lunes, 6 de noviembre de 2023

POEMAS DE IDA VITALE HOMENAJE A SU OBRA

 

Cultura del palimpsesto

 

Todo aquí es palimpsesto,

pasión del palimpsesto:

 

a la deriva,

                        borrar lo poco hecho,

empezar de la nada,

afirmar la deriva,

mirarse entre la nada acrecentada,

velar lo venenoso,

matar lo saludable,

escribir delirantes historias para náufragos.

 

Cuidado:

no se pierde sin castigo el pasado,

no se pisa en el aire.

 

De "Nuevas arenas I" 2002

 

 

De un fulgor a otro

 

Quizás no se deba ir más lejos.

Aventurarse quizás apenas sea

desventurarse más,

alejarse un atroz infinito

del sueño al que accedemos

para irisar la vida,

como el juego de luces que encendía,

en la infancia,

el prisma de cristal,

el lago de tristeza, ciertas islas.

Sí, entre biseles citados los colores,

un fulgor anidaba sobre otro

-seda y deslumbramiento

el margen del espejo-

y aquello también era un espectro,

sabido, exacto. Centelleos ajenos

en un mundo apagado.

Como un canto sin un cuerpo visible,

un reflejo del sol creaba

una cascada un río una floresta

entre paredes áridas.

Sí, no vayamos más lejos,

quedemos junto al pájaro humilde

que tiene nido entre la buganvilia

y de cerca vigila.

Más allá sé que empieza lo sórdido,

la codicia, el estrago.

 

De "Nuevas arenas II" 2002

 

 

Estar solo

 

Un desventurado estar solo,

un venturoso al borde de uno mismo.

¿Qué menos? ¿Qué más sufres?

¿Qué rosa pides, sólo olor y rosa,

sólo tacto sutil, color y rosa,

sin ardua espina?

 

De "Palabra dada" 1953

 

 

Exilios

 

                                 ...tras tanto acá y allá yendo y viniendo.

                                                                          Francisco de Aldana

 

Están aquí y allá: de paso,

en ningún lado.

Cada horizonte: donde un ascua atrae.

Podrían ir hacia cualquier fisura.

No hay brújula ni voces.

 

Cruzan desiertos que el bravo sol

o que la helada queman

y campos infinitos sin el límite

que los Vuelve reales,

que los haría de solidez y pasto.

 

La mirada se acuesta como un perro,

sin siquiera el recurso de mover una cola.

La mirada se acuesta o retrocede,

se pulveriza por el aire

si nadie la devuelve.

No regresa a la sangre ni alcanza

a quien debiera.

 

Se disuelve, tan solo.

 

De "De procura de lo imposible" 1998

 

 

Gatos

 

Como tras los mullidos ves tres gatos

a su trisagio erótico ceñidos,

saltar por los tejados, aguerridos

como otros d ' Artagnan, Porthos y Athos,

 

pasas a depender, no de insensatos

pensamientos ajenos repetidos

ni de tu larga deuda de descuidos

sino del paso de estos gatos gratos.

 

El primero te quita de lo humano

sin llevarte por eso a lo divino;

el segundo te anima la sonrisa;

 

con el tercero, piensas, de la mano,

más cabal, de la cola del felino:

¿a qué, no siendo humanos, tanta prisa?

 

De "Reducción del infinito" 2002

 

 

Gotas

 

¿Se hieren y se funden?

Acaban de dejar de ser la lluvia.

Traviesas en recreo,

gatitos de un reino transparente,

corren libres por vidrios y barandas,

umbrales de su limbo,

se siguen, se persiguen,

quizá van, de soledad a bodas,

a fundirse y amarse.

Trasueñan otra muerte.

 

De "Reducción del infinito" 2002

 

 

Justicia

 

Duerme el aldeano en un colchón de heno.

El pescador de esponjas descansa

sobre su mullidísima cosecha.

