el vago polvo y sobre la piedra,

sobre los campos, el asfalto y el aire

o sobre el frágil pañuelo que en las manos tiembla

ella permanece, capital que crece por dentro

al ser engendrada por la muerte.

Tomado de:

http://centaurocabalgante.blogspot.com/2012/02/poesia-de-pierre-jean-jouve.html

 

 

Magia

 

 

Tú eres mi dolor mi miedo mi amor

Oh imaginación

Eres tú mi verdugo oh libro en el que yo traduje

Montaña río pájaro

Mi miseria eres tú oh confesión.

Así hablaba el poeta decaído

Desgarrando su libro en el medio de ciudades humanas

Pero su otra voz colmada de un murmullo de sauces

Respondiole

Oh desgraciado libro oh poema fallido

Error error siempre será de aquel que aún no logró hacerlo.

 

Oh tú mi último bastión mi fortaleza

Contra el ejército de infieles

Afuera sólo hay ruinas y adentro tú mi lugar mi sagrado

        recinto.

¿Habría el Demonio errado de verdad en todo lo que quiso?

 

Y qué es aquello que el Demonio quiere—

                                                           Un libro

Respondía su voz a la que un antiguo ciprés solar iluminaba,

El tuyo el mío o el otro,

Los que fueron escritos por dictado.

Y los pájaros cantaron muchas veces en el cielo.

 

Y he aquí que el poeta otra vez esclarecido

Recogió los fragmentos del libro, se hizo ciego de

        nuevo e invisible

Se quedó sin familia, escribió la palabra la primera

        palabra del libro.

 

 

[Noble altiva melancolía...]

 

 

Noble altiva melancolía, altura sonrisa y libertad

Te he al fin encontrado en la ribera de mi corazón

Una tarde en que la mar invade

Regiones montañosas

Una tarde en la que se es más joven que su propia juventud

Una tarde en la que se ha sufrido mucho, pero en la que

        ya nada

Ya nada es vano, ya nada es destinado a la ceniza.

 

 

 

[El hombre rogaba...]

 

 

El hombre rogaba y giraba la tierra

Pero él no hablaba al viento, pero él no hablaba al muro

O a la nieve del invierno último—

No te vayas: así rogaba el hombre

Y no estaba seguro de que nada hubiera atrás

Para escuchar—

Un Ángel no obstante replegó sus alas

Porque la hora aún no era venida

 

 

 

La prisión

 

 

Un hombre estaba preso

Entre malignos muros sofocado

Borrarlos hubiese querido olvidarlos

Los muros llevaban hasta él todo el hastío de las cosas

Los variados monstruos de su pasado

Domesticarlos hubiese querido los monstruos gesticulaban

        como bestias

Y se acercaban

Y le hablaban

Pronto él no tendría sino el espacio de su cuerpo

Un sudario de piedra

Pronto ellos harían estallar su cuerpo y después el corazón

        de su cuerpo.

 

Un Ángel sobrevino, apartó las murallas

El sol se vio de nuevo el mundo ilimitado.

 

 

Infiernos

 

 

Es el silo sangrante, la joven Aurora

Búscanse el uno el otro y todos para gozar búscanse

        y para identificarse

Los Hijos reunidos matan al Padre y he ahí la Fraternidad

Venus surge del mar

Chorreante dura y ataviada de sólo sus cabellos

La fornicación obsede al cielo azul

Y Cristo ha nacido del corazón

De esos negros corazones forma un cortejo de Esposo

El Cristo es muerto nosotros luchamos para siempre.

 

 

Retorno de cielo

 

 

Yo aseguro que ellos desaparecerán: se verá la flor del loto

Brotar del corazón de cada uno de ellos o el clavel

        o la rosa de Francia,

Los escurrimientos la enorme paz de las estrellas

Pasarán, después será de día

Semejante a una virgen armada así será la luz

¡El retorno!

Y esta vez hemos aquí nacido

Para ser alegres como Titania.

