(1 de mayo de 1926, Paysandú, Uruguay - 5 de abril de 1951, Montevideo, Uruguay)
[XLIV]
vamos a marchar en fila
vamos a marchar jugando
los perros tras de los perros
las flores junto a los tallos
diciendo cosas los labios
diciendo cosas las aguas
detrás los frutos los jugos
detrás las hojas los árboles
vamos a marchar en fila
vamos a marchar jugando.
[LXI]
Hay una nube
una nube
la cargada de agua
la cargada
la que espera derramarse
la que se derrama
hay una nube
una nube colgada
una nube que aún no ha agujereado el viento
una nube de agua perfumada
hay una nube arriba
una nube
una nube cargada
una nube que ríe y que se orina
hay una nube arriba
bien arriba
una nube resfriada.
TENGO GANAS DE RISAS RAQUEL
tengo ganas de risas raquel
ganas de ir al cine a ver aquella película
ganas de ver las rosas y no ver las rosas
tengo ganás de tomar el café con leche
y beber
beber
beber
beber aquello y esto
y lo que tú das
y lo que yo ofrezco
ganas de ir y no ver aquella película
tengo ganas de ti y de aquél
pero más que de ti y de aquél
tengo ganas de coca y de raquel
VA A DORMIRSE UNA LUZ
Va a dormirse una luz sobre mi frente
una luz en el cuarto este que toco
en el cuarto este de aguas que no bebo
de hojas mal impresas
y de estufas calientes.
Va a dormirse una luz
una luz que se estira en varias líneas
que no tiene
ni boca
ni estornudos
ni dedos para pies
ni pies sin dedos
sobre mis dientes mordiendo una manzana.
Va a dormirse una luz
hasta mañana.
YO MI SOBRETODO VERDE
Yo mi sobretodo verde
yo mi cáscara de nuez
yo mi gota de agua
mi río
mi árbol
yo corcel galopando en una orilla
brazos del viento descansando en los árboles
me acostaré tal vez quién sabe en dónde
en el polvo o en un mosquito
para ser el grito de un cocodrilo
o las manos abrazadas al fondo de un río y
o en una hoja caído
en una gota de agua envuelto
para no volver nunca
puedo seguir mucho tiempo deambulando en los aires
tal vez tenga la forma invisible de un microbio
o quizá esté en el aletear del vuelo de una mosca
hay tanto
tanto espacio para volar mi cuerpo inútil
tanto manantial donde poner mis pies frágiles
tantos redondeles blancos en los ojos cerrados
que en mi inconsciente voluntad de estar, así
no estoy solo.
Cuando tú estés dispuesta
Cuando tú estés dispuesta
comeremos
un pedazo de manzana en automóvil
y cuando regresemos
de una higuera recogeremos higos
y alimentaremos a gorriones vagabundos
cuando tú estés dispuesta
se sobrentiende
nos entretendremos en aprender el idioma de lombrices
en dibujar con carbones caravanas de hormigas
y luego subiremos como por un tronco hacia la montaña
y plantaremos la primera flor para sonrisa de los aviadores.
Cuando tú estés dispuesta haremos tantas cosas
nos pondremos a descansar bajo las palmeras
y a descubrir cómo se hacen el amor los grillos
luego correremos con nuestras alforjas al mar
y las llenaremos de espumas
que agitaremos en el espacio para que formen sobre
nuestros cuerpos techos
que cobijarán el secreto de nuestras representaciones nocturnas
siempre
claro está
cuando tú estés dispuesta.
LVII
Yo tenía una voz
botas de niño recién puestas
bombacha campesina más que rota
herida en las rodillas
era una voz que dominaba
a gigantes pequeños de juguete
que hiciérame anidar entre gorriones
y madurar la mente entre los hombres
que cortaban los árboles y el césped.
Yo tenía una voz tan pequeña
que hacía con ella collarcitos
y ataba tantas cosas a su corazón de trigo
que un día hasta a una niña tuvo presa
a una niña de ojos de dedales
con pestañas de fibra de los linos
a una niña de niña más que niña
que tomando a mi voz entre sus dedos
la convirtió en palabra de los ríos
y me quedé sin ella.*
XLVII
ahora que todo gira
vamos a cantar un rato
el niño está en la pradera
la madre lo está llamando
ahora que todo gira
vamos a reír un rato
los gatos con los ratones
y el hombre con sus zapatos
ahora que todo gira
vamos a dejar los llantos
que se bautice a los perros
a las cabras y a los patos
ahora que todo gira
vamos a cantar un rato
que afuera todo es manzana
y adentro todo es naranjo*
LIII
cómo se ensancha este mundo
cuando tú niña caminas.
Tienes los ojos de troncos
y tus dedos son bordados
del agua de las colinas.
Cuando yo tenía
tantos años como menos de la mitad de los que tengo
Iba de blanco vestido
En la mano derecha yo llevaba bolitas para jugarle a los niños
Y en la izquierda una disposición a acariciar las cabezas que me
Gustasen por el camino
Era una época de deseos
Una época de desear tener un caballito
De caminar por el surco descalzo con las manos llenas de semilla
Cuando yo tenía tantos años como deseos
Las niñas rezaban el catecismo
Y yo las esperaba en las noches a lo oscuro para darles un susto
Era una época claro en que los vestidos se usaban por las rodillas
Una época en que dar un beso era un gran sacrificio
Yo vivía descansando mis tobillos sobre el barro
Y después de mediodía cuando todos dormían
Me escapaba a la cocina a hacer tortillas con huevos de pajaritos
Era una época claro de tomar al sol por las puntas de sus dedos
Y de calentarnos los pies con la luna
Era una época claro de grandes sacrificios
Cuando debíamos juntar la leña seca para amontonarla en la cocina
O cuando debíamos por la noche bañarnos con el agua no muy tibia
Era una época claro de tantos sacrificios como horas yo tenía
Y en que uno no se olvidaba de la primera niña vista desnuda
Del primer golpe dado o recibido en el rostro del amigo.
Iba de blanco vestido
En la mano derecha yo llevaba bolitas para jugarle a los niños
Y en la izquierda una disposición a acariciar las cabezas que me
Gustasen por el camino
Era una época de deseos
Una época de desear tener un caballito
De caminar por el surco descalzo con las manos llenas de semilla
Cuando yo tenía tantos años como deseos
Las niñas rezaban el catecismo
Y yo las esperaba en las noches a lo oscuro para darles un susto
Era una época claro en que los vestidos se usaban por las rodillas
Una época en que dar un beso era un gran sacrificio
Yo vivía descansando mis tobillos sobre el barro
Y después de mediodía cuando todos dormían
Me escapaba a la cocina a hacer tortillas con huevos de pajaritos
Era una época claro de tomar al sol por las puntas de sus dedos
Y de calentarnos los pies con la luna
Era una época claro de grandes sacrificios
Cuando debíamos juntar la leña seca para amontonarla en la cocina
O cuando debíamos por la noche bañarnos con el agua no muy tibia
Era una época claro de tantos sacrificios como horas yo tenía
Y en que uno no se olvidaba de la primera niña vista desnuda
Del primer golpe dado o recibido en el rostro del amigo.
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