Zona de desarrollo
Las chimeneas trabajan todos los turnos,
Hacen volar sus gallardetes de llamas.
Y donde los técnicos tiran
Una bola, los corales
Son un alfabeto que se confunde
En la brea.
En Crymlyn los restos
Prehistóricos sacan de la tierra
Su monumento a la amnesia:
Los plásticos y el metal y el fino
Polietileno azul
Como los envoltorios de una ciudad.
Es un territorio de sirenas;
Pero detrás del parqueo de los camiones
El azufre cae con el rocío,
Mientras por la corteza lustrosa
De los abedules corre el liquen
Como un beso con creyón de labios.
Las oficinas son relojes de arena,
Las secretarias sus granos.
Sobre el glaciar de la basura
De la ciudad, los niños buscan
Futuros ya descartados.
Hay luz aquí, pero ninguna ventana.
El pabellón de infecciosos
La hipodérmica es grande
Como una bomba de bicicleta.
Ella mete la cuchilla
Por entre las vértebras azules
Yo cuento en un idioma
Que nunca aprendí
Hasta que se libera.
Me pongo fino, primoroso
Como la llanta de una rueda,
Exprimo los animales
Delirantes de la mente
Para hacer que el público jadee
Familiares tristes erectos
En sus uniformes floreados.
Nadie me toca menos ella
Cuyo deber cada día es
Quitar las piedras calientes de mi cabeza
Y acariciarme con los irises
Recogidos en el páramo, tejidos
Transparentes de hielo los últimos pétalos,
Botellas verdes de una semilla peligrosa.
Entonces me susurra bien profundo en el sueño,
Me enseña a caminar.
La mejilla está sobre el ojo
Plateado de su reloj, la cara apretada
En su ingle. Detrás del cristal
Los niños son como el vilano
Que ella sopla hacia la casa.
Tomado de:
https://www.revistaaltazor.cl/robert-minhinnick-2/
Matrimonio
¿Debería casarme? ¿Debería ser bueno?
¿Sorprender a mi joven vecina con mi traje de
terciopelo y mi gorra de Fausto?
Llevarla a cementerios en lugar de al cine
hablarle de bañeras de hombre lobo y clarinetes en do
y después desearla y besarla y todos los preparativos
y ella sin dejarse ir y yo entendiendo por qué
diciéndole sin enojarme ¡Debes sentir! ¡Es maravilloso
sentir!
y en lugar de eso tomarla en mis brazos y apoyarla
contra una lápida vieja y torcida
y cortejarla toda la noche las constelaciones en el
cielo...
Cuando me presentara a sus padres
la espalda recta, por fin bien peinado, estrangulado
por una corbata,
me sentaría con las rodillas juntas en su sofá de los
interrogatorios
y no preguntaría ¿Dónde está el baño?
¿De qué otro modo sentirme distinto de lo que soy,
pensando casi todo el tiempo en los capítulos de Flash
Gordon...
Oh, qué terrible debe de ser para un hombre joven
sentarse delante de una familia y la familia pensando
¡Nunca lo habíamos visto! ¡Quiere a nuestra Mary Lou!
Después del té y las galletas caseras preguntarían
¿Cómo se gana la vida?
¿Debería decirlo? ¿Seguiría gustándoles?
Dirían muy bien, casaos, no perdemos una hija
sino que ganamos un hijo...
¿Podría entonces preguntar dónde está el baño?
¡Oh, Dios, y la boda! Toda la familia y los amigos de
ella
y sólo un puñado de los míos, andrajosos y barbudos
esperando para arrojarse sobre los tragos y la comida.
¡Y el cura! Mirándome como si me masturbara
preguntándome ¿Tomas a esta mujer por tu legítima
esposa?
¿Y qué diría yo, temblando? ¡Diría Pastel de Cola!
Besaría a la novia mientras todos esos cursis me dan
palmadas en la espalda
¡Ella es toda tuya, muchacho! ¡Ja, ja, ja!
Y en sus ojos podrías ver alguna impúdica escena de la
luna de miel...
Después todo ese arroz absurdo y latas y zapatos
ruidosos
¡Cataratas del Niágara! ¡Hordas de nosotros! ¡Maridos!
¡Esposas! ¡Flores! ¡Bombones!
Todos entrando en hoteles acogedores
Todos para hacer lo mismo esa noche
El indiferente conserje sabe lo que va a pasar
Los zombis del hall lo saben
El ascensorista que silba lo sabe
El botones que me guiña un ojo lo sabe
¡Todos lo saben! ¡Casi me siento inclinado a no hacer
nada!
¡A quedarme toda la noche de pie! ¡A mirar a los ojos
al conserje!
Gritándole: ¡Me niego a la luna de miel! ¡Me niego a la
luna de miel!
corriendo desenfrenadamente por esas suites
climatizadas
vociferando ¡Vientre de radio! ¡Excavadora!
¡Oh, viviría en Niágara para siempre! en una cueva
oscura debajo de las cataratas
Me quedaría sentado allí como el Lunamielero Loco
ideando modos de romper matrimonios,
un azote de bigamia un santo del divorcio...
Pero debería casarme, debería ser bueno
Qué hermoso sería llegar a casa, a ella
y sentarme junto al fuego y ella en la cocina
joven y amorosa con su delantal deseando un bebé
y tan feliz conmigo que se le quemaría el rosbif
y vendría llorando a mí y yo me levantaría de mi gran
sillón
diciendo ¡Diente de Navidad! ¡Cerebros radiantes!
¡Manzana sorda!
¡Oh, Dios, qué buen esposo sería! ¡Sí, debería casarme!
¡Hay tanto por hacer! Como meterme en la casa de Mr.
Jones tarde por la noche
y cubrir sus palos de golf con libros noruegos de 1920
como colgar una foto de Rimbaud en el cortacésped
como pegar sellos de Tannu Tuva en toda la cerca
como decirle a la señora Kindhead cuando viniera a
recolectar fondos
para la beneficencia ¡Hay presagios desfavorables en el
cielo!
Y cuando viniese el alcalde para obtener mi voto
decirle
¿Cuándo van a parar con la matanza de ballenas?
Y cuando viniera el lechero dejarle una nota en la
botella
Polvo de pingüino, tráigame polvo de pingüino, quiero
polvo de pingüino...
Sin embargo, si me casara y vivimos en Connecticut y
hay nieve
y ella da a luz un niño y yo estoy sin dormir, agotado,
levantado toda la noche, con la cabeza apoyada contra
una ventana inmóvil, el pasado detrás de mí,
en la más común de las situaciones un hombre que tiembla
consciente de sus responsabilidades nada de ramita ni
sopa de moneda romana...
¡Oh, lo que sería!
Seguramente le daría por tetina un Tácito de goma
por sonajero una bolsa llena de discos rotos de Bach
le clavaría con tachuelas a Della Francesca en la cuna
le cosería el alfabeto griego en el babero
y construiría un Partenón sin techo como corralito.
No, dudo que fuera esa clase de padre
nada de césped, de nieve, de ventana inmóvil
sino la caliente, hedionda, dura ciudad de Nueva York
siete pisos sin ascensor, cucarachas y ratas en las
paredes
una gorda esposa del Reich gritando sobre las patatas
¡Consigue un trabajo!
Y cinco mocosos con la nariz chorreante enamorados de
Batman
Y todos los vecinos sin dientes y con el pelo erizado
como esas multitudes de brujas del siglo XVIII
todos queriendo entrar y ver la tele
Y el casero que quiere su alquiler
Tienda de comestibles Compañía de Gas y Electricidad
Cruz Azul Caballeros de Colón
Imposible recostarse y soñar nieve telefónica,
aparcamiento fantasma...
¡No! ¡No debería casarme y no debería casarme nunca!
Pero... imagina que fuera a casarme con una mujer
hermosa y sofisticada
alta y pálida con un elegante vestido negro y unos
guantes largos y negros
que sostiene una boquilla en una mano y un vaso de
whisky con soda en la otra
y que viviéramos en un ático con una ventana enorme
desde la cual pudiéramos ver todo Nueva York y aún más
lejos en días claros
No, no puedo imaginarme casado en ese agradable sueño
carcelario...
Oh, pero ¿qué hay del amor? Me olvido del amor
no es que sea incapaz de amar
es sólo que el amor me parece tan extraño como usar
zapatos...
Nunca quise casarme con una chica que fuera como mi
madre
E Ingrid Bergman siempre fue imposible
Y quizá haya una chica ahora mismo, pero ya estará
casada
Y los hombres no me gustan y...
¡pero tiene que haber alguien!
Porque qué pasa si tengo sesenta años y no estoy
casado,
solo en un cuarto alquilado con manchas de pis en los
calzoncillos
¡y todos los demás casados! ¡Todos en el universo
casados menos yo!
Ah, sin embargo, sé que si hubiese una mujer posible
como yo soy posible
el matrimonio sería posible...
Como ELLA en su bagatela solitaria y exótica esperando
a su amante egipcio
así espero yo, desprovisto de dos mil años y el baño de
la vida.
Gregory Nunzio Corso (Nueva York, 1930-Minessota, 2001)
Versión de Jonio González
Tomado de:
https://campodemaniobras.blogspot.com/2013/06/poemas-elegidos-33.html?m=0
Los graneros de Tonysguboriau
Talbot Green (en galés: Tonysguboriau “pradera de los
graneros”) es una ciudad (y distrito electoral) justo al norte de la autopista
M4, en el condado de Rhondda Cynon Taf, Gales.
1.
Siempre me pregunté por qué debería
¿Y por qué no debería visitarlo?
Una señal de tráfico para Tesco Extra.
El brutal asfalto que nos conduce hasta allí.
Vi niños
En sus graneros, deslizándose por el heno.
como lo había hecho una vez en otro lugar,
Frotándose el polvo de heno de los ojos,
un lugar desaparecido exactamente como
el Tonysguboriau de mi pequeña alma.
2.
Ah, oscuridad –
sucesivos estantes de sombra.
Tales tinieblas
Parecía tener más significado entonces
Cuando estábamos todos
Mucho más cerca del suelo.
Recuerdo los olores
que nuestro propio granero tenía
– sus dulzuras asfixiantes
de aceite de tractor y hierba cana cortada –
pero también, maravillosamente oculto,
un nido de reyezuelo
Tejido con hojas del año pasado
y el envoltorio verde
de un triángulo de chocolate
En una caja de Quality Street,
luego trenzado con musgo.
En infinito cuidado.
3.
Y vuelvo
A nuestros fantasmas que se empujan
y un argumento
Sobre la mejor manera de pinchar y soplar
Un huevo de reyezuelo, de color blanco sucio.
horizonte, caliente y robado
y imposible de sostener,
Tan delicado su caparazón.
Cuidado con el wy clwc
Nos habían advertido,
Normalmente había uno tan inútil
en cada embrague,
pero coleccionistas todos,
Nuestra pandilla de intrusos
que siempre buscó las emociones
de sigilo y robo secreto.
Y sí, es cierto,
Me quedaría paralizado
– generalmente rígido por el miedo –
por la burbuja dorada
que creció enormemente
cada vez que me inclinaba a besar la concha.
4.
Más tarde, recuerdo
Otro ladrón trayendo
Un gabinete entero
con su olor a yema agria,
nombres escritos a mano
y fechas de identificación
Un enorme huevo de gaviota argéntea
Todavía manchado de mierda,
una perla turquesa de acentor común,
Exquisito a primera vista.
Cómo nos envidiaban
Un éxito tan improbable.
5.
Ahora, de alguna manera, han pasado sesenta años.
pero puedo saborear el trébol en el heno,
cardo, centaurea, ortiga, acedera,
hierba plateada, hierba piña,
Pastos en sus franjas
y las coronas moradas
de la escabiosa mordida del diablo,
Todo es un campo segado
cornucopia bajo los pies
clavado con horcas en el hedor perfumado
que siempre llenaba nuestro granero,
y esos amigos desapareciendo
como una mancha de humo de hoguera
pero reapareciendo, como lo harán algunos incendios,
Incluso cuando estoy seguro
La llama se ha extinguido.
*
Wy clwc =
huevo podrido
11.11. – 22.11.22
Tomado de:
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