 

 

Amarillo

 

 

Las colinas tienen dulzuras espantosas

Allí mide el transeúnte sus antiguos pecados

¿Quién puede apreciar su vegetación

Y resistir su lascivo movimiento de caderas?

Una incertidumbre desciende con la noche

En el corazón de las propiedades los eucaliptos cantan,

El sol es siempre el mismo en el poniente

Y extenuado el transeúnte ha de mirar

Él ha nacido para mirar siempre el poniente.

 

 

La virginidad que vuelve

 

 

Su seno había crecido en los últimos tiempos

Su cuerpo era nuevo a mis ojos, su alma partió como

        una loca hacia las nubes

Las pesadeces de su torso no han sido consagradas

Para el amor de hombre y de mujer

¿Sus deseos no vienen de su infancia

Vía Láctea no está acostada ella en la noche sin viento?

He reconocido que estaba segura, su desnudez intacta

Y que su alma era semejante a sus manos y que el agua

        sobre ella corría para lavarla,

Y que los olores subían y que la luz callaba.

Una voz me aseguró que era del todo virgen

De su dulzura en fin ella estaba encantada.

 

 

[Mi señor]

 

 

Mi señor

Si prefieres no escuchar ya esta voz que ha cruzado el

        desierto

Si prefieres sonreír sin tener ya piedad

De estos ramajes invernales que agitan agrios vientos,

De este pecador,

Entonces acaso por amor abandonaría

El atado de lágrimas y el crujido de dientes,

¡Ése será el rayo de luz!

 

 

La energía

 

 

Es necesario sufrir

Para ti Graciosa Persona de mi Dios

Tú has sudado sangre en el jardín de los olivares nocturnos;

Es necesario hacerse liviano por el sufrimiento en ti

Renunciar al mundo

Como tú renunciaste

Por un acto de sufrimiento liberado ofrecerlo

Y entonces

Como el viejo poeta lo declara

La Energía es la única vida

La Energía es la delicia eterna.

 

 

Canto de reconocimiento

 

 

Canto de reconocimiento al vasto Mundo

A sus soles y sus aguas, sus asperezas, sus abismos

Y al íntimo corazón en abismos aún más numeroso

Y en agonías, éxtasis

¡Convulsiones terribles, fuerza eterna!

“¡Oh dolor! ¡Oh dolor! El Tiempo devora la vida”

El canto de reconocimiento es también el canto

        de experiencia

Para todo lo que bajo el cielo debe probar la pasión

        el movimiento

Lo que debe continuarse engendrarse por la fuerza contraria

Y ningún día podría destruirse, las nieves de antaño

        no han de fundirse ya

Ningún alma tan pobre que nada haya escuchado

De aquello que la vida quiso decir ninguna sombra

Que no sea explicada por un sol.

 

Así el poeta sin audiencia hace resonar

El primer canto de alondra

Puesto que Dios no quiso que a la mañana le faltase amor.

 

 

Canto de reconocimiento (variante)

 

 

Canto de reconocimiento al vasto Mundo

A sus soles y aguas, sus volcanes y abismos

Y al corazón cuyos abismos son aun más ardientes

¡Y sus furores pitios sus fuertes convulsiones!

“¡Oh dolor! ¡Oh dolor! El Tiempo devora la vida.”

Sí el canto de reconocimiento es edad, canto de experiencia

Para todo lo que pacientemente debe probar el rayo del cielo

Continuarse engendrarse por la fuerza contraria

Ningún día pasado está perdido pues las nieves de

       antaño no se funden

Nadie es tan sordo que no haya comprendido lo que la

       vida quiso decir,

Y la sombra que siempre tiene detrás el día.

