viernes, 3 de noviembre de 2023

POEMAS DE ABDEL AZIZ AL-MAQALIH


“Poema 47 del libro de Sanaa

 

El espíritu de esta ciudad flota

 

Sobre el agua de los años.

 

No la despiertes, déjala gemir mientras sus hijos se ahogan.

 

No enciendas sus pálidos callejones,

 

Que las calles aún están mojadas

 

Con la dulce sangre de los mártires

 

Que murieron por su patria,

 

Y pasaron las páginas de la vida demasiado pronto

 

Que duerma para olvidar

 

Que duerma para recordar

 

No rasques con palabras

 

La tumba ella ha erigido

 

para su dolor.

 

Encima gimen cadáveres

 

Debajo se pierden.

 

 

“Por todos los medios

 

Es dormir, no murió.

 

Saldrá de su sueño

 

(después de un año)

 

Os digo, después de veinte años

 

Y lavará sus pies en la sangre de los reyes,

 

Bailará hasta la mañana

 

Y hasta la tarde

 

Arrancará los dientes y las uñas de su verdugo

 

Sin alegría maliciosa sin desesperación

 

el Sueño la dejará

 

Cuando sus buenos hijos emerjan de su sueño.

 

Las niñas de todos los ojos

 

¿Tus ojos se llenaron de miedo?

 

¿No te preocupan los ataúdes?

 

¿No se han roto las nubes del sueño y los espejos del

 

sueño en los bordes de las pesadillas?

Tomado de:

https://exilio.mx/columnistas/letra-del-sur/item/15145-canibales-relamiendo-a-un-pueblo-famelico

 

 

A UN RATÓN

 

Te fuiste como viniste, maldito de la tarde y del día,

tus largos días son una vergüenza

y tu época corta es un deshonor.

Más grande que tú es una hormiga,

más famosa que tú es una pluma en una pared.

¡Oh nuestro ayer sacrificado,

nuestro feo ratón

asesino de niños, destructor de vidas y hogares!

Creías que eras el dios… y nosotros los esclavos.

Haces lo que quieres,

juegas con el destino de la gente,

la conjetura y la integridad te traicionaron,

te convertiste en un montón de ceniza,

duermes solo

y te despiertas solo.

El viento y lo inanimado te preguntan:

¿Qué has hecho? Di,

¿qué has hecho por el país?

¿Qué recuerdo has dejado en su conciencia y de las glorias?

Ninguno, pequeño,

nada más que un juego de subasta.

Tus amigos son la garrapata, el rufián

y la tormenta de la corrupción.

¿Qué has dejado para los que leen?

¿Qué escribirán los niños de ti cuando crezcan?

Escribirán… pasó por aquí hinchado

un ratoncito vestido de verdugo aventurero.

 

 

DECLARÉ LA DESESPERACIÓN

 

Definitivamente soy mortal.

Entonces, ¿Cuál es la razón para retrasar mi muerte?

Mi cuerpo está envejeciendo

y también mi lenguaje y mi voz.

Aquellos a quienes amo han partido

y he perdido mis preguntas y mi tiempo.

Soy un caminante entre las tumbas,

huyo de mi silencio

a mi silencio.

Lloro

y se ríen de mi llanto

los lugares de culto y de distracción.

Extiendo la palma de mi mano hacia el cielo

y digo: compasión, Dios mío,

la tristeza de la creación,

de toda la creación

de seres humanos, aves y árboles

se multiplica

y la desesperación se los lleva mañana y tarde

en un suspiro.

Intenté no llevar puesta

mi desesperación

y parecer tranquilo

entre mis enemigos y mis compañeros

pero cuando viajé

a su interior

supe que eran como yo

y que la desesperación devoraba

cada corazón.

Declaré mi desesperación a todos

y dije que no me escondería.

Este es un tiempo de desgracia

y aflicción.

Satanás no ha dejado en él

espacio para la luz

ni tiempo para recordar el afecto

y el amor.