¿dormirás tú, en lenta flotación,

sobre papel escrito?

 

De "Parvo Reino" 1984

 

 

La palabra infinito

 

La palabra infinito es infinita,

la palabra misterio es misteriosa.

Ambas son infinitas, misteriosas.

Sílaba a sílaba intentas convocarlas

sin que una luz anuncie su dominio,

una sombra señale a qué distancia de ellas

está la opacidad en que te mueves.

Van a algún punto del resplandor y anidan,

cuando las dejas libres en el aire,

esperando que un ala inexplicable

te lleve hasta su vuelo.

 

¿Es más que su sabor el gusto de la vida?

 

De "De procura de lo imposible" 1998

 

 

Llamada viva

 

Ponerse al margen

asistir a un pan

cantar un himno

 

menoscabarse en vano

abrogar voluntades

refrendar cataclismos

 

acompañar la soledad

no negarse a las quimeras

remansarse en el tomado

 

ir de lo ceñido a lo vasto

desde lo opaco a la centella

de comisión al sueño libre

 

ofrecerse a lo parco del día

si morir una hora tras otra

volver a comenzar cada noche

 

volar de lo distinto a lo idéntico

admirar miradores y sótanos

infligirse penarse concernirse

 

estar en busca de alma diferida

preparar un milagro entre la sombra

y llamar vida a lo que sabe a muerte.

 

De "Reducción del infinito" 2002

 

 

Los compases heredados

 

                                                                 A Adolfo Nigro

 

No te amargues el mar,

acompásate con la hora que,

involuntario y cruel, nadie trasmuta;

ríete de los antológicos traspiés

del mínimo común nominador,

de todo el trafalgar

en que un traidor se anega.

Prémiate con recordar que siempre

huiste de él como de un eufonium.

 

De "Reducción del infinito" 2002

 

 

Mariposa, poema

 

En el aire estaba

impreciso, tenue, el poema.

Imprecisa también

llegó la mariposa nocturna,

ni hermosa ni agorera,

a perderse entre biombos de papeles.

La deshilada, débil cinta de palabras

se disipó con ella.

¿Volverán ambas?

Quizás, en un momento de la noche,

cuando ya no quiera escribir

algo más agorero acaso

que esa escondida mariposa

que evita la luz,

                                 como las Dichas.

 

De "De procura de lo imposible" 1998

 

 

Mes de mayo

 

Escribo, escribo, escribo

y no conduzco a nada, a nadie.

Las palabras se espantan de mí

como palomas, sordamente crepitan,

arraigan en su terrón oscuro,

se prevalecen con escrúpulo fino

del innegable escándalo:

por sobre la imprecisa escrita sombra

me importa mas amarte.

 

De "Oidor andante" 1972

 

 

Obstáculos lentos

 

Si el poema de este atardecer

fuese la piedra mineral

que cae hacia un imán

en un resguardo hondísimo;

 

si fuese un fruto necesario

para el hambre de alguien,

y maduraran puntuales

el hambre y el poema;

 

si fuese el pájaro que vive por su ala,

si fuese el ala que sustenta al pájaro,

si cerca hubiese un mar

y el grito de gaviotas del crepúsculo

diese la hora esperada;

 

si a los helechos de hoy

-no los que guarda fósiles el tiempo--

los mantuviese verdes mi palabra;

si todo fuese natural y amable...

 

Pero los itinerarios inseguros

se diseminan sin sentido preciso.

Nos hemos vuelto nómades,

sin esplendores en la travesía,

ni dirección adentro del poema.

 

De "Reducción del infinito" 2002

 

 

Otoño

 

Otoño, perro

de cariñosa pata impertinente,

mueve las hojas de los libros.

Reclama que se atienda

las fascinantes suyas,

que en vano pasan del verde

al oro al rojo al púrpura.

 

Como en la distracción,

la palabra precisa

que pierdes para siempre.