 

 

 

Cyntia

 

 

Resplandeciente sobre las domésticas mandíbulas

Ella es el ojo en llamas por el que cuando traiciona

       a la ciudad se aleja el día

Abandonando los negros árboles a los dioses infernales;

Aire frío ella viene a inundar el jardín

Y el olor de los tilos se abalanza

Y el canto de la hierba masacrada y el soplo de la oscuridad:

Cyntia merodea en medio de las grandes copas vacías

Y agota las estrellas

Cuando de eternidades venidas de súbito aparecen

Diez mil legiones de ángeles

Blancos todos sin mácula

Inclinados inmóviles, todos con el ala idéntica mirada

       de perfil

Nubes nubarrones enviados a Cyntia la gran Virgen

¿Qué quieren ellos qué quieren aquí abajo eternizar?

 

 

[La tierra con su ojo gris...]

 

 

La tierra con su ojo gris mira pasar el cielo

El extraño mensajero que caminando sobre las horas

       atrae los vivientes ojos

Y los devuelve al interior del alma

Aquel que también pone sobre el palpitante pecho

Del mundo la red de los estallidos y los soplos

Hace resonar la magia

Y con el día se retira, y finalmente

En la majestad del tiempo que se ha tornado negro

Hacia inspiradas profundidades profundamente aléjase

Hacia el alto el muy alto el sublime diminuto punto solitario

Y abre allí sin ruido el abismo de la dulzura

Con la estrella apasionada que calla siempre y mira

Hacia un más lejano

Un más desconocido

Donde podría aparecer el Señor de los Cielos.

 

 

[¿Quién te ha permitido...]

 

 

¿Quién te ha permitido que dudes del Señor?

Él ha venido

No él no ha venido es verdad él va a venir

Mi Extraña Mirada del Señor

Mi Hijo Esposo mío del Señor

Sobre los grandes los violentos desiertos que para él

       intento:

Un día aún y mis enemigos se entregan a la fuga.

 

 

[Deja ese cuerpo solitario]

 

 

Deja ese cuerpo solitario

Espíritu de creación regocijada

Yo soy pesado como el paso del anciano frecuentador

       de tumbas

Pero mi frente sonríe y saluda

¡Espíritu sin corazón, encantador espíritu!

Deja la tierra en el deseo que quiere desatar tu cintura

¡Impureza! Ve hacia las estaciones claras

Ya tiemblas caro Espíritu

Terrible miedo tienes

¿Es un Esposo acaso lo que buscas?

Tomado de:

http://www.materialdelectura.unam.mx/index.php/poesia-moderna/16-poesia-moderna-cat/335-184-pierre-jean-jouve?showall=1

 

 

PAISAJE CHINO

 

(1960)

 

 

 

   Llueve sobre un lago, todo está borroso y detrás, sigilosamente el trueno. Largas cintas sueltas deshilachan las rocas más duras mientras el agua está lisa como una virgen. Yo paseo una pena de varios siglos notando el aire vivo sin viento sobre mi cara.

 

   No hay nadie en este país. Todo es aquí pérdida, fantasma, ausencia después de la muerte. Ni siquiera existe esa pena de la que hablé. Una vez más se trata de lograr que el terrible conflicto no mate al poeta.

 

 

INTERIOR EXTERIOR

 

(1956-58)

 

 

 

En lo profundo del mundo interior oímos producirse

 

Extensiones, montañas llanuras lagos y mares

 

De azul, suntuosos colores

 

Cada lugar empujando al otro en el abismo de nuestra alma;

 

 

 

¡Dorado circo de montañas! Erramos por los lugares

 

Aspirando el éter que se pierde en el número

 

Lamentando amores abandonados sobre peñas azules

 

O ciudades inmensas con pabellones de sombra,

 

 

 

Lamentando, deseando, hasta el día entrevisto

 

Bruscamente dañado en que dejamos la escena

 

Que persiste en sus carnudos amores.

 

 

 

No obstante, desde hace tiempo vivo y me desgarro

 

Entre dos formas hasta la tumba empeñadas

 

En una lucha a muerte de bellezas eternas.

Tomado de:

https://juannicho.wordpress.com/2012/05/11/dos-poemas-crepusculares-de-pierre-jean-jouve/

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