lunes, 18 de junio de 2018

POEMAS DE GARY SNYDER


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(8 de mayo de 1930, San Francisco, California, Estados Unidos)

Una vez acampando en el bosque Siuslaw


dormí bajo     los rododendros
las flores    cayeron toda la noche  
temblando sobre    un pliego de cartón
con los pies      en la mochila
y las manos hasta el fondo de los bolsillos
apenas    si podía    dormir.
Me acordé de cuando estábamos en el colegio
y dormimos juntos en una cama grande y tibia
éramos los amantes más jóvenes
cuando cortamos    recién teníamos diecinueve.
Ahora nuestros      amigos se casaron
vos das clases  de nuevo en una escuela del este
No es que me importe      vivir así
las colinas verdes    la playa larga y azul
pero a veces durmiendo a la intemperie
me acuerdo de cuando te tenía.



Una noche de primavera en Shokoku-ji


En mayo van a hacer ocho años
que caminamos bajo las flores de cerezo
de noche en un huerto de Oregon.
De todo lo que quería en ese tiempo
ya me olvidé, menos de vos.
Acá, de noche
en un jardín de la capital vieja
siento el fantasma tembloroso de Yugao
y me acuerdo de tu cuerpo fresco
desnudo bajo un vestido de algodón.


Una mañana de otoño en Shokoku-ji


Anoche mirando las Pléyades,
con el aliento humeante a la luz de la luna,
un recuerdo amargo como vómito
me atragantó.
Desenrollé la bolsa de dormir
sobre el tapete de un porche
bajo la espesura de las estrellas de otoño.
Te me apareciste en sueños
(en nueve años, tres veces)
Salvaje, fría y acusadora.
Me desperté con vergüenza, enojado:
Las guerras sin sentido del corazón.
Ya casi amanecía. Venus y Júpiter.
La primera vez que los vi
tan cerca.


Diciembre en Yase


Ese octubre,
cuando elegiste ser libre
en el pasto alto y seco junto al huerto,
dijiste “algún día, quizás en diez años”.

Después de la universidad te vi
una sola vez. Estabas rara.
Y yo, obsesionado con un plan.

Ahora pasaron diez años
y más: yo siempre supe
     dónde estabas—
Tendría que haber ido a verte
con la esperanza de recuperar tu amor.
Todavía seguís soltera.

No lo hice.
Pensé que tenía que estar solo.
Hice eso.

Solamente en sueños, como esta madrugada,
la intensidad abrumadora
de nuestro amor de juventud
me vuelve a la mente, a la carne.

Tuvimos lo que todos
se esfuerzan por tener;
y lo dejamos atrás a los diecinueve.

Me siento milenario, como si hubiera
vivido muchas vidas.

Y es posible que nunca sepa
si soy un tonto
o hice lo que me exige
mi karma.


Para los chicos



Las colinas nacientes, las pendientes
de las estadísticas
están ante nosotros.
la cuesta escarpada
de todo lo que sube
y sube, mientras todos
bajamos.

En el
siglo que viene
o el que le sigue,
dicen que
va a haber praderas y valles
donde encontrarnos en paz,
si lo logramos.

Para escalar estas cimas por venir
una palabra para vos, para
vos y tus hijos:

quédense juntos
apréndanse las flores
viajen livianos.

Quema controlada

Lo que los indios
de acá
tenían por costumbre hacer, era
quemar todos los años la maleza.
y en el bosque, desfiladero arriba,
mantener los robles y los pinos
altos y despejados
con la hierba debajo
y el kitkitdizze,
nunca tan combustibles
que un fuego pudiera encenderlos.
Ahora, la manzanita,
(un arbusto en todo su derecho)
se mezcla bajo los árboles nuevos
con los recortes de las madereras
y un fuego puede acabar con todo.
El fuego es un cuento viejo.
A mí me gustaría
con un sentido de servicio,
respetando las leyes
de la naturaleza,
ayudar a mi tierra
con una quema, una buena
quema.
(las semillas de la manzanita se abrirían después
de que el fuego les hubiera pasado por arriba
o después de pasarle a un oso por adentro)
Y entonces
sería más
como
antes
como cuando era de los indios



