(1315, Shiraz, Irán - 1390, Shiraz, Irán)
Alba
Esto dijo al alba el ave a la rosa recién despertada:
«Sé amable, pues muchas como tú florecen en esta explanada.»
La rosa rió: «Verás que en verdad no mostramos dolor,
Mas nunca un amante con tan duras palabras acosó a su amor.
Si tu deseo es beber vino de rubí de la copa enjoyada
Debes ensartar perlas y corales traspasados por pestañas.
No puede atraer a las ventanas de su nariz el sabor del Amor
Quien el polvoriento suelo de la taberna con la mejilla no barrió.»
Anoche, en el jardín de Iram, cuando en el aire agradecido
La brisa del nuevo día meció las hermosas trenzas de jacinto
Pregunté:«Trono de Jamshid, ¿dónde está la copa que revela el mundo?
Suspiró: «Esa despierta fortuna yace ahora en un sueño profundo.»
No siempre de la lengua brotan amorosas palabras:
Ven, trae vino, oh tabernero, pon fin a esta charla.
Las lágrimas de Hafiz arrojan al mar su paciencia y talento.
¿Qué hacer si no puede ocultar cómo el amor desgarra su ser?
De "El despertar del amor"
Editorial Sufi 2ª Edición 2003
Versión de Carmen Liaño
El amigo perdido
¿Dónde está el amante que no ha hallado su
hermano en el dulce martirio?
No le falta razón al lamento de Hafiz.
Su historia es extraña historia y es su tono maravilloso.
Fieles creyentes:
en otro tiempo tuve un amigo al que podía confiar todas mis penas:
corazón que las compartía y que me daba su consuelo.
Cuando yo gemía en medio de la tempestad,
él sólo sabía hablarme de las tranquilas riberas.
Pero cuando me extravié en los caminos del amor, perdí mi amigo.
En vano he buscado, llorando, sus huellas.
En la embriaguez de mi desesperación, tened piedad de mí; de mí,
que alguna vez fui juicioso y sutil y que ahora no soy sino
un pobre hombre cuya razón vacila.
Cuando mis palabras eran inspiradas por el amor,
cada una de ellas era saludada a su paso.
Pero no elogiéis más la cordura de Hafiz,
puesto que sois testigos de su locura.
De "Los Gazales de Hafiz"
Colección Visor de Poesía 1981
Versión de Enrique Fernández Latour
No le falta razón al lamento de Hafiz.
Su historia es extraña historia y es su tono maravilloso.
Fieles creyentes:
en otro tiempo tuve un amigo al que podía confiar todas mis penas:
corazón que las compartía y que me daba su consuelo.
Cuando yo gemía en medio de la tempestad,
él sólo sabía hablarme de las tranquilas riberas.
Pero cuando me extravié en los caminos del amor, perdí mi amigo.
En vano he buscado, llorando, sus huellas.
En la embriaguez de mi desesperación, tened piedad de mí; de mí,
que alguna vez fui juicioso y sutil y que ahora no soy sino
un pobre hombre cuya razón vacila.
Cuando mis palabras eran inspiradas por el amor,
cada una de ellas era saludada a su paso.
Pero no elogiéis más la cordura de Hafiz,
puesto que sois testigos de su locura.
De "Los Gazales de Hafiz"
Colección Visor de Poesía 1981
Versión de Enrique Fernández Latour
El enigma de la vida
Con el vino de anoche cantando en mi cabeza
Al amanecer buscaba la taberna,
Aunque medio mundo en la cama dormía
Y el arpa y la flauta sonaban todavía,
Creando un placentero canto matutino;
Ya estaba llegando la copa de vino:
-Razón-, dije yo, «ya debías marcharte
Si quieres llegar a tu diario destino,
La santa ciudad de la intoxicación».
Así pues, la despedí y se marchó
Con una botella para los amigos del viaje.
Solo en la taberna, observé a la criada
Y quise conquistarla con mi labia,
Mas desdeñosa se volvió,
y se burló de mi ilusión.
Dijo, enarcando las cejas:
«¡Tú, blanco de toda mala lengua!
Mi cintura no rodearás,
Ni siquiera por todas tus baladas,
Mientras solo te veas a ti mismo
Como centro y fin en lo creado.
Apresa en tus redes a otro pájaro
No llegas al nido del Anka, amigo.»
Entonces me refugié de tal océano
En la buena arca del vino, mas ¡ay de mí!
Ella es de doncellas un compendio
Es Saki, camarada y trovador,
La que rechaza mi pobre corazón.
¡El ego es lo que debes superar, Hafiz!