 

De "Reducción del infinito" 2002

 

 

Paloma

 

Posada la paloma

en la pared blanquísima

blanca es y reverbera,

es de veras,

                        es verbo,

nos venga.

Blanca posada pide,

pasajera.

 

De pronto es negra.

                                         Vuela.

 

De "Reducción del infinito" 2002

 

 

Patrimonio

 

Sólo tendremos lo que hayamos dado.

¿Y qué con lo ofrecido y no aceptado,

qué con aquello que el desdén reduce

a vana voz, sin más,

ardiente ántrax que crece,

desatendido, adentro?

 

La villanía del tiempo,

el hábito sinuoso

del tolerar paciente,

difiere frágiles derechos,

ofrece minas, socavones, grutas:

oscuridad apenas para apartar

          vagos errores-

 

El clamor, letra a letra,

del discurso agorero

no disipa ninguna duda;

hace mucho que sabes:

          ninguna duda te protege.

 

De "Reducción del infinito" 2002

 

 

Penitencia

 

¿Mirar atrás será pasar

a ser de sal precaria estatua,

un perecer petrificado

preso en sí mismo, parte

del roto encanto de un paisaje

cuya música no logro más oír?

 

¿Debo matar lo que miré,

el mito que minuciosa

pliego y despliego,

grava para mi paso solo?

¿ Ciega borrar lugares,

playas, vientos, el tiempo?

 

Sobre todas las cosas,

anular horas que se han vuelto inútiles

como lluvia que cae

sobre el mar implacable,

como mis propios pasos

si no son penitencia.

 

De "Reducción del infinito" 2002

 

 

Residua

 

Corta la vida o larga, todo

lo que vivimos se reduce

a un gris residuo en la memoria.

 

De los antiguos viajes quedan

las enigmáticas monedas

que pretenden valores falsos.

 

De la memoria sólo sube

un vago polvo y un perfume.

¿Acaso sea la poesía?

 

De "Parvo Reino" 1984

 

 

Sumas

 

                                          caballo y caballero son ya dos animales

 

Uno más uno, decimos. Y pensamos:

una manzana más una manzana,

un vaso más un vaso,

siempre cosas iguales.

 

Qué cambio cuando

uno mas uno sea un puritano

más un gamelán,

un jazmín más un árabe,

una monja y un acantilado,

un canto y una máscara,

otra vez una guarnición y una doncella,

la esperanza de alguien

más el sueño de otro.

 

De "Reducción del infinito" 2002

Tomado de:

http://amediavoz.com/vitale.htm

 

 

Accidentes nocturnos

 

Palabras minuciosas, si te acuestas

te comunican sus preocupaciones.

Los árboles y el viento te argumentan

juntos diciéndote lo irrefutable

y hasta es posible que aparezca un grillo

que en medio del desvelo de tu noche

cante para indicarte tus errores.

Si cae un aguacero, va a decirte

cosas finas, que punzan y te dejan

el alma, ay, como un alfiletero.

Sólo abrirte a la música te salva:

ella, la necesaria, te remite

un poco menos árida a la almohada,

suave delfín dispuesto a acompañarte,

lejos de agobios y reconvenciones,

entre los raros mapas de la noche.

Juega a acertar las sílabas precisas

que suenen como notas, como gloria,

que acepte ella para que te acunen,

y suplan los destrozos de los días.

 

 

La palabra

Expectantes palabras,

fabulosas en sí,

promesas de sentidos posibles,

airosas,

aéreas,

aireadas,

ariadnas.

 

Un breve error

las vuelve ornamentales.

Su indescriptible exactitud

nos borra.

 

 

Un pintor reflexiona

Qué pocas cosas tiene

este callado mundo,

más allá de mis Cosas.

Está ese sol que incendia

las paredes vecinas,

los cables del tendido

y aquí no entra porque

qué pensaría el triste,

el alón del sombrero

que, perdida su copa,

ya no abandona el muro

y tengo por la Elipse.