Sus días son polvorientos,

su cielo es polvoriento

y sus vientos negros

soplan en cabezas altivas,

desprecian la historia

y se burlan de la escritura.

Yo no tengo una patria

de cuyo nombre enorgullecerme

y decir cuando la vea:

¡Viva la patria!

Mi patria son las palabras,

la memoria

y algunas amarguras de la tristeza.

La vendieron a los inversionistas, los ladrones

y las guerras

y caminaron sobre sus restos

numerosos cargos, sectas

y luchas.

Sanaa…

 

¡Oh vieja casa

que reside en el alma!

¡Oh nuestra historia herida

y dibujada en el rostro de las ventanas

y las piedras!

Temo por ti del allegado,

y sin motivo

tengo miedo por ti de ti

y de los conflictos del emirato.

 

 

CUANDO LA MUERTE NO SE RÍE

 

A Mahmoud Darwish, el amigo del corazón abierto

 

1.

 

La despedida fue hermosa

como deseabas:

las rosas son rojas y amarillas,

el ataúd marcha despacio

sobre sus cuellos,

unos ángeles custodian tus frondosos

poemas,

los niños de Hayfa, Yafa y Gaza

raptan con sus pupilas

tus palabras dispersas

y las lágrimas son rubias en los ojos de bellas chicas,

la muerte se asusta más

y contiene la respiración

mientras camina detrás de tu silencioso funeral.

 

 

 

2.

 

“Tú” mirabas el reloj de pulsera,

hacías un brindis de despedida con

agradables palabras

y mordías la manzana “de la muerte”

con una alegría infinita

porque a pesar de tu intensa fascinación

por los heroísmos y el amor

tenías miedo de las moscas que

salían de la papelera

para atrapar el rubí de las palabras

y las rosas de los mawales,

atrapar la última luz

que peinaba el cabello de la infancia

en los umbrales del poema

 

 

3.

 

¡Ay!

Jugador de dados

 

en un vasto y lejano país

convertido en dado

con el que juegan

y se pelean,

y desde que tu rostro desapareció de un presente miserable

la luz del país ha disminuido,

se ha secado el sonido de los violines

y ha aumentado el gemido de las piedras.

“Anota, soy árabe”

sorprendió a todas las cabezas

y a la capital del país de “los beduinos”.

El Ándalus de hoy sigue como el Ándalus del ayer

descalzo y desnudo.

 

 

 

4.

 

Escribo ahora la elegía del corazón,

el tiempo es silencio

y un campo de recuerdos

cuyos árboles codiciados

irradian en el alma.

Un caballo solo allí,

aquí un arroyo… mariposas del alba

y agua clara como el sueño.

Tu rostro es un icono sobre el pecho de las montañas,

una kufiya que usan las colinas

y ese sol de mediodía en que

te gustaba

echarte una siesta en los jardines

con el viento en calma

y las canciones que te hicieron errar

te han llorado

y se han posado sobre una roca inánime.

 

 

 

5.

 

Con ojos asombrados, elevados

hacia ti mientras caminas

solo

y tus ojos disfrutan del sueño

en un mundo de inocencia desmedida,

un mundo en el que no es apropiado matar

en el que no hay tristeza,

aburrimiento ni lápidas de los muertos

y de otros destinados

a morir.

La paz sea contigo,

has llegado al cenit de la muerte

y la tierra se ha abierto portando en tu lugar

los vientos de tus fatigas mortales.

 

 

 

6.

 

Ahora te sientas en presencia de la poesía

completo

y tienes todo el tiempo

sin envidias ni calumnias.

¡Qué extensa es la eternidad!

Mural en cuya superficie Dios escribió Sus más bellos poemas

y se elevó sobre el trono de la palabra.

Estás aquí… y allí

y tus poemas sosegados

viven y van despacio

hacia el trono de los corazones

y le cantas

por la ausencia presente:

Paz

¡oh muerte! Gracias.

Por fin has llegado

tras largo tiempo esperándote.

