lunes, 7 de agosto de 2023

POEMAS DE ÁLVARO YUNQUE (Seudónimo de Arístides Gandolfi Herrero)

 


Tragedia

 

Para Aristóbulo Echegaray

 

Poseer energías para emprender lo grande,

Y tener que agotarlas en ganar lo pequeño:

He aquí la tragedia cotidiana y anónima

Que entristece a los locos forjadores de ensueños.

 

Tener ansias, hermanos, de intentar lo inaudito,

Y gastar esas ansias en un mísero empleo:

He aquí la tragedia ¡pobres diablos! de todos…

¡Nuestras ansias de gloria malvender por un sueldo!

 

Comprender, ya vencidos, que la vida monótona

De ganarse el salario devoró pensamientos:

He aquí la tragedia del rebelde hecho máquina,

¡La terrible tragedia del que tuvo talento!

 

Fuente: Nudo corredizo, Álvaro Yunque, Buenos Aires, Claridad, 1927.

 

 

Elogio al gorrión

 

Nadie te pudo enjaular.

Yo que envidio tu bravura,

Gorrión, te voy a elogiar.

 

Te llaman gringo, gorrión,

Intruso, paria, extranjero,

Te llaman gringo ladrón.

 

No hay más que tú en la ciudad

–Comunista sin programa–

Que viva en fraternidad.

 

Primero dijo un gorrión:

"La propiedad es un robo",

Después lo escribió Proudhon.

 

Fuente: Poemas gringos, Álvaro Yunque, Claridad, Buenos Aires, 1932.

Tomado de:

http://lospoetasnovanalcielo.blogspot.com/2016/02/alvaro-yunque.html

 

 

CUANDO SEA GRANDE DE ALVARO YUNQUE

 

Mamá: cuando sea grande

voy a hacer una escalera

tan alta que llegue al cielo

para ir a coger estrellas.

 

Me llenaré los bolsillos

de estrellas y de cometas,

y bajaré a repartirlos

a los chicos de la escuela.

 

Pero a ti voy a traerte,

mamita, la luna llena,

para que alumbres la casa

sin gastar en luz eléctrica.

Tomado de:

https://es.diarioinca.com/2010/11/poema-cuando-sea-grande-alvaro-yunque.html

 

 

POESÍA DE LA CALLE

Poesía de la calle,

cosa de todos, sin dueño;

yo te aprisiono un segundo,

sólo un segundo en mi verso.

 

Poesía de la calle,

torna a la calle de nuevo;

de todos sé y de ninguno,

¡como una ramera, verso!

Tomado de:

http://www.antoniomiranda.com.br/iberoamerica/argentina/alvaro_yunque.html

 

 

Elegía por cincuenta toneladas de patatas

Fue en Baldwin el delito, miserables,

fue el crimen, corazón, en Yanquilandia,

donde el Dólar predica:

—«¡Democracia, señores, Democracia!»

(Withman se cubre el rostro, pero impreca.

Withman, callado, canta.

Lincoln se cubre el rostro, pero ruge.

Lincoln, callado, habla.)

«¡Democracia, señores!»

Donde se linchan negros, «¡Democracia!»,

donde la libertad —¿la tuya, Washington? —

tiene una enorme estatua.

Lo dicen con patético cinismo

las dos líneas no más de un cablegrama:

«En Baldwin (Alabama) se quemaron

cincuenta toneladas de patatas» ...

¡Cincuenta toneladas, hambrientos,

cincuenta toneladas, niños, parias,

madres sin leche, viejos mutilados,

cincuenta toneladas de patatas!

(Franklin se cubre el rostro, pero llora.

Franklin, callado, brama.)

Hambre, miseria, carestía; el Dólar

os grita: «¡Democracia!»

La libertad en el cubil del Ogro

tiene una enorme estatua.

(¿Aún de allá traerías tus maestros?...

y Sarmiento también, ceñudo, calla.)

¡Cincuenta toneladas, desdichados,

cincuenta toneladas de patatas!

Pueblos que mueren de hambre en todo el mundo,

quema el Dólar cincuenta toneladas,

cincuenta toneladas, infelices,

cincuenta toneladas de patatas.

