Selfie
Ahora tengo un espejo en mi iphone X,
Pero antes, antes no me miraba tanto.
Si miraba abajo podía ver mis manos,
si miraba arriba podía ver mis techos.
Debo aceptar que de vez en cuando
buscaba reflejo en las transparencias
y cuando al fin veía una foto mía pensaba:
así puedo ser también
—la flor más seca del ramo—
Pensaba: así puedo ser también
y cuando al fin veía una foto mía,
buscaba reflejo en las transparencias.
Debo aceptar que de vez en cuando,
si miraba arriba podía ver mis techos,
si miraba abajo podía ver mis manos,
pero antes, antes no me miraba tanto.
Ahora tengo un espejo en mi iphone X.
Tomado de:
DUELE MUCHO
cortarse con papel.
¿Cómo puede doler algo
tanto
en un cuerpo
tan chiquito?
Hay un epicentro
de sangre
adentro
del pliegue
de la niña.
Hay una cortada
necia,
furibunda,
con las uñas largas (casi garras).
En lugar de costra
hay una hoja de papel
en blanco.
El papel es igual
a la niña
que llora
con el papel
entre sus dedos.
La niña
también
viene del árbol
se asusta
si la cortan.
La niña
fue agua
alguna vez.
El agua se disloca,
se marea.
Pero la niña
no quiere dejar de ser niña,
aunque la corten
a escondidas,
en silencio,
muchas veces.
LOS ADULTOS
tienen la boca seca,
espinosa,
la boca llena de ramas
de paja crespa,
amarillenta.
Los adultos vomitan
su propia lengua.
Creen que nadie mira
su úlcera verde
salir.
DEJARON
A
la niña desnuda,
arrumbada,
se hizo un vestido
como muñeca de papel:
las pestañas
en sus hombros
como alas,
como duendes que cubren
como una música, una tecla
del piano
convirtiéndose
en ella misma.
La niña voló,
fue armonía y melodía,
fue pentagrama,
fue abstracta.
Pero ya no pudo hablar.
Una gran parte de crecer es saber a dónde ir y a qué
hora
Lo único que realmente he querido que
alguien haga conmigo es que me lancen
como una flecha en la oscuridad.
Debe ser por eso que
me gusta tanto
la voz de Waze
y la de Google Maps. Ese fuerte
vibración femenina. Junto
a mi tímpano. Ve por ahí.
Cállate. No preguntes. No
puedo esperar a que alguien se
haga cargo. No puedo esperar
a ser una ciudadana de la
tercera edad. Con mi cobija
de cuadritos en todo momento.
Todos deberían imaginarme
así de cómoda. Por ahora,
procedan a meterme
adentro del cohete. Pónganme el cinturón
de seguridad. ¡Tres! La ventanita
se comienza a zangolotear. ¡Dos!
Le digo adiós a Mamá y
Papá. ¡Uno! ¡Ay, mierda! ¡Se me olvidaron
mis lentes! ¡Esperen!
Catsup
“Si quieres algo bien hecho, hazlo tú mismo”
dijo Napoleón. Yo no lo creo.
Pero por alguna razón, me lo imagino sosteniendo un
hot-dog
mientras decía eso. Un anacronismo, eso seguro, pero ¿y
la catsup?
Desearía que hubiera más catsup en el mundo.
Igual y así Napoleón no hubiera andado por ahí diciendo
todas esas cosas.
Aquí, desde mi prisma, todos los ángulos dicen agudo, y
la luz
se refracta medio raro. Mi prisma, es decir, mi mundo,
no siempre es suficiente.
Si hubiera catsup, no sería así, eso lo supongo, pero
no puedo comprobarlo.
