jueves, 10 de febrero de 2022

POEMAS DE JOHN UPDIKE

 



LOS ÁRBOLES SE COMEN LA LUZ DEL SOL

 

Es un hecho:

sus anchas hojas la lamen como si fuese leche

y la convierten en tallos.

 

Peces comen peces.

Lámparas comen luz

y cuando su fiesta ha hambreado al filamento

se apagan.

 

Así hacemos nosotros,

y todas las dulces criaturas-

los gatos comiendo caballos, caballos pasto, pasto tierra,

                                                                       [tierra agua-

excepto por el Hombre distante

 

que inhala el sabor de las almas-

¡que todos luchemos por parecernos a este gigante!

 

 

FIEBRE

 

He traído de vuelta un buen mensaje de la tierra de los 39°:

Dios existe.

Había llegado a dudarlo seriamente antes;

pero las patas de la cama hablaron de ello con la mayor de

                                                                       [las confianzas,

los hilos de mi frazada lo dieron por hecho,

el árbol afuera de la ventana despachó todas las quejas,

y yo no he dormido tan justamente por años.

Es duro, ahora, transmitir

cuan emblemáticamente se sentaban las apariencias

sobre las embranas de mi conciencia;

pero es una verdad hace largo tiempo conocida,

que algunos secretos se esconden de la salud.

 

 

DÉCOR

 

El marrón domina este bar

en el que envejecen los hombres:

los mozos Negros,

el whisky sin agua,

las voces texanas que se escuchan al vuelo,

los cigarros y la madera barnizada.

 

Marrón, o sea,

es una sombra del alma,

el color de un hombre:

bien bronceado y con manchas

hasta en la veta más profunda

como si la vida fuese una larga curación.

 

 

BUSTOS RETRATO ROMANOS

 

Otros en los museos los pasan de largo,

pero yo, yo

me siento atraído, como un gusano hacia la carne,

por sus ojos sin pupila,

y sus individualidades en descomposición.

 

Son, estas Livias y Marcos,

estas enfurruñadas Octavias muertas,

nunca dos iguales: nunca el arte

se ha prostituido tanto

a las importunidades de lo real.

 

De buena fe uno debe admirar

la ordinaria ausencia de exageración,

el modo en que cada cabeza,

de una vieja, de un cónsul, o de un niño,

nunca es más grande ni más pequeña que en vida.

 

Sus ojos tienen un horrible sabor.

Es vil,

deliciosamente, ver seres tan

poco ablandados por la historia, tal

indigesto cartílago.

 

 

FELLATIO

 

Qué hermoso pensar

que cada una de estas pulcras secretarias

a la noche, para complacer a su amante, pone

una fuente dentro de su boca

y deja que sus entrañas, empapadas de semillas,

florezcan en paisajes:

prados rociados con aliento de bebé,

roncos bosques de diminutos tallos, pájaros bañándose,

                                                                   [una multitud

de cielos conteniendo nubes, tierra arada apestando

por su revuelto humus, y pequeñas granjas cada

una con un silo de plata.

 

 

EPIGRAMAS ERÓTICOS

 

I

 

El paisaje del amor

sólo puede ser visto

a través de un delgado panel de ventana

que el aliento propio empaña.

 

II

 

Isolda, a Tristán

(condenado a morir),

es como una carta de suspensión   [de la condena]

que nunca es entregada

pero él sabe que ha sido despachada.

 

III

 

Deseando formar un espejo, el amante

pule el rostro de su amada

hasta que produce una calavera.

 

[El género no está especificado, de tal manera que también

se puede leer "la amante/ pule el rostro de su amado"]

 

 

FUENTE

 

John Updike. Seventy Poems. Penguin, 1972.

Tomado de:

http://inutilesmisterios.blogspot.com/2014/03/poemas-de-john-updike.html

 

Descaro cósmico

 

 

 

Los neutrinos son muy pequeños.

 

No tienen carga ni masa

 

Y no interaccionan en absoluto.

 

 

 

La tierra es sólo una tonta pelota

 

Para ellos, que la atraviesan como si nada,

 

Como una doncella por un salón impoluto

 

O como fotones por una lámina de cristal.

 

 

 

Desprecian el gas más exquisito,

 

Ignoran la pared más sustancial,

 

Hombros de acero, latón resonante,

 

Insultan al semental en su establo,

 

Y, burlándose de las barreras entre clases,

 

¡Se infiltran en ti y en mí! Como altas

 

E indoloras guillotinas, caen

 

Sobre nuestras cabezas en la hierba.

 

 

 

Por la noche, entran en Nepal

 

Y traspasan al amante y a su amada

 

Desde debajo de la cama -  a ti te parece

 

Maravilloso; yo digo que es grosero.

 

 

 

John Updike. (Reading, Pennsilvania – USA, 1932, Beverly Farms, Massachusetts –USA, 2009)

Tomado de:

http://www.madrimasd.org/cultura-cientifica/ciencia-cultura/poesia/poesia-ciencia-descaro-cosmico-john-updike

 

QUEMANDO BASURA

 

Por las noches —la luz apagada, el filamento

 

libre de su carga quemadora de átomos,

 

su esposa dormida, su respiración bajando

 

hasta tocar la fuente cenagosa— él pensaba en la muerte.

 

La casa encumbrada de su padre le dio tiempo

 

a que intuyese la nada que permanecía como una lámina

 

impoluta de espejo por detrás de su futuro humano.

 

Disponía de dos holguras que podía entrever, sólo dos.

 

 

 

Una era la festiva totalidad de las cosas:

 

piedras macizas y nubes, vainas al acecho, el suelo

 

ofreciendo resistencia a sus rodillas y manos.

 

La otra era quemar la basura de cada día.

 

Disfrutaba el calor, el peligro artificial,

 

y la manera en que, según iba arrojando noticias viejas,

 

cordeles, servilletas, sobres, vasos de papel,

 

las lenguas hipnóticas del orden intervenían.

 

 

 

PERFECCIÓN DESPERDICIADA*

 

Y otra cosa deplorable acerca de la muerte

 

es la desaparición de tu propia marca de magia,

 

que te llevó toda una vida desarrollar y comercializar:

 

las ocurrencias, los chistes, el punto de vista

 

amoldado a unos pocos, aquellos seres queridos más cercanos

 

al escenario, sus suaves rostros blanqueados

 

por el resplandor de las candilejas, su risa al borde de las lágrimas,

 

lágrimas que se confunden con sus pendientes de diamantes,

 

su cálido aliento compartido al compás de los latidos de tu corazón,

 

su respuesta y tu actuación hermanadas.

 

Las bromas por teléfono. Los recuerdos

 

comprimidos en el archivo de acceso rápido. El acto en su totalidad.

 

¿Quién lo representará de nuevo? Muy sencillo: nadie;

 

imitadores y descendientes no son lo mismo.


 

* John Updike (Reading, 1932-Beverly Farms, 2009), Collected Poems: 1953-1993, Alfred A. Knopf, Nueva York, 2001. Versión de Jonio González.

Tomado de:

https://artemuros.wordpress.com/2012/06/24/dos-poemas-de-john-updike-1932-2009/

 

 

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