miércoles, 27 de enero de 2016

POEMAS DE JOHN BERGER



                                 (Londres , 1926)




1. El pueblo 

te digo que 
…… todas las casas 
son agujeros en un culo de piedra 

devoramos las tapas de los ataúdes 


entre la estrella de la tarde 
…… y la leche en el cubo 
no hay nada 

vacíamos la lechera 
…… dos veces al día 

abandonadnos 
…… humeantes 
en los prados. 

2. La tierra 

la cabellera púrpura de la tierra 
peinada en otoño 
…… y tiempos de hambruna 
los huesos metálicos de la tierra 
…… extraídos a mano 


la iglesia sobre la tierra 
…… los brazos de nuestro reloj crucificados 

todo se lo han llevado 

3. La partida 

el dolor 
no puede 

durar lo suficiente 

las sendas desaparecen 
bajo la nieve 
el blanco abrazo 
de la partida 

he intentado escribir la verdad en los trenes 

sin un oído 
la lengua se asusta 
se aferra a una sola palabra 

el tren cruza un puente 
el hielo negro se acumula 
sobre cada letra 
S A V A 
mi río 

4. La metrópoli 

el filo de la luna 
nítido 
como el nivel 
…… del agua en un canal 

y los cerrojos de la razón 
al amanecer 
cuando el nivel de la oscuridad 
desciende 
…… al de la luz 

aceptad la oscuridad 
el negro intenso 
zona ceguera 
aceptadla ojos 

pero aquí a la oscuridad 
se la llevaron en un saco 
lastrado con piedras 
y la ahogaron 

ya no existe la oscuridad 

5. La fábrica 

aquí 
es siempre amanecer 
hora de despertar 
hora de la profecía revolucionaria 
hora de las brasas 
tiempo muerto de días de trabajo 
sin fin 


allí construíamos la noche 
al encender el fuego 
recostados en él 
estirábamos la oscuridad como una manta 

los prados próximos eran 
el aliento de los animales dormidos 
callados como la tierra 
cálidos como el fuego 

el frío es el dolor de creer 
que nunca volverá el calor 

aquí 
la noche es un tiempo olvidado 
eterno amanecer 
y en el frío sueño 
…… con el pino 
…… quemado 
…… como la lengua de un perro 
…… tras sus dientes 

6. El puerto 

durante toda la noche 
tose el Hudson en su lecho 
intento dormir 
mi país 
es una piel clavada en una madera 

se precipita el viento de mi alma 


de horizontes 
me fabrico una hamaca 

en el sueño 
mamo pueblo natal 
acaricio las curvas de mi río 

dos caballas negras 
dirigen 
el alba 

arponéalas cielo arponéalas 

7. Ausencia 

cuando el sol no era más alto que la hierba 
alhajas adornaban los árboles 
y los bancales se volvían rosas 
entre las luces fluorescentes de la autopista 
cuelgan sus vírgenes las torres de pisos 
están haciendo patatas fritas 
una fábrica despide sus manos con guantes de lana 
tengo un agujero en un dedo 
las vides no están verdes 

aquí no hay vides 
lucirán los muertos 
las alhajas 
aplastadas en los cables de alta tensión 
DANGER DE MORT 

8. El bosque que conocí 

dejadme morir así 

las ramas tienen músculos 
…… las colinas se levantan 
la nube se vierte 
…… en una taza 

en el bosque 
han comido los jabalíes 
están confortablemente calientes 
y soñolientos 

cada claro está grabado 
…… en una pantalla que llevo 
enrollada como una tela 
…… en la cabeza 

una sábana 
…… extendida sobre 
……….. los ojos de los muertos 
excluye la mirada del mundo 
en la tela 
…… desenrollada 
sigo su rastro 
…… en el bosque que conocí. 


Baudelaire fue uno de los primeros que dieron un nombre y describieron el desarraigo de las nuevas masas urbanas. 

“…como fantasmas errantes sin techo
obstinadamente se lamentan.”
 

Páginas de la herida, John Berger.




VIEJO POEMA DE AMOR


El heno
olía al amor
del cielo por la tierra.
Eras el dolor de mis costillas
que afligían
los carros aún por descargar.

Los muertos
ocupaban el umbral
con la vista tras ellos.
Eras la casa
la bujía bajo el ciruelo
y mi eternidad.


John Berger (de La razón del campo)

Traducción de Pilar Vázquez


Una canción de amor


Las montañas son despiadadas
la lluvia funde la nieve
volverá a helar.

En el café dos extranjeros 
tocan el acordeón
y canta la habitación abarrotada de hombres.

Las melodías llenan
los sacos del corazón
los pesebres de los ojos.

Las letras llenan
los establos
que rugen entre los oídos.

La música suprime las papadas
relaja las articulaciones,
la única cura para el reumatismo.

La música limpia las uñas
suaviza las manos
restriega las callosidades.

Una habitación abarrotada de hombres,
venidos del ganado empapado,
del gasoil, de la pala eterna,
acaricia
el aire de una canción de amor
con manos dulces.