Seguid bebiendo, pobres, el narcótico

que os suministra el Dólar: «¡Democracia!»

Postraos de rodillas ante el mito:

La libertad se congeló en estatua.

Y siempre esta obsesión de pesadilla,

¡Cincuenta toneladas de patatas!

Hay libertad para prenderles fuego

y el Dólar ululando: «¡Democracia!»

Cincuenta toneladas en cenizas,

cincuenta toneladas,

cincuenta toneladas hechas humo,

cincuenta toneladas de patatas.

 

 

Todo pasa

Todo pasa: Glorias, muertes,

revoluciones, miserias,

líderes, credos, proclamas,

martirios, héroes, poetas,

odios, fracasos, victorias,

fes, entusiasmos, ideas,

desolaciones, tiranos,

hazañas, cruces, banderas,

maquinarias, tradiciones,

gritos, puños, sables, fechas,

ruegos, himnos... ¡Todo pasa!

Todo pasa, el pueblo queda.

Tomado de:

https://omegalfa.es/downloadfile.php?file=libros/poesia-social-y-revolucionaria-del-siglo-xx.pdf

 

 

Algo significativo

Antaño, en que eran los clérigos

quienes leían los libros,

las iglesias, elevándose

sobre el poblachón hundido,

sus torres sobresacaban

del colonial rancherío;

Mas hoy cualquier ciudadano

devora cientos de libros,

y hoy la casa en que cualquiera,

allá en el décimo piso

se pasa en claro la noche

y estudia meditativo;

sobresale de la cúpula

del campanario más risco.

Lo cual no deja de ser

algo significativo.

De: Versos de la calle. 1924

 

 

Carro celular

Voy esta noche, Buenos Aires,

viajando en carro celular

con prostitutas y rateros,

amontonada humanidad.

 

Con poligriyos y tahúres

voy en un carro celular,

y yo te he dado, Buenos Aires,

con mis lirismos un caudal.

 

Yuso las sombras de la noche,

incertidumbre y soledad,

¡Qué camaradas de paseo!,

Voy en un carro celular.

 

Afuera injurias de uniformes,

adentro harapos, y callar;

yo con mi ensueño que medita,

voy en un carro celular.

 

Aunque me veas, Buenos Aires,

viajando en carro celular,

no soy anónimo delito:

¡Mi libertá es tu libertad!

De: Antología poética 1924-1949

 

 

Clase de historia

La maestra a los chicos,

les habla de los tiempos pasados:

 

Los chicos así aprenden que "Patria"

es tronar de cañones,

alaridos de clarines

y lamentos de soldados;

tormentas de metralla y de polvo,

huracán de caballos;

visión de sufrimiento y de sangre

que los deja estupefactos.

 

Los chicos al salir a la calle,

se cogen a puñetazos.

En: Versos de la calle, 1924

 

 

El asesino

Quién mató al Ché Guevara?

Su nombre nada importa.

Sabemos que es el mismo,

ese a quien nadie nombra,

porque nombrarlo manchaferoz pitecantropus,

asesino de King y de García Lorca.

Fuente: El Ortiba

 

 

Mundo fantástico

Agradezco al destino feliz que me pone

en un mundo de máquinas. ¡Viva!

¡Viva el vértigo humano, el peligro, las ansias creadoras

de este eléctrico mundo y su fuerza magnífica!

Yo abro enormes, los ojos.

Yo abro, enormes, los ojos sedientos de vida.

Yo recojo en mis dos asombradas,

gozosas, videntes pupilas,

el trajín que por calles o aulas

o fábricas lidia

Por quitarle al presente de angustias, dolor y trabajos

sus misterios, y hacer el futuro, la real maravilla

de otro mundo común,

de otro mundo de todos los hombres.

¿Cómo no he de gritarle a este mundo de máquinas: ¡Viva!

¡Viva, oh vértigo humano, oh peligro!

Yo me lanzo a la lucha política,

yo recojo en mi voz entusiasta

el fantástico mundo de todos los días.

De: Antología poética1924-1949

Tomado de:

https://studylib.es/doc/9126305/cuaderno-de-poesia-critica-n-048-alvaro-yunque

No hay comentarios.:

Publicar un comentario