Fronteras


El límite del cáncer
se hincha contra la montaña —sentimos
una brisa nauseabunda—
y se vuelve a hundir.
Acá, los ciervos pasan el invierno,
En el desfiladero ruge una motosierra.
Diez días húmedos y los camiones del aserradero
tienen que parar, los árboles respiran.
El domingo el jeep doble tracción de la
Compañía Realty trae a los
buscadores, a los mirones, que le dicen
a la tierra
Abrí las piernas.
El estruendo de un jet arriba, y basta;
cada latido de la inmundicia del corazón
en las venas enfermas y gordas de Amérika
acerca más el límite
—Una excavadora tritura y babea
se da vuelta y vomita sobre los cadáveres
de arbustos desollados vivos
a cuenta de un hombre
de la ciudad.
Atrás queda un bosque que se aleja hacia el Ártico
y un desierto que todavía les pertenece a los paiutes
y nosotros tenemos que trazar
la línea acá.




Para Todos


Ah estar vivo
una mañana a mediados de septiembre
descalzo, vadeando la
corriente con los pantalones arremangados y
las botas en la mano, la mochila colgada,
el sol, el hielo en los bajíos
de las Rocosas del norte.
El brillo y el rumor del agua helada del arroyo, las piedras
rodando bajo los pies, chiquitas y duras como dedos
la nariz que gotea, fría,
ir cantando por dentro
la música del arroyo, música del corazón,
oler el sol en la grava
juro lealtad
juro lealtad al suelo
de Turtle Island
y a los seres que sobre él habitan
un ecosistema
en diversidad
bajo el sol
En gozosa interpenetración para todos.


En cuanto a poetas


En cuanto a poetas
Los Poetas de la tierra
Que escriben poemas cortos,
No necesitan ayuda del hombre.

*

Los Poetas del Aire
Ejecutan los ventarrones más veloces
Y a veces se tienden en los remolinos.
Poema tras poema,
Se recogen por su propia fuerza.

*

A menos de cincuenta grados
El combustible no fluirá
Y el propano permanece dentro del tanque.
Los Poetas del Fuego
Se incendian en el cero absoluto
Amor fósil que vuelve a brotar.

*

El primer
Poeta del Agua
Estuvo seis años sumergido.
Cubierto con algas marinas.
La vida en su poema
Dejó millones de huellas
Minúsculas y diferentes
Trazos entrecruzados en el lodo.

*

Con el Sol y la Luna
En su vientre,
El Poeta del Espacio
Duerme.
El cielo no tiene fin—
Pero sus poemas,
vuelan más allá del margen,
como gansos salvajes.

*

Un Poeta de la Mente
Se queda en casa.
La casa está vacía
Y no tiene paredes.
El poema
Se ve por todos lados,
En cualquier lugar,
Al instante.

(Turtle Island, 1974)


Marin-an


El sol despunta sobre el soto
de eucaliptos bajo la pastura mojada,
el agua casi está caliente,
me siento en la ventana abierta
& forjo una fumada.

los perros ladran distantes, un par
de cuervos chillones; el repicar
del herrerillo enano en las alturas del pino—
tras la fila de cipreses
aparece la yegua y pace.

un suave continuo rugir
viene del valle lejano
de la autopista de seis carriles—miles
y miles de carros
conducen hombres al trabajo.

