(Londres , 1926)
1. El pueblo
te digo que
…… todas las casas
son agujeros en un culo de piedra
devoramos las tapas de los ataúdes
entre la estrella de la tarde
…… y la leche en el cubo
no hay nada
vacíamos la lechera
…… dos veces al día
abandonadnos
…… humeantes
en los prados.
2. La tierra
la cabellera púrpura de la tierra
peinada en otoño
…… y tiempos de hambruna
los huesos metálicos de la tierra
…… extraídos a mano
la iglesia sobre la tierra
…… los brazos de nuestro reloj crucificados
todo se lo han llevado
3. La partida
el dolor
no puede
durar lo suficiente
las sendas desaparecen
bajo la nieve
el blanco abrazo
de la partida
he intentado escribir la verdad en los trenes
sin un oído
la lengua se asusta
se aferra a una sola palabra
el tren cruza un puente
el hielo negro se acumula
sobre cada letra
S A V A
mi río
4. La metrópoli
el filo de la luna
nítido
como el nivel
…… del agua en un canal
y los cerrojos de la razón
al amanecer
cuando el nivel de la oscuridad
desciende
…… al de la luz
aceptad la oscuridad
el negro intenso
zona ceguera
aceptadla ojos
pero aquí a la oscuridad
se la llevaron en un saco
lastrado con piedras
y la ahogaron
ya no existe la oscuridad
5. La fábrica
aquí
es siempre amanecer
hora de despertar
hora de la profecía revolucionaria
hora de las brasas
tiempo muerto de días de trabajo
sin fin
allí construíamos la noche
al encender el fuego
recostados en él
estirábamos la oscuridad como una manta
los prados próximos eran
el aliento de los animales dormidos
callados como la tierra
cálidos como el fuego
el frío es el dolor de creer
que nunca volverá el calor
aquí
la noche es un tiempo olvidado
eterno amanecer
y en el frío sueño
…… con el pino
…… quemado
…… como la lengua de un perro
…… tras sus dientes
6. El puerto
durante toda la noche
tose el Hudson en su lecho
intento dormir
mi país
es una piel clavada en una madera
se precipita el viento de mi alma
de horizontes
me fabrico una hamaca
en el sueño
mamo pueblo natal
acaricio las curvas de mi río
dos caballas negras
dirigen
el alba
arponéalas cielo arponéalas
7. Ausencia
cuando el sol no era más alto que la hierba
alhajas adornaban los árboles
y los bancales se volvían rosas
entre las luces fluorescentes de la autopista
cuelgan sus vírgenes las torres de pisos
están haciendo patatas fritas
una fábrica despide sus manos con guantes de lana
tengo un agujero en un dedo
las vides no están verdes
aquí no hay vides
lucirán los muertos
las alhajas
aplastadas en los cables de alta tensión
DANGER DE MORT
8. El bosque que conocí
dejadme morir así
las ramas tienen músculos
…… las colinas se levantan
la nube se vierte
…… en una taza
en el bosque
han comido los jabalíes
están confortablemente calientes
y soñolientos
cada claro está grabado
…… en una pantalla que llevo
enrollada como una tela
…… en la cabeza
una sábana
…… extendida sobre
……….. los ojos de los muertos
excluye la mirada del mundo
en la tela
…… desenrollada
sigo su rastro
…… en el bosque que conocí.
Baudelaire fue uno de los primeros que dieron un nombre y describieron el desarraigo de las nuevas masas urbanas.
“…como fantasmas errantes sin techo
obstinadamente se lamentan.”
Páginas de la herida, John Berger.
VIEJO POEMA DE AMOR
El heno
olía al amor
del cielo por la tierra.
Eras el dolor de mis costillas
que afligían
los carros aún por descargar.
Los muertos
ocupaban el umbral
con la vista tras ellos.
Eras la casa
la bujía bajo el ciruelo
y mi eternidad.
John Berger (de La razón del campo)
Traducción de Pilar Vázquez
Una canción de amor
Las montañas son despiadadas
la lluvia funde la nieve
volverá a helar.
En el café dos extranjeros
tocan el acordeón
y canta la habitación abarrotada de hombres.
Las melodías llenan
los sacos del corazón
los pesebres de los ojos.
Las letras llenan
los establos
que rugen entre los oídos.
La música suprime las papadas
relaja las articulaciones,
la única cura para el reumatismo.
La música limpia las uñas
suaviza las manos
restriega las callosidades.
Una habitación abarrotada de hombres,
venidos del ganado empapado,
del gasoil, de la pala eterna,
acaricia
el aire de una canción de amor
con manos dulces.
Las mías han abandonado los brazos
y están cruzando las montañas
en busca de tus pechos.
En el café dos extranjeros
tocan el acordeón
la lluvia funde la nieve.