Presta atención a la sabiduría
De la hija de la taberna; vanidoso,
Ficción de agua y barro construida
Cuidando tu belleza como un loro.
Hafiz, la vida es un enigma, abandona:
No hay otra respuesta que esta copa.
De "El despertar del amor"
Editorial Sufi 2ª Edición 2003
Versión de Carmen Liaño
Al amanecer buscaba la taberna,
Aunque medio mundo en la cama dormía
Y el arpa y la flauta sonaban todavía,
Creando un placentero canto matutino;
Ya estaba llegando la copa de vino:
-Razón-, dije yo, «ya debías marcharte
Si quieres llegar a tu diario destino,
La santa ciudad de la intoxicación».
Así pues, la despedí y se marchó
Con una botella para los amigos del viaje.
Solo en la taberna, observé a la criada
Y quise conquistarla con mi labia,
Mas desdeñosa se volvió,
y se burló de mi ilusión.
Dijo, enarcando las cejas:
«¡Tú, blanco de toda mala lengua!
Mi cintura no rodearás,
Ni siquiera por todas tus baladas,
Mientras solo te veas a ti mismo
Como centro y fin en lo creado.
Apresa en tus redes a otro pájaro
No llegas al nido del Anka, amigo.»
Entonces me refugié de tal océano
En la buena arca del vino, mas ¡ay de mí!
Ella es de doncellas un compendio
Es Saki, camarada y trovador,
La que rechaza mi pobre corazón.
¡El ego es lo que debes superar, Hafiz!
Presta atención a la sabiduría
De la hija de la taberna; vanidoso,
Ficción de agua y barro construida
Cuidando tu belleza como un loro.
Hafiz, la vida es un enigma, abandona:
No hay otra respuesta que esta copa.
De "El despertar del amor"
Editorial Sufi 2ª Edición 2003
Versión de Carmen Liaño
La amistad
Ofrezcamos con nuestros elogios el incienso de
la amistad
al hombre cuyos ojos resplandecen.
Que la claridad de un corazón puro brille como la antorcha
que ilumina la celda de un devoto del amor.
Ya no veo a mi lado a quien fue mi compañero.
Mi corazón está lacerado de tristeza.
Mas ¿dónde está el escanciador?
Dónde se vende el vino que podría vencer al hipócrita?
Mi corazón está lleno de angustias y de amarguras.
Mis compañeros han de tal modo roto el pacto de la amistad
que dudo de su existencia.
Si mi corazón destrozado pudiera un día alcanzar sus deseos
no buscaría un bálsamo en todos esos corazones de piedra.
¿Quieres poseer la alquimia de la felicidad?
Vive apartado de los malos compañeros.
Hafiz: que no te aflija la crueldad de los tiempos.
¿Qué sabes tú, esclavo, de lo que hace tu amo?
De "Los Gazales de Hafiz"
Colección Visor de Poesía 1981
Versión de Enrique Fernández Latour
al hombre cuyos ojos resplandecen.
Que la claridad de un corazón puro brille como la antorcha
que ilumina la celda de un devoto del amor.
Ya no veo a mi lado a quien fue mi compañero.
Mi corazón está lacerado de tristeza.
Mas ¿dónde está el escanciador?
Dónde se vende el vino que podría vencer al hipócrita?
Mi corazón está lleno de angustias y de amarguras.
Mis compañeros han de tal modo roto el pacto de la amistad
que dudo de su existencia.
Si mi corazón destrozado pudiera un día alcanzar sus deseos
no buscaría un bálsamo en todos esos corazones de piedra.
¿Quieres poseer la alquimia de la felicidad?
Vive apartado de los malos compañeros.
Hafiz: que no te aflija la crueldad de los tiempos.
¿Qué sabes tú, esclavo, de lo que hace tu amo?
De "Los Gazales de Hafiz"
Colección Visor de Poesía 1981
Versión de Enrique Fernández Latour
La estación de la rosa
Llega la estación, que alienta gozos
De rosados vestidos ataviada;
Dejad que el júbilo borre el dolor,
Al sonriente huésped aclamad.
La vejez nos hace mejorar
La primavera con vino y amor.
Para los deseos del corazón
Cuán pocos hay generosos.
Las horas que imparten dicha
Pasan girando deprisa:
Entonces, por el vino que atesoro
Venderé mi alfombra de oración.
Dulce es la brisa de primavera,
Pero aún tendría más dulzura
Si la bella, su grata frescura
Con elegancia compartiera.
Alegrados por su jovial presencia
Pasaríamos la copa con más donosura.
De rosados vestidos ataviada;
Dejad que el júbilo borre el dolor,
Al sonriente huésped aclamad.
