sábado, 1 de febrero de 2025

POEMAS DE MAGDA CARNECI


UNA ESPECIE DE POÉTICA

 

 

Y de los muslos ensangrentados

 

que salga de repente una mujer alta y hermosa,

 

dispuesta a abrir las piernas

 

para que emergiera otra mujer, aún más perfecta

 

 

 

Ah, eso no es posible. La palabra tendrá que esperar,

 

pasar por innumerables estrechos y escarpadas aberturas

 

hasta ser purificada; crecerá

 

lentamente, escondida, dolorosamente,

 

como un carbón ciego y al rojo vivo, en algún lugar del infierno de la tierra,

 

soñando con estrellas imposibles, transformándose, embarazosamente,

 

en un diamante

 

 

 

O, con más suerte,

 

encerrada en una envoltura de grasa, huesos y carne,

 

como en un ataúd caliente,

 

para explotar, sólo cuando ya sea muy tarde,

 

como una mariposa de colores vivos,

 

atraída por otro tipo de iluminación

 

 

 

De lo contrario, alma mía, no es posible

 

tener que nacer, crecer y morir

 

millones de veces

 

para ver

 

un día

 

la Realidad.

 

 

POETISA

 

No seré la poetisa más grande del mundo

 

 

no cantaré más revoluciones, no oficiaré en los altares

 

no incendiaré barricadas con mis pechos desnudos

 

no salvaré pueblos pequeños con mi virginidad;

 

 

 

los jóvenes ya no se matarán por mí

 

ni los esclavos extranjeros serán echados en jaula de bestias;

 

no se me dedicarán odas, epopeyas y sonetos

 

no se reproducirá mi rostro en millones de lienzos,

 

fotografías, sellos postales;

 

 

 

nunca más naceré de una costilla de hombre ni de la espuma del mar

 

ni mi sombra se agazapará en secreto, pequeña Lilith,

 

detrás de una oscura santísima trinidad;

 

ya no me encontraré en libros con imágenes, tomos con nombres,

 

en revistas de moda, en periódicos.

 

 

 

Tengo 40 años, pasé la edad fatal

 

he recibido algunos golpes de personas

 

¿y aún me resulta extraño que existo?

 

¿no he mirado realmente la realidad a la cara todavía?

 

¿todavía no me acostumbré a mi sexo?

 

al uniforme de la carne?

 

 

 

Miro mi cuerpo desnudo, esta caja con senos y remolinos

 

desde la cual a partir de hoy

 

solo hablaré de mí

 

solo puedo hablar de mí

 

solo sé hablar de mí

 

como me veo a mí misma, reproducida en millones de fragmentos similares

 

que fluyen continuamente por la calle

 

sin recordar nada.

 

 

 

Volveré a aprender a coser, a hilar, a remendar

 

a criar hijos, a lavar, a cocinar

 

a hacer lo que cada uno quiera, a callar y olvidar

 

 

 

que tuve que digerir la existencia de la tierra

 

reconciliar montañas y valles, unir por matrimonio islas y océanos

 

mejorar agujeros negros y constelaciones

 

unir continentes

 

conectar Oriente con Occidente

 

educar delfines, robles, panteras, lirios

 

de tal manera que nos perdonaran, dejaran de tener miedo, nos amaran,

 

tuve que hacer de las ilusiones, de la confusión, del caos

 

una nueva droga, fácil, cómoda

 

imaginar el pasado, describir el futuro

 

 

 

tuve que recordar todo lo que olvidasteis,

 

lo que nunca supisteis

 

restaurar en mí lo que está roto y descompuesto en vosotros

 

sacar los dinosaurios y las ballenas de los sótanos y recovecos

 

para proyectarlos en la bóveda estrellada de nuestros cerebros

 

todavía arcaicos

 

 

 

tuve que concebir y dar a luz a una mejor forma

 

futura

 

de nosotros.

 

 

 

Yo también lo olvidaré todo. Os dejaré sin mí.

 

 

PEQUEÑA VIDA

 

 

Este pequeño mundo cantado por una fina aguja de diamante

 

en el disco de ebonita negra de este universo cósmico

 

 

 

vida, vida, vida

 

semilla de amapola caída de vagones de tren

 

entre durmientes negros y viejos

 

chorrito de saliva salada que salta a la arena

 

de una boca que sin saberlo pronuncia

 

la sílaba sagrada   o m,   o m*

 

risa gorgoteando en una garganta invisible

 

alucinando sobre manantiales de montaña y manchas de sangre

 

nubes de lluvia y metrópolis iluminadas

 

corcho y pescado y lechos y pasión

 

y mareas y mamíferos y muerte

 

y libro y arco iris y pesadilla

 

 

 

chorritos de saliva salada, risas en la nada, pequeñas sílabas sagradas

 

 

 

todo cabe en una boquita roja de una niña dormida:

 

ella no sueña nada

 

pero entre los suspiros de su sueño

 

caben todos nuestros mundos.

