arabesco
Yo no deseo glorias ni riquezas: solo
anhelo
perpetuarme
en un poema rojo como tus labios,
blanco como
tus manos.
Yo no deseo
glorias ni riquezas: solo anhelo
perpetuarme
en un poema sereno como tu frente,
sedoso como tu
pelo,
búrneo como
tu garganta,
heroico como
tus senos.
Yo no deseo
glorias ni riquezas: solo anhelo
perpetuarme
en un poema breve como tus pies,
nephante y
rítmico como tus ansias: un
poema que
tenga: el alma de jesus
de Nerón, de
Nietsche
de San Francisco
de Asís
de santa
teresa de jesus
de Lucrecia,
Cleopatra
y Salomé...
Visión lunar
Señora luna
yo te he visto:
sobre las cumbres altivas;
sobre las cataratas bravías;
sobre los ríos musicales y errabundos;
sobre el mar veleidoso y pérfido;
sobre las lagunas extáticas;
sobre las envergaduras de las naves
perdidas;
Señora luna
yo te he visto:
sobre los caminos polvorientos y sabios;
sobre las ruinas solitarias;
sobre el plumaje de los cisnes dormidos;
sobre la pampa inmensa;
sobre las tristezas de las necrópolis;
sobre los campamentos bárbaros;
sobre el marfil de los cadáveres;
sobre los charcos de sangre;
sobre las carroñas de las bestias;
sobre los jardines solitarios;
sobre
el espejo de las fuentes olvidadas;
sobre el dolor de los hospitales;
sobre el arabesco de los frailes;
sobre los pámpanos de las fiestas;
Señora luna,
yo tengo un anhelo exótico y profundo:
quiero verte dormida, sobre las gemas de sus
ojos y sobre las pálidas ojivas de sus manos góticas.
Tímpano de la montaña
Mi querida,
que es una
negra retinta,
dulce y
armoniosa como el cuello de una cítara
de ébano,
con pulpa de
coco en la sonrisa
y esencia de
mandrágora en los dobleces,
me aguardó
en la talanquera
para
decirme:
«el cabrón
ha muerto».
En un lecho
de piedras,
junto a los
corrales,
pulido por
su cuerpo velludo y rijoso,
está tendido
el padre
y señor
del aprisco.
La luna de
anoche amortajó su cadáver,
y el sol de
esta mañana,
calentó las
esponjas de sus barbas patriarcales.
En los
libros de amor de Publio Ovidio Nasón
aprendió el
arte de amar,
y conquistó
mil borregas
con la
siringa de Pan.
Para que no
coman de su lúbrica carroña
famélicos canes,
le haremos
exequias griegas en la sabana.
Tomado de:
https://poesiadominicana.jmarcano.com/s-v/vigildiaz/vigildiaz4/
Solmización
Do-cil a mi
Re-clamo, la
blonda Margarita toca en el piano,
Mi-sonata
favorita.
Fa-llece un
lirio gigante,
Sol-o en una
mesa de sándalo;
La-luna se
muestra esquiva,
Si-leno se
oculta en los tapices y súbito salta,
Do-mina,
muerde una manzana y se fuga por la penumbra
de los
jardines...
Tomado de:
https://acento.com.do/cultura/leyendo-a-vigil-diaz-8892331.html
Profesión de fe
Cansado de
simplificar mi arte y mi vida, aspiro a simplificar mi vida y mi arte;
quiero
realizar este milagro sin reducir mis desequilibrios
ni suprimir
mis carcinomas interiores;
hacer la
cifra sin contarla;
tener lo
mismo:
uno,
cien,
mil,
que un
millón o nada;
vivir cerca
de los animales, muy lejos de los hombres;
tener por
música, la música del mar, la música de las estrellas y la música de mis
clavicordios interiores.
Tomado de:
https://amantesliterarios.com/analisis/profesion-de-fe-vigil-diaz/
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