(The Back Country, 1968)


Lo que debes saber para ser

poeta


todo lo que puedas sobre animales y personas.
los nombres de árboles y flores y hierbas.
nombres de estrellas y los movimientos de los planetas
y la luna.

tus propios seis sentidos, con una mente observadora y
elegante.

por lo menos un tipo de magia tradicional:
adivinación, astrología, el libro de los cambios, el tarot;

sueños.
los demonios ilusorios y los resplandescientes dioses
ilusorios;

besarle el culo al diablo y comer mierda;
coger con su verga caliente y barbuda,
cogerse a la bruja
y a todos los ángeles celestiales
y doncellas aromáticas y doradas—

& entonces amar lo humano: esposas maridos y amigos.

juegos de niños, historietas, chicle-bomba,
las rarezas de la televisión y la publicidad.

trabajo, largas secas horas de trabajo devoradas, aceptadas
y vividas y finalmente amadas. agotamiento,
hambre, descanso.

la salvaje libertad de la danza, éxtasis
solitaria silenciosa iluminación, éstasis

peligro real, juegos de azar, y el filo de la muerte.

(Regarding Wave, 1970)


Los niveles


los gatitos salvajes
nacieron en el techo
juegan a los dioses del cielo
retumbando sobre el cuarto.
¿era claude en la noche?
¿eran ladrones?

nuestros pasos van al norte y encima
la camada se encamina hacia el oeste

un halcón navega sobre el tejado
una serpiente se desliza bajo el piso

¿cómo hacen los halcones para cazar en la lluvia?

Camino por el corredor:
el alma de una ventruda nube.

(The Back Country, 1968)


Deslumbramiento


para Richard y Michael


el deslumbramiento, la seducción el
diseño

intoxicado y trémulo,
¿flores? ¿abejas? por qué gira
esta semilla en todos lados,
lo uno

se divide a sí mismo, se divide una y otra vez.
"todos sabemos a dónde lleva"
cegadoras tormentas de polen dorado.
—¿ir a tientas por ahí?
el deslumbramiento
y el barro azul.

"todo lo que se mueve, canta"
las raíces trabajan,
y no se ven.

(Turtle Island, 1974)


Aguacate


¡El Dharma es como un Aguacate!
Tiene partes increíblemente maduras,
Pero aún buenas.
Y otras verdes y duras
Sin mucho sabor,
Como para quienes gustan de los huevos bien cocidos.

Y la piel es delgada,
La semilla redonda y enorme
En el centro
Es tu propia Naturaleza Original—
Pura y tersa
Casi nadie la parte en dos
O trata de ver
Si crecerá.

Dura y resbalosa,
Parecería
Que debieras plantarla—entonces
Escapa de los
dedos—
Se va.

(Turtle Island, 1974)


Sin


el silencio
de natura
por dentro.

el poder adentro,
del poder
exterior.

el camino es todo lo que pasa—no
termina en sí.

el final es,
gracia—sosiego—

alivio,
no redención.

cantando
la evidencia

la evidencia del poder interior.

(Turtle Island, 1974)

 Sólo una vez



casi en el ecuador
casi en el equinoccio
justo a medianoche
desde un buque

la luna
llena

en el centro del cielo.

Caleta de Sappa cerca de Singapur
Marzo, 1958

(The Back Country, 1968)




 

Artemisa




Artemisa,
Artemisa,
y sólo porque te vi desnuda—
pues CORRE y recupera tu maldita
virginidad

yo, yo
necesito alimentar a mi jauría.



(The Back Country, 1968)




Dando y dando


una caña cortada que flota
una especie de Lady Komachi
más sabia que yo
lo mejor de tu belleza

escondida siempre, yū
"un resplandor de hojas rojas en oscuros bosques"
en tus ojos grises.
extranjera mírame
he vivido hambriento, solitario, frío
pero no solo
¿cómo estar solo contigo?
Danae a la luz del sol y las estrellas,
viento, olfateado en todas
las alturas
de la mente.

en verdad no vas a ninguna parte
me gustaría ir contigo,
a la roca, al espacio
—no puedo blandir este amor mío
que se queda corto junto al tuyo.

(The Back Country, 1968)



Nansen


Te encontré una mañana lluviosa
Después de un tifón
En un surco de bambúes en Daitoku-ji.
Trapo luido, mojado
Y chillón, gateabas bajo la barda
Hacia mi mano. Abandonado ahí para morir.
Te llevé a casa bajo mi gabardina.
"¡Queso, Nansen!" y respondías a gritos
Y venías corriendo.
Pero nunca creciste,
Enanito patizambo y vivaz—
A veces inapetente, a menudo tosigoso
Lloriqueando amargamente por un interno dolor.

