LOS ÁRBOLES SE COMEN LA LUZ DEL SOL
Es un hecho:
sus anchas hojas la lamen como si fuese leche
y la convierten en tallos.
Peces comen peces.
Lámparas comen luz
y cuando su fiesta ha hambreado al filamento
se apagan.
Así hacemos nosotros,
y todas las dulces criaturas-
los gatos comiendo caballos, caballos pasto, pasto
tierra,
[tierra agua-
excepto por el Hombre distante
que inhala el sabor de las almas-
¡que todos luchemos por parecernos a este gigante!
FIEBRE
He traído de vuelta un buen mensaje de la tierra
de los 39°:
Dios existe.
Había llegado a dudarlo seriamente antes;
pero las patas de la cama hablaron de ello con la
mayor de
[las
confianzas,
los hilos de mi frazada lo dieron por hecho,
el árbol afuera de la ventana despachó todas las
quejas,
y yo no he dormido tan justamente por años.
Es duro, ahora, transmitir
cuan emblemáticamente se sentaban las apariencias
sobre las embranas de mi conciencia;
pero es una verdad hace largo tiempo conocida,
que algunos secretos se esconden de la salud.
DÉCOR
El marrón domina este bar
en el que envejecen los hombres:
los mozos Negros,
el whisky sin agua,
las voces texanas que se escuchan al vuelo,
los cigarros y la madera barnizada.
Marrón, o sea,
es una sombra del alma,
el color de un hombre:
bien bronceado y con manchas
hasta en la veta más profunda
como si la vida fuese una larga curación.
BUSTOS RETRATO ROMANOS
Otros en los museos los pasan de largo,
pero yo, yo
me siento atraído, como un gusano hacia la carne,
por sus ojos sin pupila,
y sus individualidades en descomposición.
Son, estas Livias y Marcos,
estas enfurruñadas Octavias muertas,
nunca dos iguales: nunca el arte
se ha prostituido tanto
a las importunidades de lo real.
De buena fe uno debe admirar
la ordinaria ausencia de exageración,
el modo en que cada cabeza,
de una vieja, de un cónsul, o de un niño,
nunca es más grande ni más pequeña que en vida.
Sus ojos tienen un horrible sabor.
Es vil,
deliciosamente, ver seres tan
poco ablandados por la historia, tal
indigesto cartílago.
FELLATIO
Qué hermoso pensar
que cada una de estas pulcras secretarias
a la noche, para complacer a su amante, pone
una fuente dentro de su boca
y deja que sus entrañas, empapadas de semillas,
florezcan en paisajes:
prados rociados con aliento de bebé,
roncos bosques de diminutos tallos, pájaros
bañándose,
[una multitud
de cielos conteniendo nubes, tierra arada
apestando
por su revuelto humus, y pequeñas granjas cada
una con un silo de plata.
EPIGRAMAS ERÓTICOS
I
El paisaje del amor
sólo puede ser visto
a través de un delgado panel de ventana
que el aliento propio empaña.
II
Isolda, a Tristán
(condenado a morir),
es como una carta de suspensión [de la condena]
que nunca es entregada
pero él sabe que ha sido despachada.
III
Deseando formar un espejo, el amante
pule el rostro de su amada
hasta que produce una calavera.
[El género no está especificado, de tal manera que
también
se puede leer "la amante/ pule el rostro de
su amado"]
FUENTE
John Updike. Seventy Poems. Penguin, 1972.
Tomado de:
http://inutilesmisterios.blogspot.com/2014/03/poemas-de-john-updike.html
Descaro cósmico
Los neutrinos son muy pequeños.
No tienen carga ni masa
Y no interaccionan en absoluto.
La tierra es sólo una tonta pelota
Para ellos, que la atraviesan como si nada,
Como una doncella por un salón impoluto
O como fotones por una lámina de cristal.
Desprecian el gas más exquisito,
Ignoran la pared más sustancial,
Hombros de acero, latón resonante,
Insultan al semental en su establo,
Y, burlándose de las barreras entre clases,
¡Se infiltran en ti y en mí! Como altas
E indoloras guillotinas, caen
Sobre nuestras cabezas en la hierba.
Por la noche, entran en Nepal
Y traspasan al amante y a su amada
Desde debajo de la cama - a ti te parece
Maravilloso; yo digo que es grosero.
John Updike. (Reading, Pennsilvania – USA, 1932,
Beverly Farms, Massachusetts –USA, 2009)
Tomado de:
QUEMANDO BASURA
Por las noches —la luz apagada, el filamento
libre de su carga quemadora de átomos,
su esposa dormida, su respiración bajando
hasta tocar la fuente cenagosa— él pensaba en la
muerte.
La casa encumbrada de su padre le dio tiempo
a que intuyese la nada que permanecía como una
lámina
impoluta de espejo por detrás de su futuro humano.
Disponía de dos holguras que podía entrever, sólo
dos.
Una era la festiva totalidad de las cosas:
piedras macizas y nubes, vainas al acecho, el
suelo
ofreciendo resistencia a sus rodillas y manos.
La otra era quemar la basura de cada día.
Disfrutaba el calor, el peligro artificial,
y la manera en que, según iba arrojando noticias
viejas,
cordeles, servilletas, sobres, vasos de papel,
las lenguas hipnóticas del orden intervenían.
PERFECCIÓN DESPERDICIADA*
Y otra cosa deplorable acerca de la muerte
es la desaparición de tu propia marca de magia,
que te llevó toda una vida desarrollar y
comercializar:
las ocurrencias, los chistes, el punto de vista
amoldado a unos pocos, aquellos seres queridos más
cercanos
al escenario, sus suaves rostros blanqueados
por el resplandor de las candilejas, su risa al
borde de las lágrimas,
lágrimas que se confunden con sus pendientes de
diamantes,
su cálido aliento compartido al compás de los
latidos de tu corazón,
su respuesta y tu actuación hermanadas.
Las bromas por teléfono. Los recuerdos
comprimidos en el archivo de acceso rápido. El
acto en su totalidad.
¿Quién lo representará de nuevo? Muy sencillo:
nadie;
imitadores y descendientes no son lo mismo.
* John Updike (Reading,
1932-Beverly Farms, 2009), Collected Poems: 1953-1993, Alfred A. Knopf, Nueva
York, 2001. Versión de Jonio González.
Tomado de:
https://artemuros.wordpress.com/2012/06/24/dos-poemas-de-john-updike-1932-2009/
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