 

 

 

* La palabra con la que comienza el mantra “Om mani padme hum!”. En rumano, “om” significa “hombre”, “ser humano” (N. del T.)

Tomado de:

https://www.revistaaltazor.cl/magda-carneci-2/

 

 

Una mano inmensa

Gloria abrazada de la montaña.

 

Avanzo ciega en la luz densa. Sólida.

 

Vacilo. No tengo el derecho de vacilar.

 

Llevo en mí algo más terrible que la dinamita.

 

Más corrosivo que la nada.

 

La rosa tumoral de la aurora del mundo. Sus pétalos

 

se extienden dulcemente en mi cerebro calcinado,

 

como un planeta contemplándose a sí mismo. Incendiado.

 

Percibo su olor fuerte de cadáver y de brote

 

que va a abrirse.

 

Oigo su respiración pesada.

 

En mi cerebro se abre dulcemente la rosa

 

de mil pétalos, gotas de sudor

 

y de sangre caen en silencio,

 

se prepara para surgir surgir surgir.

 

Una mano inmensa me lleva en su palma.

 

 

 

Tomado de:

https://protestantedigital.com/poe/40951/una-mano-inmensa

 

 

El día que los demonios te abandonan

Habla, pequeña voz dentro de mí, por fin quiero escucharte:

  después de la gran huida hacia el alegre pozo negro de las metrópolis

en la droga dura de las multitudes, en los metros, en los centros comerciales,

  en la deriva de los barcos emigrantes, en la peligrosa expansión de los continentes,

     comiendo la tierra, huyendo, perdiendo minutos, años,

por miedo a la voz pequeña, monótona e irritante,

  del niño tonto que llora y balbucea,

    sucio, sin bañar, sin alimentar,

      encerrado en la habitación profunda.

El pequeño mongoloide de estrechos ojos azules

  que a veces te toca los huesos del pecho con el dedo

    Pidiéndote leche y amor

       y acaricia y arrulla

como una mascota olvidada en un agujero de la memoria,

   En un armario del apartamento.

Y encima, hombre maduro, te amontonas con horror, con prisas.

  Montones de periódicos rotos y billetes rotos,

    correos urgentes y contratos incumplidos,

No entiendo de dónde viene el dulce olor de las heces.

  y el frío cósmico en el corazón y la ira repentina,

el miedo a un mar turbulento que se acercaría, se levantaría,

  cubriría tus tobillos, rodillas, muslos –

    Una presa de hormigón que está a punto de derrumbarse

    en el centro de la habitación, en el centro de la fisión interior.

Cuando hubiera sido tan fácil, tan sereno, escuchar

  El arcaico y eterno quejido,

    para ayudarlo a crecer dentro de ti,

alegría pura y gorgoteante,

alegría inmensa e ilimitada

que nos rodea

Ayúdalo a brotar, a convertirse en un hombrecito, a través del amor,

  Entonces un adolescente brillante, con enormes ojos azules,

    que te romperá los huesos del pecho de una manera estimulante y liberadora.

       ¿cuándo nacerá?

 

 

Brillo

Toda carne, incluso la vasta y comprensiva del mundo,

irradia desde sí mismo hacia afuera:

Nada está definitivamente delimitado: Nuestros halos se entrelazan

y vibra dorado e inaudible:

Nada termina sin consecuencias: las frías olas del río se mezclan

Dándoles la bienvenida con mis cálidas olas y vertiéndose juntos en el mar:

Nadie muere completamente, nadie es perfecto:

Todo empieza y termina y empieza continuamente.

La creación y el apocalipsis ocurren en el Momento:

Los momentos son todos pequeños juicios del final:

En mí tengo nacimiento, tengo eternidad y muerte:

La creación y el apocalipsis ocurren constantemente dentro de mí:

El paraíso y el infierno pintan continuamente mi catedral interior.

El feto que fui abraza al cadáver que seré:

La luz en la que me convertiré:

La alegría del principio besa la alegría del final.

Desde ahora saludo al polvo cósmico que algún día me contendrá:

y ahora sigo consumiendo la sonrisa universal.

Cuando no consumes apasionadamente las cosas que te rodean

Luego me devoran con avidez:

A veces me disuelvo en su vibración luminosa.

Otras veces se vuelcan completamente hacia mí.

A veces me transformo en hombre y tú en mujer:

Estamos vivos y aún no estamos completamente vivos:

Ya somos viejos y aún no somos niños.

A veces olvido que soy humano y de repente soy el mundo entero.

Aunque nunca tengo tanta sed como yo

No seré

No seré

No lo seré.

Tomado de:

https://revistavatra.org/2016/06/27/magda-carneci-poeme/

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