lunes, 4 de enero de 2016

POEMAS DE ZBIGNIEW HERBERT


herbert00
Polonia, 1924- 1988

EL ÚLTIMO ATAQUE. PARA KLAUS


Permítanme abrir expresando alegría y admiración
que estamos marchando a la cabeza de nuestras empresas
con uniformes diferentes bajo un mando diferente
pero con un único objetivo-sobrevivir

Me dices-mira aquí, probablemente deberíamos dejar
que estos chicos vayan a casa de su Margot de su Kasia
la guerra es bella sólo en desfiles
pero aparte de eso, como sabemos, el barro y la sangre
y las ratas

Mientras hablas llega una avalancha de fuego de artillería
es ese bastardo de Parkinson que está tomando tanto tiempo
que se encontró con nosotros en el pasado, cuando dimos un paseo
en una ruta irregular de nuestros cuellos sueltos en la barbilla
nuestras manos en nuestros bolsillos nos encontrábamos de licencia ya
cuando Parkinson de repente nos recordó que no era
el fin, sin embargo, que esta guerra maldita aún no ha terminado

ARQUITECTURA


Más de un delicado arco -
una ceja de piedra -

en la frente serena
de una pared

en las ventanas jubilosas y abiertas
donde hay caras en lugar de geranios

donde rectángulos rigurosos
bordean una perspectiva para divagar

donde una corriente abrió los ojos al lado de un adorno
fluyó sobre la superficie de un campo tranquilo

el movimiento se encuentra la quietud de una línea, se encuentra con un grito
la incertidumbre temblorosa, la sencilla claridad

estás allí
arquitectura
el arte de la fantasía y la piedra

ahí reside tu belleza
sobre un arco
leve como un suspiro

en una pared
pálida por la altitud

y una ventana
llorosa con un panel de cristal

un fugitivo de las formas aparentes
Yo proclamo su danza inmóvil

UNA BALADA QUE NO PODEMOS PERECER



Los que navegan en la madrugada
pero nunca volverán
dejaron su huella en una ola -

una concha cayó al fondo del mar
hermosa como los labios convertidos en piedra

aquellos que caminaron por un camino arenoso
pero no pudieron llegar a las clausuradas ventanas
a pesar de que ya vieron los techos -

han encontrado refugio en una campana de aire

pero quienes dejan sólo detrás
en un cuarto frío madurando unos pocos libros
un tintero vacío, un papel blanco -

en verdad no han muerto del todo
su susurro viaja a través de los matorrales del papel tapiz
el nivel de su cabeza todavía vive en el techo

su paraíso estaba en el aire
de agua de cal y de tierra a un ángel del viento
que pulverizará el cuerpo en su mano
serán
llevados a lo largo de las praderas de este mundo



LA PIEDRA


LA piedra es la criatura
perfecta

igual a sí misma
vigilante de sus fronteras

exactamente repleta
de pétreo sentido

con un aroma que a nada recuerda
a nadie espanta no despierta
codicia

su ardor y frío
son justos y están llenos de dignidad

siento su duro reproche
cuando la apreso en mi mano
y su noble
cuerpo
absorbe el falso calor

-Las piedras no se dejan domesticar
hasta el final nos mirarán
con su mirada tranquila clarísima




CINCO HOMBRES


1

Los sacan de mañana
al patio empredrado
y los ponen contra el muro

cinco hombres
dos de ellos muy jóvenes
los otros de mediana edad

nada más
puede decirse sobre ellos


2

cuando el pelotón
apunta sus armas
todo de repente aparece
en la luz estridente
de la obviedad

el muro amarillo
el frío azul
y en lugar del horizonte
el alambre negro sobre el muro

ese es el momento
en que se rebelan los cinco sentidos
con todo gusto escaparían
como ratas de un barco que se hunde

antes que la bala llegue a su destino
el ojo percibirá el vuelo de proyectil
y el oído registrará un susurro de hierro

la nariz se llenará de un humo cortante
un pétalo de sangre cepillará el paladar
el tacto se contraerá y luego se aflojará

ahora yacen sobre el suelo
cubiertos en sombra hasta los ojos
el pelotón se retira
sus ojales correas
y cascos de hierro
están más vivos
que aquellos que yacen junto al muro


3

Yo no acabo de enterarme de esto
lo sabía desde antes de ayer

entonces por qué he estado escribiendo
poemas sin importancia sobre las flores

de qué hablaron los cinco
la noche antes de ser ejecutados

de sueños proféticos
de un escape a un burdel
de repuestos para carro
de un viaje por mar
de cómo cuando uno de ellos tenía espadas
no debió haber abierto en el juego de naipes
de cómo el vodka es mejor
después del vino te da dolor de cabeza
de muchachas
de frutas
de la vida

así que uno puede usar en poesía
los nombres de pastores griegos
uno puede intentar capturar el color del cielo en la mañana
escribir del amor
y también
una vez más
con un fervor muerto
ofrecerle una rosa
a este traicionado mundo