Y las flores de trapo,

que pintadas soñaron

con ser frescas y hermosas

y sobreviven mustias,

¿qué dirían, mis eternas?

Mis ocres, lilas, rosas,

mis marfiles sesgados

por sombras que entretejen

mis líneas adivinas,

son, en su quieto reino.

No importa el sol, afuera.

Que le baste Bolonia

y el ladrillo ardoroso

y en mera luz y sombras

me deje entre mis cosas.

Ya nos encontraremos

si en el pequeño parque,

pinto y pienso en Corot.

Voy a ser aún más leve:

en leves acuarelas

últimas, que precisen

el paso de las formas

por la bruma que sea

un color suficiente.

Pintaré un mandolino

que acompañe la danza

de mis disposiciones

entre sí con sus sombras,

con luces y con trazos

que sutiles abrazan

mis objetos amados.

Y ya toda Bolonia

será de un suaverrosa

sin presunción alguna,

sobre el fatal hastío

si, decimonónico,

de lecheras y henares,

gallineros y cielos.

Cerca de mis hermanas,

viajaré por mis Cosas.

Tomado de:

https://www.culturagenial.com/es/ida-vitale-poemas/

 

 

Cuadro

 

 

Construimos el orden de la mesa,

el follaje de la ilusión,

un festín de luces y sombras,

la apariencia del viaje en la inmovilidad.

Tensamos un blanco campo

para que en él esplendan

las reverberaciones del pensamiento

en torno del icono naciente.

Luego soltamos nuestros perros,

azuzamos la cacería,

la imagen serenísima, virtual,

cae desgarrada.

 

 

Reunión

 

 

Érase un bosque de palabras,

una emboscada lluvia de palabras,

una vociferante o tácita

convención de palabras,

un musgo delicioso susurrante,

un estrépito tenue, un oral arcoíris

de posibles oh leves leves disidencias leves,

érase el pro y el contra,

el sí y el no,

multiplicados árboles

con voz en cada una de sus hojas.

 

Ya nunca más, diríase,

el silencio.

 

 

conclusión y relámpago

 

 

Virrey caracoleante, Mayo duro

dice conclusión y relámpago

y cierra las puertas últimas

del verano.

En tardes lejanísimas

del anterior otoño

tendrá el cielo textual, usual,

sin dianas,

puesta dorada y triste

la sábana del tiempo.

Destraillado, el perro de la vida

busca circularmente

y harta desolación hay

en su olfato.

 

 

Renacentista

 

 

Aún sigue siendo así: icáricos,

caedizos y respectivo mar uno del otro.

Desde las barcas y las plantaciones

trasmiten partes de rescoldo último,

doblan señales de pasión y muerte

los exentos, y fervorosamente

huyen del aire altivo de la quema.

Los que allá siguen gravitando aducen

sus propias leyes, su sagrado fuego,

tocan intactos su certeza y ríen.

 

 

Amanecer solo

 

 

La rosa noroeste se repliega,

la rosa sur se exime.

Todo ser, todo ardor

abren sus biombos nítidos.

Gritos da el aire sin respuesta

cuando la soledad

azuza perros carniceros

y una mano en el chirriante límite

aproxima los restos.

 

 

Para bajar a tierra

 

 

Se calza uno las botas de la lluvia,

los ojos de la lluvia

y el pesimismo del posible granizo,

acepta la encandilada taza de la mañana,

barrunta el barro,

el frío contra la piel caliza,

urde planes contrarios,

apostrofa y desmanda,

supone el ronroneo del poema

cobijado en la cama, como un gato.

Pero transige poco a poco,

baja, y entra al campo del radar de la muerte,

como todos los días,

natural, tautológicamente.