Ahora, delgado y viejo, no comes
Sino leche y queso. Sentado en un poste
Bajo el sol. Resistes con resignado
Descontento.
No te hicieron bien. Yo te salvé
Y tus tres años de vida han estado llenos
De blanda, inflexible pena.

(The Back Country, 1968)



El baño público


la muchacha del baño

vistiéndose, frente al espejo
la muchacha del baño con un bello lunar y
falda roja me mira:
¿soy acaso
diferente?

el bebé
acostado, salpicado con agua caliente
silencioso, mueve los ojos
inescrutablemente
mea.

las hijas
él detiene y enjuaga a sus dos hijitas
que se retuercen, chillan por
el-jabón-en-los-ojos,
exprimen sus propias cabelleras
con serias manos de esposas,
me clavan una mirada, apuntan, mientras
les enjabona y lava sus
colitas regordetas y apretadas
les revisa las orejas,
& las mete en una tina caliente.
con un granjero joven y bronceado
un viejito arrugado
y un estudiante que canta noche de paz.

—ondeamos y flotamos como las algas
rosa encarnado en la luz vaporosa.

la vieja
demasiado gorda y vieja para cuidarse
sólo está ahí
sacudiéndose ociosamente el rocío de su
mata.

la joven
indiferentemente mira, se seca el cuello
un tímido brote de vello
unos puntitos por senos
—el año próximo se vestirá
escondida.

los hombres
en cuclillas enjabonados y flexibles
tersa densa piel, músculos largos—

veo a los hombres desnudos y muertos
tendidos en las playas
noticieros, la
guerra

(The Back Country, 1968)



Música de agua corriente ii


Clara corriente
clara corriente
Tu agua es luz
para mi boca
Y una luz para mi cuerpo seco
tu fluir
Música,
en mis oídos, libre,
¡Fluyendo libre!
Contigo
en mí.

(Regarding Wave, 1970)



El llamado de lo indomable


*

El pesado viejo en su cama por la noche
Oye cantar al Coyote
en el monte lejano.
Todos los años de ranchero y minero y leñador.
Un católico.
Un nativo californiano.
y los Coyotes aúllan en su
Octogésimo año.
Mañana,
Llamará trampero
Al gobierno que usa el hierro contra los Coyotes.
Mis hijos van a perder esta
Música que ya comenzaban
A querer.

*

Los exácidos de las ciudades
Convertidos al Gura o Swami,
Hacen penitencia con lustrosos
Pesados ojos, y dejan de comer carne.
En los bosques de Norteamérica,
La tierra del Coyote y el Águila,
Sueñan con la India, de
dichosas y eternas alturas asexuadas.
Y duermen en cúpulas geodésicas
Calentadas con petróleo,
Adheridas como verrugas
En los bosques.
Y ahuyentan el canto del Coyote
pues temen
el llamado
de lo indomable.

Y vendieron sus cedros vírgenes,
los árboles más altos en millas,
A un leñador
que les dijo,

"Los árboles están llenos de bichos".

*

El gobierno decidió finalmente
Emprender la guerra a más no poder. La derrota
es antiamericana.
Y la emprendieron por aire,
Con ellos sus mujeres
peinadas de crepé
ponían esmalte de uñas en los
disparadores.
Y nunca cayeron
ya que se les hizo
que el piso
era procomunista. Y sucio.
Y los insectos pactaban con el Viet-Cong.

Así que bombardearon y bombardearon
Día tras día, sobre el planeta
cegando gorriones
rompiéndole los tímpanos al búho
astillando troncos de cerezos
enrollando y atascando
los intestinos del venado
en las rocas abatidas y polvosas.

Todos estos americanos en ciudades especiales allá
en el cielo
Arrojando venenos y explosivos
Por Asia primero
Y después por Norteamérica,

Una guerra contra la tierra.
Cuando concluya no habrá
lugar

Donde un Coyote pueda esconderse.

envío

Me gustaría decir
Que Coyote está para siempre
en ti.