Las mías han abandonado los brazos 
y están cruzando las montañas 
en busca de tus pechos.

En el café dos extranjeros
tocan el acordeón
la lluvia funde la nieve.

          De Páginas de la herida, Visor, 1995
(pp. 143-144).Versión de Pilar Vázquez



PARTIDAS


Se fueron las visitas más alegres 
Los muebles verdes están tumbados,
la luz sin sombra tolera
la escarcha negra en las ventanas.
Donde amantes y hierba
gastaron su semilla
sobre las grietas del hierro
el hielo tiende ahora las camas.
Pero no te entregues a la pena.
El ojo de ratón del petirrojo,
el silencio insidioso
y estos versos prudentes
con sus rodeos
son testigos mudos
del incesante
arriendo del hombre.



NACIMIENTO: 5/11/26


Más rojas cada día
las hojas de los perales.
Díganme qué sangra.
No es el verano
porque el verano se fue pronto.
No es el pueblo
porque aunque anda borracho por la ruta
no se cayó.
No es mi corazón
porque mi corazón ya no sangra 
más que la flor de la árnica.

Nadie se murió este mes
ni tuvo la suerte de recibir
un permiso de trabajo del extranjero.
Vivimos a sopa
nos dejan dormir en los establos
no hay más ideas suicidas
de lo habitual en noviembre.
Díganme qué sangra
ustedes que ven en la oscuridad.

Las manos del mundo
amputadas por las ganancias
sangran
en las calles de los derramamientos.


PAÑOLETA


A la mañana
doblada con sus flores silvestres
lavada y planchada
ocupa poco lugar en el cajón.

Abriéndola de una sacudida
se la ata alrededor de la cabeza.

A la noche se la arranca
y la deja caer al suelo
sin desatarla

En un pañuelo de algodón
entre flores estampadas
un día de trabajo
escribió su sueño.


DISTANCIA


Llenaste los termos con café 
y empacaste nuestras huellas, por si hiciera falta
echárselas a las fauces de la nieve eterna
imposible de atestiguar.
Juntos, como carpinteros con sus martillos
le enseñamos a la distancia
cómo construir un techo
con los árboles
entre los que corremos.

En el silencio detrás
ya no escuchamos la pregunta
distante de la casa de verano:
Y mañana ¿dónde 
vamos a estar?

Al atardecer los perros con sus arneses temían
que el bosque no fuera a tener fin.
Y cada noche bajo la nieve
los calmamos con lo inesperado de nuestra risa.


PALABRAS I


                                   Para Beverly

Por el desfiladero
corrían
gente y sangre

En el helecho
intangible
un perro aulló

Una cabeza entre dos labios
abrió
la boca del mundo

Sus pechos
se le posaron 
como palomas sobre las costillas

Su hijo chupó del largo
cordón blanco
de las palabras por venir


PALABRAS II


La lengua
es la primera hoja del espinazo 
los bosques del lenguaje la circundan

como un topo
la lengua
escarba la tierra del discurso

Como un pájaro
la lengua
vuela en los arcos de la palabra escrita

La lengua está emplumada y sola en su boca



DOCE TESIS SOBRE LA ECONOMÍA DE LOS MUERTOS


1. Los muertos rodean a los vivos. Los vivos son el núcleo de los muertos. 
En este núcleo se encuentran las dimensiones del espacio y del tiempo. 
Lo que rodea al núcleo es atemporal.
2. Entre el núcleo y la periferia existen intercambios, que no suelen ser claros. Todas las religiones se preocuparon por aclararlos. 
La credibilidad de la religión depende de la claridad de ciertos intercambios inusuales.
Las mistificaciones de la religión son el resultado de intentar producir tales intercambios de manera sistemática.
3. La improbabilidad del intercambio claro se debe a la improbabilidad de que algo pueda atravesar intacto la frontera entre atemporalidad y tiempo.
4.  Ver a los muertos como los individuos que fueron alguna vez tiende a oscurecer su naturaleza. Tratemos de considerar a los vivos como asumimos que lo hacen los muertos: en forma colectiva.
El colectivo crecería no solo a través del espacio sino también a lo largo del tiempo. Incluiría a todos los que vivieron alguna vez. Y así también pensaríamos en los muertos. 
Para los vivos, los muertos se reducen a aquellos que vivieron, mientras que los muertos ya incluyen a los vivos en su propio gran colectivo.
5. Los muertos habitan un momento atemporal de construcción que se reinicia continuamente.
La construcción es el estado del universo en un instante cualquiera.
6. De acuerdo con su memoria de la vida, los muertos saben que el momento de la construcción es, también, un momento de colapso. Habiendo vivido, los muertos nunca pueden ser inertes.
7. Si los muertos viven en un momento atemporal, ¿cómo pueden tener memoria?
Lo único que recuerdan es haber sido arrojados al tiempo, como todo lo que existió o existe.
8. La diferencia entre los muertos y los que no nacieron es que los muertos tienen dicho recuerdo.
A medida que se incrementa el número de muertos, la memoria aumenta.
9. La memoria de los muertos, al existir en la atemporalidad, puede pensarse como una forma de imaginación concerniente a lo posible.
Esta imaginación está cerca de (reside en) Dios, pero no sé cómo.
10. En el mundo de los vivos, se produce un fenómeno equivalente pero opuesto.
Los vivos en ocasiones experimentan la atemporalidad, durante el sueño, el éxtasis, en momentos de peligro extremo, en el orgasmo y quizás en la experiencia misma de la muerte. En esos momentos, la imaginación abarca por completo el campo de la experiencia y desborda los contornos de la vida o la muerte individual. Roza la imaginación expectante de los muertos.
11. ¿Cuál es la relación de los muertos con lo que todavía no ocurrió, con el futuro?
Todo el futuro es la construcción a la que está abocada su “imaginación”.
12. ¿Cómo es que los vivos viven con los muertos? Hasta la deshumanización de la sociedad que produjo el capitalismo, todos los vivos esperaban alcanzar la experiencia de los muertos. Este era su futuro último. Por sí mismos, los vivos eran incompletos. Así es que vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Solamente una forma moderna y peculiar del egotismo rompió esa interdependencia con resultados desastrosos para los vivos, que ahora pensamos en los muertos como “los eliminados”.



