jueves, 16 de noviembre de 2023

POEMAS DE ERIC JOHAN STAGNELIUS


Amigo, en tiempo desolado

 

Amigo, en tiempo desolado, cuando tu alma se cubre de sombras

Cuando en hondo abismo, mueren memoria y sentido

La idea vacila entre sombras de formas y delirios,

El corazón no puede suspirar, y el ojo ya no llora;

Cuando cubierta de tinieblas tu alma cae en alas de fuego,

Y tú a la nada, con miedo, sientes bajar de nuevo,

Dime, ¿quién te salva entonces? ¿Quién es el ángel amable,

Que tu alma ordena y da belleza otra vez,

Que construye de nuevo tu mundo derruido, restaura el Altar

caído, y enciende allí la llama con mano sagrada?

Sólo la esencia potente, que nace de la eterna noche

Besa de vida al serafín, despiertan a los soles a la danza.

Sólo la palabra sagrada, que gritó a los mundos: “Existe”

Y cuya viva energía a los mundos aún mueve.

Por eso, alégrate, oh amigo y canta en la oscura pena:

La noche es la madre del día, el Caos es el vecino de Dios.

Tomado de:

https://letralia.com/176/articulo07.htm

 

 

Nacken.

 

La tarde se adorna con nubes de oro,

Las hadas bailan en la pradera

Y el Nacken, coronado con hierbas,

Toca su violín en el arroyo de plata.

 

Niño en el pincel sobre el banco,

Descansando en el vapor violeta,

Oye de pronto el murmullo del agua fresca,

Llamando desde la noche inmóvil.

 

Pobre compañero ¿por qué tocas?

¿Acaso calmará tu dolor?

Puedes traer los bosques y los campos a la vida,

Más nunca serás un hijo de dios.

 

Las noches de luna en el paraíso,

Las flores edénicas -planicies coronadas

De ángeles en las alturas-

Nunca por el ojo fueron contempladas.

 

Lágrimas fluyen por el rostro del anciano,

Sumergiéndose profundo en los rápidos,

El violín calla.

El Nacken jamás volvió

A tocar en el arroyo de plata.

Tomado de:

https://elespejogotico.blogspot.com/2008/11/poemas-nordicos.html

 

 

Eternidad

A través de las ruinas de mis sueños terrenales

atrapo las estrellas de la inmortalidad;

¿Qué reserva de alegría puede acecharme en el cielo?

¿Qué otra esperanza alimenta esos destellos celestiales?

¿Puede haber otras uvas cuyo néctar corra

por mí, a quien la vid de la tierra falla? ¡Oh! ¿Será posible

que este corazón tan desesperado pueda volver a ver

una frente engalanada y un ojo radiante?

¡Pobre de mí! ¡Es el sueño de la infancia el que se desvanece!

¡El alma nacida del cielo que finge que puede regresar

y terminar en paz esta lucha desesperada con el destino!

No hay ningún paso atrás; Sólo la muerte

puede calmar estos núcleos de fuego destructivo que arden,

puede romper la cadena y liberar al cautivo.

© por el propietario. proporcionado sin costo para fines educativos

 

 

A la decadencia

¡Decadencia, apresúrate, oh amada Esposa,

a hacer nuestro campamento solitario!

Desplazado por el mundo, desplazado por Dios,

sólo tú por esperanza me pertenece.

Fuerte, adorna nuestras habitaciones. En el féretro vestido de negro,

el amante que suspira llegará a tu morada.

¡Fuerte, prepara nuestro lecho nupcial, con claveles la primavera

verá

 

terminar tiernamente en tu seno mi cuerpo languideciente!

Asfixia en tu abrazo mi dolor

En gusanos Disuelve el pensamiento y la emoción,

en cenizas mi corazón ardiente.

 

¡Rica eres tú, oh niña! — en dote

me das la tierra grande y verde.

Estoy atormentado aquí arriba, pero seré feliz

allá abajo contigo

 

Hasta las dulces y hechizantes náuseas de la lujuria

que nosotros, los padrinos de boda vestidos de negro, debemos seguir.

Nuestro canto de boda suena al son de las campanas

y nos esconden cortinas verdes.

Sin embargo, cuando prevalecen las tormentas en el océano mundial,

cuando los horrores habitan en la tierra sangrienta,

cuando las enemistades hacen estragos, ambos dormimos

en una calma dorada.

© por el propietario. proporcionado sin costo para fines educativos

 

 

luna

Un sueño profundo flotaba sobre el mar, las colinas y la llanura;

Con mejillas rosa pálidas recién salidas de sus cuevas acuosas

Lentamente surgió la luna de las olas de medianoche,

Como Venus del océano nacida de nuevo.

Olímpicamente ardió ella en el principal azul oscuro;

'Así haréis, dioses'. ¡Oíd cómo delira mi débil esperanza! —

'¡Mi feliz estrella sube al mar que baña

de pena sus orillas, y silencia todo mi dolor!'

Con eso suspiró una errante brisa de medianoche

en lo alto, entre los árboles con penachos más altos,

y sobre la faz de la luna sopló un velo de nubes;

Y en la brisa mi genio habló y dijo:

"Mientras tu corazón se agitaba, tu brillante esperanza ha huido,

y como la luna yace envuelta en un sudario".

© por el propietario. proporcionado sin costo para fines educativos

Tomado de:

https://allpoetry.com/Erik-Johan-Stagnelius

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