Pero no es cierto.

(Turtle Island, 1974)



Este Tokio


Paz, guerra, religión,
Revolución, no ayudarán.
Estas semillas de horror en el ágil
Pulgar y el goloso cerebrito
Que aprendió a bajar plátanos
Con una vara.
Millones de nosotros despreciables
Para el otro o para el mundo
O para sí, víctimas de lo real
O de la mente — este mundo
¿Es sólo un sueño? O la vida humana
Una pesadilla injertada en la solidez
Del planeta — mental, mental
Escalofrío del sol — alabanza de
La malvada libertad submental con De Sade
O altísimo resplandor dantesco del Dios
O Luz o Vida o Amor sin fin
O simple angelito de oropel en el
Acaramelado cielo de los pobres—
Divinidad mental o belleza, todos,
Platón, Santo Tomás, Buda,
Dionisio de la Cruz, todos
Infiernos de penas o placeres o
Lo que en sentido o carne
Lógica, ojo, música, o
Mezcla de todas las facultades
& el pensamiento tienden—tienden— a esto:
Este abigarrado departamento del rico.
El confort de los E.U. para sí.
El par de chicas temblorosas
Cachondeándose para dar un espectáculo
Mil yens ante nosotros hombres
—En un cuarto helado— y darle de cenar
A su familia. Este revoltijo engendro de
Alambre polvo rieles cuadras de hojalata
Bebés, estudiantes, borrachines.
Vivimos
En el encuentro del sol y la tierra.
Vivimos —vivimos— y todas nuestras vidas
Conducen a esto, esta ciudad,
Que ya es el mundo, esta
Desesperanza donde el amor al hombre
O el odio al hombre pueden no importarle
A nadie, ama si así lo quieres o
Contempla o escribe o enseña
Pero date cuenta en lo más hondo tú
Que lees, todo lo que has pisado
Está terremotamente podrido y es materia mental
Que tiembla, la libertad es un vacío,
Paz guerra religión revolución
No ayudarán.

Diciembre 27, 1956



Anotación de Kyoto


Ella dijo que vivió en Shangai cuando niña
Y se cambió a Kobe, y después a Kyoto, durante la guerra;
Mientras se ponía un delgado sostén blanco.
Me encaminó a la escalera y todas las chicas
Seria y educadamente dijeron cuídate,
afuera del burdel en el frío aire nocturno.

(The Back Country, 1968)


Dos cervatos que no vieron la 

luz

  esta primavera



Un amigo en un tipi en las
Rocallosas del Norte salió
a cazar cola blanca con un
.22 y acechó a la manada
que dormía la siesta, disparó
contra un macho, eso pensaba.
"Era una hembra y estaba
cargada con un cervato."
Curó la carne sin
sal; la rebanó en el sentido
de sus fibras.

Una amiga en la Sierra Norte
le dio a un venado con su coche.
Iba tranquilamente frente a los faros,
"Y cuando la destazamos
había un cervato —así de largo—
y flaco— bien formado.
Tenía manchas. Y sus pezuñas
eran blancas y blanditas."

(Turtle Island, 1974)



Civilización


Ésta es la gente que complicó las cosas.

nos pescarán por miles
y nos pondrán a trabajar.
El mundo se va al infierno, con todas estas
aldeas y caminos.
Las parvadas de patos silvestres ya no son
lo que solían ser.
Escasean los bisontes.

Denme mis plumas y ámbar

*

Un grillo diminuto
en la página mecanografiada de
"Kyoto nació en la canción de primavera"
se acicala
al compás del Clavecín bien temperado.
Dejo de escribir y lo miro a través de un cristal
¡Qué bien articulado! ¡Qué limpio!

Nadie comprende el 
REINO ANIMAL.

*

Cuando los arroyos crecen
Los poemas fluyen
Cuando los arroyos se vacían
Apilamos piedras.

(Regarding Wave, 1970)


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