La vejez nos hace mejorar
La primavera con vino y amor.
Para los deseos del corazón
Cuán pocos hay generosos.
Las horas que imparten dicha
Pasan girando deprisa:
Entonces, por el vino que atesoro
Venderé mi alfombra de oración.
Dulce es la brisa de primavera,
Pero aún tendría más dulzura
Si la bella, su grata frescura
Con elegancia compartiera.
Alegrados por su jovial presencia
Pasaríamos la copa con más donosura.
Suave es la lira de temblorosas cuerdas
Que sofoca la rabia del destino;
La suerte sobre el meritorio niño
Arroja el manto de la tristeza:
Dejad, pues, que el grito de pena
Se ahogue en melódicos ríos.
Con ardiente y pasional ansia
Nace la sonrojada rosa;
¿Malgastaremos el vino como el agua
Que se precipita cuando brota?
Palpita en nuestro seno, ahora,
El ansia de amor y de esperanza.
Oh Hafiz, tu deliciosa canción
Que vuela sobre las alas del viento
Según nuestros poetas es parejo
A los cánticos del ruiseñor;
No es extraño que la música
En la estación de la rosa fluya.
Que sofoca la rabia del destino;
La suerte sobre el meritorio niño
Arroja el manto de la tristeza:
Dejad, pues, que el grito de pena
Se ahogue en melódicos ríos.
Con ardiente y pasional ansia
Nace la sonrojada rosa;
¿Malgastaremos el vino como el agua
Que se precipita cuando brota?
Palpita en nuestro seno, ahora,
El ansia de amor y de esperanza.
Oh Hafiz, tu deliciosa canción
Que vuela sobre las alas del viento
Según nuestros poetas es parejo
A los cánticos del ruiseñor;
No es extraño que la música
En la estación de la rosa fluya.
De "El despertar del amor"
Editorial Sufi 2ª Edición 2003
Versión de Carmen Liaño
Editorial Sufi 2ª Edición 2003
Versión de Carmen Liaño
No preguntes
¡Oh, amor, cómo he sentido tu sufrimiento!
No me preguntes cómo.
¡Oh ausencia, cómo bebí tu veneno!
No me preguntes cómo.
Buscando, por el mundo he vagado,
Y, ¿por quién, al fin, he optado?
No preguntes quién.
Para: ver de su umbral el polvo
¡Cómo lloraba mi anhelante ojo!
No preguntes cómo.
¿Por qué, amigos, mordéis los labios disgustados?
¿Sabéis qué labios de rubí he alcanzado?
No preguntéis cuándo.
Anoche, en estos mismos oídos
Tales palabras su boca ha vertido.
No preguntéis cuáles.
Como Hafiz en el laberinto circular del amor,
Mis pies, al fin, han encontrado su dirección.
No preguntes dónde.
Mis pies, al fin, han encontrado su dirección.
No preguntes dónde.
De "El despertar del amor"
Editorial Sufi 2ª Edición 2003
Versión de Carmen Liaño
Editorial Sufi 2ª Edición 2003
Versión de Carmen Liaño
No te aflijas
No te aflijas: la belleza volverá a regocijarte
con su gracia;
la celda de la tristeza se convertirá un día
en un jardín cercado lleno de rosas.
No te aflijas, corazón doliente: tu mal, en bien se trocará;
no te detengas en lo que te perturba:
ese espíritu trastornado conocerá de nuevo la paz.
No te aflijas: una vez más la vida reinará en el jardín en que suspiras
y verás muy pronto, ¡oh, canto de la noche!,
una cortina de rosas sobre tu frente.
No te aflijas si no comprendes el misterio de la vida.
¡Tanta alegría se oculta tras del velo!
No te aflijas si, por algunos instantes, las esferas estrelladas
no giran según tus deseos, pues la rueda del tiempo
no siempre da vueltas en el mismo sentido.
No te aflijas si, por amor del santuario, penetras en el desierto
y las espinas te hieren.
No te aflijas, alma mía, si el torrente de los días
convierte en ruinas tu morada mortal, pues tienes el amor
para salvarte de ese diluvio.
No te aflijas si el viaje es amargo y la meta invisible.
No hay camino que no conduzca a una meta.
No te aflijas, Hafiz, en el rincón humilde en que te crees pobre
y en el abandono de las noches oscuras,
pues te quedan aún tu canción y tu amor.
la celda de la tristeza se convertirá un día
en un jardín cercado lleno de rosas.
No te aflijas, corazón doliente: tu mal, en bien se trocará;
no te detengas en lo que te perturba:
ese espíritu trastornado conocerá de nuevo la paz.
