lunes, 25 de junio de 2018

POEMAS DE HUMBERTO MEGGET


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TENGO GANAS DE RISAS RAQUEL


tengo ganas de risas raquel
ganas de ir al cine a ver aquella película
ganas de ver las rosas y no ver las rosas
tengo ganás de tomar el café con leche
y beber
beber
beber
beber aquello y esto
y lo que tú das
y lo que yo ofrezco
ganas de ir y no ver aquella película
tengo ganas de ti y de aquél
pero más que de ti y de aquél
tengo ganas de coca y de raquel

YO MI SOBRETODO VERDE


Yo mi sobretodo verde
yo mi cáscara de nuez
yo mi gota de agua
mi río
mi árbol
yo corcel galopando en una orilla
brazos del viento descansando en los árboles
me acostaré tal vez quién sabe en dónde
en el polvo o en un mosquito
para ser el grito de un cocodrilo
o las manos abrazadas al fondo de un ríoy
o en una hoja caído
en una gota de agua envuelto
para no volver nunca
puedo seguir mucho tiempo deambulando en los aires
tal vez tenga la forma invisible de un microbio
o quizá esté en el aletear del vuelo de una mosca
hay tanto
tanto espacio para volar mi cuerpo inútil
tanto manantial donde poner mis pies frágiles
tantos redondeles blancos en los ojos cerrados
que en mi inconsciente voluntad de estar, así
no estoy solo.



CUANDO TÚ ESTÉS DISPUESTA


Cuando tú estés dispuesta 
comeremos 
un pedazo de manzana en automóvil 
y cuando regresemos 
de una higuera recogeremos higos 
y alimentaremos a gorriones vagabundos 
cuando tú estés dispuesta 
se sobrentiende 
nos entretendremos en aprender el idioma de lombrices 
en dibujar con carbones caravanas de hormigas 
y luego subiremos como por un tronco hacia la montaña 
y plantaremos la primera flor para sonrisa de los aviadores. 
Cuando tú estés dispuesta haremos tantas cosas 
nos pondremos a descansar bajo las palmeras 
y a descubrir cómo se hacen el amor los grillos 
luego correremos con nuestras alforjas al mar 
y las llenaremos de espumas 
que agitaremos en el espacio para que formen sobre 
nuestros cuerpos techos 
que cobijarán el secreto de nuestras representaciones nocturnas 
siempre 
claro está 
cuando tú estés dispuesta. 

LVII 

Yo tenía una voz 
botas de niño recién puestas 
bombacha campesina más que rota 
herida en las rodillas 
era una voz que dominaba 
a gigantes pequeños de juguete 
que hiciérame anidar entre gorriones 
y madurar la mente entre los hombres 
que cortaban los árboles y el césped. 
Yo tenía una voz tan pequeña 
que hacía con ella collarcitos 
y ataba tantas cosas a su corazón de trigo 
que un día hasta a una niña tuvo presa 
a una niña de ojos de dedales 
con pestañas de fibra de los linos 
a una niña de niña más que niña 
que tomando a mi voz entre sus dedos 
la convirtió en palabra de los ríos 
y me quedé sin ella.* 

XLVII 


ahora que todo gira 
vamos a cantar un rato 
el niño está en la pradera 
la madre lo está llamando 
ahora que todo gira 
vamos a reír un rato 
los gatos con los ratones 
y el hombre con sus zapatos 
ahora que todo gira 
vamos a dejar los llantos 
que se bautice a los perros 
a las cabras y a los patos 
ahora que todo gira 
vamos a cantar un rato 
que afuera todo es manzana 
y adentro todo es naranjo* 

LIII 


cómo se ensancha este mundo 
cuando tú niña caminas. 
Tienes los ojos de troncos 
y tus dedos son bordados 
del agua de las colinas. 


va a dormirse una luz
Va a dormirse una luz sobre mi frente
una luz en el cuarto este que toco
en el cuarto este de aguas que no bebo
de hojas mal impresas
y de estufas calientes.
Va a dormirse una luz
una luz que se estira en varias líneas
que no tiene
ni boca
ni estornudos
ni dedos para pies
ni pies sin dedos
sobre mis dientes mordiendo una manzana.
Va a dormirse una luz
hasta mañana.

Dile a las nueces que
se partan solas…
Dile a las nueves que se partan solas
no me quedan fuerzas
llama al médico
dile a las nueces que se pongan tristes
no me quedan risas
llama al médico
dile a las nueces que no tengo verbos
ya no tengo verbos
llama al médico
dile a las nueces que me quieran siempre
dile a las nueces
llama al médico
dile a las nueces que ahora tengo versos
dile a las nueces que ahora tengo versos
dile a las nueces que ahora tengo versos
no llames al médico.
Tengo ganas de risas Raquel…
Tengo ganas de risas raquel
tengo ganas de ir al cine a ver aquella película
ganas de ver las rosas y no ver las rosas
tengo ganas de tomar el café con leche
y beber
beber
beber
beber
beber
beber aquello y esto
y lo que tú das
y lo que yo ofrezco
ganas de ir y no ver aquella película
tengo ganas de ti y de aquél
pero más que de ti y de aquél
tengo ganas de coca y raquel.
Cuando la muerte nos
llame a sus botellas…
Cuando la muerte nos llame a sus
botellas
entraremos por su culo sin cortedades
y pisaremos cada letra de nuestros
nombres
como quien pisa sus años
no habrá tiempo
ni soles
ni playas
ni gigantes
no habrá la monumental estructura de los
edificios altos
ni la rosada sonrisa dirigiendo el aletear
de un abrazo
no habrá más aquellos lechos repletos de jornadas
y se silenciarán las máquinas que alumbraron
por las noches nuestros rostros resfriados
las religiones serán ostras
y la esperanza nada
y cuando se debilite este vino que nos
guía
y cuando se tienda por las calles este
potro de petróleo
pálido y rosado
y sólo queden musgos y algas para hacer
respetar nuestras cosas
será porque habrá saltado el tapón de
nuestro envase
será porque hemos quedado negros
flotando en el espacio.
Tengo miedo de mí…
Tengo miedo de mí
y de la música que dejan oír mis cabellos
a mis dedos
miedo a estas noches sin diario
a estas bocinas atragantándose en el foco
de luz de una manzana
tengo miedo quizá como los peces a los
barcos del río
miedo a los labios taciturnos que cierran
sus moradas
tengo miedo
y bien sabes que te amo más de lo que
tu sonrisa quiere que yo exprese
y bien sé que te amo más de lo que me
prestan tus dedos
no seré todo el año sólo vuelo en tos
algo resta a mis números
mis letras son tantas que escapan al
abecedario común
y para no verme desterrado de tu reloj
de antaño
mi destino dejaré a otro envuelto en
celofán
Yo mi sobretodo verde…
Yo mi sobretodo verde
yo mi cáscara de nuez
yo mi gota de agua
mi río
mi árbol
yo corcel galopando en una orilla
brazo del viento descansando en los árboles
me acostaré tal vez quién sabe en dónde
en el polvo o en un mosquito
para ser el grito de un cocodrilo
o las manos abrazadas al fondo de un río
yo en una hoja caído
en una gota de agua envuelto
para no volver nunca
puedo seguir mucho tiempo deambulando
en los aires
tal vez tenga la forma invisible de un microbio
o quizá esté en el aletear del vuelo de
una mosca
hay tanto
tanto espacio para volar mi cuerpo inútil
tanto manantial donde poner mis pies
frágiles
tantos redondeles blancos en los ojos
cerrados
que en mi inconsciente voluntad de estar así
no estoy solo.


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