Tendría que pedirle a Napoleón que saliera de su tumba
en París y se comprara
unas papitas o algo. “A ver si así, sí”. Diria mi mama
con el afán de convencerme
de que me comiera algo poco apetitoso, tipo brócoli o
verdolagas. Le pondría
una salsa verde o roja o capeada y tal vez yo
obedecería. Catsup nunca,
la verdad, porque no va muy bien con el brócoli, pero
yo qué sé, a las niñas les encanta
la catsup cuando son chiquitas, chance yo hubiera
comido brócoli con catsup, quién sabe. Chance Napoleón también. Las mangas de
su chaleco, de qué color eran, eso siempre me preguntaban mis amigas pero yo
nunca caí. Unos dedos —índice y cordial— me caminaban sobre el brazo como
haciendo el signo de la paz, pero hacia abajo y nos reíamos. Unos se sentían
muy tiesos. Mi amiga decía “es que este no puede doblar
las rodillas”, los otros deambulaban con una “pierna”, o sea, un dedo, delante
del otro, pavoneándose como una coqueta señorita.
No tengo excusas para no querer hacer las cosas yo
misma. Ni tampoco para pedirle a Napoleón que se autoexhume, es decir, que se
desentierre. La palabra exhumar, que viene de humus, que significa tierra,
siempre me hace pensar en pan pita y se me antoja comer comida palestina. Sería
un sacrilegio absoluto ponerle catsup a eso. Este es el tipo de situación en la
cual no desearía que hubiera menos catsup, de hecho, sigo deseando que se
produzca más catsup en el mundo, sin embargo, no la tomo en cuenta. A veces hay
momentos así y ya está. La luz se descompone ante mis ojos en este prisma.
Tomado de:
https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/duele-mucho-cortarse-con-papel/
Arte poética
La luz,
por más rápida que pueda ser
nunca irá tan rápido como los halcones
que imagino en mi cabeza.
¿De casualidad,
tú sabías que
las tortugas y las tangentes son muy similares?
No realmente.
No realmente para el cerebro lógico.
Pero realmente para el poema.
Como esa vez,
que vi dos espejos, uno frente al otro.
el primero miraba al segundo como si hablaran.
Era un diálogo, más que solo una conversación.
Sus puntos focales, entrelazados, como desayuno y
huevos,
y una actitud de je ne sais quoi, nosotros somos los
espejos,
o equis.
Y esa otra vez,
que mi mamá me mandó un mensaje que leía:
¨A qué hora vienes a la casa hoy? ¨
Pero ni siquiera vivíamos en el mismo país.
Entonces una lágrima voló por mi cara y aterrizó
en la pantalla agrietada de mi teléfono.
Parecía un pájaro estrellado contra una ventana.
Supongo que tenías que haber estado ahí para
entenderlo.
Cuando leo soy un volcán
Cuando leo soy un volcán.
Una lumbre que no termina.
Luego leo y leo más
y leo más y luego leo
y me siento mejor.
Aprendo.
Soy un cono eterno.
Hago erupción
desde mi base,
hasta mi garganta.
No me disculpo
por la lava que sale de mí.
La comparto.
Permito que mi fumarola toque todo.
Extiendo mi ceniza.
Hasta que alguien más
la respira.
Entonces, le cuento lo que leí.
Leemos y leemos más.
Ahora los dos somos volcanes.
Tomado de:
https://circulodepoesia.com/2021/08/66-poetas-mexicanas-parte-ii/
*
Duelen las fibras
del algodón,
las palabras
calentándose
como un cuaderno,
un diario
donde se anota un río.
Duele
el pigmento
que se recarga sobre los hombros,
la espuma de la corteza
del eucalipto,
la resistencia,
el doblez,
la curvatura,
la consistencia.
Duele mucho,
pero la niña no quiere que nadie la cure,
no quiere que nadie se vuelva a acercar.
*
Un paquete de hojas
tamaño carta
envuelto en motivos de cumpleaños,
una posibilidad
con muchas posibilidades
adentro:
una manada de lobos
o el dibujo de una familia frente a su casa
o un caballito
o el paisaje de un mar con la puesta del sol y una
cigüeña.
Todas esas eran ideas
posibles posibilidades
ocultas
como jugar
a las escondidillas
adentro
de un paquete de hojas
tamaño carta
antes de que sucediera
el incidente.
Tomado de:
https://ljz.mx/12/12/2024/rebeca-leal-singer-papel-nina-papel-para-2025/

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