viernes, 22 de enero de 2016

Un poema de Cheruvida de Gabriak




Mira en el espejo,
mira y no te alejes.
Allí no están tus rasgos,
allí, en el espejo, viva,
está tu otra.

... Silencio, no hables...
Mira, mira, las partículas del mal y del miedo,
el resplandor de la mentira,
te crearon una imagen de ceniza
y estás viva.

Y así es como vives, no te muevas y escucha:
Allí en el espejo, en el fondo,
existe un jardín submarino con flores de perla.

No mires atrás,
acá tus días son vacíos,
acá destruirán todo lo que es tuyo.
Vive en el espejo. 


Florezco sólo una vez, como el helecho,
como el fuego de la primaveral y embriagadora noche…
Ven por mí a la magia del bosque,
al círculo encantado, ven y arráncame.

Ámame. Todo lo mío es tuyo.
Cede ante mi inutilidad amorosa.
Soy mortal y amarga como el almendro,
más tierna que la muerte, más ilusoria y amarga.

II

Violetas de un color lila oscuro
me traes todos los días;
son ingenuamente lamentables
las flores de tu enamoramiento.
La ciencia refinada del amor
no comprende tu mente ciega,
y por la sonrisa de aburrimiento,
se tuerce mi delgada boca.
Con el veneno viejo de mi perfume
te embriagaste dulcemente,
pero yo solo con una mirada débil
destruyo las flores innecesarias.

III
Sí, besaba y conocía
la huella de tus labios dulces,
mis labios entregaba a los labios,
aquí no hay pecado.
Por los besos, los labios
son más tiernos y más rosados.
Para qué eran tan rudas
sobre mí las palabras.
Ya hace cuatro años que se apagó
el fuego de tus ojos grises.
Más dulce que el vino y la miel
era la hora de nuestro encuentro.
Recuerdas, a través de la nieve sobre el portal
la flor de la gótica rosa,
cómo te ofendía yo,
cómo podías creerme.

IV
Mira en el espejo,
mira y no te alejes.
Allí no están tus rasgos,
allí, en el espejo, viva,
está tu otra.

… Silencio, no hables…
Mira, mira, las partículas del mal y del miedo,
el resplandor de la mentira,
te crearon una imagen de ceniza
y estás viva.
Y así es como vives, no te muevas y escucha:
Allí en el espejo, en el fondo,
existe un jardín submarino con flores perladas…
No mires atrás,
aquí tus días son vacíos,
aquí destruirán todo lo que es tuyo.
Vive en el espejo.

Espejo
Hace mucho, en el impulso supersticioso,
me diste un espejo con marco de plomo,
y retuve en el espejo equivocado
al fantasma de tu rostro.
Y desde entonces, cuando la melancolía quema el corazón
como gotas de caliente sangre escarlata,
en el espejo veo las curvas cejas
y la odiosa boca pálida.
Es dulce ver nuestras caras juntas
y saber que en esta hora muerta
mi melancolía tocará tus ojos
y te estremecerás en la filosa caricia de la venganza.

http://www.laotrarevista.com/2011/11/poemas-de-amor-cinco-poetas-rusos/


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