 

 

AL ÚNICO FARO

 

A la rosa,

a esta rosa,

a la única,

a esta gallarda, abierta,

adulta rosa,

a su profundidad de terciopelo,

al estallido de su seno rojo.

 

                                Pablo Neruda

 

 

 

 

 

La noche pasa por tu lado desnuda…

La tormenta inclina su estatura a tu alrededor

mientras permaneces inmóvil en tu lugar.

Nuestros sueños en ti son firmes, rectos,

tus raíces están en los ojos,

en el corazón,

tu sol es reptante,

las flotas pasan a ciegas a tu alrededor

y el viento está quieto y trémulo

porque tú eres nuestra esperanza y el resto de nuestro sol

en las arterias sangrantes.

Como la tierra y el alba

permaneces,

te clavaste en el rostro de la larga noche de los mongoles,

iluminas las tinieblas de los hambrientos

y plantas en nuestro camino esbeltas palmeras.

Te hemos rescatado de un puerto que las tormentas no pueden extinguir

volándolo… imposible,

y las nubes de la noche no alcanzan sus profundidades.

¿Dónde?, ¿de dónde asciende el hermoso rayo?

Nos inmolaremos por ti.

Seguirás siendo la pasión de nuestra vida

nuestro sueño…

y la pasión de cada generación.

Las olas y la noche te cercan

y todos los mares te asaltan

pero tu rostro no cambia,

la luz del faro no cambia

y en un momento la ballena desaparece,

asustadas, las olas retroceden, muere el asedio

y tú sigues siendo un estandarte para nosotros y un barco para los hambrientos.

Y sigues siendo para ella –para la vida- el faro

porque tú eres la vida, la ciudad

y la primera mañana.

Tú eres el día.

 

                                                          7-9-1973

Tomado de:

https://revistabanipal.com/declare-la-desesperacion-poema-de-abdel-azizi-al-maqalih/

 

 

La traición

 

Mi fe en la poesía es traicionada, mientras la sangre,

que brota del corazón de la plaza,

enmascara ahora el rostro de las palabras.

 

Mis ojos ya no pueden

distinguir la forma de las cosas,

el tono de las cosas.

 

Sangre, sangre y más sangre

 

. Envuelve mi alma, mi lengua

envuelve el horizonte

y mancha el pan de la gente,

cayendo sobre los platos,

las tazas de café

y los ojos de los niños.

 

¿Qué sombra oscura

proyecta su cadáver sobre nuestra patria,

en esta ciudad hecha de luz?

 

¿Qué día, largas horas sangrientas

acechan en la plaza pública,

en una época de oscuridad,

a la caza de jóvenes

en la edad de los sueños juveniles

y de la visión más hermosa

de los días venideros?

 

¡Qué vergüenza

cuando la luz muere,

acribillada por balas de odio ciego!

 

No tengo más palabras

que pálidas

y sólo puedo ofrecer lágrimas

que corren por mi rostro,

sobre las páginas

 

que les digo: este pueblo

ha enviado muchos, muchos héroes,

y ¡Ofreció muchos, muchos sacrificios,

a lo largo del camino hacia la libertad!

 

¡Oh Gaymán! ¡Oh Ayban!

¿No estás destrozado cuando las lágrimas

derramadas por la calle se convierten en piedra,

y el corazón de la plaza pública

se angustia ante el fallecimiento de hijos

que se sacrifican por el significado del cambio?

 

Se desnudan el pecho

y levantan la cabeza en alto

recibiendo las balas de la traición

en un abrazo total

del precioso suelo de la nación.

 

Decenas de muertos, cientos de heridos,

es suficiente, oh Ghaymaan,

que tu corazón llore,

es suficiente, oh Aybaan,

que tu alma esté tocado por la tragedia?

 

¿O debemos construir

una presa y montañas

hechas de seres humanos

para obstruir esta marea creciente salvaje

y detener los baños de sangre?

Traducción del poema de Stephen Day.

Tomado de:

https://www.poemist.com/abdulaziz-al-maqaleh/the-betrayal

 

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