Ahora las hojas caen aprisa,
Las flores de la nana no durarán,
Las nanas han ido a sus tumbas,
Pero los cochecitos de niño siguen rodando.
Susurrantes vecinos a izquierda y derecha
Nos apartan de nuestro verdadero deleite,
Manos hábiles se ven obligadas a congelarse
Abandonadas sobre rodillas solitarias.
A poca distancia de nosotros, en nuestro mismo camino,
Muertos a centenares gritan “¡ay de mí!
Con los brazos rígidamente alzados para protestar
En falsas actitudes de amor.
Desarrapados a través del saqueado bosque,
Los trolls corren rezongando por su comida,
El búho y el ruiseñor están mudos,
Y el ángel no vendrá.
Clara, inescalable, al frente
Se alza la Montaña de En Lugar De,
De cuyos fríos arroyos en cascada
Nadie puede beber más que en sueños.
Si pudiera decirte
EL tiempo dirá tan sólo: “ya te dije”
Sólo el tiempo conoce el precio que hemos de pagar;
Si yo pudiera decírtelo, te lo haría saber.
Si debiéramos sollozar cuando los payasos hacen su número,
Si debiéramos tropezar cuando tocan los músicos,
El tiempo diría tan sólo “ya te lo dije”.
No hay fortunas que predecir, no obstante,
Porque te amo más de lo que puedo expresar
Si pudiera decírtelo, te lo haría saber.
Los vientos deben venir de alguna parte cuando soplan,
Debe haber razones por las que las hojas se pudren;
El tiempo dirá sólo “ya te lo dije”..
Tal vez las rosas realmente quieren crecer,
Tal vez la visión quiere en verdad permanecer;
Si pudiera decírtelo, te lo haría saber.
Supongamos que los leones se levantaran todos y se fueran,
Y que todos los arroyos y los soldados huyeran;
¿Dirá el tiempo algo que no sea ya te lo dije?
Si pudiera decírtelo te lo haría saber.
CANCIÓN: «OH DIME LA VERDAD SOBRE EL AMOR»
Unos dicen que Amor es un niñato
Y otros dicen que un ave,
Unos dicen que hace girar el mundo
Y otros que no se sabe,
Y cuando fui a charlar con mi vecino
Por ver si estaba al tanto,
Su indignada mujer me echó de casa
Con un grito de espanto.
¿Tiene aspecto de bata o de pijama,
O de jamón secándose en un bar?
¿Diríamos que huele a piel de llama
O desprende un olor a bienestar?
¿Tiene el tacto punzante de un espino
O bien la suavidad de un almohadón?
Si repasas el borde, ¿es grueso o fino?
Oh dime la verdad sobre el amor.
Nuestros libros de historia lo mencionan
En glosas enigmáticas,
Y es un tema que está de moda en
Las líneas trasatlánticas;
Lo he visto mencionado con frecuencia
En notas de suicidas,
Y hasta aparece escrito en las solapas
De guías eruditas.
¿Se lamenta como un mastín famélico
O retumba cual banda militar?
¿Es posible seguir su ritmo bélico
Con un piano y un taco de billar?
¿Es el cantante, el alma de la fiesta?
¿Sólo clásica escucha con ardor?
Si uno pide silencio, ¿se molesta?
Oh dime la verdad sobre el amor.
Miré en el interior de la glorieta,
Allí no había nada.
Opté por intentarlo río arriba
Y también en la rada.
No sé qué dijo el mirlo con su trino
Ni qué contó el rosal;
Mas no estaba debajo de la cama
Ni estaba en el corral.
¿Sabe poner mil caras sorprendentes?
¿Se marea al montarse en un tiovivo?
¿Se la pasa apostando eternamente
O chascando los dedos sin motivo?
¿Sus juicios del dinero son fundados?
¿Piensa que el patriotismo es un valor?
¿Cuenta chistes vulgares e inspirados?
Oh dime la verdad sobre el amor.
Cuando llegue, ¿vendrá sin avisar
Mientras estoy hurgándome el oído?
¿Sabrá pedir permiso antes de entrar
O verterá su copa en mi vestido?
¿Veré cambiar el clima en su presencia?
Su saludo, ¿dará frío o calor?
¿Será un cambio total en mi existencia?
Oh dime la verdad sobre el amor.
EXTRACTOS (VARIACIONES) DEL POEMA EN PROSA DE W.H. AUDEN, UN POEMA NO ESCRITO (1959)
La verdad del poeta (como la verdad del auténtico escritor)
difiere por completo de los pronombres personales.
El poeta finge el “yo”, el “tú” y el “él” de manera
inconsciente, pero en su sinceridad se halla la verdad,
jamás en su biografía ( a lo sumo hay que pedirle
que la veracidad parezca auténtica, exigirle que la haya vivido,
que sea una experiencia asimilada de su yo velado).
A cualquier poema escrito por otra persona, lo primero que
le exijo es que sea bueno (quien lo escribió tiene una
importancia menor); a cualquier poema escrito por mi, lo primero
que le exijo es que sea genuino, reconocible, lo mismo
que mi letra, como algo que ha sido escrito, para bien o para mal,
para mi. (En lo tocante a sus propios poemas, las preferencias
del poeta y las de sus lectores a menudo se solapan pero rara
vez coinciden.)
Pero este poema que ahora me gustaría escribir tendría que
ser no sólo bueno y genuino: si ha de satisfacerme, también
debe ser verdadero.
Leo un poema de otra persona en el que se despide de su
amada entre lágrimas: el poema es bueno (me conmueve
como lo hacen otros poemas buenos) y genuino (reconozco la
“letra del poeta”). Luego, en una biografía, descubro que, por
las mismas fechas en que lo escribió, el poeta estaba harto
de la muchacha pero fingió llorar a fin de evitar una escena y
no herir sus sentimientos. ¿Afecta este dato a a mi apreciación
de su poema? En absoluto; nunca conocí a su autor
personalmente y su vida privada no es asunto mío. ¿Afectaría a mi
apreciación si yo hubiera escrito el poema?. Asi lo espero.
PARAD LOS RELOJES
Parad los relojes y desconectad el teléfono,
dadle un hueso jugoso al perro para que no ladre,
haced callar a los pianos, tocad tambores con sordina,
sacad el ataúd y llamad a las plañideras.
Que los aviones den vueltas en señal de luto
y escriban en el cielo el mensaje “Él ha muerto”,
ponedles crespones en el cuello a las palomas callejeras,
que los agentes de tráfico lleven guantes negros de
algodón.
Él era mi norte y mi sur, mi este y mi oeste,
mi semana de trabajo y mi descanso dominical,
mi día y mi noche, mi charla y mi música.
Pensé que el amor era eterno; estaba equivocado.
Ya no hacen falta estrellas: quitadlas todas,
guardad la luna y desmontad el sol,
tirad el mar por el desagüe y podad los bosques,
porque ahora ya nada puede tener utilidad.
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