jueves, 17 de febrero de 2022

POEMAS DE VLADIMÍRA ČEREPKOVÁ

 



En la tarde

 

Llamas a tu vieja gatita

sin embargo, la boca está sucia y temblorosa

Una gallina verde merodea alrededor del edificio

¿Quién tendría miedo en una cama abrigada?

Susurras a tu vieja gatita

y a veces te parece

que ella abre a medias sus ojos semimuertos y

responde Gatita

Estamos acostados embozados en los acolchados a rayas

debajo la carne está gris y sudorosa

la vena de tu pierna penetra en el jergón

La gallina verde se asoma por la ventana entreabierta

Espera 

 

 

Las viñas atraviesan el país

 

Un vino cubierto de polvo exhala el pesado olor del vómito

El vagabundo aprieta su cuerpo contra el árbol

después bebe hasta el dolor un jugo viscoso

El cielo se da vuelta el vagabundo se encuentra

sobre su cabeza en el centro de una ciudad antigua

Mujeres pesadas acechan en los viejos pabellones

utilizando sus pesados senos como carnada

Las mamas pendulan enormes se balancean blancas

arriba de la vía pública

Una liga negra libre como un pájaro

se sienta en la corona de un árbol

Con la bragueta abierta los hombres erran por los parques

y sus ojos brillan con un reflejo verde

Arriba de la vía pública oscila una cuna

llena de niños

Una enorme mama hace beber al otro

El vagabundo saciado se levanta

al pie del esbelto árbol

un camino infinito y desierto

surge de sus ojos en el paisaje 

 

 

Teléfono

 

Él parte de los cuadrados y de los rectángulos hacia el pálido mar

y ayudado por los bañeros divisa la llegada de las olas tardías

en cada grano de arena reconoce el trilobites histórico

y con la caracola al oído telefonea a casa

La voz (ese grito vano en el desierto)

es interrumpida sin cesar por las noticias climatológicas

de su casa resuenan las condiciones del viento

La voz familiar anuncia subrayando cada palabra

los grados indicados por el termómetro

A su tiempo los senderos se vuelven púrpura y los pájaros emigran hacia el sur

porque la hora de las heladas ha llegado

El auricular lanzado al mar enfurecido

responde a todos los que aguardaban 

 

 

El ciervo

 

Tocas el clarín y la pierna desnuda se tropieza en el bosque

avanzas –de perfil– con el deseo

de haber merecido una hoja de helecho

Aquí (palabra siempre incomprendida)

aquí llueve follaje sexual de manzano

una vez más

vamos a dormir sensatamente

a través de toda la casa se agitan los arándanos 

 

 

Deslavado

 

Pondré a secar de todos modos el azul pálido

luego voy a lavar el claro

la claridad se ha opacado

con temor

cayendo sobre un viejo indicador de caminos

claridad y perfume

algo de blanco sin duda

el azul claro, por su parte, se deslavó 

 

 

Sobrepasar la ola

 

De nuevo al hogar

tal como fue esbozado

y en fin representado

Estoy en el hogar como nunca antes

corto el sonido

el programa celeste pasa siempre

nada de nuevo

que quedaría para dejar 

 

 

Sueño

 

Me levanté me han saltado a los ojos

los verdes arreboles de la aurora en un cara a cara

en otras ventanas

alguien se levantaba durante los antiguos días

era yo misma

cuidada como una imagen de calendario

y partía de viaje justamente desde allí

calcando mi pulgar sobre la cosa administrativa

me sentía como montañas violetas

de los tiempos prehistóricos 

 

 

Para Eva O.

 

No me hables como a un muerto

no hables conmigo como si fuera difunta

háblame, habla conmigo

como si no hubiera nacido

háblame como si fuera árbol

 

 

 

Surges de mi cabeza

 

Ningún camino nos llevará

a través de nuestros estados de alma

toda la casa suspira

yo escribo, ante todo

con un lápiz de madera

muy pronto muñón

 

Traducción de Teresa Amy

Tomado de:

http://www.laotrarevista.com/2020/05/las-vinas-atraviesan-el-pais-vladimira-cerepkova/

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