De Páginas de la herida, Visor, 1995
(pp. 143-144).Versión de Pilar Vázquez |
PARTIDAS
Se fueron las visitas más alegres
Los muebles verdes están tumbados,
la luz sin sombra tolera
la escarcha negra en las ventanas.
Donde amantes y hierba
gastaron su semilla
sobre las grietas del hierro
el hielo tiende ahora las camas.
Pero no te entregues a la pena.
El ojo de ratón del petirrojo,
el silencio insidioso
y estos versos prudentes
con sus rodeos
son testigos mudos
del incesante
arriendo del hombre.
NACIMIENTO: 5/11/26
Más rojas cada día
las hojas de los perales.
Díganme qué sangra.
No es el verano
porque el verano se fue pronto.
No es el pueblo
porque aunque anda borracho por la ruta
no se cayó.
No es mi corazón
porque mi corazón ya no sangra
más que la flor de la árnica.
Nadie se murió este mes
ni tuvo la suerte de recibir
un permiso de trabajo del extranjero.
Vivimos a sopa
nos dejan dormir en los establos
no hay más ideas suicidas
de lo habitual en noviembre.
Díganme qué sangra
ustedes que ven en la oscuridad.
Las manos del mundo
amputadas por las ganancias
sangran
en las calles de los derramamientos.
PAÑOLETA
A la mañana
doblada con sus flores silvestres
lavada y planchada
ocupa poco lugar en el cajón.
Abriéndola de una sacudida
se la ata alrededor de la cabeza.
A la noche se la arranca
y la deja caer al suelo
sin desatarla
En un pañuelo de algodón
entre flores estampadas
un día de trabajo
escribió su sueño.
DISTANCIA
Llenaste los termos con café
y empacaste nuestras huellas, por si hiciera falta
echárselas a las fauces de la nieve eterna
imposible de atestiguar.
Juntos, como carpinteros con sus martillos
le enseñamos a la distancia
cómo construir un techo
con los árboles
entre los que corremos.
En el silencio detrás
ya no escuchamos la pregunta
distante de la casa de verano:
Y mañana ¿dónde
vamos a estar?
Al atardecer los perros con sus arneses temían
que el bosque no fuera a tener fin.
Y cada noche bajo la nieve
los calmamos con lo inesperado de nuestra risa.
PALABRAS I
Para Beverly
Por el desfiladero
corrían
gente y sangre
En el helecho
intangible
un perro aulló
Una cabeza entre dos labios
abrió
la boca del mundo
Sus pechos
se le posaron
como palomas sobre las costillas
Su hijo chupó del largo
cordón blanco
de las palabras por venir
PALABRAS II
La lengua
es la primera hoja del espinazo
los bosques del lenguaje la circundan
como un topo
la lengua
escarba la tierra del discurso
Como un pájaro
la lengua
vuela en los arcos de la palabra escrita
La lengua está emplumada y sola en su boca
DOCE TESIS SOBRE LA ECONOMÍA DE LOS MUERTOS
1. Los muertos rodean a los vivos. Los vivos son el núcleo de los muertos.
En este núcleo se encuentran las dimensiones del espacio y del tiempo.
Lo que rodea al núcleo es atemporal.
2. Entre el núcleo y la periferia existen intercambios, que no suelen ser claros. Todas las religiones se preocuparon por aclararlos.
La credibilidad de la religión depende de la claridad de ciertos intercambios inusuales.
Las mistificaciones de la religión son el resultado de intentar producir tales intercambios de manera sistemática.
3. La improbabilidad del intercambio claro se debe a la improbabilidad de que algo pueda atravesar intacto la frontera entre atemporalidad y tiempo.
4. Ver a los muertos como los individuos que fueron alguna vez tiende a oscurecer su naturaleza. Tratemos de considerar a los vivos como asumimos que lo hacen los muertos: en forma colectiva.
El colectivo crecería no solo a través del espacio sino también a lo largo del tiempo. Incluiría a todos los que vivieron alguna vez. Y así también pensaríamos en los muertos.
Para los vivos, los muertos se reducen a aquellos que vivieron, mientras que los muertos ya incluyen a los vivos en su propio gran colectivo.
5. Los muertos habitan un momento atemporal de construcción que se reinicia continuamente.
La construcción es el estado del universo en un instante cualquiera.
6. De acuerdo con su memoria de la vida, los muertos saben que el momento de la construcción es, también, un momento de colapso. Habiendo vivido, los muertos nunca pueden ser inertes.
7. Si los muertos viven en un momento atemporal, ¿cómo pueden tener memoria?
Lo único que recuerdan es haber sido arrojados al tiempo, como todo lo que existió o existe.
8. La diferencia entre los muertos y los que no nacieron es que los muertos tienen dicho recuerdo.
A medida que se incrementa el número de muertos, la memoria aumenta.
9. La memoria de los muertos, al existir en la atemporalidad, puede pensarse como una forma de imaginación concerniente a lo posible.
