lunes, 21 de febrero de 2022

POEMAS DE PERLA SCHWARTZ

 



holocausto del alma

Los cuerpos acribillados

 

los traspasa

 

un amasijo de humo evanescente:

 

Arde el holocausto del alma.

 

cristales esparcidos

 

arropados por cenizas,

 

noche-duelo,

 

noche que duele

 

2 de octubre de 1968:

 

Noche que no se resigna

 

un terminar

 

noche de sangre circundada

 

por un reloj sin manecillas.

 

Grafiti del sacrificio humano.

 

Un Dios iracundo

 

Tlatelolco:

 

grito contenido… grito soterrado…

 

que esta y se estrella

 

contra el paredón urbano.

 

Arde el holocausto del alma;

 

impunidad total

 

y totalizadora

 

vaivén de ruidos y voces,

 

corona de fuego

 

Que permanezca tatuada

 

entre los pliegues del corazón.

 

 

 

Dialéctica de la lluvia

I

 

Se despliega

 

un grafiti de agua

 

trazar un telón;

 

las sombras

 

adquirieron

 

el matiz de lo difuso.

 

La lluvia y sus contornos

 

no dejan resquicio alguno

 

para las impurezas.

 

sabiamente

 

se alivian

 

esas turbulencias

 

que obstruyen el ser.

 

 

I

La implacable furia de las nubes

 

exhala su rabia impetuosa

 

el pentagrama del tiempo

 

pierde

 

su centro.

 

La furia implacable de las nubes.

 

 

tercero

 

observa

 

el devenir de la lluvia,

 

busca capturar

 

su dialéctica secreta.

 

En la ventana de tu habitación,

 

las gotas

 

dibujan filigranas.

 

El agua desmelena

 

a tu portentosa tristeza.

 

 

IV

 

Buceas

 

entre las aristas del lenguaje,

 

te compenetras

 

con sus partículas acuosas,

 

te dejas invadir

 

por su música-sonámbula.

 

Resurgir

 

esa dama oceánica

 

capaz de navegar gozosa

 

entre

 

Los arrecifes de su inconsciente.

 

 

V

 

Percibes

 

cómo se desdibujan

 

las fronteras

 

entre las nubes y el cielo.

 

La lluvia aleja

 

a los espectros,

 

restaurante

 

el equilibrio.

 

 

VI

 

Revisa el amplio catálogo

 

de erratas de la vida;

 

la lluvia, pese a tu melancolía innata,

 

te transporta

 

a un estatus paradisíaco

 

de redención.

 

 

VII

 

El agua de lluvia

 

Desarraiga

 

al polvo.

 

la lluvia

 

en incesante movimiento;

 

otredad de una naturaleza indómita

 

que no se doblega

 

ante los designios de la quietud.

 

 

viii

 

La lluvia-desgarradura

 

a través de sus nubes errantes,

 

configurar

 

la partitura del horizonte.

 

El caos deja

 

de amenazar,

 

se instala

 

un apsis del mundo

 

 

irse de casa

irse de casa

 

dejar atrás

 

una pesadilla,

 

desprenderse de la sombra dantesca,

 

desempolvar libros, papeles

 

recuerdos

 

y una cierta luz comienza

 

un poblano al ser.

 

irse de casa

 

para derrocar

 

la inercia…

 

y acceder a un deambular

 

por un derrotero

 

donde aun permanece

 

intacta

 

la pasión por la vida.

 

irse de casa

 

para ya no estar sepulta

 

entre ruinas y fantasmas

 

liberar, liberar

 

esa materia del lenguaje

 

que al arder…

 

permite narrar

 

inclusive

 

esos aconteceres

 

agrupados en

 

 

 

la dialéctica de la impaciencia.

 

Dejando el hogar

Dejando el hogar

 

dejando atrás

 

una pesadilla,

 

desprendiéndose de la sombra dantesca,

 

desempolvar libros, papeles,

 

recuerdos

 

y comienza cierta luz

 

habitar el ser.

 

Dejando el hogar

 

hacer algo con

 

inercia

 

donde esta la pasión por la vida

 

hasta que quede

 

sin tacto

 

Dejando el hogar

 

ser enterrado

 

entre ruinas y fantasmas

 

liberar, liberar

 

este asunto del idioma

 

que al arder

 

permite la narración

 

incluso de

 

esos eventos

 

agrupados en

 

la dialéctica de la impaciencia.

Tomado de:

https://jewishlatinamerica.wordpress.com/2020/04/29/perla-schwartz/

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario