Dar sin recibir
Dar sin recibir es la desgracia de los poetas. Sus
verdaderas lágrimas se pierden. Lo sagrado que alguna vez han tocado se escapa
al más allá sin que ningún testigo de la operación haya sido capaz de seguirlo.
Como Prostitución del corazón puesta al desnudo la poesía se ofrece a todos sin
pretender otra cosa que entregarse, pues no busca el placer, sólo la fuerza.
Por ello en este mundo decadente, errante, absurdo, la poesía es buscada,
poseída, finalmente despreciada. Desearíamos reformar tan abyecta condición:
mas no es asunto de la razón, pues si el hombre conociese en poesía, jamás
podría perseguir una presa, mantener un desorden de cosas, una rapiña profunda
y una humillación, todo eso que él recubre y que llama la vida; necesitará
parecerse un poco a los ángeles.
(Pierre Jean Jouve. Prosas. Traducción de Norberto León
Insuasty Plaza)
Nada
Es preciso aún cruzar un llanto de mis manos
A tu vacío seno rosa el pecho violeta
Rosa tronchada a muerte y violeta gastada
Foliólo, abolida, jarrón sin porvenir,
Amar que Tú no seas: en el rayo sentido
Nadie, y en tu rechazo se despliega un camino
Recto a Tu corazón que ama todo y recoge
Todo en nuestro deseo de matar los amores.
Si anulo el corazón destrozará su cárcel
De hambre. Pero es aún un teatro verbal
Lo que rompe tu beso oh Sangre. Y sangre muerta.
LÁGRIMA.
Lo que el ojo derrama es una perla de sombra
caldeada con el fuego que se apaga en la serena
Eternidad: sobre el vago polvo y sobre la piedra,
sobre los campos, el asfalto y el aire
o sobre el frágil pañuelo que en las manos tiembla
ella permanece, capital que crece por dentro
al ser engendrada por la muerte.
Tomado de:
http://centaurocabalgante.blogspot.com/2012/02/poesia-de-pierre-jean-jouve.html
Magia
Tú eres mi dolor mi miedo mi amor
Oh imaginación
Eres tú mi verdugo oh libro en el que yo traduje
Montaña río pájaro
Mi miseria eres tú oh confesión.
Así hablaba el poeta decaído
Desgarrando su libro en el medio de ciudades humanas
Pero su otra voz colmada de un murmullo de sauces
Respondiole
Oh desgraciado libro oh poema fallido
Error error siempre será de aquel que aún no logró
hacerlo.
Oh tú mi último bastión mi fortaleza
Contra el ejército de infieles
Afuera sólo hay ruinas y adentro tú mi lugar mi sagrado
recinto.
¿Habría el Demonio errado de verdad en todo lo que
quiso?
Y qué es aquello que el Demonio quiere—
Un libro
Respondía su voz a la que un antiguo ciprés solar
iluminaba,
El tuyo el mío o el otro,
Los que fueron escritos por dictado.
Y los pájaros cantaron muchas veces en el cielo.
Y he aquí que el poeta otra vez esclarecido
Recogió los fragmentos del libro, se hizo ciego de
nuevo e
invisible
Se quedó sin familia, escribió la palabra la primera
palabra del libro.
[Noble altiva melancolía...]
Noble altiva melancolía, altura sonrisa y libertad
Te he al fin encontrado en la ribera de mi corazón
Una tarde en que la mar invade
Regiones montañosas
Una tarde en la que se es más joven que su propia
juventud
Una tarde en la que se ha sufrido mucho, pero en la que
ya nada
Ya nada es vano, ya nada es destinado a la ceniza.
[El hombre rogaba...]
El hombre rogaba y giraba la tierra
Pero él no hablaba al viento, pero él no hablaba al
muro
O a la nieve del invierno último—
No te vayas: así rogaba el hombre
Y no estaba seguro de que nada hubiera atrás
Para escuchar—
Un Ángel no obstante replegó sus alas
Porque la hora aún no era venida
La prisión
Un hombre estaba preso
Entre malignos muros sofocado
Borrarlos hubiese querido olvidarlos
Los muros llevaban hasta él todo el hastío de las cosas
Los variados monstruos de su pasado
Domesticarlos hubiese querido los monstruos
gesticulaban
como
bestias
Y se acercaban
Y le hablaban
Pronto él no tendría sino el espacio de su cuerpo
Un sudario de piedra
Pronto ellos harían estallar su cuerpo y después el
corazón
de su
cuerpo.
Un Ángel sobrevino, apartó las murallas
El sol se vio de nuevo el mundo ilimitado.
Infiernos
Es el silo sangrante, la joven Aurora
Búscanse el uno el otro y todos para gozar búscanse
y para
identificarse
Los Hijos reunidos matan al Padre y he ahí la
Fraternidad
Venus surge del mar
Chorreante dura y ataviada de sólo sus cabellos
La fornicación obsede al cielo azul
Y Cristo ha nacido del corazón
De esos negros corazones forma un cortejo de Esposo
El Cristo es muerto nosotros luchamos para siempre.
Retorno de cielo
Yo aseguro que ellos desaparecerán: se verá la flor del
loto
Brotar del corazón de cada uno de ellos o el clavel
o la rosa
de Francia,
Los escurrimientos la enorme paz de las estrellas
Pasarán, después será de día
Semejante a una virgen armada así será la luz
¡El retorno!
Y esta vez hemos aquí nacido
Para ser alegres como Titania.
Amarillo
Las colinas tienen dulzuras espantosas
Allí mide el transeúnte sus antiguos pecados
¿Quién puede apreciar su vegetación
Y resistir su lascivo movimiento de caderas?
Una incertidumbre desciende con la noche
En el corazón de las propiedades los eucaliptos cantan,
El sol es siempre el mismo en el poniente
Y extenuado el transeúnte ha de mirar
Él ha nacido para mirar siempre el poniente.
La virginidad que vuelve
Su seno había crecido en los últimos tiempos
Su cuerpo era nuevo a mis ojos, su alma partió como
una loca
hacia las nubes
Las pesadeces de su torso no han sido consagradas
Para el amor de hombre y de mujer
¿Sus deseos no vienen de su infancia
Vía Láctea no está acostada ella en la noche sin
viento?
He reconocido que estaba segura, su desnudez intacta
Y que su alma era semejante a sus manos y que el agua
sobre
ella corría para lavarla,
Y que los olores subían y que la luz callaba.
Una voz me aseguró que era del todo virgen
De su dulzura en fin ella estaba encantada.
[Mi señor]
Mi señor
Si prefieres no escuchar ya esta voz que ha cruzado el
desierto
Si prefieres sonreír sin tener ya piedad
De estos ramajes invernales que agitan agrios vientos,
De este pecador,
Entonces acaso por amor abandonaría
El atado de lágrimas y el crujido de dientes,
¡Ése será el rayo de luz!
La energía
Es necesario sufrir
Para ti Graciosa Persona de mi Dios
Tú has sudado sangre en el jardín de los olivares
nocturnos;
Es necesario hacerse liviano por el sufrimiento en ti
Renunciar al mundo
Como tú renunciaste
Por un acto de sufrimiento liberado ofrecerlo
Y entonces
Como el viejo poeta lo declara
La Energía es la única vida
La Energía es la delicia eterna.
Canto de reconocimiento
Canto de reconocimiento al vasto Mundo
A sus soles y sus aguas, sus asperezas, sus abismos
Y al íntimo corazón en abismos aún más numeroso
Y en agonías, éxtasis
¡Convulsiones terribles, fuerza eterna!
“¡Oh dolor! ¡Oh dolor! El Tiempo devora la vida”
El canto de reconocimiento es también el canto
de
experiencia
Para todo lo que bajo el cielo debe probar la pasión
el
movimiento
Lo que debe continuarse engendrarse por la fuerza
contraria
Y ningún día podría destruirse, las nieves de antaño
no han de
fundirse ya
Ningún alma tan pobre que nada haya escuchado
De aquello que la vida quiso decir ninguna sombra
Que no sea explicada por un sol.
Así el poeta sin audiencia hace resonar
El primer canto de alondra
Puesto que Dios no quiso que a la mañana le faltase
amor.
Canto de reconocimiento (variante)
Canto de reconocimiento al vasto Mundo
A sus soles y aguas, sus volcanes y abismos
Y al corazón cuyos abismos son aun más ardientes
¡Y sus furores pitios sus fuertes convulsiones!