EPISODIO EN UNA BIBLIOTECA



Una muchacha rubia está inclinada sobre un poema. Con un lápiz filoso como una lanza, ella transfiere las palabras a una hoja en blanco y las convierte en trazos, acentos, hemistiquios. El lamento de un poeta caído se ve ahora como una salamandra que es devorada por las hormigas.
     Cuando lo cargamos bajo el fuego de las ametralladoras, yo creí que su cuerpo, aún tibio, resuscitaría en sus palabras. Y ahora, mientras observo la muerte de las palabras, sé que no hay límite para la decadencia. Todo lo que quedará de nosotros en esta tierra negra será sílabas dispersas. Acentos sobre la nada y el polvo.





EL PARAÍSO DE LOS TEÓLOGOS



Pasadizos, largos pasadizos bordeados por árboles tan cuidadosamente recortados como los de un parque inglés. De vez en cuando un ángel pasa por aquí. Su cabello cuidadosamente rizado, sus alas susurran con el latín. En sus manos lleva un pulcro instrumento llamado silogismo. Camina rápido sin agitar el aire o la arena. Pasa en silencio por los símbolos tallados en piedra de las virtudes, las cualidades puras, las ideas de los objetos y muchas otras cosas completamente inimaginables. Nunca se pierde de vista porque aquí no hay perspectivas. Orquestas y coros permanecen en silencio y aún así la música está presente. El lugar está vacío. Los teólogos conversan espaciosamente. También esto se supone que es una prueba.




ESCOGIDOS POR LAS ESTRELLAS


No es un ángel
es un poeta

no tiene alas
tiene tan solo emplumada
la mano derecha

aletea con esa mano en el aire
se eleva tres pulgadas 
y enseguida desciende otra vez

cuando ya está tocando el suelo
rebota con sus piernas
y por un instante se queda suspendido en lo alto
agitando su mano emplumada

ay si fuera posible desprenderse de la atracción de la arcilla
podría instalarse en un nido de estrellas
podría saltar de un rayo a otro
podría–

pero las estrellas
con solo pensar que
pudieran convertirse en su tierra
se precipitan aterradas

el poeta tapa sus ojos 
con la mano emplumada
ya no sueña con el vuelo
sino con una caída
que va trazando como un relámpago
los perfiles del infierno



LO INCORREGIBLE


Esta es mi belleza poco seria
y es frágil como los cabellos o como el cristal

coloco mis aparejos de cantar
en el linde de las capitales en vísperas del terror


aquí la pequeña copa del aturdimiento
y una cuerda como un grillo muerto
un laúd no más grande que la mano de un niño
una sombra falsa una risa fingida

he aquí un cofrecito con los colores del atardecer
un estuche de caricias un frasquito de lágrimas
un rizo de música y juventud

lo portaré como el pan y el amor
cuando mi cuerpo atraviese las vías de hierro

esta es mi frágil belleza
coloco mis aparejos de cantar
en el linde de los mares en la arena movediza

y la ola al ver mi frivolidad
me ofrece una piedra en vez de una flor



DOS GOTAS


Los bosques ardían–

mas ellos
en sus cuellos enredaban los brazos
como ramos de rosas

la gente corría a los refugios–

él decía que su esposa tenía cabellos
en los que uno podía esconderse

cubiertos con una sola manta

musitaban impúdicas palabras
la letanía de los amantes

Si la cosa se ponía fea
saltaban en los ojos del otro
y los cerraban con fuerza

con tanta fuerza que no sintieron el fuego
que alcanzaba sus pestañas

hasta el final fueron audaces
hasta el final fueron fieles
hasta el final fueron parecidos
como dos gotas
detenidas al borde de la cara




En casa no hay peligro 
pero detrás del umbral 
cada vez que el Señor Cogito 
sale por la mañana a pasear 
se abre delante de él 
un abismo 
no el abismo de Pascal 
tampoco el despeñadero de Dostoyevski 
es un abismo 
justo a la medida 
del Señor Cogito 
su calidad particular: 
nada insondable 
ni aterrorizador 

lo sigue como si fuera una sombra 
lo espera frente a la panadería 
en el parque junto con el Señor Cogito 
por encima de su hombro 
lee el periódico 

molesto como un tumor 
apegado como un perro 
y ni siquiera tan profundo 
para absorberlo con la cabeza 
las piernas y las manos 

un día 
el abismo tal vez se haga más grande 
más maduro 
se ponga serio
¡ay si se supiera 
qué agua darle 
con que semilla 
alimentarlo! 

ahora 
basta con que el Señor Cogito 
recoja un puñado de arena 
para taparlo 

sin embargo no lo hace 
al regresar a casa 
deja al abismo tranquilo 
detrás del umbral 
ocultándolo cuidadosamente 
con un viejo trapo


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