No te aflijas: una vez más la vida reinará en el jardín en que suspiras
y verás muy pronto, ¡oh, canto de la noche!,
una cortina de rosas sobre tu frente.
No te aflijas si no comprendes el misterio de la vida.
¡Tanta alegría se oculta tras del velo!
No te aflijas si, por algunos instantes, las esferas estrelladas
no giran según tus deseos, pues la rueda del tiempo
no siempre da vueltas en el mismo sentido.
No te aflijas si, por amor del santuario, penetras en el desierto
y las espinas te hieren.
No te aflijas, alma mía, si el torrente de los días
convierte en ruinas tu morada mortal, pues tienes el amor
para salvarte de ese diluvio.
No te aflijas si el viaje es amargo y la meta invisible.
No hay camino que no conduzca a una meta.
No te aflijas, Hafiz, en el rincón humilde en que te crees pobre
y en el abandono de las noches oscuras,
pues te quedan aún tu canción y tu amor.
De "Los Gazales de Hafiz"
Colección Visor de Poesía 1981
Versión de Enrique Fernández Latour
Colección Visor de Poesía 1981
Versión de Enrique Fernández Latour
GHAZAL
La rosa vino como una noviaa la fiesta en la glorieta de las rosas.
¿Dónde está el elocuente ruiseñor? ¡Déjalo que cante su can-
cion!
¡Corazón! No sufras a causa de la partida; el mundo
contiene tanto pena como dicha, espina y rosa, foso y pico.
Estoy doblado como un arco por la pena, pero no digo adiós
a los pensamientos de cejas como arcos
y ojos que disparan flechas.
A causa de tu enrulado beso, mi corazón está aturdido.
Con vacilante corazón pongo mi rostro
sobre tu umbral, no sólo ahora, sino por una eternidad
de fuego y dolor.
Áspero y suave son lo mismo en el modo de Hafiz.
¿Qué importan cumbre y valle para un pájaro?
Todos los hemisferios
Deja lo familiar por un tiempo.
Deja que tus sentidos y cuerpos
se estiren
Como una temporada bienvenida
En los prados y costas y colinas.
Ábrete al techo.
Haga una nueva marca de agua en
su emoción
Y amor
Como una flor nocturna en flor,
Otorga tu fragancia vital de
felicidad
Y dando
En nuestro montaje íntimo.
Cambia las habitaciones en tu
mente por un día.
Todos los hemisferios en
existencia
Acuéstese junto a un ecuador
En tu corazón
Saludate a ti mismo
En tus mil formas más
Mientras montas lo escondido y
viajas
De vuelta a casa.
Todos los hemisferios en el cielo
Están sentados alrededor de un
fuego
Chateando
Mientras se unen
En el Gran Círculo dentro de
Tú.
De: "El tema de esta noche es
amor"
Traducido por Daniel Ladinsky
Sé cómo puedes obtener
Sé la forma en que puedes obtener
Cuando no has bebido nada de
amor:
Tu rostro se endurece
Tus dulces músculos se rompen.
Los niños se preocupan
Acerca de una mirada extraña que
aparece en tus ojos
Que incluso comienza a preocupar
a tu propio espejo
Y nariz.
Ardillas y pájaros sienten tu
tristeza
Y llame a una conferencia
importante en un árbol alto.
Ellos deciden qué código secreto
cantar
Para ayudar a tu mente y alma
Incluso los ángeles temen esa
marca o locura
Que se arregla contra el mundo
Y lanza piedras afiladas y lanzas
en
El inocente
Y en uno mismo.
O sé la forma en que puedes
obtener
Si no has estado bebiendo Amor:
Puede destrozar
Cada frase que dicen tus amigos y
maestros,
Buscando cláusulas ocultas.
Puede pesar cada palabra en una
escala
Como un pez muerto.
Puede sacar una regla para medir
Desde todos los ángulos en tu
oscuridad
Las hermosas dimensiones de un
corazón que una vez
De confianza
Sé la forma en que puedes obtener
Si no has bebido nada de Love's
Manos.
Por eso todos los Grandes hablan
de
La necesidad vital
Para seguir recordando a Dios,
Entonces llegarás a conocerlo y
verlo
Por ser tan juguetón
Y Querer,
Solo queriendo ayudar.
Es por eso que Hafiz dice:
Trae tu taza cerca de mí.
Por todo lo que me importa
¡Sacia tu sed de libertad!
Todo lo que un hombre cuerdo
puede preocuparse
Está dando amor!
De: 'Oí a Dios riendo - Renderings de
Hafiz'
Traducido por Daniel Ladinsky
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