“¡Oh dolor! ¡Oh dolor! El Tiempo devora la vida.”
Sí el canto de reconocimiento es edad, canto de
experiencia
Para todo lo que pacientemente debe probar el rayo del
cielo
Continuarse engendrarse por la fuerza contraria
Ningún día pasado está perdido pues las nieves de
antaño no
se funden
Nadie es tan sordo que no haya comprendido lo que la
vida quiso
decir,
Y la sombra que siempre tiene detrás el día.
Cyntia
Resplandeciente sobre las domésticas mandíbulas
Ella es el ojo en llamas por el que cuando traiciona
a la
ciudad se aleja el día
Abandonando los negros árboles a los dioses infernales;
Aire frío ella viene a inundar el jardín
Y el olor de los tilos se abalanza
Y el canto de la hierba masacrada y el soplo de la
oscuridad:
Cyntia merodea en medio de las grandes copas vacías
Y agota las estrellas
Cuando de eternidades venidas de súbito aparecen
Diez mil legiones de ángeles
Blancos todos sin mácula
Inclinados inmóviles, todos con el ala idéntica mirada
de perfil
Nubes nubarrones enviados a Cyntia la gran Virgen
¿Qué quieren ellos qué quieren aquí abajo eternizar?
[La tierra con su ojo gris...]
La tierra con su ojo gris mira pasar el cielo
El extraño mensajero que caminando sobre las horas
atrae los
vivientes ojos
Y los devuelve al interior del alma
Aquel que también pone sobre el palpitante pecho
Del mundo la red de los estallidos y los soplos
Hace resonar la magia
Y con el día se retira, y finalmente
En la majestad del tiempo que se ha tornado negro
Hacia inspiradas profundidades profundamente aléjase
Hacia el alto el muy alto el sublime diminuto punto
solitario
Y abre allí sin ruido el abismo de la dulzura
Con la estrella apasionada que calla siempre y mira
Hacia un más lejano
Un más desconocido
Donde podría aparecer el Señor de los Cielos.
[¿Quién te ha permitido...]
¿Quién te ha permitido que dudes del Señor?
Él ha venido
No él no ha venido es verdad él va a venir
Mi Extraña Mirada del Señor
Mi Hijo Esposo mío del Señor
Sobre los grandes los violentos desiertos que para él
intento:
Un día aún y mis enemigos se entregan a la fuga.
[Deja ese cuerpo solitario]
Deja ese cuerpo solitario
Espíritu de creación regocijada
Yo soy pesado como el paso del anciano frecuentador
de tumbas
Pero mi frente sonríe y saluda
¡Espíritu sin corazón, encantador espíritu!
Deja la tierra en el deseo que quiere desatar tu
cintura
¡Impureza! Ve hacia las estaciones claras
Ya tiemblas caro Espíritu
Terrible miedo tienes
¿Es un Esposo acaso lo que buscas?
Tomado de:
PAISAJE CHINO
(1960)
Llueve sobre
un lago, todo está borroso y detrás, sigilosamente el trueno. Largas cintas
sueltas deshilachan las rocas más duras mientras el agua está lisa como una
virgen. Yo paseo una pena de varios siglos notando el aire vivo sin viento
sobre mi cara.
No hay nadie
en este país. Todo es aquí pérdida, fantasma, ausencia después de la muerte. Ni
siquiera existe esa pena de la que hablé. Una vez más se trata de lograr que el
terrible conflicto no mate al poeta.
INTERIOR EXTERIOR
(1956-58)
En lo profundo del mundo interior oímos producirse
Extensiones, montañas llanuras lagos y mares
De azul, suntuosos colores
Cada lugar empujando al otro en el abismo de nuestra
alma;
¡Dorado circo de montañas! Erramos por los lugares
Aspirando el éter que se pierde en el número
Lamentando amores abandonados sobre peñas azules
O ciudades inmensas con pabellones de sombra,
Lamentando, deseando, hasta el día entrevisto
Bruscamente dañado en que dejamos la escena
Que persiste en sus carnudos amores.
No obstante, desde hace tiempo vivo y me desgarro
Entre dos formas hasta la tumba empeñadas
En una lucha a muerte de bellezas eternas.
Tomado de:
https://juannicho.wordpress.com/2012/05/11/dos-poemas-crepusculares-de-pierre-jean-jouve/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario