UNA MAÑANA DE AGOSTO
1
Escuchando la canción de siempre
aceleras por la carretera de la costa
Hotel California
2
Donde se funden
el azul del cielo
y el azul del mar
te busco
sobre tu tabla de surf
3
Picnic de dos en la playa.
Sándwiches de huevo cocido
ni siquiera tocados
mirándome
4
Sentados al sol
contra la pared.
Tus piernas y las mías
líneas paralelas.
5
En la playa de Kujukuri
hago foto tras foto
sólo para acabar tirándolas
6
¿Hay algo más?
¿Algo más en qué creer?
¿Algo más qué creer?
Tumbados uno al lado del otro en la arena
7
Gordo sol ovalado
va cayendo,
no puede con la carga
de su propio peso
8
Bajo un cielo naranja
en la playa de Kujukuri
acomodo mi cuerpo
contra el tuyo
en monocromo
9
Apacibles las olas
vienen y van,
ya no me importa oírte decir
hasta mañana
10
Tú y yo en la playa de noche
cara a cara en silencio
la pequeña flor centelleante
se extingue
cae
11
Disfruto de tu vacilación
al buscar las palabras
para romper el silencio
12
Tu mano izquierda
explorando mis dedos
uno a uno
tal vez sea amor
Como si me parara del asiento
de un hamburger-shop
voy abandonando un hombre.
Tomado de:
https://www.airesdelibertad.com/t48431-tawara-machi-1962
***
Me divierte
tu hesitación cuando buscas
palabras después de un silencio.
***
En el fondo del callejón
mi vista tropieza con la de un gato blanco
en un barrio. Creo que es una grieta del tiempo.
***
Ya en la mañana de mi partida a Tokio
veo a mi madre avejentada
por todo el tiempo que estaré ausente.
***
Veo la postal que llega
del país de colores primarios
como si fuese la continuación del sueño.
***
Seguir viviendo pensando
que «uno más uno son dos»
la soledad me llueve en diciembre.
***
Como se vence el tiempo
de conservar la botella llamada «hombre»
el cielo hoy está despejado.
***
Conversa simple
y simple sonrisa.
Por ser simple
quiero a mi pueblo natal.
***
A causa de la soledad
prendí la televisión
una mujer estrangulaba a un hombre.
***
Correo aéreo
cruzando los mares
en la palma de la mano
hay un pequeño amor
mágico.
***
Aunque la corriente del río
puede compararse a algo
queda afuera siempre la piedra
en el fondo del río.
***
«Llámame otra vez» dijiste,
y descolgaste.
Y deseo llamarte
ahora mismo.
***
«Llámame otra vez», «Espérame».
Tu amor siempre siempre
se expresa por mandatos.
***
Una palabra de desamor
me preocupa más que decenas
de palabras que anuncian el amor.
***
Como si no soportara
su propio peso
el sol rechoncho
ovalado va descendiendo.
***
Este poliedro de 365 caras
llamado «yo»
se va volando haciéndose trizas
«bun, bun».
Tomado de:

No hay comentarios.:
Publicar un comentario