 

 

Recreativa

 

 

Suponiendo que estamos en el fondo

de un pozo imaginario;

que ese pozo tiene altura,

brocal, más allá cielo

para alguien que lo alcance;

y dando por sentado

que tiene un contenido

en esperanzas yertas,

averígüese el tiempo

que habrá de transcurrir

para que quien está

en lo más hondo de él

llegue hasta arriba.

Formúlese la respuesta

en sueños viables,

fines laberintos,

ilusiones volátiles.

Calcúlese también

la energía perdida

cada vez que se vuelve

a tocar fondo.

 

 

Trastienda

 

 

Cielos veloces de Montevideo,

estratos de oro y de laurel,

halados por la más alta red,

tibios lilas lentísimos

cocientes de su luz multiplicada,

pasan y nos envuelven

y nos entretenemos con su gracia,

como una mano juega

entre arenas que guardan

la eternidad en la que no pensamos.

Entretanto, el pegaso peligro

relincha ferozmente.

 

 

calco por transparencia

 

 

La tarde nítida,

llena de tientos firmes

—trompeta, telegrama, jirones de Girondo—

reserva entre sus drupas la tristeza.

El otoño presagia traslados,

traslada los presagios,

gasta sus espléndidos velos

en rituales oscuros.

Todo ortigas,

se obstinan cenizas jeroglíficas.

Sólo el amor detiene

las paredes veloces,

suspende

el derrumbe.

Por transparencia

se ve el fuego

devorar

las más altas cortezas

en los jardines escalados.

Sobrevive un gorjeo,

brújula tersa.

 

 

Venturas naturales

 

 

Contra las presunciones, sol insiste,

fuera, no dentro,

incandescente informe no rector.

 

Otros días su luz es una endecha,

una plática suave.

Casi como si fuésemos

musgos o hierbas de semilla o árboles frutales

el día segundo de la creación.

Como si fuese simulacro el fin del paraíso.

 

 

Verano

 

 

Todo es azul,

lo que no es verde

y arde,

I.N.R.I.

—igne natura renovatur integra—

en este aceite grave del verano;

cae el que pesa el vuelo de los pájaros

y blasfema del pájaro sin vuelo,

cae la excrecencia verbal =

la agorería = el trofeo,

la joya sobre la vieja piel de siempre.

 

Quien se sienta a la orilla de las cosas

resplandece de cosas sin orillas.

 

 

Respuesta del derviche

 

 

Quizás

la sabiduría consista

en alejarse si algo vibra

a nuestro movimiento

(porque la horrible araña

cae sobre la víctima)

para ver,

refleja como una estrella,

la realidad distante.

 

De ese modo

la situación florece a nuestros ojos

—o pierde

uno a uno

sus pétalos—

como una especie vista

por primera vez.

Y juzgaremos triste,

vano zurcido

que nada repara,

el dibujo trivial de nuestro gesto,

improbable amuleto

contra la emigración de las certezas.

 

 

Perspectiva

 

 

En primer plano pliegues,

joyas, rostros,

flordelisados jinetes

usurpan con noticias humanas

el velo de la nube en el cielo,

el lejano ciprés, las colinas,

los ríos como cintas al final de la fiesta.

 

Hacia la perspectiva,

la superficie se vuelve transparente,

diseño esmaltado que deleita el ojo,

tabla de tentaciones

por donde la mirada corre a más,

a la invisible fuente

de lo visto.

 

Un hombre busca puertas hacia

eludir la contingencia

que de este lado de la tela acecha,

empeñado en ganarse un lugar

que no preferirá el onagro

ni habitarán terrores;

llama detrás de ese infinito,

intenta,

deslizando esperanzadas lentes,

descubrir y acercar

lo que se esconde,

lo que debiera estar sosteniendo el milagro.

Y sólo encuentra

el límite otra vez

y la pregunta.

Tomado de:

http://www.materialdelectura.unam.mx/index.php/poesia-moderna/16-poesia-moderna-cat/344-196-ida-vitale?showall=1

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