Versiones en castellano de Sandra Toro.


Tormentas del siglo XX 




El rayo, guadaña,

siega la lluvia.

Vendas de agua

caen como las ropas

-¡oh los grandes abrigos de las despedidas

aquellos abrigos grandísimos

que nunca volvían-

caen como las ropas

del ausente

en el campo vacío del cielo.




Y en la hierba de esta lluvia

flores

que crecían con la fuerza de los ríos

-¡oh los bolsillos del barquero

repletos con las cartas

los silencios y los números prometidos

de los que partieron-

que crecieron con la fuerza de los ríos

en los estuarios.




Todas las flores empezaron

en la palma de una mano,

cada pétalo

en origen

un gesto un movimiento

una caricia




Pon tu jardín en mi mejilla

tu jardín con cinco dedos

en otra ciudad

en mi mejilla.




El carro de heno

cargado con truenos

va rodando por el cielo.


Separación



Nosotros con nuestro errático lenguaje

nosotros con nuestros acentos incorregibles

y otro palabra para leche

nosotros que llegamos en tren

y nos abrazamos en los andenes

nosotros y nuestros vagones

nosotros cuya voz en nuestra ausencia

está enmarcada en la pared de un dormitorio

nosotros que lo compartimos todo

y nada:

ese nada que dividimos en dos

y tragamos con un sorbo

de la única botella,

nosotros a quienes el cuco

enseñó a contar

¿Por qué moneda

han cambiado nuestro canto?

¿Qué sabemos de poesía

en nuestras camas solitarias?



Somos expertos en regalos

los envueltos

y los que se dejan subrepticiamente.



Antes de partir escondemos nuestros ojos nuestros pies

nuestras espaldas

lo que nos llevamos es para la rejilla de los equipajes.

Atrás dejamos nuestros ojos

en los marcos de las ventanas y en los espejos

nuestros pies atrás

en la alfombra junto a la cama

nuestras espaldas en la cal de las paredes

y en las puertas colgadas de los goznes.

La puerta cerrada detrás de nosotros

y el traqueteo de las ruedas del vagón.



También somos expertos en tomar.



Nos llevamos los aniversarios

la forma de una uña

el silencio de un niño dormido

el sabor de tu apio

y la palabra para leche.

¿Qué sabemos de poesía

en nuestras camas solitarias?



Vía única, empalmes y

Apeaderos

leen en alto para nosotros.

No existe poema con versos más largos

que las líneas que hemos cogido.

Como chalanes sabemos cómo

calcular la distancia en la boca

Y juzgar su dolor por los dientes.


Con mulas, a pie

en camiones y líneas aéreas

en nuestro corazón

lo llevamos todo,

cosechas, ataúdes, agua,

gasóleo, hidrógeno, carreteras,

las lilas florecidas y

la tierra apaleada en la fosa común.

Nosotros con nuestras malas noticias del extranjero

y otra palabra para leche

¿Qué sabemos de poesía

en nuestras camas solitarias?



Como las comadronas sabemos de

la preñez en las mujeres

y cómo dan a luz,

como eruditos sabemos

lo que hace temblar al lenguaje.



Nuestra carga.

La unión de lo que ha sido dividido

hace temblar al lenguaje.

A lo largo de milenios y de la calle del pueblo

por tundras y bosques

a través de adioses y puentes

hacia la ciudad de nuestro hijo

hemos de llevarlo todo.



Nosotros contenemos poesía

Como los trenes de mercancía del mundo

Transportan ganado.

Pronto los regarán

en las vías muertas.




De "Páginas de la herida" Ed Visor de Poesía- Madrid 1995

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