LA ENCRUCIJADA DE SANTOS
Un jaque a sí mismo…
Consideraciones
Desde que el presidente
Santos llegó al poder, me parece que se encuentra en medio del fuego, no
solamente en la guerra interna y ya conocida; sino también en una guerra
interna en su corazón. Pues, luego de hacerse elegir, con los méritos ganados
al lado del hoy senador Álvaro Uribe, creo que desde ese mismo instante, ha
tenido que pagar, su atrevimiento a hacerle frente a su nuevo planteamiento de
país, y su política frente a la guerrilla, y al conflicto interno.
No es fácil, y eso lo sabe
cualquiera, que luego de compartir durante más de 8 años, el poder, y tener
tanta identidad, esta se rompa, y no queden cenizas ardientes, pues ese
supuesto enfrentamiento Santos-Uribe, puede que sea eso tan solo, un supuesto.
No podemos creer, que se haya roto y menos aun, que no queden nostalgias de ese
matrimonio político.
Aunque me ha parecido un
gobierno no tan malo, no estoy de acuerdo totalmente con el, y menos aun, al comprobar ciertos rasgos, o restos de
cordón umbilical, que lo atan fuertemente al ideario Uribista , esto se
evidencia aun más, en los tibios planteamientos de Santos frente al conflicto
interno. Su necedad a ver lo que es muy evidente: La necesidad de un cese
bilateral. Para avanzar en el diálogo.
Me inclino a pensar, que
Santos tiene voluntad, pero a la vez, no desea perder poder, y más aun siente
mucho temor del poder político de la ultra-derecha nacional.
Hablo de un Jaque a sí
mismo, porque realmente pienso, y es lo que veo, que Santos por populismo se
planteo como adalid de la paz, y hoy se ve arrinconado, entre la izquierda
armada, representada por las FARC, y la derecha representada por las fuerzas
armadas, y especialmente por los Oficiales en retiro, quienes comparten
ampliamente el ideario político del ex-presidente Uribe, y toda su corte,
ampliamente disgregada, por varios estamentos públicos, como la Procuraduría, y
que ha cobrado cierta fortaleza con sus senadores y políticos de turno.
Entonces vemos a Santos, por
un lado deseando ser recordado como el pacificador nacional, y por otro un
hombre que tal vez la desee de verdad, pero que está atado y amordazado por el
temor a perder el poder político logrado hasta hoy con un discurso basado en la
paz. Por otra parte de cierta manera está atado a la mesa de la habana, ya que
fue su punta de lanza, y con la cual accedió nuevamente a la presidencia de la
república.
¿Qué debe hacer?
Considero, que debe asumir
el riesgo que desde hace más de 2 años voluntariamente decidió asumir, y es
meterse de lleno con la paz, y esto significa, perder, el apoyo de la
ultra-derecha colombiana, pero le garantiza un premio mayor, y es de quien
frena el desangre del país. Y para esto, es necesario un cese bilateral del
fuego.
No serán por supuesto, pocas
las voces que condenen esta actitud de ser tomada por este gobierno, pero en su
lugar, se dejará de bañar los campos de la patria, con la sangre de nuestros
jóvenes más pobres, bien sean guerrilleros o militares.
¿Cómo
debe entenderse el cese bilateral?
El cese bilateral, no debe
entenderse como la derrota a los militares, no, debe entenderse, como un paso
lógico, más aun en un momento en que ninguna de las fuerzas en conflicto,
realmente están a portas de su derrota. Si bien, la guerra ha agotado a los bandos en conflicto, ambos deben ser
consientes que ninguno avasallará al otro por la vía militar, pues luego de más
de sesenta años estamos en las mismas.
Omitir
a la extrema derecha no es desconocerla
En este momento el
presidente Santos debe separarse un poco de la ultra-derecha nacional, y con un
discurso más mesurado, y más amplio, darse cuenta que en estos momentos el país
necesita a un líder que se comprometa con ese bien superior que es la paz. Y
como todo en la vida, y más aun en política, puede tener sus costos, pero si se
mira bien, son más los beneficios a su imagen si decide dar pasos firmes hacia
la paz. Y esto tiene que ver claramente, con el compromiso a iniciar un
des-escalamiento del conflicto, lo que traerá consigo, un avance más
apresurado, y un cierre a la válvula de
sangre del país.
Ser
el presidente de la paz es riesgoso, pero es la fórmula ganadora.
Definitivamente si Santos
desea estar como sus antepasados en los libros de historia solo podrá hacerlo,
si es quien firme la paz. Para este logro, debe iniciar a consciencia el cese
bilateral, eso sí es un compromiso serio, y dejar de ver a los alzados en
armas, como meros delincuentes.
Para ser el presidente de la
paz debe asumir más riesgos, pues ha de saber que nada es fácil en la vida y
menos en política, pero cada apuesta debe tener un premio o una pérdida, y
considero que el logro de la paz puede ser un premio supremo, y que dejará a
este gobernante inscrito para la historia.
Este puede ser un llamado, o
mejor un grito de auxilio de un ciudadano común, que ve a su patria morir
ahogada entre la sangre joven y desesperanzada de sus compatriotas.
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