Esta imaginación está cerca de (reside en) Dios, pero no sé cómo.
10. En el mundo de los vivos, se produce un fenómeno equivalente pero opuesto.
Los vivos en ocasiones experimentan la atemporalidad, durante el sueño, el éxtasis, en momentos de peligro extremo, en el orgasmo y quizás en la experiencia misma de la muerte. En esos momentos, la imaginación abarca por completo el campo de la experiencia y desborda los contornos de la vida o la muerte individual. Roza la imaginación expectante de los muertos.
11. ¿Cuál es la relación de los muertos con lo que todavía no ocurrió, con el futuro?
Todo el futuro es la construcción a la que está abocada su “imaginación”.
12. ¿Cómo es que los vivos viven con los muertos? Hasta la deshumanización de la sociedad que produjo el capitalismo, todos los vivos esperaban alcanzar la experiencia de los muertos. Este era su futuro último. Por sí mismos, los vivos eran incompletos. Así es que vivos y muertos eran interdependientes. Siempre. Solamente una forma moderna y peculiar del egotismo rompió esa interdependencia con resultados desastrosos para los vivos, que ahora pensamos en los muertos como “los eliminados”.
Versiones en castellano de Sandra Toro.
Tormentas del siglo XX
El rayo, guadaña,
siega la lluvia.
Vendas de agua
caen como las ropas
-¡oh los grandes abrigos de las despedidas
aquellos abrigos grandísimos
que nunca volvían-
caen como las ropas
del ausente
en el campo vacío del cielo.
Y en la hierba de esta lluvia
flores
que crecían con la fuerza de los ríos
-¡oh los bolsillos del barquero
repletos con las cartas
los silencios y los números prometidos
de los que partieron-
que crecieron con la fuerza de los ríos
en los estuarios.
Todas las flores empezaron
en la palma de una mano,
cada pétalo
en origen
un gesto un movimiento
una caricia
Pon tu jardín en mi mejilla
tu jardín con cinco dedos
en otra ciudad
en mi mejilla.
El carro de heno
cargado con truenos
va rodando por el cielo.
Separación
Nosotros con nuestro errático lenguaje
nosotros con nuestros acentos incorregibles
y otro palabra para leche
nosotros que llegamos en tren
y nos abrazamos en los andenes
nosotros y nuestros vagones
nosotros cuya voz en nuestra ausencia
está enmarcada en la pared de un dormitorio
nosotros que lo compartimos todo
y nada:
ese nada que dividimos en dos
y tragamos con un sorbo
de la única botella,
nosotros a quienes el cuco
enseñó a contar
¿Por qué moneda
han cambiado nuestro canto?
¿Qué sabemos de poesía
en nuestras camas solitarias?
Somos expertos en regalos
los envueltos
y los que se dejan subrepticiamente.
Antes de partir escondemos nuestros ojos nuestros pies
nuestras espaldas
lo que nos llevamos es para la rejilla de los equipajes.
Atrás dejamos nuestros ojos
en los marcos de las ventanas y en los espejos
nuestros pies atrás
en la alfombra junto a la cama
nuestras espaldas en la cal de las paredes
y en las puertas colgadas de los goznes.
La puerta cerrada detrás de nosotros
y el traqueteo de las ruedas del vagón.
También somos expertos en tomar.
Nos llevamos los aniversarios
la forma de una uña
el silencio de un niño dormido
el sabor de tu apio
y la palabra para leche.
¿Qué sabemos de poesía
en nuestras camas solitarias?
Vía única, empalmes y
Apeaderos
leen en alto para nosotros.
No existe poema con versos más largos
que las líneas que hemos cogido.
Como chalanes sabemos cómo
calcular la distancia en la boca
Y juzgar su dolor por los dientes.
Con mulas, a pie
en camiones y líneas aéreas
en nuestro corazón
lo llevamos todo,
cosechas, ataúdes, agua,
gasóleo, hidrógeno, carreteras,
las lilas florecidas y
la tierra apaleada en la fosa común.
Nosotros con nuestras malas noticias del extranjero
y otra palabra para leche
¿Qué sabemos de poesía
en nuestras camas solitarias?
Como las comadronas sabemos de
la preñez en las mujeres
y cómo dan a luz,
como eruditos sabemos
lo que hace temblar al lenguaje.
Nuestra carga.
La unión de lo que ha sido dividido
hace temblar al lenguaje.
A lo largo de milenios y de la calle del pueblo
por tundras y bosques
a través de adioses y puentes
hacia la ciudad de nuestro hijo
hemos de llevarlo todo.
Nosotros contenemos poesía
Como los trenes de mercancía del mundo
Transportan ganado.
Pronto los regarán
en las vías muertas.
De "Páginas de la herida" Ed Visor de Poesía- Madrid 1995
No hay comentarios.:
Publicar un comentario